Suiza
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Suiza (oficialmente la Confederación Suiza, en alemán Schweizerische Eidgenossenschaft, en francés Confédération suisse, en italiano Confederazione Svizzera, y en romanche Confederaziun svizra) es un país situado en el corazón de Europa. Limita al norte con Alemania, al este con Austria y Liechtenstein, al sur con Italia y al oeste con Francia. Suiza es conocida por su sistema de gobierno democrático y federal, basado en la colaboración de 26 cantones, cada uno con un alto grado de autonomía.
Suiza no tiene salida directa al mar, pero destaca por su paisaje montañoso, dominado por los Alpes, lo que le ha otorgado fama internacional como destino turístico. Su capital es Berna, aunque la ciudad más grande y conocida es Zúrich, que también es el principal centro financiero del país.
El país posee una población diversa, con cuatro idiomas oficiales: alemán, francés, italiano y romanche, lo que refleja la rica herencia cultural de sus regiones. Suiza es reconocida mundialmente por su estabilidad política, su alto nivel de vida y su sistema de bienestar social. A lo largo de los siglos, Suiza ha mantenido una política de neutralidad, no participando en conflictos internacionales desde principios del siglo XIX, lo que le ha permitido convertirse en un centro de organizaciones internacionales, como la sede de la Cruz Roja y diversas agencias de la ONU.
Sumario
Etimología
El nombre de Suiza proviene de la palabra Schwyz, que hace referencia a uno de los cantones fundadores de la Antigua Confederación Suiza, conocido como uno de los cantones de Waldstätten. El topónimo del cantón se remonta al año 972 y proviene del antiguo alto alemán Suittes, una palabra vinculada con suedan, que significa "quemar". Este término hacía referencia a una región boscosa que fue incendiada con el fin de construir viviendas en la zona. El uso del nombre se extendió rápidamente desde este cantón para denominar toda la región, y, tras la Guerra Suaba en 1499, pasó a ser utilizado para designar a toda la Confederación Suiza.
En alemán, el nombre del país Schwiiz es homónimo al del cantón de Schwyz y su capital. Para evitar confusiones, se utiliza el artículo determinado die (la) en die Schweiz para referirse al país, mientras que Schwiiz sin artículo es utilizado para el cantón y la ciudad.
El antiguo nombre de Suiza, Helvetia, proviene de la tribu celta Helvetii, que habitó la región de la meseta suiza antes de la llegada de los romanos. La primera mención de los Helvetii data del año 300 a.C. Los términos en latín Confoederatio Helvetica o Helvetia fueron adoptados cuando Suiza se constituyó como Estado federal en 1848, rememorando la República Helvética.
Historia
Historia temprana
Los vestigios humanos más antiguos encontrados en Suiza datan de hace aproximadamente 150.000 años. Asimismo, las herramientas agrícolas más antiguas fueron halladas en Gächlingen, y se estima que datan del 5300 a. C.
Las tribus más antiguas conocidas en la región pertenecen a las culturas Hallstatt y La Tène, esta última denominada así debido al sitio arqueológico de La Tène, ubicado al norte del lago de Neuchâtel. La cultura de La Tène floreció a finales de la Edad de Hierro, alrededor del 450 a. C., posiblemente bajo la influencia de las civilizaciones griega y etrusca. Uno de los grupos étnicos más importantes en la región suiza fueron los helvecios. En el 58 a. C., durante la batalla de Bibracte, las fuerzas de Julio César derrotaron a los helvecios. En el año 15 a. C., Tiberio, quien más tarde sería emperador de Roma, y Druso el Mayor, conquistaron los Alpes, integrándolos al creciente Imperio romano. El territorio ocupado por los helvecios, de donde proviene el nombre Confoederatio Helvetica, pasó a formar parte de la provincia romana de Gallia Belgica y, más tarde, de la provincia de Germania Superior, mientras que la porción oriental de la Suiza moderna estuvo integrada a la provincia romana de Raetia.
En la Alta Edad Media, desde el siglo IV, la parte occidental de la actual Suiza formó parte del Reino de Borgoña. Los alamanes se establecieron en la meseta suiza en el siglo V d. C. y en los valles de los Alpes en el siglo VIII, formando Alemannia. Esto provocó que el territorio suizo quedara dividido entre los reinos de Borgoña y Alemannia. En el siglo VI, la región pasó a formar parte del Imperio franco tras la victoria de Clodoveo I sobre los alamanes en la batalla de Tolbiac en el año 504. Posteriormente, los francos también dominarían a los burgundios.
Entre los siglos VI y VIII, Suiza continuó bajo la hegemonía franca, primero bajo las dinastías merovingia y luego carolingia. En 843, tras alcanzar su máxima extensión bajo el reinado de Carlomagno, el Imperio franco fue dividido en el Tratado de Verdún. El territorio de la actual Suiza quedó dividido entre Francia Oriental y Francia Media hasta que fue unificada por el Sacro Imperio Romano Germánico en el siglo XI.
Hacia el año 1200, la meseta suiza comprendía los dominios de las casas de Saboya, Zähringer, Habsburgo y Kyburg. Algunas regiones (Uri, Schwyz y Unterwalden, conocidas más tarde como Waldstätten) fueron anexadas como inmediaciones imperiales para garantizar el control del imperio sobre los puertos de montaña. Cuando la dinastía Kyburg cayó en 1264, los Habsburgo, bajo el mando del rey Rodolfo I, quien fue emperador del Sacro Imperio en 1273, extendieron su territorio hacia el este de la meseta suiza.
Antigua Confederación Suiza
La Antigua Confederación Suiza fue una alianza establecida por las comunidades de los valles centrales de los Alpes. La Confederación facilitó el desarrollo de varios intereses comunes, como el libre comercio, y aseguró la paz en las principales rutas mercantiles en las montañas. La Carta Federal de 1291, firmada por las comunidades rurales de Uri, Schwyz y Unterwalden, es considerada el documento que sentó las bases de la fundación de la confederación, aunque es probable que alianzas similares ya hubieran existido desde décadas anteriores.
En 1353, los tres cantones originales se unieron a los cantones de Glaris y Zug, así como a las ciudades-estado de Lucerna, Zúrich y Berna, formando la Antigua Confederación de ocho estados, que existió hasta finales del siglo XV. La expansión territorial contribuyó a incrementar el poder y la riqueza de la confederación. En 1460, los confederados controlaban gran parte de los territorios al sur y oeste del río Rin, hasta la cordillera de los Alpes. En 1499, la victoria de Suiza sobre la Liga Suaba y la Casa de Habsburgo en la Guerra Suaba resultó en una independencia de facto respecto al Sacro Imperio Romano Germánico.
La Antigua Confederación Suiza había adquirido una reputación de invencible durante estas guerras, pero la expansión de la Confederación sufrió un revés en 1515, con la derrota en la batalla de Marignano. Este evento marcó el fin de la llamada época "heroica" de la historia de Suiza. El éxito de la Reforma de Ulrico Zuinglio en algunos cantones llevó a varias guerras internas en el país entre 1529 y 1531 (las Guerras de Kappeler). No fue sino hasta 1648, más de un siglo después de estas guerras, que Johann Rudolf Wettstein, como enviado de la Confederación Suiza, logró, mediante hábiles negociaciones, que las potencias firmantes del Tratado de Westfalia reconocieran oficialmente la independencia de Suiza respecto al Sacro Imperio Romano Germánico y su neutralidad en las guerras (Ancien Régime).
Los siglos XVI y XVII estuvieron caracterizados por el creciente autoritarismo de las familias gobernantes. En 1653, esta situación, combinada con la crisis financiera derivada de la Guerra de los Treinta Años, llevó al estallido de la Guerra de los campesinos suizos. A ello se sumaba el conflicto religioso entre los cantones católicos y los cantones protestantes, que entre 1656 y 1712 resultó en violentos enfrentamientos, como la batalla de Villmergen.
