Geografía urbana


Geografía Urbana
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Concepto:Se centra en el estudio de la estructura y funciones de la ciudad, entendida como paisaje urbano.

Geografía Urbana . Es el estudio de la estructura y funciones de la ciudad, entendida como paisaje urbano.

Comprende el estudio del desarrollo del proceso de urbanización, muy importante en los distintos periodos históricos denominados revolución urbana, la determinación de las relaciones de las ciudades entre sí o el establecimiento de una jerarquía urbana entre ellas (por ejemplo, la Teoría de los lugares centrales), la estructura urbana, las pautas espaciales que ocurren dentro de la ciudad, así como el medio ambiente urbano. Se considera como una parte de la ciencia geográfica, dentro del campo de estudio más amplio que es la Geografía Humana. A menudo puede superponerse con otros campos tales como la antropología (antropología cultural) y la Geografía Física.

Descripción

Los geógrafos urbanos procuran entender el porqué de la ubicación de las ciudades (situación y emplazamiento), sus funciones y funcionamiento, la jerarquía que existe entre ciudades y por qué se desarrollan en la forma en que lo hacen.

La Geografía Urbana forma la base científica para varias profesiones incluida la planificación urbana, la selección de ubicación de los comercios al por menor, el desarrollo de bienes raíces, el análisis de la pauta del crimen o el análisis logístico, entre otros.

Hay esencialmente dos enfoques a la Geografía Urbana. El estudio de los problemas que se relacionan con la distribución espacial de las ciudades en sí mismas y de las pautas complejas del movimiento, los flujos y las uniones espaciales. Los estudios en esta categoría se preocupan por el sistema de la ciudad. En segundo lugar, existe el estudio de pautas de la distribución y la interacción dentro de ciudades, esencialmente el estudio de su estructura interior. Los estudios en esta categoría se preocupan por la ciudad como un sistema.

Una manera sucinta de definir la Geografía Urbana es hacerlo como el estudio de ciudades como sistemas dentro de un sistema de ciudades.

Historia

La Geografía Urbana nació bastante tarde como rama propia de la Geografía. El primer libro de texto sobre el tema se editó en la década de 1940. En esos primeros años, estaba estrechamente vinculada a la Geografía Regional, por aquel entonces corriente predominante en el estudio del ser humano en relación con su medio ambiente. Se estudiaban los pueblos y ciudades desde cinco puntos de vista, unánimemente aceptados: situación (ubicaba la ciudad en su contexto regional); asentamiento (la colocaba en su contexto físico); morfología (describía su estructura interna); función (describía sus principales actividades económicas) y evolución (relataba su desarrollo histórico).

No obstante, los geógrafos urbanos fueron los máximos exponentes en la propuesta de una nueva forma de aproximación a la Geografía, en general, y a la Geografía Humana, en particular. Esta propuesta, que enfatizaba la unicidad de las ciudades y la descripción característica de la Geografía Regional, supuso un intento para convertir la Geografía en una auténtica ciencia que diese mayor valor a los métodos cuantitativos y a las relaciones espaciales.

La ‘revolución cuantitativa’, como a menudo es llamada, fue rápidamente adoptada por los geógrafos urbanos, porque gran parte de los anteriores estudios teóricos del análisis cuantitativo —redescubiertos en esta época— estaban relacionados con el espacio urbano, a pesar de haber sido realizados en gran medida por investigadores que no eran geógrafos. De especial importancia fue la teoría del lugar central, del geógrafo alemán Walter Christaller y del economista August Lösch, desarrollada durante la década de 1920, y de los modelos de estructura urbana, expuestos entre las décadas de 1920 y 1940 por los sociólogos de la Escuela de Ecología Humana de Chicago (Estados Unidos).

Esos dos tipos de modelo ilustran dos importantes cuestiones tratadas por la Geografía Urbana. La teoría del lugar central proporcionó un método para analizar las relaciones entre espacios, en particular la estructura jerarquizada que regula la distribución espacial de los asentamientos de tamaño variado y con diferentes funciones económicas y sociales. Los modelos de estructura urbana examinaban las relaciones existentes en el seno de las ciudades. El principal era el modelo de las zonas concéntricas, según el cual la zona de negocios del centro de las áreas metropolitanas está rodeada por sucesivas zonas: industriales y de almacenes, residenciales de renta baja, de renta media y finalmente de zonas residenciales periféricas.

Durante este periodo, gran parte de la investigación que se llevó a cabo supuso la comprobación empírica y el perfeccionamiento de los modelos. Un ejemplo de esta labor fue el influyente trabajo del geógrafo angloestadounidense Brian Berry, sobre la teoría del lugar central en Estados Unidos. Tales trabajos llevaron al examen del sistema urbano, para lo cual se empleó el análisis de la teoría de sistemas, tomado de las ciencias naturales. Otros préstamos tomados de las ciencias naturales, en esta época, fueron el principio del rango por tamaño y los modelos de gravedad. El primero establecía la existencia de una relación entre el tamaño de la ciudad mayor, o principal, y el del resto de ciudades (de un país o de una región). De este modo, la segunda ciudad sería la mitad de la primera, la tercera un tercio de la primera, y así el resto. Se pensó que la idea de primacía sería particularmente útil en el estudio de los sistemas urbanos de los países en desarrollo económico.

