Explosión del vapor La Coubre

Explosión del Vapor La Coubre
Información sobre la plantilla
Lacoubre3.png
Vapor La Coubre luego de la explosión
Fecha:4 de marzo de 1960
Lugar:La Habana, Bandera de Cuba Cuba
Descripción:
El vapor francés La Coubre, cargado de armas para defender la naciente Revolución cubana, sufrió un atentado terrorista cuando estaba anclado en el puerto de La Habana.
Resultado:
Cerca de un centenar de muertos y doscientos heridos.
Organizaciones involucradas:
CIA


Explosión del vapor La Coubre. El vapor La Coubre era un barco de origen francés que fue objeto de un acto terrorista en el puerto de La Habana el 4 de marzo de 1960 cuando transportaba armas y municiones. Tuvieron lugar dos explosiones que produjeron cerca de un centenar de muertos y cuatroscientos heridos y lesionados. Las autoridades cubanas lo denunciaron como un acto terrorista de la CIA para impedir que la Revolución naciente se fortaleciera militarmente.

El sabotaje

Numerosas personas llegaron al lugar brindar su ayuda, y murieron en la segunda explosión.

El 4 de marzo de 1960 amaneció invernal y apacible. Obreros portuarios se dedicaban a la descarga del buque francés. La Coubre, que había arribado al puerto habanero con armamento necesario para la defensa del país. En sus bodegas traía 31 toneladas de granadas y 44 toneladas de municiones.

Alrededor de las 3:10 p. m., una explosión estremeció la tierra. Los postes del tendido eléctrico temblaron y un hongo de ribete negro se elevó sobre el muelle. Romualdo Díaz, estibador en el buque, fue lanzado por el aire. Los almacenes no tenían techo y La Coubre, tenía destrozada la popa.

Soldados del Ejército Rebelde, de la Policía Nacional Revolucionaria, bomberos y pueblo en general, acudieron a prestar ayuda. Empezó el rescate de heridos y los cadáveres. Una segunda explosión cobró nuevas víctimas entre quienes, desafiando el peligro, habían tenido ese gesto de solidaridad humana. El resultado final, un centenar de muertos, incluyendo 34 desaparecidos, alrededor de 400 heridos o lesionados —decenas de ellos incapacitados de por vida— y como consecuencia, decenas de viudas y más de 80 huérfanos.

Ese hecho, extraordinario en sí mismo, adquirió al día siguiente una especial relevancia para la historia de Cuba. Frente al intento de aterrorizar al pueblo cubano para que desistiera del esperanzador camino recién emprendido, la respuesta expresada por el comandante en jefe Fidel Castro Ruz en el sepelio de las víctimas fue la de resistir y luchar hasta la última gota de sangre, lo que quedó resumido a partir de ese día y para siempre en el grito de ¡Patria o Muerte!

Desde diferentes puntos de la ciudad acudieron con rapidez el Che y otros dirigentes revolucionarios.

De acuerdo al resultado de las investigaciones todas las evidencias señalan a la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos vinculada con este acto terrorista.

Antecedentes

Ante el empuje de la victoriosa insurrección popular encabezada por el Ejército Rebelde, el primer día de enero de 1959 cayó derrocada la tiranía batistiana. Desde el primer momento, los principales dirigentes de la Revolución Cubana orientaron los esfuerzos a consolidar el recién iniciado proceso de transformaciones, con el objetivo de garantizar el cumplimiento del programa contenido en La Historia me absolverá, que abriría las puertas a la consecución de la independencia política y económica y la justicia social.

Estos nobles propósitos comenzaron a encontrar la inmediata oposición del Gobierno norteamericano, hasta entonces amistoso y complaciente con el dictador recién derrotado y con los gobiernos de la república neocolonial que «generosamente» le entregaban las riquezas del país.

En el mes de agosto de 1959, fue derrotada la llamada «conspiración trujillista», que con la complicidad del Gobierno estadounidense se proponía invadir nuestro territorio con fuerzas mercenarias reclutadas y organizadas por el tirano dominicano Rafael Leónidas Trujillo.

La permanente amenaza contra Cuba de invasiones armadas desde el exterior, y la carencia de los medios de guerra necesarios para enfrentarlas y vencerlas con la participación de todo el pueblo, movilizó a la dirección revolucionaria para llevar a cabo la rápida reorganización de sus incipientes fuerzas armadas. Con ese propósito la Revolución comenzó a dar los pasos necesarios para comprar armas y municiones.

