Julio Luis Rodríguez González

Julio Luis Rodríguez González
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Combatiente de Playa Girón
NombreJulio Luis Rodríguez González
Nacimiento31 de enero de 1930
Majagua, Ciego de Ávila, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento28 de abril de 1961
Cienfuegos, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
PadresAdelaido Rodríguez González y Francisca González Díaz

Julio Luis Rodríguez González. Patriota cubano que desde sus inicios fue cooperante de la lucha clandestina. Participó en disímiles combates y atentados contra la tiranía, además de ser miembro del Batallón 339 que luchó en Playa Girón.

Síntesis biográfica

Primeros años

Nació el 31 de enero de 1930 en el chucho “Cristales” que se encontraba enclavado en áreas del término municipal de Majagua, partido judicial de Ciego de Ávila, provincia de Camagüey. A partir de 1977, Cristales pertenece a la provincia de Sancti Spíritus, moliendo sus cañas en el central Jatibonico.

Sus padres, Adelaido Rodríguez González y Francisca González Díaz, vivieron siempre en áreas rurales de Cruces, trabajando solo en tareas agrícolas y arrastrando una precaria situación económica, ya con un hijo –Carlos– que nació en 1924, por lo que decidieron emigrar hacia zonas más prometedoras, donde Adelaido comenzó en tareas de carretero en tiro de caña hacia el chucho Cristales, en cuyo batey nace Julio Luis Rodríguez González, quien pasó parte de sus tres primeros años de vida de brazo en brazo entre jamaicanos y haitianos, en los barracones que albergaban a esos macheteros que llamaban al pequeño por el sobrenombre de “Tararío”.

Cuando Julito cumplió dos años de vida en 1932, el azúcar crudo había caído en el mercado de Nueva York a 0,57 centavos la libra y ese año la zafra se redujo a menos de dos meses. Se vivían los días más terribles del machadato, por lo que el matrimonio decidió enfrentar las penurias cerca de sus familiares, regresando en 1933 e instalándose en el barrio de La Trocha, en el poblado de Cruces.

El firme vigor de ánimo del padre, trabajando la tierra y domando bueyes, le permitió enfrentar las escaseces y pobrezas y aumentar además la prole con otros dos varones –Víctor y Miguel Ángel– y una hembra, María Antonia, a todos los cuales guió por el sendero de la Revolución con la ayuda de su esposa Francisca, que ya revelaba su ideario progresista. De sus hijos, solo Julito no recibió la medalla de “Combatiente de la Lucha Clandestina”, por haber recibido otra inmensa, la de “Mártir de la Revolución”.

Julito alcanzó el quinto grado en la Escuela Primaria No. 16, del poblado de Mal Tiempo, municipio de Cruces, enclavada en el Central Andreíta del propio lugar, posteriormente logró hacer el sexto grado en una escuela pública nocturna, en Cruces. Su primer salario, en 1948, lo devengó como narigonero, guiando los bueyes que aguijaba su padre, desempeñando en años sucesivos tareas de relevante durante las zafras azucareras.

Trayectoria revolucionaria

En 1956, formaba parte del intento de sabotaje al avión Cesna de dos motores que había aterrizado en la pista contigua al Dispensario Infantil (ONDI), donde estaría el Dictador Batista, para su inauguración. El avión era propiedad de Alejandro Suero Falla, presidente de la poderosa Suc. L. Falla Gutiérrez, amigo personal de Batista, cuyo piloto pertenecía a la fuerza aérea de la tiranía y el angar para guardar el avión estaba en Columbia.

El aviso oportuno de Julito al comando que había adulterado la gasolina que debía suministrársele al avión, evitó el derribo infausto de la nave, para lo cual debió correr a caballo dos y medio kilómetros, e informar que los batistianos Julia Consuegra e Ignacio Alonso habían sacado a Batista de la ONDI, en el auto de la primera.