Era napoleónica
En 1798, las fuerzas de la Revolución Francesa conquistaron Suiza e impusieron una nueva constitución. Esta constitución centralizaba el gobierno y abolía los cantones. Además, tanto el territorio de Mulhouse como el valle de Valtellina fueron separados de Suiza. El nuevo régimen, conocido como la República Helvética, fue muy impopular. Había sido impuesto por un ejército invasor, destruyendo siglos de costumbres y tradiciones y convirtiendo a Suiza en un estado satélite de Francia. La fuerte represión ejercida por Francia durante la rebelión de Nidwalden (septiembre de 1798) fue un ejemplo de la presencia opresiva del ejército francés y de la resistencia local a la ocupación.
Cuando estalló la guerra entre Francia y sus rivales, las fuerzas de Rusia y Austria invadieron Suiza. El pueblo suizo se negó a combatir junto a los franceses en nombre de la República Helvética. En 1803, Napoleón organizó una reunión con los líderes políticos suizos en París; el resultado de esta reunión fue el documento conocido como la "Acta de Mediación", que restablecía en gran parte la autonomía de Suiza y la Confederación de 19 cantones. Desde entonces, gran parte de la política suiza se orientaría a equilibrar la tradición de los cantones autónomos con la necesidad de un gobierno central.
En 1815, el Congreso de Viena restableció por completo la independencia de Suiza y las potencias europeas acordaron reconocer permanentemente la neutralidad del país. Las tropas suizas sirvieron a varios gobiernos hasta 1860, cuando participaron en el sitio de Gaeta. El tratado también amplió la extensión territorial de Suiza, con la anexión de los cantones de Valais, Neuchâtel y Ginebra. Los límites de Suiza no han cambiado desde entonces.
Estado federal
El cantón de Berna fue uno de los tres cantones que presidieron el Tagsatzung (antiguo consejo ejecutivo y legislativo), junto con Lucerna y Zúrich. La capital del cantón fue elegida como la capital federal en 1848, principalmente debido a su cercanía con el área francófona del país.
La restauración del poder en Suiza fue solo temporal. Después de un periodo de disturbios con repetidos enfrentamientos violentos, como el de Züriputsch en 1839, estalló la guerra civil en 1847, cuando algunos de los cantones católicos intentaron establecer una alianza entre ellos (Sonderbundskrieg). La guerra duró menos de un mes y causó menos de cien víctimas, la mayoría de las cuales fueron a causa de fuego amigo. El Sonderbundskrieg parece muy pequeño comparado con otros conflictos que existieron en la Europa del siglo XIX y en la historia de la sociedad suiza.
La guerra mostró a los habitantes de Suiza la necesidad de unidad para fortalecerse ante sus vecinos europeos. Suizos de todos los estratos sociales, ya fueran católicos, protestantes, liberales o conservadores, se dieron cuenta de que los cantones progresarían más si fusionaran sus intereses económicos y religiosos.
Así, mientras el resto de Europa se encontraba en medio de revoluciones y guerras, los suizos promulgaron una constitución más moderna, que otorgaba al gobierno un diseño federal, en gran parte inspirado en el modelo estadounidense. Esta constitución impuso una autoridad central, dejando a los cantones el derecho de autogobernarse y resolver cuestiones locales. Además, la asamblea nacional se dividió en una cámara alta (el Consejo de los Estados de Suiza, con dos representantes por cada cantón) y una cámara baja (el Consejo Nacional de Suiza, con representantes electos de todo el país). Para introducir cambios a la constitución, se hizo obligatorio realizar un referéndum.
Asimismo, se implantó un sistema único de pesas y medidas, y en 1850 el franco suizo se convirtió en la única moneda oficial del país. El artículo 11 de la constitución prohibió el envío de tropas al extranjero, aunque en 1860 el ejército suizo fue obligado a participar al lado de Francisco II de las Dos Sicilias en el sitio de Gaeta.
Una de las cláusulas más importantes de la constitución era la que establecía que podía ser reescrita completamente si la ocasión lo demandaba. De esta forma, la constitución evolucionaría totalmente en lugar de ser modificada año tras año. Esta característica de la constitución resultó muy útil con la llegada de la Revolución Industrial, cuando varios proclamaron que era hora de modificar la constitución. Un primer borrador fue rechazado por la población en 1872, pero dos años más tarde se aceptaron las modificaciones. Fue entonces cuando se introdujo un referéndum facultativo para la creación y modificación de leyes a nivel federal. También se establecieron normas que regulaban el ejército, el comercio y otras cuestiones legales. Finalmente, en 1891, la constitución fue revisada nuevamente y se implantó un sistema único de democracia directa, el cual sigue siendo vigente hasta el día de hoy.
Historia moderna
Suiza no fue invadida en ninguna de las dos guerras mundiales. Durante la Primera Guerra Mundial, Suiza dio asilo a Vladímir Ilich Uliánov (Lenin), quien permaneció en el país hasta 1917. Ese mismo año, la neutralidad suiza fue seriamente cuestionada por el escándalo protagonizado por Robert Grimm y Arthur Hoffmann, cuando intentaron negociar una tregua entre Rusia y Alemania. No obstante, en 1920 Suiza se unió a la Sociedad de Naciones, la cual tenía su sede en Ginebra, con la única condición de quedar exenta de todo compromiso militar.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército alemán elaboró planes detallados de invasión, pero nunca se concretaron. Suiza logró mantener su independencia gracias a una combinación de disuasión militar, concesiones al Tercer Reich y un poco de suerte en el desarrollo de las operaciones militares. También existieron intentos del Partido Nazi suizo por anexar el país a Alemania, pero fracasaron. La prensa suiza criticó abiertamente al régimen nazi, llegando incluso a insultar frecuentemente a su líder. Suiza fue una importante base de espionaje para ambos bandos durante el conflicto, además de actuar como mediadora en las comunicaciones entre los Aliados y las fuerzas del Eje. La Cruz Roja Internacional, con sede en Ginebra, desempeñó un papel crucial durante esta y otras guerras.
El comercio suizo fue bloqueado tanto por los Aliados como por los países del Eje. La cooperación económica y la concesión de créditos al Tercer Reich variaron según el riesgo de invasión y la disponibilidad de otros socios comerciales. Las concesiones alcanzaron su punto máximo después de que se interrumpiera una línea ferroviaria que conectaba al país con la Francia de Vichy, dejando a Suiza completamente rodeada por territorios controlados por el Eje. Durante la guerra, Suiza recibió a más de 300.000 refugiados, entre ellos 104.000 soldados extranjeros aceptados conforme a los derechos y obligaciones de los países neutrales, establecidos en las Conferencias de La Haya de 1899 y 1907. De los civiles que buscaron asilo, unos 60.000 huían de la persecución nazi, incluyendo cerca de 27.000 judíos. Sin embargo, las estrictas políticas migratorias y las relaciones financieras con la Alemania nazi generaron considerable controversia.
Durante el conflicto, la Fuerza Aérea Suiza se enfrentó a aeronaves de ambos bandos. En mayo y junio de 1940, derribó once aviones de la Luftwaffe que habían violado el espacio aéreo suizo, aunque posteriormente se modificó la política con respecto a Alemania. Además, más de cien bombarderos aliados y sus tripulaciones fueron internados en Suiza. En 1944, los Aliados bombardearon por error las ciudades de Schaffhausen (causando cuarenta muertos), Stein am Rhein, Vals y Rafz (con dieciocho fallecidos), así como Basilea y Zúrich el 4 de marzo de 1945.
En 1959, las mujeres obtuvieron el derecho al voto en algunos cantones, y este derecho se convirtió en ley federal en 1971. En 1963, Suiza se unió al Consejo de Europa. A finales de la década de 1970, una parte del cantón de Berna se separó para formar el nuevo cantón de Jura. En 1984, Elisabeth Kopp se convirtió en la primera mujer en formar parte del Consejo Federal Suizo, y en 1999 Ruth Dreifuss fue la primera mujer en ocupar la presidencia del país. Ese mismo año, el 18 de abril, la población suiza votó a favor de una revisión completa de la constitución federal.
