Julio Jorge Nelson

Julio Jorge Nelson
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NombreJulio Jorge Nelson
Nacimiento27 abril de 1913
Buenos Aires, Argentina
Fallecimiento6 marzo de 1976
Buenos Aires, Argentina
NacionalidadArgentina
OcupaciónLetrista y difusor

Julio Jorge Nelson Letrista y difusor

Síntesis Biográfica

Julio Jorge Nelson, letrista y difusor nace en Buenos Aires, Argentina el 27 abril de 1913.

Trayectoria

Julio Jorge Nelson se llama Isaac Rosofsky. Y aunque cambia su hebraico nombre por el británico seudónimo de Julio Jorge Nelson, el cachador ambiente del tango lo conoce por La Viuda. De quién es obvio. Nelson convierte en culto el recuerdo de Gardel. Él lo llama El bronce que sonríe. Él asegura que cada día canta mejor, única frase hecha absolutamente veraz. Mientras algunos sospechan que El Rusito quería vivir de la memoria de El Zorzal, otros sostenían que Gardel le debía en buena parte su perduración. De hecho, desde la muerte de Nelson, la voz de El Morocho del Abasto va desapareciendo de las radios argentinas, salvo algún ocasional rebrote de aniversario. La mayoría del pueblo ni siquiera lo reconocería hoy si lo oyera, sobre todo al mejor Carlos Gardel, al de su etapa culminante entre 1926 y 1928. Así como no hubo otro Gardel, tampoco hubo otro Julio Jorge Nelson. Parodiado por todos los imitadores, es un clásico de la radiofonía Argentina.

Isaac, hijo de un zapatero, se cría en Villa Crespo. Su casa está en Triunvirato 225, dirección luego convertida en Corrientes 4943, frente al teatro Florencio Sánchez. Entreverado desde niño en el ambiente teatral y en el incipiente mundo de la radio, a los catorce años resuelve no estudiar más, decisión que le vale ser echado a la calle por el padre. Venido para el Centro, trabaja en la compañía de Angelina Pagano junto a Rosa Rosen, Marcos Zucker e Irma Córdoba. En los cafés ve que las orquestas no tenían quién le anunciase al público los temas. A falta de animador o glosista, alguno de los músicos anota con tiza el título en una pizarra. Esto le hace imaginar que podría haber un lugar para su verba.

La vinculación de su destino con el de Gardel comienza en 1933 cuando, por única vez, presenta como speaker una actuación del artista en el Teatro Nacional. En 1934 Nelson empieza a emitir por radio Buenos Aires el programa Escuche esta noche a Gardel, que intenta mantener vivo el interés del público por un cantor ausente del país desde el año anterior.

El 24 de junio de 1935, la noticia del accidente de Medellín sorprende a Nelson en el café Los 36 Billares, traída por Francisco Canaro y José Razzano. Poco después, por Radio Callao, inaugurada en enero de ese año, el locutor Carlos Enrique Cecchetti comienza a difundir una audición totalmente consagrada al Morocho, que Julio Jorge pasa a conducir en 1936, bautizándola El bronce que sonríe. Ese programa se muda en 1944 a Radio Mitre. Cada emisión diaria se inicia con esta portada: A través del tiempo y la distancia perdura su nombre como el más auténtico símbolo de nuestro arte menor. Carlos Gardel, el bronce que sonríe. Nelson no olvida el toque necrofílico, pertinente en la creación de cualquier mito, y tras la repatriación de los restos del Mudo, llegados desde Colombia el 5 de febrero de 1936, transmite un programa desde la sepultura en Chacarita.

Otra audición diaria que le da gran popularidad es El éxito de cada orquesta, que crea en Radio Callao emisora en la que además dirige La Pandilla Corazón para transferir luego a Mitre y finalmente a Rivadavia. Conociendo el valor de las fórmulas rituales, Nelson concluía cada programa con la misma despedida: Hasta mañana, si Dios así lo permite. No es en absoluto religioso, pero aquello de prosternarse ante la voluntad del Supremo sonaba humilde y devocional. Uno y otro programa se mantienen empecinadamente en el aire, mucho después de que las emisoras empezasen a ralear sus espacios de tango.