Con la ayuda de familiares de la esposa adquirió a plazos un auto de uso, haciendo piquera frente al establecimiento de venta de efectos electro domésticos “Rivalta y Hernández”, donde se reunían células del M-26-7, a una de las cuales pertenecía Julito, vinculándose al establecimiento como fachada, en la transportación de botellones de gas que se distribuían en esa tienda. El grupo donde trabajaba recibía fósforo vivo para utilizarlo en incendios de cañaverales y su vehículo, era la vía para la transportación del personal encargado de lanzar con flechas el material inflamable.

En diciembre de 1957, en una jornada desde Potrerillo a Cruces, se hicieron once lanzamientos, de los cuales todos resultaron positivos, en tres intentos a las casas de bagazo de Procuba (Fábrica de Tableros de Bagazo), estos también resultaron exitosos. En 1958, el Capitán Mirabal ordenó su detención a través de “Los Vaqueritos”, sin que se les pudiera probar sus actividades revolucionarias; en esos días tuvo noticias de que un soldado de la tiranía lo buscaba, por lo que salió a interceptarlo y al preguntarle para qué lo quería, se entreabrió la camisa en un gesto riesgoso de valentía, para que el mismo comprobara que se encontraba armado.

Ese año de 1958, un numeroso grupo de compañeros miembros del Movimiento 26 de Julio tomaron el camino hacia el Escambray y el auto de Julito era el utilizado para todo el movimiento de recolección de armas y traslado de compañeros. En una ocasión se mantenían botas, armas y avituallamiento en la casa de Amado Sosa, quien dirigía el M-26-7, debiendo trasladarse del lugar urgentemente, de ahí fueron sacados para la casa de Carlos Rodríguez, en Cruces y posteriormente, de nuevo para el Central, a la casa de Adelaido. En este último traslado, Julito es detectado, logra burlar a los guardias y deja el cargamento en una casa de la calle Trujillo No. 107, para que fuera recogido por otro compañero que poseía auto, quien posteriormente las entregó en el Central.

El 6 de diciembre debía acompañar a su hermano Carlos a una operación que se efectuaría entre Ranchuelo y San Juan de los Yeras para propiciar el alzamiento de Carlos Caraballo (hijo), moviendo a Caraballo (padre), hasta Cruces. Al día siguiente le llegó la noticia del asesinato de Carlos Caraballo (padre), ultimado y quemado dentro de un auto, cerca del Central Santa Catalina, hoy este central lleva el nombre de este mártir.

A la huída del Capitán Mirabal del poblado de Cruces, Julito participa en la toma del cuartel de dicho lugar y en la preparación de la resistencia, debiendo salir hacia la zona de Santa Clara, contactando y vinculándose con el Capitán Secundino Rodríguez, al propio tiempo que tomaba parte en distintas acciones, como el corte de vigas del puente sobre el río Sagua.

Cuando se preparaban las acciones para la toma de Santa Clara por el Che, se incorpora a las mismas, participando posteriormente en la batalla y la toma del cuartel Leoncio Vidal, más tarde, el Capitán Secundino Rodríguez lo acepta dentro del cuerpo de la naciente Policía Nacional Revolucionaria, aquí se mantuvo por poco tiempo, ya que fue designado para ocupar el cargo de Interventor Técnico de los Ómnibus de Punta Gorda.

Muerte

Al producirse el desembarco mercenario por Playa Girón, es movilizado por el Batallón 326, antes de partir, pide que le digan a su padre que la Patria lo necesita y que va a luchar por ella, sobre un tosco pedazo de papel escribió a su esposa algo similar y le pide que se dirija con los muchachos hacia la casa de sus padres, en el Central Andreíta.

En el fragor del combate, al ver caer herido a un compañero por el fuego enemigo, se adelantó para socorrerlo y al levantarlo fue alcanzado por una bala explosiva en la ingle, afectándole profusamente la arteria femoral, por lo que pierde bastante sangre antes de poder recibir la atención médica.

Fue trasladado al Hospital de Cienfuegos donde recibió la visita de sus compañeros de lucha de la clandestinidad de Cruces, dando la impresión de que se salvaría, sin embargo, las lesiones eran tan peligrosas que muere el 28 de abril de 1961, dejando al morir tres hijos varones.

Fuentes