Leche materna

Leche materna
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Leche materna. Fluido biológico que contiene carbohidratos, lípidos, proteínas, calcio, fósforo, vitaminas y otras sustancias que la hacen el alimento ideal para el bebe.

Composición

La leche humana es una emulsión de grasas en una solución azucarada. También se describe como una suspensión coloidal de sustancias albuminoides.

Gestación

Desde el 3er. mes de la gestación la glándula mamaria produce una sustancia denominada precalostro, formada por un exudado de plasma, células, inmunoglobulinas, lactoferrina, seroalbúmina, sodio, cloro y una pequeña cantidad de lactosa.

Hacia el final del embarazo las células alveolares secretan calostro, que es un líquido amarillo por la presencia de betacarotenos, con una gravedad específica alta, que lo hace espeso. Aumenta su volumen en forma progresiva a 100 mL al día en los tres primeros días.

El calostro tiene 87 % de agua. Por cada 100mL contiene 57 o 58 kcal; 2,9 g de grasa; 5,3 o 5,7 g de lactosa y 2,3 g de proteína, casi tres veces más que la leche madura.

Este líquido amarillo tiene alta concentración de IgA, lactoferina que junto a linfocitos y macrófagos le confieren la condición protectora para el recién nacido y para la glándula misma.

Postparto

Entre el 4to. y el 10mo. día posparto se produce la leche de transición, que contiene, en relación con el calostro, mayor contenido de lactosa, grasas, calorías y vitaminas hidrosolubles, y menos cantidad de proteínas, inmunoglobulinas y vitaminas liposolubles.

A partir del 10mo. día se produce la leche madura, que está compuesta por 90 % de agua y 7,3 % de carbohidratos del total de componentes de la leche.

El principal azúcar es la lactosa, que le da la dulzura y parte del sabor especial; la lactosa es un disacárido compuesto de glucosa y galactosa, con un valor osmótico fundamental en la secreción de agua. Además, existen más de 50 oligosacáridos que componen el 1,2 % de la leche, entre los que se encuentra la fructuosa.

Estos carbohidratos y glucoproteínas poseen un efecto beneficioso para el desarrollo de lactobacilos bífidos. Entre el 2,1 y el 3,3% de los constituyentes de la leche son lípidos. El mayor componente son los triglicéridos, aunque también contiene fosfolípidos y colesterol.

Se ha demostrado la presencia de ácidos grasospoliinsaturados, el ácido linoleico y docoexanoico, con un efecto primordial enel desarrollo del sistema nerviosocentral. El 0,9 % de la leche lo forman las proteínas.

El mayor porcentaje corresponde a la caseína (40 %) y el resto a las proteínas del suero: lactoalbúmina, lactoferrina y lisozima.

Como parte del nitrógeno no proteico se encuentran aminoácidos libres, entre ellos la taurina que funciona como neurotransmisor y es necesaria para la conjugación de ácidos biliares.

En la leche además de la proteína nutriente, también existen otras proteínas cuyas funciones principales no son las de nutrir, entre ellas las limosinas, que son factores antimicrobianos no específicos, con acción bactericida contra enterobacterias y bacterias grampositivas; las inmunoglobulinas−IgA, IgG, IgM−; la principal es la IgA secretora, cuya función consiste en proteger las mucosas y proporciona protección local intestinal contra poliovirus, E.coli y V. cholerae. La IgG e IgM lo hacen contra el virus sincitial respiratorio, el citomegalovirus y la rubéola, entre otros.

Cuando el bebé succiona es importante que tome el pezón y parte de la areola, sostenga su pecho con la mano libre en forma de letra C, es decir, con el pulgar en la parte superior del seno arriba de la areola y los otros cuatro dedos en la cara inferior del seno. Con ello se dirige con mayor facilidad el pezón hacia la boca del niño.

El promedio de lactancia es de 20 a 40 a minutos en cada pecho durante las primeras semanas, pero se debe respetar la necesidad individual de cada bebé, unos comen despacio y otros un poco más rápido. Cada vez que amamante vaya alternando los senos, iniciando por el que terminó de dar de mamar en la ocasión anterior. Para cambiar a su bebé al otro seno, con el dedo índice presione con suavidad la comisura labial del niño para romper el vacío que se forma y el niño suelte el pezón sin lastimarla.

Cuando su hijo termine de comer de un seno, levántelo y apóyelo sobre el hombro, dándole palmaditas en la espalda hasta que elimine el aire ingerido. Repita esta maniobra cuando termine del otro seno. Otra manera de favorecer la eliminación del aire es colocar al bebé boca abajo sobre el muslo de la madre y darle unas palmaditas en la espalda.

La alimentación al seno materno debe ser a libre demanda, es decir cada vez que su bebé pida de comer sin horario estricto. En las primeras semanas el bebé desea comer en intervalos cortos, a veces menos de dos horas. Esto es normal cuando se observa de manera transitoria. Al bebé no le hace daño tomar leche materna con mayor frecuencia, al contrario, lo alimenta, lo nutre y favorece la producción de más leche.

Por su parte, la lactoferrina contribuye a la absorción del hierro en el intestino del niño y tiene efecto bacteriostático importante contra estafilococos, E. coli y C. albicans, mediante privación del hierro que requiere para su crecimiento.

Niños prematuros

La leche de las madres con niños prematuros difiere en los primeros meses de la leche madura, contiene mayor cantidad de sodio y de proteínas, menos lactosa e igual de calorías.

La lactoferrina y la IgA son más abundantes en ella. Esta leche no cubre los requerimientos de calcio y fósforo de un recién nacido menor que 1,5 kg.

Fuentes

  • Medicina General Integral. Volumen I. Salud y Medicina. Lactancia Materna. Lemus Lago, Elia Rosa y Báez Martínez, José Manuel.