En 2002, Suiza se convirtió en miembro de pleno derecho de la ONU, dejando a la Ciudad del Vaticano como el único Estado reconocido sin membresía completa. Suiza fue uno de los fundadores de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), pero no forma parte del Espacio Económico Europeo (EEE). En mayo de 1992, presentó una solicitud para unirse a la Unión Europea, pero el proceso se detuvo después de que el acceso al EEE fuera rechazado en un referéndum en diciembre de ese año. Desde entonces, se han realizado varios referendos sobre la adhesión a la UE, pero debido a la diversidad de opiniones en la población, el proceso se ha mantenido suspendido. Sin embargo, la legislación suiza ha ido adaptándose gradualmente a través de una serie de acuerdos bilaterales con la UE. Suiza y Liechtenstein han estado completamente rodeados por países de la Unión Europea desde la incorporación de Austria en 1995. El 5 de junio de 2005, el 55 % de los votantes suizos aprobó la adhesión al Tratado de Schengen, lo cual fue interpretado por la Unión Europea como una señal positiva de cooperación por parte de un país tradicionalmente percibido como neutral o aislacionista.
Política
La Constitución Federal de 1848 constituye el fundamento legal del Estado federal moderno y es la segunda constitución más antigua aún en vigor en el mundo. Una nueva versión fue adoptada en 1999, sin introducir cambios significativos en la estructura federal. La constitución delimita los derechos y deberes fundamentales de los ciudadanos, establece su participación directa en la vida política, distribuye las competencias entre la Confederación y los cantones, y define las autoridades y jurisdicciones federales.
Existen tres principales órganos de gobierno a nivel federal: el Parlamento bicameral (poder legislativo), el Consejo Federal (poder ejecutivo) y el Tribunal Supremo Federal (poder judicial). La función del Tribunal Supremo Federal es atender las apelaciones contra decisiones de tribunales cantonales o federales. Sus jueces son elegidos por la Asamblea Federal para un mandato de seis años.
El Parlamento suizo se compone de dos cámaras: el Consejo de los Estados, con 46 representantes (dos por cantón y uno por cada semicantón), elegidos según el sistema electoral propio de cada cantón; y el Consejo Nacional, con 200 miembros elegidos mediante un sistema de representación proporcional, en función de la población de cada cantón. Ambos consejos se eligen cada cuatro años. Cuando ambas cámaras se reúnen en sesión conjunta, se conforma la Asamblea Federal. Mediante referendos, la ciudadanía puede aceptar o rechazar leyes aprobadas por el Parlamento, y a través de iniciativas populares puede proponer enmiendas constitucionales, lo cual convierte a Suiza en un ejemplo de democracia directa.
El Consejo Federal constituye el gobierno federal, dirige la Administración Federal y actúa como jefe de Estado colegiado. Está integrado por siete miembros elegidos por la Asamblea Federal para un mandato de cuatro años, y esta también supervisa su gestión. El presidente de la Confederación es elegido de entre los siete miembros del Consejo, tradicionalmente en un sistema de rotación anual, y cumple funciones protocolares y de coordinación, sin poderes ejecutivos adicionales. Durante su mandato, el presidente continúa al frente de su departamento.
Desde 1959, el gobierno federal ha estado compuesto por una coalición de los cuatro principales partidos políticos, en una fórmula que no siempre refleja la proporción de votos obtenidos en las elecciones legislativas. Entre 1959 y 2003, la conocida “fórmula mágica” (en alemán: Zauberformel) distribuyó los escaños del Consejo Federal de la siguiente manera: dos miembros del Partido Demócrata Cristiano (CVP/PDC), dos del Partido Socialista Suizo (SPS/PSS), dos del Partido Liberal Radical (FDP/PRD) y uno de la Unión Democrática del Centro (SVP/UDC).
En las elecciones de 2007, la distribución de los siete escaños fue la siguiente:
- 2 miembros del Partido Socialista Suizo (SPS/PSS),
- 2 del Partido Liberal Radical (FDP/PRD),
- 2 de la Unión Democrática del Centro (SVP/UDC),
- 1 del Partido Demócrata Cristiano (CVP/PDC).
Democracia directa
Los ciudadanos suizos están sujetos a tres niveles de jurisdicción legal: la comuna, el cantón y la Confederación. La Constitución Federal de 1848 establece un sistema de democracia directa, también denominado semidirecta o democracia representativa directa, ya que combina elementos de la democracia parlamentaria con una participación ciudadana significativa en el proceso legislativo.
Los instrumentos de la democracia directa suiza a nivel federal, conocidos como derechos populares (Volksrechte en alemán o droits civiques en francés), incluyen el derecho a presentar una iniciativa popular para modificar la constitución y a convocar referendos legislativos. Estos mecanismos permiten a la ciudadanía influir directamente en las decisiones del Parlamento.
Mediante un referéndum facultativo, un grupo de ciudadanos puede someter a votación popular una ley aprobada por el Parlamento si reúne al menos 50.000 firmas válidas en un plazo de 100 días tras la publicación de la ley. Si se alcanza este umbral, se convoca una votación nacional en la que la ley será aceptada o rechazada por mayoría simple. Además, ocho cantones pueden unirse para solicitar un referéndum sobre una ley federal.
Por su parte, la iniciativa popular permite a los ciudadanos proponer una enmienda constitucional. Para ello, deben recolectar al menos 100.000 firmas en un plazo de 18 meses. Una vez validada la propuesta, el Parlamento puede aprobarla tal como fue presentada, rechazarla o formular una contrapropuesta. En este último caso, los votantes deben expresar su preferencia entre ambas opciones en la papeleta de votación. Para que una enmienda constitucional sea aprobada, se requiere una doble mayoría: la mayoría del voto popular y la mayoría de los cantones.
Cantones
La Confederación Suiza está compuesta por 26 cantones, cuyas características demográficas y geográficas varían significativamente. La población de los cantones oscila entre los aproximadamente 15.000 habitantes del cantón de Appenzell Rodas Interiores y más de 1,2 millones en el cantón de Zúrich. En cuanto a la superficie, el cantón de Basilea-Ciudad es el más pequeño con 37 km², mientras que el cantón de los Grisones es el más extenso, con una superficie de alrededor de 7.100 km².
A nivel local, Suiza se subdivide en 2.889 municipios (Gemeinden), que constituyen la unidad administrativa básica del país. En el territorio suizo se encuentran también dos enclaves extranjeros: Büsingen am Hochrhein, perteneciente a Alemania, y Campione d’Italia, que forma parte de Italia. Ambos presentan particularidades administrativas debido a su ubicación geográfica dentro del territorio helvético.
El 11 de mayo de 1919, se celebró un referéndum en el estado austriaco de Vorarlberg, en el que más del 80 % de la población se manifestó a favor de una posible adhesión a la Confederación Suiza. Sin embargo, la oposición del gobierno austriaco, de las potencias aliadas vencedoras de la Primera Guerra Mundial, así como de ciertos sectores suizos —especialmente los liberales, los suizos italianoparlantes y los romandos—, impidió la anexión del territorio.
Relaciones exteriores e instituciones internacionales
Suiza mantiene una política exterior tradicionalmente neutral, evitando participar en alianzas que puedan implicar compromisos militares, políticos o económicos. Esta política de neutralidad se remonta a su derrota en la batalla de Marignano en 1515 y se ha mantenido como uno de los pilares fundamentales de su identidad nacional. Aunque fue uno de los últimos países en integrarse plenamente a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Suiza se convirtió en miembro de pleno derecho en 2002, tras la celebración de un referéndum nacional que avaló su ingreso. Fue el primer país en adherirse a la ONU por medio de una consulta popular.
Suiza no es miembro de la Unión Europea (UE), y la población suiza ha rechazado reiteradamente su adhesión en diversos referendos desde principios de la década de 1990. No obstante, el país mantiene una estrecha cooperación con la UE a través de numerosos acuerdos bilaterales.
Suiza mantiene relaciones diplomáticas con casi todos los Estados del mundo y ha desempeñado históricamente un papel importante como mediador en conflictos internacionales. Gracias a su neutralidad, el país ha sido sede de numerosos procesos de negociación y diálogo entre naciones.
