Invaginación Intestinal

Invaginación Intestinal
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Concepto:Es una patología que se presenta con más frecuencia en la infancia. Es una urgencia médico-quirúrgica que precisa diagnóstico y tratamiento precoz. Dolor, vómitos y hemorragia rectal son los síntomas cardinales.

La invaginación intestinal. También llamada intususcepción, consiste en la introducción de un segmento de intestino en otro segmento del mismo, normalmente distal al primero, provocando una obstrucción a ese nivel.

Se presenta con más frecuencia en la infancia, ya que aparece el 80% de los casos durante el primer año de vida, con un pico entre los 6 y 10 meses.

Es más frecuente en la raza blanca y aparece casi el doble en los varones que en las hembras. Se observa con más frecuencia en primavera y principio del otoño.

Es una alteración que debe resolverse con urgencia porque, dejada a su evolución, provoca colapso vascular y shock que deriva en la muerte del niño.

Causas

En la mayoría de los casos no existe una causa orgánica que provoque la invaginación. Se ha relacionado con la inflamación de las placas de Peyer (nódulos de tejido linfoideo intestinal rico en linfocitos T y B, macrófagos, celulas M), debida a varios acontecimientos como el paso de la alimentación materna a los semisólidos, las infracciones alimentarias, la sobrealimentación, las reacciones a cambios alérgicos en la dieta y, la actividad intestinal inmadura. Parece que son más frecuentes al inicio de afecciones respiratorias ó durante las crisis de gastroenteritis.

En otras ocasiones existe una alteración orgánica u anatómica que la causa, como el divertículo de Meckel (en la mitad de los casos), existencia de pólipos, duplicaciones intestinales, hamartomas, angiomas, linfomas, linfosarcomas, hemangiomas, heces compactas por fibrosis quística, entre otras.

Síntomas

Aparecen en los niños dolores cólicos intermitentes. El lactante llora con intensidad y encoge las piernas durante la crisis de dolor y luego se calma para volver a llorar cuando vuelve a aparecer el dolor.

Con el dolor además aparecen síntomas vagales: el niño se pone pálido, con una expresión facial de dolor carcterística, con sudoración. Suele acompañarse de irritabilidad y rechazo del alimento. Entre crisis algunos niños pueden estar somnolientos.

Además, el niño vomita el alimento trás la ingesta del mismo. Posteriormente y coincidiendo con los momentos de dolor el bébe mancha los pañales con sangre o con una masa gelatinosa de color rojizo que está compuesta por moco, heces y sangre, que tiene un aspecto característico en "jalea de grosellas".

Si persiste la obstrucción el niño no elimina las heces ni los gases. A veces aparece fiebre y más raramente hay prolapso del intestino por el recto.

No siempre aparecen todos estos síntomas en todos los niños afectados ni en este orden.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza por los síntomas clínicos, la palpación del abdomen y el tacto rectal y se confirma mediante una ecografía abdominal. En caso de duda, puede ser necesaria una radiografía de abdomen con el niño de pie.

A la palpación del abdomen se aprecia una masa alargada, dura, elástica, y fácilmente movible con la mano. En una exploración posterior puede haber cambiado de localización.

En la región intestinal afectada se produce obstrucción de la circulación sanguínea y, si persiste, necrosis del segmento intestinal y diversas complicaciones asociadas.

Tratamiento

Se realiza siempre en el quirófano. Se puede reducir la invaginación mediante insuflación con aire, con un enema de bario o con enema de suero salino, con guía radioscópica con control radiográfico o ecográfico.

Si falla esta técnica o si la invaginación tiene muchas horas de evolución (más de 36 horas) o hay complicaciones asociadas como perforación, peritonitis, necrosis del segmento intestinal, deterioro del estado general o shokc, se realiza tratamiento quirúrgico. Esta cirugía será más o menos compleja según el tiempo de evolución y estas complicaciones asociadas.

Complicaciones

Si no se trata, la invaginación intestinal puede provocar complicaciones graves. Estas complicaciones están directamente relacionadas con la cantidad de tiempo transcurrido entre el momento en que ocurre la invaginación y el momento en que se trata. La mayoría de los lactantes que se tratan durante las primeras 24 horas se recuperan completamente sin problemas. Si se pospone el tratamiento, aumenta el riesgo de complicaciones, que incluyen lesiones tisulares irreversibles, perforación intestinal, infección e, incluso, muerte.

Fuentes