Le Marais

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Le Marais

Es uno de los barrio judío más fascinantes que esconde la ciudad de Munich, París. Se ubica entre el III y IV distrito parisinos, y está delimitado al oeste por la Rue Du Temple, al este por el Boulevard Beaumarchais, al norte por la Rue de Bretagne y al sur por el río Sena. Es uno de los paseos obligados en la ciudad, pues es su sector más chic, moderno y fascinante.


Significado

Su nombre viene de "maraîcher","hortelano", y hace referencia a su origen agrícola, aunque algunos, como el editor de café de las ciudades, sostienen que en realidad proviene de "marisma" o pantano, por ser en su origen una zona inundable afectada por las crecidas del Sena. Pero Eric Hazan dice:

"Cuando se trata del barrio parisino, Marais significa región de "huerto de hortalizas" (jardín maraîcher) y no pantano (marécage)."

Historia

La historia urbanística del barrio le confiere un carácter fortuito. Esta se genera en el siglo XII, cuando fue invadido a orillas del pantano del río Sena, por la inteligentilla barroca, por una población pauperizada, monjes y hasta otras personas. No es hasta los 80 que los modernillos descubren un barrio asequible y que se adapta a las necesidades de la nueva estructura "familiar". A partir de ahí, el barrio se llena de galerías y de talleres artesanos de objetos de dudosa utilidad, pero coherentes con una sociedad postmaterialista, por no decir trivial.

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Durante los siglos XVI y XVII, este barrio fue una de las áreas más aristocráticas de París, compuesta por una sucesión de mansiones señoriales que se extendían desde Plaza de la Bastilla hasta el actual Hotel de Ville. En el año 1962 se inició una campaña de restauración del barrio, convirtiéndolo en una zona con calles estrechas, cafés, elegantes mansiones convertidas muchas de ellas en museos y pequeñas boutiques.Con todas estas construcciones convierten lentamente este lugar en una zona exclusiva para la construcción de palacios y urbanizaciones a donde llegaron hasta judíos.

Hacia la década de 1980 se convierte en el barrio gay de París, y desde entonces comenzaron a llegar artistas, bares, restaurantes, discotecas, que comenzaron a hacer de este barrio otrora popular un sitio sofisticado.

Transformaciones

Calle de La Marais

Después se transformó en un distrito comercial promovido por la comunidad judía que es la más grande de Europa, la cual allí vive y con los años este pintoresco barrio parisino se ha convertido en el epicentro de la vanguardia artística y la bohemia de la capital de Francia, repleto de almacenes y lugares legendarios de la vida social parisina.

También es considerado como un distrito que tiene a la moda en sus entrañas, con negocios y empresas del ámbito legal y bancario y es denominado a nivel mundial como uno de los barrios más cosmopolitas de Europa. Viéndose que en el lugar existen también negocios de tendencia gay, así, podemos ver la presencia de muchas tiendas para gays, aunque también entre los negocios existen discotecas, cafeterías y cabarets. Ese tipo de negocios tienen su área específica de funcionamiento, y pueden ser localizados en el lado suroeste de Le Marais, teniendo mayor incidencia en la calle de Sainte-Croix de la Bretonnerie.

Lugares asombrosos

Las calles están compuestas por exquisitos edificios aristocráticos, y también abundan artesanos y vendedores de ropa usada, además de un gran número de las más vanguardistas galerías de arte de París. Otro lugar es la imperdible Plaza de los Vosgos, ya que muchos coinciden en afirmar que es la más bella de la ciudad.

El barrio igualmente cuenta con una sorprendente cantidad de museos. Uno de ellos es el Museo Carnavalet, consagrado a la historia de París. Su sede es un palacete del siglo XVI, en el que se exhiben desde restos arqueológicos de los primitivos habitantes de la zona, hasta maquetas de monumentos desaparecidos (entre ellos, la mítica Bastilla). Muy interesante es también el Museo de la Historia del Judaísmo, situado en la bellísima Rue du Temple, mientras que la Maison Europeénne de la Photographie (Casa Europea de la Fotografía) constituye un hito imperdible para conocer obras de fotógrafos contemporáneos de todo el mundo.

Por ello, recorrer este barrio es captar la esencia misma de la diversidad y lo chic parisino, algo que cualquier viajero debería hacer antes de partir.

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