Lynx pardinus

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Lince ibérico
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Lince Ibérico.jpg
Felino amenazado.
Clasificación Científica
Nombre científicoLynx pardinus
Reino:Animalia
Filo:Chordata
Clase:Mammalia
Orden:Carnivora
Familia:Felidae

El Lince ibérico (Lynx pardinus) es un felino amenazado; pertenece al grupo de los mamíferos, único género de félidos maulladores común a los dos hemisferios, animal que se distingue por presentar una cola corta y las orejas adornadas con un pincelillo de pelos largos. A él pertenece el gato clavo, también llamado Lince ibérico.

Características físicas

Tiene una estructura robustísima, garras fuertes y gruesas y patas parecidas a las del tigre o del león. Las orejas son bastante largas, puntiagudas, y acaban en un mechoncito de pelos negros, tiesos, espesísimos y de unos 4 cm de longitud. Su cuerpo está cubierto por un pelaje espeso y suave que se alarga en la cara y forma dos mechones puntiagudos y colgantes que, junto con los de las orejas, dan al animal un aspecto muy particular. En la parte superior del cuerpo el color predominante del pelaje es un gris rojizo, mezclado con blanco y salpicado de manchas castaño rojizas o castaño grisáceas; la parte interna de las patas, la región anterior del cuello, los labios y la zona que rodea los ojos son blancas. La cola, uniformemente cubierta de pelo, está anillada irregularmente en su primera mitad y es negra en el resto.

Lince macho y hembra.

En verano el pelo del lince es corto y con tendencia al tono rojizo; en invierno es más largo y de color blanco grisáceo. En su conjunto, la coloración del animal se halla sujeta a cambios, lo mismo que los dibujos y las manchas de la piel. Asimismo la hembra se distingue por un color de fondo más rojizo y por tener las manchas menos acusadas. Los recién nacidos son blancuzcos. Los ojos de este animal, color de bronce, tienen la pupila redonda.

La vista y los reflejos del lince son proverbiales.

Distribucción

El área de dispersión del animal es muy amplia, ya que comprende buena parte de Europa, Asia y América del Norte. Los que se encuentran en la parte central y septentrional de América del Norte es la llamada lince del Canadá o lince polar, cuya piel es muy valiosa.

Hábitat

Al lince ibérico lo podemos encontrar en el bosque y matorral mediterráneo, en zonas muy restringidas de España y Portugal, aunque en este último, parece que se ha extinguido, bien conservadas, y aisladas de la actividad humana. Este tipo de hábitat le proporciona refugio y pastos abiertos para cazar conejos, que estos forman el 90 % de su dieta. El tamaño del territorio está condicionado por la abundancia de presas potenciales, pero como promedio ocupa unos 10 km². En zonas ricas en alimento, el territorio del lince será algo menor que en zonas pobres.

Además habita en los montes y cotos alejados de los grandes centros de población, sobre todo, allí donde el bosque es muy espeso, o en los terrenos descubiertos ricos en maleza.

Especies

Se han descrito las siguientes especies:

Reproducción

Cachorros del lince.

La época del celo entre los félidos corresponde al invierno, en períodos distintos, según la latitud. Son días durante los cuales los machos luchan por las hembras en furiosos combates, gritando continuamente. Después de unos sesenta días, las hembras paren de uno a cuatro pequeños en cualquier escondrijo abandonado por topos o zorros, bajo una roca saliente o en algún lugar parecido. Los pequeños al nacer pesan unos trescientos gramos y abren los ojos a los ocho o diez días. Más tarde la madre los alimenta con ratones y pájaros, y luego les enseña a cazar para que se hagan independientes.

Alimentación

La alimentación del félido es fundamentalmente los conejos, completándola con otros lagomorfos como las liebres, roedores (ratones de campo, lirones, topillos), escasas aves y reptiles y, ocasionalmente, jóvenes y viejos ungulados.

Costumbres

Es un animal que vive de manera solitaria y nómada, mostrándose más sociable en la época de celo. Es un gran cazador. Se aproxima sigilosamente a la pieza y salta sobre ella con rapidez. Con menos frecuencia espera oculto a que pase cerca una pieza. Cuando las temperaturas máximas aumentan, los linces pasan más tiempo descansando, al contrario cuando hay precipitaciones. Los linces juveniles son básicamente crepusculares y diurnos, con un aumento de su actividad nocturna después de su primer año de vida. Durante el invierno, los linces pueden tener actividad durante las 24 horas del día, contrastando con sus hábitos casi estrictamente nocturnos en verano.

Cautividad

En cautividad, los linces resultan animales agradables y atractivos. Pero si se capturan de adultos se muestran sombríos, caprichosos, obstinados y perezosos y permanecen inmóviles, como estatuas, durante casi todo el día. Si frente a su jaula pasa un animal cualquiera, olvidan toda su apatía y demuestran un vivo deseo de saltarles encima. En los jardines zoológicos estos félidos requieren muchos cuidados: soportan bastante bien los rigores invernales, pero han de estar en un lugar seco y protegidos de las corrientes de aire. Además son difíciles de contentar por lo que respecta a la comida: comen sólo la mejor carne y tienen absoluta necesidad de variar de vez en cuando de alimentación. En general, el lince procura evitar al hombre; sólo le ataca si está herido o se ve obligado por la necesidad.

Causas de su disminución

El lince ibérico se ha restringido históricamente a la península ibérica, donde era abundante y a Francia meridional. En el pleistoceno la península fue evidentemente un refugio para el conejo, y hoy la raza que ocupa esta área es solamente la mitad de la talla de sus congéneres de centroeuropa. La Península Ibérica es la única zona de la región paleártica que tiene una alta densidad de lagomorfos, conejos. Habían 31 zonas en las que habitaba el lince en 1960, y ahora solo quedan linces en 8. Sólo en puntos muy concretos parece que la especie se ha mantenido en buen estado. Se declaró especie protegida en 1966.

Esta especie va perdiendo territorio debido generalmente a las infraestructuras humanas, y de esta manera las poblaciones se van separando paulatinamente unas de otras hasta llegar a estar totalmente incomunicadas, fragmentadas y aisladas por barreras de distintos tipos que impiden el intercambio genético entre poblaciones. Éste ejemplo en uno de los más claros de fragmentación de área y uno de los problemas actuales más importantes para la conservación de la especie.

Además de la incomunicación de las poblaciones, se enfrenta a otros problemas, como los siguientes:

  • La caída de la población del conejo por enfermedades tal como la mixomatosis o la neumonía hemorragicovírica.
  • Alteración de su hábitat, por construcción de infraestructuras, reforestaciones inadecuadas.
  • La pérdida de su hábitat, típicamente de zonas de cobertura vegetal densa y baja densidad humana, a la que han afectado también las repoblaciones con especies de crecimiento rápido (pino y eucalipto) que son incompatibles por razones de alopatía con el desarrollo del matorral, así como la ganadería intensiva, con la consiguiente sobreexplotación del estrato herbáceo, que limita a su vez las poblaciones de conejos.
  • La caza indirecta y los métodos no selectivos de caza, como los cepos y lazos.
  • Caza furtiva directa.
  • Envenenamiento.
  • Arrollamientos con vehículos de motor.
  • Incendios forestales provocados.

Véase también

Fuente