Un número considerable de organizaciones internacionales tienen su sede en territorio suizo, en parte debido a su estabilidad política y su política de neutralidad. La Cruz Roja fue fundada en Ginebra en 1863 y aún mantiene allí su sede principal. Pese a haberse integrado tardíamente a la ONU, Ginebra alberga la segunda sede más grande de la organización, después de la de Nueva York. En esta ciudad se encuentran también las oficinas de diversas agencias especializadas de las Naciones Unidas, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), además de más de 200 organizaciones internacionales.
Asimismo, Suiza acoge la sede de numerosas federaciones y organizaciones deportivas internacionales. Entre ellas destacan el Comité Olímpico Internacional, con sede en Lausana; la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), en Zúrich; la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA), en Nyon; y la Federación Internacional de Hockey sobre Hielo (IIHF), en Les Avants.
La Confederación Suiza también mantiene representación diplomática en numerosos países, incluyendo una embajada en La Habana, Cuba.
Fuerzas Armadas
Las Fuerzas Armadas de Suiza están conformadas por el Ejército y la Fuerza Aérea Suiza. Dado que Suiza es un país sin litoral, no dispone de una marina de guerra. No obstante, en los lagos fronterizos, el ejército emplea embarcaciones armadas para fines de vigilancia y defensa.
Una característica distintiva del Ejército Suizo es su sistema de milicia. Los militares profesionales representan apenas el 5% del personal total, mientras que el resto está compuesto por ciudadanos que cumplen con el servicio militar obligatorio entre los 20 y los 34 años de edad. La legislación suiza prohíbe a sus ciudadanos servir en fuerzas armadas extranjeras, con la única excepción de aquellos que integran la Guardia Suiza Pontificia en el Vaticano.
El sistema de milicia estipula que los soldados deben conservar en sus domicilios su equipo personal, incluyendo el uniforme, las armas reglamentarias y la emblemática navaja del ejército suizo. Esta práctica ha generado debate en algunos sectores políticos y sociales, al considerarse potencialmente riesgosa.
El servicio militar es obligatorio para los hombres a partir de los 19 años, mientras que las mujeres pueden incorporarse de manera voluntaria. Aproximadamente dos tercios de los jóvenes suizos son declarados aptos para el servicio. Aquellos que no cumplen con los requisitos deben abonar un impuesto sustitutivo. Cada año, cerca de 20.000 personas son instruidas en técnicas de combate durante un curso de entrenamiento que oscila entre las 18 y 21 semanas.
La reforma conocida como "Ejército XXI", aprobada por votación popular en 2009, sustituyó al modelo anterior denominado "Ejército 95". Esta reestructuración redujo el número total de efectivos de 400.000 a 200.000, de los cuales 120.000 corresponden a soldados activos y 80.000 a reservistas.
A lo largo de su historia moderna, Suiza ha declarado tres movilizaciones generales con el objetivo de salvaguardar su integridad territorial y su política de neutralidad. La primera tuvo lugar durante la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871); la segunda, al inicio de la Primera Guerra Mundial en agosto de 1914; y la tercera, en septiembre de 1939, tras la invasión de Polonia por parte de Alemania. En esta última ocasión, el general Henri Guisan fue nombrado comandante en jefe del ejército.
Como estado neutral, Suiza no participa en conflictos armados en el extranjero, aunque ha contribuido en diversas misiones de paz internacionales. Desde el año 2000, el Departamento Federal de Defensa emplea el sistema de inteligencia Onyx, utilizado para la interceptación y monitoreo de comunicaciones satelitales.
Tras el fin de la Guerra Fría, se han impulsado múltiples iniciativas encaminadas a reducir el tamaño del ejército o incluso disolverlo. Una de las más significativas se sometió a referéndum el 26 de noviembre de 1959. Aunque la propuesta fue rechazada, reflejó un considerable apoyo ciudadano a favor de la desmilitarización.
Geografía
Extendiéndose sobre las laderas norte y sur de los Alpes, Suiza comprende una gran variedad de formas de relieve y climas en una limitada área de 41.285 km².[1] La población total es de cerca de 7,6 millones de habitantes, resultando en una densidad de población de 240 h/km².[2][1][3][4] La parte sur del país es montañosa y se encuentra menos densamente poblada que la parte norte, donde el terreno, en parte boscoso y en parte despejado, cuenta con la presencia de varios lagos.[1]
Suiza se puede dividir en tres áreas topográficas básicas: los Alpes suizos en el sur, la meseta suiza en el centro, y las montañas de Jura en el norte.[1] Los Alpes es una cordillera de montañas altas que corren a través del centro y sur del país, ocupando cerca del 60% de la superficie total. Entre los picos más altos de los Alpes suizos, siendo el mayor la Punta Dufour (Dufourspitze) con 4.634 metros sobre el nivel del mar (msnm),[1] se encuentran múltiples valles, con cascadas y glaciares. Estos conforman la cabecera de algunos de los ríos más importantes de Europa, como el Rin, el Ródano, el Eno, el Aar y el Tesino. Otros ríos corren por el país y desembocan en los grandes lagos que hay en el territorio nacional como el lago Lemán, el lago de Zúrich, el lago de Neuchâtel o el lago de Constanza.[1]
Una de las montañas más famosas del país es el Cervino (4.478 msnm) en los Alpes Peninos, formando parte de la frontera con Italia. Otras de las montañas más altas del país se encuentran en esa zona: la Punta Dufour (4.634 msnm), el Dom (4.545 msnm) y el Weisshorn (4.506 msnm). En la sección de los Alpes berneses, al norte de Lauterbrunnen, se encuentra un valle con 72 cascadas, también conocido por los montes Jungfrau (4.158 msnm) y Eiger (3.970 msnm), y otros de los valles más pintorescos de la región. En el sureste destaca el valle de Engadina, donde se encuentra la comuna de Sankt Moritz, y el pico más alto de la zona es el Piz Bernina (4,049 m).[5]
La parte norte del país es la más poblada, ocupando cerca del 30% de la superficie del país, es también llamada meseta o Tierra Media (Mittelland). Cuenta con amplios valles con colinas, bosques y pastizales, usualmente utilizados para la agricultura y la ganadería. Es en esta zona donde se ubican las ciudades y los lagos más grandes de Suiza.[5] El lago más grande del país es el lago Lemán, ubicado en la parte oeste y compartido con Francia.
El clima es por lo general templado, pero puede variar mucho de localidad a localidad,[6] de las condiciones glaciares en la cima de las montañas a un clima casi mediterráneo en el sur del país. Los veranos suelen ser cálidos y húmedos con lluvias periódicas que ayudan al desarrollo de la agricultura en la región. Los inviernos en las montañas alternan días de sol y nieve, mientras las tierras más bajas tienden a tener días nublados y neblinosos. Un fenómeno climatológico llamado Efecto Föhn[6] puede ocurrir en cualquier época del año, incluso en invierno, y se caracteriza por el paso del aire cálido del Mediterráneo por los Alpes desde Italia. Las zonas con menos precipitaciones son los valles del sur en el Valais,[6] donde se cultiva el valioso azafrán y viñedos para la producción de vinos. Los Grisones también tienden a ser más secos y ligeramente más fríos,[6] aunque a veces reciben numerosas nevadas en invierno. Las condiciones más húmedas del país persisten en las alturas de los Alpes y en el cantón del Tesino, donde las lluvias y nevadas son abundantes.[6] La zona este tiende a ser más fría que la zona oeste del país, además de que las precipitaciones suelen ser escasas a lo largo del año, con variaciones menores entre el paso de las estaciones. El otoño suele ser la estación más seca del país, aunque los patrones del clima en Suiza pueden variar mucho de un año a otro, haciendo que sea muy difícil predecirlo.
Los ecosistemas de Suiza pueden ser particularmente vulnerables, lo cual se debe a que los múltiples valles delicados separados por las montañas a menudo forman ecosistemas únicos. Las regiones montañosas en sí son también vulnerables, con una amplia gama de plantas que no se encuentran a esas altitudes en otras partes del mundo, pero que se enfrentan el maltrato de los visitantes y de la ganadería.