En 1936, une su vida a la de Margarita Ibarrola Isaurralde, cuando ella tenía 17 años, pero se separan en 1945, dejando a su hijo de 7 años, Julio Carlos, (Cachito), con los abuelos paternos. El niño se cuelga de su abuelo y ya no quiere soltarlo. Margarita emigra a Brasil, donde se casa con un alemán y tiene con él dos hijos: Susana Carolina y Guillermo Federico Müller, pero vuelve a separarse. Con el tiempo se pierde todo contacto con ella. Julio se casa en 1951 con Susana Carballo una cantante de tangos conocida como Susana Ocampo. Ese matrimonio no dura más que un año y medio. Se separan, pero sin formalizar el divorcio. Tras la muerte de Julio, Susana se presenta como heredera.

Julio va todos los días a ver a sus padres, con los que vivía su hijo. Este va al mismo colegio que él: el Francisco de Victoria, en Julián Álvarez 240. Cuando Cacho crece y va a verlo a Radio Mitre, en Arenales 1925, y hasta vive un tiempo con él. Pero un día, a la edad de 14 años, se escapa de la casa de los abuelos, dejando una carta en la que les explica que se va al sur. La verdad es que se marcha hacia Guayaquil con dos amigos ecuatorianos. En Bolivia los detienen, pero consiguen seguir viaje con un pasaporte colectivo. Llegados a destino, Cacho encuentra empleo en el Club Barcelona. Tiempo después, oye que llega de visita el Racing de Avellaneda, del que Julio es fanático. Empieza a merodear el Hotel Plaza, donde se hospedan los racinguistas, hasta que logra entrar en el hall. En ese momento, el delantero Tucho Méndez, amigo de Julio y enterado de la desaparición del hijo, lo reconoce con enorme sorpresa. De inmediato telefoneó a Buenos Aires, y poco después, a través de un enlace con una radio de Guayaquil, Julio que nunca le había demostrado afecto a su hijo le pide que vuelva. Y Cacho vuelve.

En 1972, cuatro años antes de morir, Julio va a vivir con él, ya casado y con dos hijos, luego de haber sufrido dos infartos. Una mañana suena el timbre de calle. Cuando Cacho abre la puerta encuentra ante sí una muchacha morena, de ojos negros, que simplemente le dijo: Soy Susana. Soy tu hermana. Julio muere el 6 de marzo de 1976. Pocas semanas antes abandona la casa de su hijo en Martínez para instalarse en el Hotel Wilton, cerca de donde entonces está la radio. Pero el 2 de marzo le sobrevino un nuevo infarto, del que ya no pudo recobrarse. Está internado en el Anchorena. Su última aventura es escabullirse de su cuarto hasta el de Julián Centeya cuando sabe que lo habían internado.

Aunque como letrista firma varios tangos de cierta difusión, su éxito absoluto es “Margarita Gauthier”, con música del talentoso Joaquín Mora. La pieza, que evoca al personaje de La Dama de las Camelias, atrae por su mórbido romanticismo, aunque lo mejor que puede decirse de esos versos es que no estorban el disfrute de la refinada melodía. Este tango es grabado por Alberto Gómez en 1935, pero realmente se impone a partir de la versión de Miguel Caló con Raúl Berón, en 1942, a la que sigue la de Aníbal Troilo con Fiorentino, en 1943. Entre las diversas interpretaciones posteriores pueden destacarse la de Osmar Maderna con Pedro Dátila, en 1947, y, tras la muerte de Maderna, la puramente instrumental de la Orquesta Símbolo, dirigida por Aquiles Roggero, y las de Astor Piazzolla: con Roberto Yanés, en 1964 y en solo de bandoneón en 1971.

Nelson protagonista demoníaco en Megafón, o la Guerra, la novela póstuma de Leopoldo Marechal es autor de los tangos “Carriego”, “Óyeme, mamá”, “Qué será de ti”, “No debemos retornar”, “Nocturno de tango”, “La casa vacía”, “Escuchando tu voz”, “Al volverte a ver”, “Junto al piano”, “Cuento azul” y “Derrotao”, entre otros. No forma un binomio creador con ningún compositor en particular, firmando sus tangos con músicos tan diversos como el ya mencionado Mora, Armando Baliotti, Roberto Nievas Blanco, José García, Miguel Nijensohn y Marcos Larrosa, entre otros. Tienen además dos incursiones en el cine, en las películas Historia de un ídolo y Soy del Tiempo de Gardel, ese tiempo que él contribuye como nadie a prolongar.

Muerte

Julio Jorge Nelson fallece el 6 de marzo de 1976 en Buenos Aires, Argentina.

Fuentes