Por su parte, los modelos de gravedad introdujeron la idea de decaimiento según la distancia en las relaciones urbanas, lo que sugería, por ejemplo, que cuanto más lejos se viviera de una ciudad, menos se visitaría. Al mismo tiempo, las ciudades más grandes atraerían a más población desde mayores distancias que las pequeñas. Las asociaciones sociológicas de los modelos de la estructura urbana dieron lugar en la década de 1960 a estudios para identificar áreas sociales distintivas y analizar las relaciones entre ellas. Gran parte de estas investigaciones emplearon sofisticadas técnicas estadísticas, como el análisis social de áreas, sólo posibles gracias a que la recién disponibilidad de ordenadores permitió el procesado de enormes cantidades de datos.

Las críticas hacia el enfoque cuantitativo-espacial fueron aumentando a finales de la década de 1960 e inicios de la de 1970. Muchos geógrafos urbanos adoptaron técnicas conductistas (de comportamiento), por ejemplo, al estudiar la motivación y actitud en el comportamiento de los consumidores o de los compradores de casas. No obstante, las bases teóricas para este tipo de estudios eran tan anticuadas que esta corriente hizo las mismas afirmaciones —basadas en la política económica neoclásica— sobre la libre decisión de la toma de decisiones y la maximización del beneficio que los anteriores modelos, por lo que fueron objeto de las mismas críticas.

La tesis gerencialista fue otra respuesta a las críticas del enfoque cuantitativo-espacial. Esta corriente mantenía que las personas no eran libres para tomar decisiones, en el modo que los anteriores estudios conductistas habían sugerido. Sus decisiones estaban constreñidas por gestores urbanos (o ‘porteros’). Los directivos de empresas constructoras y otros prestamistas financieros son ejemplos de estos ‘porteros’ urbanos. Así, por ejemplo, el desarrollo de áreas identificables desde el punto de vista social no es tan sólo el resultado de unas preferencias individuales, sino que también es consecuencia de la influencia de esos gestores urbanos sobre esas preferencias personales.

Actualidad

En los primeros años de la década de 1970, nació una nueva tendencia en la Geografía, que encontró sus fundamentos teóricos y prácticos en las teorías sociales y económicas de Karl Marx. Esta nueva corriente, denominada Geografía Radical, fue, en parte, una respuesta a la agitación social, urbana y racial en las sociedades industrializadas más avanzadas de la época y pareció demostrar la existencia de contradicciones estructurales en las economías capitalistas. Los defensores de la Geografía Radical señalaron que las decisiones sólo pueden tomarse dentro de la estructura política y económica imperante. En un intento de explicar las condiciones de cualquier tipo, la Geografía Radical prestó más interés al estudio de las estructuras causales que a sus resultados externos.

Aunque el radicalismo fue común a toda la ciencia geográfica, la Geografía Urbana se convirtió en uno de sus principales abanderados. En particular, el trabajo del geógrafo estadounidense David Harvey, que publicó con el título de Justicia social y ciudad (1973), tuvo una enorme influencia al proporcionar una base teórica para la aplicación del estructuralismo marxista. Su idea fundamental era el modo en que los procesos sociales y las formas espaciales están relacionadas, algo que estudió en el contexto de cuatro temas concretos: la naturaleza de la teoría; la naturaleza del espacio; la naturaleza de la justicia social y la naturaleza del urbanismo.

Harvey consideró a las ciudades como unas estructuras socioeconómicas y políticas peculiares. Más tarde, sin embargo, otros geógrafos urbanos radicales sugirieron que no era útil distinguir a los espacios urbanos como algo independiente. Los problemas urbanos, defendían éstos, eran simples manifestaciones de problemas que afectaban a la sociedad en su totalidad y que derivaban de la política económica imperante. Otra dificultad derivada de identificar los espacios urbanos como entidades distintivas era que la creación de suburbios en el mundo desarrollado había provocado una distinción cada vez menor entre área urbana y área rural. Este problema, no obstante, no es el caso de la mayoría de países en vías de desarrollo, donde, en general, la frontera entre lo urbano y lo rural es todavía muy acusada.

Por tales razones, la Geografía Urbana se ha hecho, en los últimos años, más difusa. Es cada vez más difícil distinguirla como una rama independiente de investigación, aunque todavía se enseña ampliamente. Aparte de los problemas que plantea reconocer áreas urbanas independientes, la creciente especialización de los investigadores ha significado que el trabajo realizado con anterioridad por otros geógrafos se está llevando a cabo en la actualidad por geógrafos sociales o culturales, por ejemplo.

Métodos de investigación

En los inicios de la Geografía Urbana las principales técnicas eran la observación, la clasificación y la realización detallada de mapas descriptivos. En la era del análisis espacial estos mapas conservaban todavía su importancia, pero fueron usados como instrumentos de obtención de datos primarios para la comprobación de las hipótesis. Durante este periodo, y de forma creciente, se emplearon técnicas conductistas como las encuestas y cuestionarios.

En la Geografía Urbana contemporánea, el amplio abanico de métodos empleados refleja las subdisciplinas con que se cuentan en la mayoría de los estudios urbanos. Entre estos métodos destacan el análisis de textos, el uso de estadísticas y las entrevistas o investigación participativa para los análisis cualitativos y cuantitativos. Éstos se emplean para temas como la creación de suburbios, la reubicación de industrias, la privatización de servicios municipales y los estudios raciales o de género. En la actualidad, se usan detallados análisis de datos urbanos mediante ordenador, como los Sistemas de Información Geográfica, a fin de identificar áreas de mercado para la ubicación de supermercados o la prestación de mejores servicios sanitarios.

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Fuentes