Economía
Suiza cuenta con una de las economías capitalistas más estables, poderosas y modernas del mundo,[7] ubicada entre las diez mejores según el Índice de Libertad Económica de 2009. El PIB nominal per cápita de Suiza es más alto que el de la mayoría de las economías europeas, sólo superado por el de Luxemburgo, Noruega, Qatar, Islandia e Irlanda. La moneda oficial del país es el franco suizo (CHF).
El índice de paridad de poder adquisitivo (PPA) de Suiza se encuentra entre los quince mejores del mundo. El reporte de competitividad del Foro Económico Mundial coloca a la economía de Suiza como la segunda más competitiva en el mundo. En gran parte del siglo XX, Suiza fue el país más rico en Europa por un margen considerable.[7]
Suiza es el hogar de algunas de las corporaciones multinacionales más grandes del mundo. Las compañías más grandes de Suiza son Glencore, Nestlé, Novartis, Hoffmann-La Roche, ABB y Adecco. También destacan UBS AG, Servicios Financieros Zúrich, Credit Suisse Group, Swiss Re y los grupos relojeros Swatch y Richemont.
Entre las actividades económicas más importantes en Suiza se encuentran la industria química, la industria farmacéutica, la fabricación de instrumentos musicales y de medición, las inmobiliarias, los servicios financieros y el turismo. Las principales exportaciones del país son los productos químicos (34% de los bienes exportados), la maquinaria electrónica (20,9%) y los instrumentos de precisión y relojes (16,9%).[8] Los servicios exportados suman un tercio de los bienes exportados.[8]
La población económicamente activa llega a los 3,8 millones de personas. Suiza cuenta con un mercado laboral más flexible que los países vecinos y el índice de desempleo se mantiene bajo. Sin embargo, el índice de desempleo aumentó de 1,7% en junio de 2000 a 3,9% en septiembre de 2004. En abril de 2009 el índice de desempleo había bajado hasta 3,4%, en parte debido al alza de la economía que comenzó a mediados de 2003.[8]
El sector privado en la economía suiza es inmenso, además de que el país cuenta con bajas tasas de impuestos para los estándares occidentales; siendo una de las más bajas de los países desarrollados. El lento crecimiento económico de Suiza en la década de 1990 y principios de 2000 trajo consigo una serie de reformas económicas para adaptarse al modelo de la Unión Europea.[9] Según Credit Suisse, sólo el 37% de los habitantes del país es dueño de su propia casa, uno de los índices más bajos en toda Europa. El aumento de los precios de los alimentos y bienes raíces fueron del 145 y 171% en 2007, mientras que en Alemania fueron del 104 y 113%.[8] El proteccionismo agrícola, una rara excepción a la política de libre comercio suiza, contribuye al alza de los precios de los alimentos. Según la OECD, la liberalización de los mercados está retrasando algunas economías europeas como Suiza.[9] Sin embargo, el PPA suizo es uno de los más altos en el mundo.[10] Aparte de la agricultura, las barreras económicas y del comercio entre la Unión Europea y Suiza son mínimas y el país ha firmado múltiples acuerdos de libre comercio con otros países del mundo.
Infraestructuras y medio ambiente
La electricidad generada en Suiza proviene en un 56% de centrales hidroeléctricas, un 34% de centrales nucleares y un 5% de centrales térmicas y de otros combustibles convencionales como el carbón.[11]
El 18 de mayo de 2003, fueron rechazadas dos iniciativas antinucleares: "Moratorium Plus", que pedía el cese de la construcción de nuevas plantas de energía nuclear (41,6% a favor y 58,4% en contra),[12] y "Electricidad Sin Energía Nuclear" (33,7% a favor y 66,3% en contra). La antigua moratoria de diez años para la construcción de nuevas centrales de energía nuclear fue el resultado de una iniciativa ciudadana de 1990, en la cual el sí ganó con el 54,5% de los votos, contra el no que obtuvo 45,5%. La Oficina Federal de Energía Suiza (SFOE) es la responsable de responder y atender todas las quejas y dudas sobre el abastecimiento y utilización de la energía, junto con el Departamento Federal de Medio Ambiente, Transporte, Energía y Comunicaciones (DETEC). Estas agencias apoyan el concepto de la "Sociedad de 2000 vatios" para reducir en más de la mitad el consumo de energía del país para el año 2050.
La administración de las vías terrestres suizas es financiada a través de puestos de peaje y con los impuestos sobre los vehículos. El sistema de autopistas suizo requiere el pago de un peaje, con un valor de 40 CHF, por un año, tanto para vehículos de pasajeros como de carga. La red de carreteras suizas tiene una longitud de 1.638 km (2000) y un área aproximada de 41.290 km², lo que convierte a Suiza en uno de los países con mayor número de autopistas en proporción a su tamaño. El aeropuerto más grande del país es el Aeropuerto Internacional de Zúrich, por el cual pasaron más de 20,7 millones de pasajeros en 2007. A este le siguen el Aeropuerto Internacional de Ginebra con 10,8 millones de pasajeros y el Aeropuerto de Basilea-Mulhouse con 4,3 millones de pasajeros, ambos aeropuertos son compartidos con Francia.
La red ferroviaria cuenta con 5.063 km, transportando a más de 350 millones de pasajeros anualmente.[13] En 2007, cada ciudadano suizo había recorrido un promedio de 2.103 km en tren. La red ferroviaria es administrada principalmente por la SBB-CFF-FFS, excepto en gran parte de los Grisones, donde los 366 km de vías estrechas son operados por el Ferrocarril Rético, que incluye algunas líneas que son Patrimonio de la Humanidad. La construcción de túneles a través de los Alpes ha reducido la duración de los viajes que se efectúan entre el norte y el sur.
Suiza es altamente activa en cuanto al reciclaje y las regulaciones anticontaminantes, siendo uno de los recicladores más grandes del mundo, con un aprovechamiento de los materiales reciclables que va del 66% al 96%.[14] En muchos lugares de Suiza, la recolección de basura en los vecindarios no es gratuita. La basura (excepto materiales peligrosos, baterías, etc.) es recolectada sólo si está en bolsas con una calcomanía que demuestra el pago, o en bolsas oficiales entregadas al depositar el pago del servicio.[15] Esto supone un incentivo económico para reciclar, ya que el reciclaje es gratuito. Oficiales de salubridad y la policía revisan los depósitos de basura para buscar aquellas bolsas donde no se verifique el pago del servicio así como antiguas cuentas y recibos que puedan dar pista de dónde provienen aquellas bolsas. Las multas por no pagar el sistema de recolección de basura van de los 200 a los 500 CHF.
Su economía se ha beneficiado del hecho que dictadores del Tercer Mundo derrocados en sus países hayan depositado dinero malversado durante sus gobiernos en instituciones financieras suizas.
Educación, ciencia y tecnología
La educación en Suiza es muy diversa debido a que la constitución del país delega la autoridad del sistema escolar a cada cantón.[16] Existen escuelas públicas y privadas, incluyendo muchos colegios de renombre internacional. En todos los cantones, la edad mínima para ingresar en la escuela primaria es de seis años.[16] La escuela primaria consta de cuatro o seis grados, dependiendo de cada escuela. Tradicionalmente, la primera lengua extranjera que se enseñaba en las primarias era alguno de los otros idiomas nacionales, aunque en el año 2000 en algunos cantones se comenzó a dar clases de inglés.[16] Al final de la escuela primaria (o al comienzo de la escuela secundaria), los alumnos son separados en varios grupos (a menudo tres) de acuerdo a sus capacidades intelectuales. Los que aprenden más rápido son inscritos en clases avanzadas para ser preparados para el examen matura o bachillerato y para estudios más específicos,[16] mientras que los escolares que asimilan los conocimientos un poco más lentamente reciben una educación más adecuada a sus necesidades.