Desde diferentes puntos de la ciudad acudieron con rapidez Fidel, Raúl y otros dirigentes revolucionarios.

El Gobierno de Estados Unidos hizo todo lo posible por impedir que Cuba adquiriera esas armas en países de Europa occidental. Los intentos realizados por funcionarios cubanos ante el Reino Unido, con el propósito de sustituir aviones de combate de la pequeña Fuerza Aérea cubana por otros más modernos, fracasaron por la directa intervención estadounidenses. Sin embargo, a pesar de las gestiones del cónsul y otros diplomáticos estadounidenses ante el Ministerio de Relaciones Exteriores belga y la fábrica productora de los modernos fusiles FAL, se logró firmar un importante contrato. En cumplimiento de este, en octubre de 1959, el buque La Coubre transportó un cargamento de armas hacia Cuba sin ningún contratiempo.

Colaboración de los líderes de la Revolución

En el momento de la explosión el comandante Ernesto Che Guevara estaba en una reunión en el edificio del Instituto Nacional de Reforma Agraria. Después de escuchar la explosión y ver la nube de polvo subiendo sobre La Habana, el Che se dirigió hasta el lugar del atentado terrorista y pasó las siguientes horas prestando atención médica a los obreros y soldados heridos, muchos de ellos con lesiones fatales.

Acudieron también con rapidez nuestro comandante en jefe Fidel Castro, Raúl Castro, Juan Almeida, Ramiro Valdés y Efigenio Ameijeiras, el entonces presidente Osvaldo Dorticós y el comisionado José Llanusa Globel, entre otros dirigentes revolucionarios.

Discurso de Fidel: «¡Patria o muerte!»

Célebre foto del comandante Che Guevara, que ha recorrido el mundo

En el multitudinario sepelio de las víctimas Fidel Castro mostró pruebas de la implicación del Gobierno de Estados Unidos en el crimen y pronunció por primera vez la frase de «Patria o muerte». En este acto fue tomada por el fotógrafo Alberto Korda la célebre foto al comandante Ernesto Che Guevara que ha recorrido el mundo.

Evidencias del sabotaje

Durante el proceso investigativo fue identificado el interior del compartimiento superior de la bodega número 6, donde se descargaban las cajas de granadas, como el lugar donde se habían producido las explosiones. Quedó demostrado que la caída de una caja de granadas desde cualquier altura no podía provocar su explosión, lo que fue corroborado al disponerse que oficiales de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) efectuaran pruebas con el lanzamiento de varias de ellas desde una nave aérea en vuelo. No se trataba de un accidente, como quedó bien probado. Era un hecho intencional, un sabotaje preparado fuera de Cuba.

Con bastante antelación a este acto criminal, el Gobierno estadounidense había decidido liquidar a la Revolución cubana por medio de la subversión y la fuerza de las armas, lo que consta en declaraciones de sus más altos dirigentes de aquella época y en múltiples documentos desclasificados posteriormente, en particular los pertenecientes a la CIA (Agencia Central de Inteligencia).

Los servicios de inteligencia estadounidenses incrementaron desde octubre de 1959 diversas acciones terroristas subversivas contra nuestro pueblo, con el propósito de sembrar el pánico y debilitar su apoyo al proceso revolucionario.

Bombardeos de ciudades, poblados, cañaverales y centrales azucareros, sabotajes contra objetivos económicos y sociales, planes de atentados contra la vida de los principales dirigentes revolucionarios, junto a la promoción de alzamientos y la creación de organizaciones contrarrevolucionarias dentro y fuera de nuestro país, constituían acciones cotidianas para preparar el terreno a la posterior invasión mercenaria por Playa Girón, con la que pretendían derrocar la Revolución.

Todo indica, de acuerdo con las evidencias, que la explosión de La Coubre había sido provocada por un sabotaje en el que estuvo presente la mano de los servicios de inteligencia estadounidenses.

El vapor después del sabotaje

La Coubre fue conducido a un dique seco. Regresó a servicio activo con la compañía francesa Compagnie Générale Transatlantique hasta 1972, cuando fue vendido a una empresa naviera en Chipre siendo rebautizado Bárbara.

El dossier completo de la investigación de la armadora francesa CGT sobre el atentado del barco La Coubre se encuentra en la caja fuerte de una fundación marítima francesa, con prohibición de comunicar fijada a 150 años (hasta el año 2122) por los servicios jurídicos de los últimos dueños del buque.[1]

Fuentes