La conquista del desierto

Conquista del Desierto
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Conquista del desierto.jpg
Fecha:Febrero de 1833
Lugar:La Pampa y la Patagonia
País(es) involucrado(s)
Bandera de Argentina Argentina, Bandera de Chile Chile
Ejecutores o responsables del hecho:
Juan Manuel de Rosas, Adolfo Alsina, Julio Argentino Roca

La Conquista del Desierto. Operación militar que se realizó con el objetivo de expandir las fronteras, a través de la invasión de los territorios indígenas. Luego de varios intentos, que sirvieron como antecedentes, Julio Argentino Roca logró arrasar con los pueblos originarios y apropiarse definitivamente de su territorio.

Datos de interés

Un desierto habitado se contradice semánticamente. El término Conquista del Desierto, por ende, encierra un significado contradictorio por cuanto difícilmente se puede conquistar lo que no tiene dueño y, aún así, tampoco era ese el caso del territorio argentino a principios del siglo XIX. En aquel entonces, pueblos originarios de la zona, como los Mapuches, Pehuenches, Ranqueles, Voroganos y Tehuelches, mantenían relaciones comerciales con los criollos. Sin embargo, la campaña militar que inició Juan Manuel de Rosas en febrero de 1833 fue denominada Expedición al Desierto, en la cual participaron cerca de 3.800 soldados. Mediante una estrategia en la que combinó coacción física y "política de indios amigos", que consistía en alianzas con determinadas tribus, Rosas ganó 2.900 leguas cuadradas de tierras. Esta campaña fue el primer antecedente importante de lo que vendría después.

En 1877, tras la muerte de Adolfo Alsina, Julio Argentino Roca lo reemplazó como ministro de Guerra, y reformuló la estrategia para con los indios por completo. La nueva operación se denominó Conquista del Desierto y contó con 6 mil soldados que emprendieron una breve pero efectiva campaña, entre agosto de 1878 y mayo de 1879. La consigna era someter a los pueblos indígenas mediante rápidos e inesperados golpes.

Objetivos de la campaña

Esta campaña logró plenamente sus objetivos, y no sólo desaparecieron las fronteras interiores sino que la mayor parte del nuevo territorio ocupado pasó a manos privadas, incorporándose al mercado de tierras. Sus consecuencias generan aún hoy un intenso debate entre quienes la defienden como avance civilizador y quienes ven un genocidio en el ataque a las tribus del sur. Más allá de las cifras, resultan innegables las injusticias cometidas contra los pueblos originarios, en nombre del progreso.

Antecedentes

La Pampa y la Patagonia constituyó una amplia región de los pueblos originarios, que nunca pudo ser conquistada por los europeos, y que desde el siglo XVII se fue unificando bajo la cultura mapuche. Recién a fines del siglo XIX Argentina y Chile, lograron ocupar la región mediante la guerra contra los indígenas. A la llegada de los europeos, el sur del continente americano, la Pampa y la Patagonia, estaba poblado por los pampas, los tehuelches (patagones) en la Patagonia oriental y los mapuches en la Patagonia occidental; Tierra del Fuego estaba habitado por una rama de los tehuelches, los selknams (onas), los yámana y los kawéskar.

Con el desembarco de los conquistadores realistas en las riberas del Río de la Plata y la fundación de la ciudad de Buenos Aires durante el siglo XVI, se produjeron las primeras confrontaciones entre los españoles y el pueblo originario que habitaba la región pampeana, los pampas (het ó querandíes), llamados luego ranqueles, una vez integrados a la cultura mapuche en el siglo XVIII. A partir del siglo XVII una pequeña cantidad de bovinos abandonados por los españoles en las pampas, se multiplicaron naturalmente hasta conformar enormes manadas de bovinos salvajes. Tanto los pampas y mapuches, ocupantes de esos territorios, como los españoles y gauchos libres, se dedicaron a la caza de esos animales, lo que llevó a enfrentamientos entre unos y otros. Los españoles construyeron entonces una línea de fortines cercana a Buenos Aires y Córdoba, para ocupar zonas exclusivas de caza, llamadas vaquerías. Los pampas consideraron que los europeos habían usurpado invadiendo sus territorios, y durante siglos atacaron sus posiciones mediante un sistema de ataques en masa, denominados malones, utilizando diestramente el caballo, largas lanzas y boleadoras.

Simultáneamente desde la Capitanía de Chile se procedía a un ataque sistemático sobre los mapuches, conocidos también como araucanos, que se conoció como la Guerra de Arauco. Entre los siglos XVII y XVIII los mapuches impusieron su cultura a la mayor parte de los pueblos indígenas que habitaban la pampa y la Patagonia. Desde fines del siglo XVIII, los españoles comenzaron lentamente a avanzar sobre territorio ranquel. El río Salado (Buenos Aires), que divide al centro la pampa occidental, se convirtió entonces en el límite entre ambas civilizaciones. Algunos indígenas solían trabajar en las estancias españolas, mestizándose con europeos, negros y otros indígenas. El origen social de los gauchos está relacionado con este proceso de mestizaje.