Existen 12 universidades en Suiza, diez de ellas son administradas a nivel cantonal y usualmente ofrecen carreras no técnicas. La primera universidad del país fue fundada en 1460 en Basilea (con una facultad de Medicina), y tiene fama de ser uno de los mejores centros de investigación química y médica en Suiza. La mayor universidad del país es la Universidad de Zúrich con cerca de 25.000 estudiantes. Los dos institutos administrados por el gobierno federal, la ETH en Zúrich (fundada en 1855) y la EPFL en Lausana (fundada en 1969, anteriormente asociada a la Universidad de Lausana), gozan de una excelente reputación internacional. En 2008, la ETH Zúrich figuraba entre los mejores quince institutos del campo Ciencias Naturales y Matemáticas según una lista publicada por la Universidad de Shangai Jiao Tong,[17] mientras la EPFL se encontraba en el puesto 18.º de la categoría Ingeniería/Tecnología y ciencias computacionales. Además, existen varias universidades de ciencias aplicadas. Suiza tiene el segundo mayor índice de estudiantes extranjeros en educación terciaria, sólo por detrás de Australia.
Hay varios científicos suizos que han sido galardonados con el premio Nobel, por ejemplo el famoso físico de origen alemán Albert Einstein, quien desarrolló la teoría de la relatividad mientras trabajaba en Berna. Más recientemente Vladimir Prelog, Heinrich Rohrer, Richard Ernst, Edmond Fischer, Rolf Zinkernagel y Kurt Wüthrich recibieron el premio Nobel de diversas ciencias. En total, hay 113 ganadores del premio Nobel que tienen alguna conexión con Suiza y el Premio Nobel de la Paz ha sido entregado nueve veces a organizaciones con sede en el país.[18]
En Ginebra se encuentra el laboratorio más grande del mundo, el CERN, dedicado a la investigación de la física de partículas. Otro importante centro de investigación es el Instituto Paul Scherrer. Invenciones muy conocidas incluyen el LSD, el microscopio de efecto túnel (premio Nobel) y el popular velcro. Algunas tecnologías ayudaron a la exploración de nuevos mundos, como el globo presurizado de Auguste Piccard y el batiscafo de Jacques Piccard, que le permitió llegar al punto más profundo del océano.
La Agencia Espacial Suiza, llamada Oficina Espacial Suiza, participó en el desarrollo de varios programas y tecnologías espaciales. En 1975 también fue uno de los diez fundadores de la Agencia Espacial Europea y es el séptimo contribuyente más importante para la AEE. En el sector privado, varias compañías están implicadas en la industria espacial, como Oerlikon Space y Maxon Motors.
Demografía
En 2009, Suiza contaba con una población estimada en 7.725.200 habitantes.[19] Los extranjeros que residen y trabajan temporalmente en el país conforman el 22% de la población.[19] La mayoría de ellos (60%) provienen de países de la Unión Europea o de la EFTA.[19] Los italianos son el grupo extranjero más grande del país, siendo el 17,3% de la población extranjera total. Son seguidos por los alemanes (13,2%), inmigrantes de Serbia y Montenegro (11,5%) y Portugal (11,3%).[19] Los inmigrantes de Sri Lanka, la mayoría de ellos refugiados tamiles, son el grupo asiático más grande del país. En la década de 2000, instituciones nacionales e internacionales han expresado su preocupación sobre lo que ellos creen es un incremento en la xenofobia, particularmente en algunas campañas políticas. Sin embargo, la alta proporción de ciudadanos extranjeros en el país, así como la integración de elementos extranjeros a la cultura suiza, subrayan la apertura de la sociedad suiza.
Idiomas
Suiza se encuentra en el cruce de algunas de las grandes culturas europeas, las cuales han influenciado fuertemente el idioma y la cultura del país. Suiza tiene cuatro idiomas oficiales: el alemán (63,7% de la población total lo habla, junto con extranjeros residentes en el país; 72,5% de los residentes con la ciudadanía suiza en 2000) en el norte, este y centro del país; el francés (20,4%; 21,0%) en el oeste; y el italiano (6,5%; 4,3%) en el sur. El romanche, una lengua romance que es hablada localmente por una minoría (0,5%; 0,6%) en el sureste, en el cantón de Grisones, es designado por la constitución federal como un idioma nacional junto con el alemán, el francés y el italiano (artículo 4 de la constitución), y como un idioma oficial si las autoridades desean comunicarse con personas que hablan este idioma (artículo 70), pero las leyes federales y otros documentos oficiales no deben ser escritas obligatoriamente en este idioma. El gobierno federal debe de comunicarse en los idiomas oficiales, y en el parlamento federal se da una traducción simultánea en alemán, francés e italiano.
El alemán hablado en Suiza es predominantemente un grupo de dialectos del alemán conocidos como alemán suizo, aunque en las escuelas y medios escritos se usa el alemán estándar. La mayoría de las transmisiones en radio y televisión se dan en alemán suizo. De forma similar, existen dialectos del franco-provenzal que son hablados en algunas comunidades rurales de la parte francófona, conocida como Romandía, entre los que se encuentran el vaudois, el gruérien, el jurassien, el empro, el fribourgeois y el neuchatelois. Finalmente, en la parte italiana del país se habla el tesinés (un dialecto lombardo). Además, los tres idiomas oficiales cuentan con algunos términos que no son entendidos fuera de Suiza, por ejemplo, palabras extraídas de otro idioma (en alemán utilizan la palabra billette[20] que proviene del francés), o de palabras parecidas en otro idioma (en italiano se usa el término azione no para acción, sino como descontar o rebajar, que proviene del alemán Aktion). Aprender otro de los idiomas nacionales es obligatorio para todos los escolares suizos, por lo que se supone que la mayoría de los suizos son bilingües.
Salud
En 2006 la esperanza de vida al nacer era de 79 años para los hombres y 84 años para las mujeres,[21] una de las más altas en el mundo.[22] Los ciudadanos suizos cuentan con un seguro médico que es obligatorio, permitiendo el acceso a una amplia variedad de servicios médicos modernos. Sin embargo, los gastos en los cuidados para la salud son particularmente altos, ya que desde 1990 se ha registrado un aumento en la cantidad de presupuesto que se utiliza para cubrir los gastos médicos, que para 2003 ocupaban el 11,5% del PIB; esta situación se ha reflejado en los altos precios de los servicios dados.[23] Con una población cada vez más anciana y nuevas tecnologías en el cuidado de la salud, se espera que estos gastos continúen en aumento.[23]
Urbanización
Entre dos tercios y tres cuartas partes de la población vive en zonas urbanas.[24][25] Suiza pasó de ser un país rural a uno urbanizado en sólo setenta años. Desde 1935 el desarrollo urbano ocupó gran parte del paisaje suizo desocupado los últimos 2.000 años. Esta dispersión urbana no sólo afecta a la meseta suiza, sino también a las montañas de Jura y de los Alpes y continúan aumentando las concesiones para el uso de la tierra. Sin embargo, desde principios del siglo XXI, el crecimiento de la población es mayor en las zonas urbanas que en cualquier otra área.[25]
Suiza cuenta con una densa red de ciudades, donde las poblaciones grandes, medianas y pequeñas se complementan.[25] La meseta suiza está densamente poblada, con una población relativa de 450 h/km2 y el paisaje continuamente muestra signos de la presencia del hombre. El tamaño de las áreas metropolitanas más grandes: Zúrich, Ginebra-Lausana, Basilea y Berna, tiende a incrementarse.[25] En una comparación internacional la importancia de estas áreas urbanas es mayor de lo que sugiere su número de habitantes.[25] Además, las dos ciudades de Zúrich y Ginebra son reconocidas por la buena calidad de vida que ofrecen.
Religión
Suiza no tiene ninguna religión de estado oficial, aunque la mayoría de los cantones (excepto el de Ginebra y el de Neuchâtel) reconocen sus propias iglesias oficiales. En todos los casos incluyen la Iglesia católica y la Iglesia Reformada de Suiza que son financiadas con el impuesto eclesiástico. Estas iglesias, y en algunos cantones la Iglesia católica antigua y las congregaciones judías, son financiadas por diezmos pagados por los creyentes.
