Luis Felipe Portuondo Santa Cruz Pacheco

Luis Felipe
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LUIS FELIPE PORTUONDO SANTA CRUZ NUEVA.JPG
NombreLuis Felipe Portuondo Santa Cruz Pacheco
Nacimiento16 de agosto de 1858
Santiago de Cuba, CubaBandera de Cuba
Fallecimiento5 de junio de 1922
Santiago de Cuba, Cuba Bandera de Cuba
OcupaciónMédico

Luis Felipe Portuondo Santa Cruz Pacheco. Maestro en la rama de las ciencias médicas, clínico pediatra que se destaca en la administración de anestésicos.

Síntesis Biográfica

Nació en Santiago de Cuba el 16 de agosto del año 1858. Sus primeros estudios los realizó en el Seminario de la ciudad de Santiago de Cuba, habiendo sido más tarde enviado por sus padres a España; en el Colegio de Valdemia (Mataró) cursa el Bachillerato; pasando después a Barcelona donde estudia la carrera de medicina, graduándose de doctor en el año 1883, tanto en el instituto como en la Universidad obtiene excelentes notas, recibiendo la más calurosa felicitación de sus profesores.

Poseedor de tan honroso título va a París en cuyos Hospitales perfecciona sus conocimientos, regresa a su país un año más tarde para ejercer de una manera brillante su profesión, llegando a ser uno de los médicos de aquella época que contaba con una numerosa clientela; su popularidad fue tan grande que los santiagueros le llamaban simplemente Luis Felipe y él con su bondad característica lo recibía con agrado.

Vida Profesional

El Doctor Portuondo fue un experto en la administración de los anestésicos; los cirujanos Joaquín Castillo, Antonio Guernica, Álvarez Chacón a su paso por esta ciudad tenían una confianza ilimitada en él, porque había hecho estudios especiales acerca de estos auxiliares poderosos de la cirugía. Clínico pediatra, sus diagnósticos en las enfermedades de los niños eran encomiados por sus compañeros, por la seguridad−anestesia reputado−poliglota; hablaba Castellano, Francés, Inglés e Italiano. Hombre de Mundo, estaba al tanto de todo lo que constituía progreso. Viajero incansable, viajar en su alegría, visitando en distintas ocasiones Alemania, Inglaterra, Francia, Suiza, Italia y España. Entre los distintos cargos que ejerció se encuentran: Médico Municipal, Médico de Bomberos, Médico de visitas del Hospital Civil, habiendo desempeñado con distintas ocasiones la dirección del mismo algunas de ellas en interinatura de muchos meses, recibiendo felicitaciones del Hon. Secretario de Sanidad.

El Doctor Portuondo fue lo que se llama un médico a la moderna, hacía de su profesión un sacerdocio, pero no olvidaba que para ser un buen médico no basta tan solo poseer conocimientos profundos de la ciencia; que la medicina, es también un arte y como tal el que la ejerce necesita tener sentimiento artístico, siendo por esta razón que podíamos apreciar en él su exquisito gusto por la poesía, la pintura y la música, cuando hacía un paralelo entre los distintos cantantes de las mismas, colocaba a cada uno en el lugar que le pertenecía; acordándose de los más ínfimos detalles a este respecto, ya hubiese sido en el Liceo de Barcelona, Real de Madrid, Metropolitan de New Cork, Scala de Milán o Gran Opera de París.

El Dr. Portuondo viajó mucho; espíritu observador, alma de artista, de cada uno de los países que visitó; conservaba la impresión de su belleza y con su palabra fácil hacía experimentar la alegría de vivir en aquellos lugares; esta facultad no la poseen todos los hombres muchos han viajado y no pueden como lo hacía mi biografiado deleitar a los que lo rodean y era porque el sabía amar lo bello bajo todas sus formas, confirmando el pensamiento del Profesor Morache de Burdeos que dice: “la belleza es la verdad−la belleza es casi la virtud”. No podía permanecer indiferente como todo buen cubano a la causa de la revolución redentora y anhelaba la independencia de su patria siendo por su laborantismo encarcelado, durante su cautiverio muchos meses los cuales pasó resignado.

Muerte

El Doctor Portuondo enfermo del corazón nos ofrece el prototipo del hombre estoico que conociendo su enfermedad, vive la vida, sabiendo que la lesión que padece irremediablemente lo llevará a la tumba, el 5 de junio del año 1922 falleció rodeado del cariño, de sus hijos y del aprecio de sus compañeros, con los que supo conservar hasta exhalar el último suspiro, el respeto que se debe a los más viejos en la profesión y teniendo la mano franca a los jóvenes que se iniciaban en el difícil arte de curar.

Fuente

  • Castellanos JG. Dr. Luis Felipe Portuondo Santa Cruz Pacheco. Finlay 1924;1(1):8-9.