Tras la independencia en 1816 Argentina mostró una abierta intención de ocupar las tierras de los ranqueles y mapuches. Las ofensivas coordinadas por Martín Rodríguez en 1823 y Juan Manuel de Rosas en 1833, desde la provincia de Buenos Aires, y de otros ejércitos argentinos desde la región del Cuyo, tuvieron como objetivo conquistar nuevos territorios en poder de ranqueles y mapuches, causando grandes bajas a estos últimos. Para la segunda mitad del siglo XIX, tanto Argentina como Chile se dispusieron a conquistar completamente los territorios habitados por los mapuches. En 1872 el jefe Ranquel Cufulcurá, con un ejército originario de 6.000 combatientes, atacó las ciudades de General Alvear, 25 de mayo (Buenos Aires) y 9 de julio (Buenos Aires), resultando muertos 300 criollos y 200.000 cabezas de ganado. El hecho ha sido referido como un antecedente inmediato de las campañas emprendidas por el general Julio A. Roca conocidas como la Conquista del Desierto.

La campaña de Alsina

En 1875, Adolfo Alsina, ministro de Guerra bajo el presidente Nicolás Avellaneda, se presentó al gobierno con un plan que más tarde describió como apuntar a poblar el desierto y no a destruir. Entonces se firmó un tratado de paz con el cacique Juan José Catriel, sólo para ser roto corto tiempo después cuando atacó junto al cacique Namuncurá, Tres Arroyos, Tandil, Azul (Buenos Aires) y otros pueblos y granjas en un ataque incluso más sangriento que el de 1872.

Alsina respondió al atacar a los originarios, forzándolos a retroceder y a dejar los fortines en su camino hacia el sur para proteger los territorios conquistados; y, para evitar el transporte del ganado robado construyó la llamada Zanja de Alsina, que sirvió como límite para los territorios sin conquistar. Los originarios continuaron sus ataques al recolectar vacas de las chacras en la provincia de Buenos Aires y el sur de la provincia de Mendoza, pero la hallaron difícil para escapar con los animales que hacían su marcha lenta y tuvieron que enfrentar a las unidades de patrullaje que los seguirían.

Muchos originarios que no sólo sufrieron de hambre sino que también la venganza del hombre blanco, decidieron unirse a las granjas-estancias para trabajar para ellos a cambio de comida y refugio, pero los otros se resistieron. Después de que Alsina muriera en 1877, Julio Argentino Roca fue nombrado nuevo Ministro de Guerra y prosiguió su trabajo.

La campaña de Roca

Roca, en contraste con Alsina, creía que la única solución contra la amenaza de los pueblos de origen era extinguirlos, subyugarlos o expulsarlos. A finales de 1878, empezó la primera ola para "limpiar" la zona entre la trinchera de Alsina y el Río Negro a través de ataques sistemáticos y continuos a los establecimientos de los indígenas.

Con 6.000 soldados y rifles nuevos, en 1879 comenzó la segunda ola alcanzando Choele Choel en dos meses, la cual fue entregada pacíficamente por los originarios locales. Desde otros puntos, las compañías del sur hicieron su camino hacia el río Negro y el Neuquén; el tributario norteño del río Negro. Juntos, ambos ríos marcaban la frontera natural desde los Andes hasta el Atlántico. Muchos establecimientos fueron construidos en la cuenca de estos dos ríos, así como también en el río Colorado. Por mar, algunos establecimientos fueron erigidos en la cuenca sur del río Santa Cruz, principalmente por colonos galeses.

La campaña final

Roca siguió a Nicolás Avellaneda como presidente. Creyó que era imperativo conquistar el territorio al sur del río Negro lo más pronto posible y ordenó la campaña de 1881 bajo el mando del coronel Conrado Villegas. Dentro de un año, Villegas conquistó el territorio de la actual provincia de Neuquén (alcanzó el río Limay). La campaña continuó presionando a la resistencia de los pueblos originarios más al sur, para luchar la última batalla, el 18 de octubre de 1884. El último grupo rebelde de más de 3.000 miembros bajo el mando de los caciques Inacayal y Foyel, se rindieron dos meses después en la actual provincia de Chubut.

Pueblos indígenas involucrados en la conquista

  • Ranqueles, surgidos de la mapuchización de un sector de los tehuelches septentrionales, dominaban el sur de las provincias de Mendoza, Córdoba y San Luis y el norte de la de La Pampa.
  • Salineros, gobernados desde las Salinas Grandes por la dinastía mapuche de los Curá, dominaban el sudeste de La Pampa y el oeste de Buenos Aires.
  • Tribu de Pincén, mapuches, en el noroeste de Buenos Aires. Tribu de Coliqueo, eran el resto de los boroganos que se salvaron de la masacre de Masallé, se ubicaban en Los Toldos.
  • Tribus de Catriel y de Cachul, tehuelches septentrionales mapuchización que vivían en la zona de Azul y de Tapalqué.
  • Manzaneros, tehuelches septentrionales mapuchización ubicados en Río Negro, Neuquén y Chubut.

Fuentes