El cristianismo es la religión predominante en Suiza, dividido entre la Iglesia católica (41,8% de la población) y varias iglesias protestantes (40%). La inmigración ha traído el islam (4,3%, predominante entre los kosovares y los turcos) y a la Iglesia ortodoxa (1,8%) como las minorías religiosas más importantes.[26] La encuesta del Eurobarómetro de 2005[27] anunció que el 48% de los suizos entrevistados era teísta, el 39% expresó creer en "un espíritu o una fuerza de la vida", el 9% era ateo y el 4% agnóstico. El 30 de noviembre de 2009 el pueblo suizo aprobó por referendo la prohibición de la construcción de minaretes en el país.[28]
El país ha estado históricamente dividido entre los católicos y los protestantes, con una compleja mezcla de territorios con mayorías católicas y protestantes por todo el país. En 1597, el cantón de Appenzell fue oficialmente dividido en dos para los católicos y protestantes.[29] Las ciudades más grandes (Berna, Zúrich y Basilea) son predominantemente protestantes. El centro del país, así como el Tesino, son tradicionalmente católicos. La constitución federal de 1848, bajo la reciente impresión de los enfrentamientos entre los cantones católicos y protestantes que culminaron en la Sonderbundskrieg, define un Estado consociacional, permitiendo la coexistencia pacífica entre ambos grupos. En 1980 se votó una iniciativa para separar completamente la iglesia y el Estado pero fue rechazada, con sólo el 21,1% de la población a favor.
Cultura
La cultura de Suiza está influenciada por los países vecinos, pero a través de los años se ha desarrollado una cultura distinta e independiente con algunas diferencias regionales. En particular, las regiones francófonas se orientaron más hacia la cultura francesa.[30] En general, los suizos son conocidos por su larga tradición humanitaria, ya que Suiza fue el lugar de nacimiento del movimiento de la Cruz Roja y alberga al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. De forma similar, en la Suiza alemana están más orientados hacia la cultura alemana, aunque los hablantes del suizo alemán se identifican estrictamente como suizos debido a la diferencia entre el alto alemán y los dialectos del alemán suizo. En la Suiza italiana se percibe mayormente la cultura italiana.[30] En resumen, una región tiene una conexión cultural más estrecha con el país vecino que comparte su idioma. La lingüísticamente aislada cultura romanche en las montañas del este de Suiza se esfuerza por mantener viva sus tradiciones no sólo lingüísticas.[30]
Muchas zonas montañosas están altamente conectadas con las culturas deportivas del esquí en invierno y del senderismo en verano. A lo largo del año, algunas zonas tienen una cultura de ocio para atraer el turismo, aún en primavera y verano, a las estaciones más tranquilas, cuando hay menos visitantes y mayor presencia suiza. Una tradicional cultura de granjas y cultivos también predomina en algunas zonas y las pequeñas granjas continúan omnipresentes en las afueras de las ciudades.
En el cine, las producciones estadounidenses conforman la gran mayoría de las carteleras, aunque varias películas suizas han tenido éxito comercial. El arte folclórico se mantiene vivo gracias a varias organizaciones ubicadas a lo largo del territorio nacional, donde se fomenta la música, la danza, la poesía, la talla de madera y el bordado. La trompa de los Alpes, una trompeta hecha de madera, junto con el yodel y el acordeón, se han convertido en el símbolo internacional de la música suiza tradicional.
Literatura
Como la confederación, desde su fundación en 1291, estuvo compuesta casi exclusivamente por regiones de habla alemana, las primeras obras literarias están en alemán. En el siglo XVIII, el francés se convirtió en el idioma de moda en Berna y otras regiones, mientras la influencia de los aliados francófonos y otros territorios se iba marcando más que antes.
Entre los autores clásicos de la literatura suiza en alemán se encuentran Jeremias Gotthelf (1797-1854), Gottfried Keller (1819-1890) y Conrad Ferdinand Meyer (1825-1989). Los tres máximos representantes de la literatura suiza del siglo XX son Robert Walser (1878-1956), Max Frisch (1911-1991) y Friedrich Dürrenmatt (1921-1990), autor de Die Physiker (Los físicos) y Das Versprechen (La promesa).[31]
Los escritores suizos francófonos más prominentes son Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), Germaine de Stael (1766-1817) y Benjamin Constant (1767-1830). Autores más recientes incluyen a Blaise Cendrars (nacido Frédéric Sauser, 1887-1961), a Charles Ferdinand Ramuz (1878-1947), cuyas novelas describen la vida de los campesinos que habitaban las zonas montañosas, en una época decadente[31], a Gustave Roud (1897-1976) y a Philippe Jaccottet (* 1925). Autores de habla italiana y romanche también han contribuido a la literatura suiza, pero de una forma más modesta.
Probablemente, la creación más famosa de la literatura suiza es Heidi, la historia de una niña huérfana que vive con su abuelo en los Alpes, uno de los libros para niños más populares en el mundo que se ha convertido en un símbolo de Suiza. Su creadora, Johanna Spyri (1827-1901), escribió otras obras con temas similares.[31]
Medios de comunicación
La libertad de prensa y el derecho de libre expresión están reconocidos por la constitución de Suiza.[32] La Agencia de Noticias Suiza (SNA) transmite durante todo el día información sobre política, sociedad, economía y cultura en los tres idiomas oficiales. La SNA es la que aporta casi todas las noticias sobre Suiza, y varios servicios de noticias extranjeros colaboran con ella.[32]
Históricamente, Suiza ha tenido el mayor número de periódicos publicados en proporción a su población y tamaño.[33] Los periódicos más influyentes son el Tages-Anzeiger, el Neue Zürcher Zeitung (ambos en alemán) y Le Temps (en francés), pero casi cada ciudad cuenta con su periódico local. La diversidad cultural del país contribuye a la publicación de múltiples periódicos.[33]
En contraste a los medios impresos, las radiodifusoras siempre han estado en gran parte bajo el control del gobierno.[33] La Radiodifusora Suiza, cuyo nombre recientemente se cambió a SRG SSR idée suisse, es la encargada de producir y transmitir varios programas nacionales de radio y televisión. Los estudios de la SRG SSR están distribuidos a través de las diferentes regiones lingüísticas. Los programas de radio son producidos en seis estudios centrales y cuatro estudios locales, mientras que los programas de televisión se realizan en Zúrich (SF), Ginebra (TSR), Lugano (RTSI) y Coira (RTR). Una gran compañía de transmisión por cable también permite el acceso de la población suiza a los programas de países vecinos.[33]
Medios de comunicación
La libertad de prensa y el derecho de libre expresión están reconocidos por la constitución de Suiza.[32] La Agencia de Noticias Suiza (SNA) transmite durante todo el día información sobre política, sociedad, economía y cultura en los tres idiomas oficiales. La SNA es la que aporta casi todas las noticias sobre Suiza, y varios servicios de noticias extranjeros colaboran con ella.[32]
Históricamente, Suiza ha tenido el mayor número de periódicos publicados en proporción a su población y tamaño.[33] Los periódicos más influyentes son el Tages-Anzeiger, el Neue Zürcher Zeitung (ambos en alemán) y Le Temps (en francés), pero casi cada ciudad cuenta con su periódico local. La diversidad cultural del país contribuye a la publicación de múltiples periódicos.[33]
En contraste a los medios impresos, las radiodifusoras siempre han estado en gran parte bajo el control del gobierno.[33] La Radiodifusora Suiza, cuyo nombre recientemente se cambió a SRG SSR idée suisse, es la encargada de producir y transmitir varios programas nacionales de radio y televisión. Los estudios de la SRG SSR están distribuidos a través de las diferentes regiones lingüísticas. Los programas de radio son producidos en seis estudios centrales y cuatro estudios locales, mientras que los programas de televisión se realizan en Zúrich (SF), Ginebra (TSR), Lugano (RTSI) y Coira (RTR). Una gran compañía de transmisión por cable también permite el acceso de la población suiza a los programas de países vecinos.[33]
Gastronomía
La gastronomía de Suiza es multifacética. Mientras algunos platos como la fondue, la Raclette o el rösti están presentes en todas las cocinas del país, cada región desarrolló su propia gastronomía, coincidiendo cada zona gastronómica con las distintas zonas lingüísticas.[34] La cocina tradicional suiza usa ingredientes parecidos a los de otros países europeos, entre otros productos lácteos y quesos como el gruyer o el emmental, producido en valles de Gruyère y de Emmental, de donde toman sus nombres.
El chocolate se ha fabricado en Suiza desde el siglo XVIII, pero ganó su reputación a finales del siglo XIX con la invención de técnicas más modernas, como el conchado y el templado, que ayudaron a mejorar la calidad de los productos. Además, otro de los grandes adelantos suizos en esta industria fue la invención del chocolate con leche en 1875 por Daniel Peter.
El vino, principalmente blanco, se produce principalmente en Valais, Vaud, Ginebra y Tesino. Los viñedos han existido en la zona desde la época de los romanos, e incluso se hallaron vestigios que podrían datar de fechas anteriores. Las variedades más producidas son el Chasselas (llamado "Fendant" en Valais) y el Pinot Noir. El Merlot es la principal variedad producida en Tesino.
Deportes
Gran parte de los deportes más populares en Suiza son deportes de invierno. El esquí y el montañismo son muy practicados en el país tanto por suizos como por extranjeros, ya que sus cumbres nevadas atraen a alpinistas de todo el mundo. El país ha organizado múltiples campeonatos y torneos mundiales de deportes invernales, incluyendo dos ediciones de los juegos olímpicos de invierno en 1928 y 1948, ambos en Sankt Moritz. Además, en Engelberg, se celebra anualmente una de las pruebas de la Copa de Mundo de saltos de esquí.
Como otros europeos, muchos suizos son aficionados del fútbol y el país cuenta con su propia selección nacional, organizada por la Asociación Suiza de Fútbol. Desde la década de 1920 el fútbol cobró popularidad y comenzó una época de auge de este deporte en el país, el cual culminó en 1954, cuando Suiza organizó el Campeonato Mundial de fútbol. Tras un estancamiento en las décadas que le siguieron, a finales de la década de 1990, la selección de fútbol logró clasificarse para el la Copa Mundial de Fútbol de 1994, con lo que el país retomó el interés por el fútbol.[35] Hasta 2009, la selección nacional ha disputado 8 Copas del Mundo, siendo los cuartos de final su mejor resultado. En 2008, Suiza organizó junto a Austria la Eurocopa. Suiza ha participado en 3 Eurocopas, donde nunca ha pasado de la primera fase. La principal competición de fútbol del país es la Super Liga Suiza.
Muchos suizos también son seguidores del hockey sobre hielo y apoyan a uno de los 12 clubes en la Liga A. En abril de 2009 Suiza fue la sede del Campeonato Mundial de la IIHF, por décima ocasión.
El ciclismo es otro deporte que también cuenta con una amplia promoción y participación. En Suiza, se celebran gran variedad de pruebas ciclistas como la Vuelta a Suiza y el Tour de Romandía, además de que el país ha sido sede de campeonatos internacionales como el Campeonato Mundial de Ciclismo de Ruta. Entre los ciclistas suizos más destacados se encuentran Fabian Cancellara, Alex Zülle y Tony Rominger.
Otros deportes que han cobrado popularidad en Suiza incluyen el tenis, con tenistas de la talla de Roger Federer y Martina Hingis; y el patinaje artístico, destacando el patinador Stéphane Lambiel. En ambos deportes los suizos han ganado múltiples torneos y campeonatos. Además existen otros deportes donde varios deportistas suizos han sido exitosos como la esgrima (Marcel Fischer), el piragüismo (Ronnie Dürrenmatt), la vela (Alinghi), el kayakismo (Mathias Röthenmund), el voleibol (Sascha Heyer, Markus Egger, Paul y Martin Laciga), entre otros.
El automovilismo, el motociclismo y otros deportes similares fueron prohibidos en Suiza después del desastre de Le Mans en 1955 con la excepción de eventos como la carrera de montaña. Esta prohibición fue retirada en junio de 2007. Durante este periodo, siguieron surgiendo en varias regiones del país varios corredores exitosos como Clay Regazzoni, Jo Siffert y el corredor del Campeonato Mundial de Turismos Alain Menu. Suiza también ganó la Copa Mundial de Motocross A1GP en la temporada 2007-2008, con el conductor Neel Jani. El motociclista suizo Thomas Lüthi ganó el Campeonato Mundial MotoGP de 2005, en la categoría de 125cc.
Los deportes tradicionales suizos incluyen la lucha llamada Schwingen, una antigua tradición de los cantones rurales del centro del país.[36] El steinstossen es la variante suiza del lanzamiento de peso, una competición donde se arroja lo más lejos posible una pesada piedra. Practicado entre la población alpina desde la época prehistórica, se popularizó en Basilea alrededor del siglo XIII. El hornussen es otro deporte autóctono de Suiza, el cual es una mezcla entre el béisbol y el golf y es practicado principalmente en la zona norte del país.[36]
Véase también
- Alpes suizos
- Gastronomía de Suiza
- Guardia Suiza del Vaticano
- Idiomas de Suiza
- Landgemeinde
- Religión en Suiza
- Guillermo Tell
Referencias
- ↑ 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 Contrastes - Suiza
- ↑ Paesaggio e spacio vitale
- ↑ Swissgeo - Une adresse et son plan partout en Suisse
- ↑ Karte der Schweiz mit Routenplaner
- ↑ 5,0 5,1 Herbermann, pág. 358
- ↑ 6,0 6,1 6,2 6,3 6,4 Climate in Switzerland
- ↑ 7,0 7,1 Taylor & Francis Group, pág. 645–646
- ↑ 8,0 8,1 8,2 8,3 Anuario de Estadísticas Suizas 2008, elaborado por la Oficina de Estadística Suiza
- ↑ 9,0 9,1 Switzerland
- ↑ Domestic purchasing power of wages
- ↑ Ufficio dederale dell'energia UFE - Consumo di elettricitá record in Svizzera
- ↑ Vorlage Nr. 502 - Übersicht
- ↑ Statistik Schweiz - Mengen Personen
- ↑ Swiss Recycling
- ↑ D'Stadtreinigung - Ihre Partner für e suuberi Stadt
- ↑ 16,0 16,1 16,2 16,3 El sistema educativo en Suiza
- ↑ Academic Ranking of World Universities
- ↑ Schweizer Nobelpreisträger Nobelpreise Schweiz - Swiss Nobel Prizes
- ↑ 19,0 19,1 19,2 19,3 Die wichtigsten ergebnisse in überblick
- ↑ SBB: Billete - OnlineTicket
- ↑ WHO - Switzerland
- ↑ Core Health Indicators
- ↑ 23,0 23,1 OECD and WHO survey of Switzerland's health sistem
- ↑ Las urbes y el espacio rural - Suiza
- ↑ 25,0 25,1 25,2 25,3 25,4 Office fédéral du développement territorial ARE - Les villes et agglomérations sous la loupe
- ↑ CIA The Wolrd Factbook - Switzerland
- ↑ Social values, science and technology
- ↑ Los suizos votan a favor de prohibir los minaretes en las mezquitas
- ↑ Reclus, pág. 478
- ↑ 30,0 30,1 30,2 La helvetitud - Suiza
- ↑ 31,0 31,1 31,2 Autores de habla alemana - Suiza
- ↑ 32,0 32,1 32,2 32,3 Press and the media
- ↑ 33,0 33,1 33,2 33,3 33,4 33,5 33,6 33,7 Switzerland Press, Media, TV, Radio, Newspapers
- ↑ Flavors of Switzerland, All About Swiss Cuisine on the Worldwide Gourmet
- ↑ Futbol - Suiza
- ↑ 36,0 36,1 Popular Sports - All About Switzerland
Fuentes
- The World Factbook
- UCB Libraries - GobPubs - Switzerland
- Encyclopædia Britannica
- Historisches Lexikon der Schweiz (HLS), Schwabe AG, Basel, ISBN 3-7965-1900-8 (2002-)
- Dictionnaire historique de la Suisse (DHS), Editions Gilles Attinger, Hauterive, ISBN 2-88256-133-4 (2002-)
- Dizionario storico della Svizzera (DSS), Armando Dadò editore, Locarno, ISBN 88-8281-100-X (2002-)
- Suiza - Viajes, vacaciones y congresos - Suiza Turismo
- Portal de información de Suiza - Suiza - Información