Luis Perna de Salomó

Luis Perna de Salomó
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Nacimiento1 de marzo de 1859
Camaguey, Bandera de Cuba Cuba
Fallecimiento10 de diciembre de 1910
Cienfuegos, Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
OcupaciónMédico, orador y escritor
Conocido porDr. Perna

Luis Perna de Salomó. Médico e intelectual de origen camagueyano con gran reconocimiento social en la sociedad cienfueguera del siglo XIX. Su labor asistencial se distinguió por su vocación de servicio, con énfasis en los más pobres y desvalidos. Su obra científica fue extraordinariamente amplia y se reflejó en numerosas y prestigiosas publicaciones, en eventos y congresos médicos y en su pertenencia a instituciones y organizaciones médico-científicas de la época.

Síntesis biográfica

Nació en la ciudad de Camaguey, el día 1 de marzo de 1859. Sus padres fueron don Luis Perna y García y Ezequiela Salomó y Varona. Se educó en el “Colegio de los Padres Escolapios”, en su ciudad natal, donde se recibió de bachiller a los 16 años de edad alcanzando las notas más altas en todas las asignaturas. Estudió después medicina en la Universidad de Barcelona, en la que se graduó de Doctor en el año 1881 con la calificación de sobresaliente. Contrajo matrimonio con Eugenia Olmo y Sotolongo en Barcelona y vino a Cienfuegos para ejercer su profesión.

Trayectoria

La región cienfueguera en el siglo XIX presentaba condiciones naturales y abundantes recursos para el desarrollo de la industria azucarera; lo que posibilito un crecimiento vertiginoso del Boom azucarero y comercial en Cienfuegos, apoyado por la fórmula azúcar- ferrocarril –puerto provocando el empoderamiento de los comerciantes; evidenciándose en la sociedad cienfueguera un rápido crecimiento demográfico sumado a la aparición de las profesiones liberales entre los que se encuentran médicos, abogados, dentistas .etc.; elementos que convierten a Cienfuegos una importante urbe cubana.

En este panorama se inserta la fundación del Centro Médico Farmacéutico de Cienfuegos el 4 de diciembre de 1881, convertida en la primera asociación surgida fuera de La Habana; teniendo la oportunidad ser uno de los 36 miembros socios-fundadores. Dicho asociación científica fue pensada como un espacio público, de promoción de los avances científicos, portavoz de la prevención de la higiene y la salud pública[1]. En el Centro Médico Farmacéutico de Cienfuegos los socios más jóvenes como él tenían la oportunidad de alcanzar prestigio, darse a conocer en el medio profesional y ejercitar sus dotes oratorias.

El reconocimiento de su título por el ayuntamiento local el 5 de julio de 1882[2] resultaba un hecho importante para ejercer la profesión de médico quien por sus dotes como galeno asume la función de Médico del Segundo Distrito de Cienfuegos el 12 de abril de 1886[3]; integrando desde entonces la clase media alta de la sociedad cienfueguera del siglo XIX.

Su vinculación directa con la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana le permite participar en eventos y congresos médicos de la época. Entre los que se destaca el Primer Congreso Medico Regional de la Isla de Cuba efectuado en La Habana del 15 al 22 de enero de 1890, idea surgida en el seno de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana. Su principal objetivo era estimular el espíritu observador mediante el cambio recíprocos de ideas y del arribó de conclusiones de los casos analizados[4]. Integró la categoría de temas propuesto con el trabajo: Observaciones sobre la epidemia de viruela donde realiza un detallado estudio de la etiología, profilaxis y el tratamiento clínico de la enfermedad manifestando una claro empleo de la antropología médica.

Durante la primera mitad del siglo XX desarrolla su actividad profesional al ser nombrado junto a Sotero Ortega médico forense en la sesión municipal celebrada el día 4 de septiembre de 1900[5]. Sin duda los análisis patológicos realizados por él permitían esclarecer los hechos criminales ocurridos en la época.

Poco después fue Director de la Quinta “Purísima Concepción”, casa de salud que al agruparse varias clínicas en el “Sanatorio de la Colonia Española”, asume la dirección de esta institución[6] donde realiza varias conferencias dirigidas a los practicantes y enfermeros de la Casa de Salud[7]. En dichas conferencia afirma que médico debe identificarse de tal modo con el paciente, entendiendo que él como persona también está comprometido en la tarea médica, desde que como persona, él también va a necesitar atención médica en algún momento de su vida, dando importantes precisiones sobre la higiene rigurosa que deben tener los pacientes.

Existía en esa etapa como director una constante preocupación sobre la situación higiénica sanitaria de Cienfuegos, razón que lo lleva a fundar y dirigir junto a Ricardo López y Aurelio Villaverde[8], la Revista Científica titulada Boletín Científico[9]. Dicha revista fue reflejo del pensamiento y la práxis de los médicos de la época, dirigido no solo a profesionales sino a personas instruidas, libre de costo, buscando la promoción de salud y la lucha por el mejoramiento sanitario. Entre los artículos sobre Ciencias Médicas se encuentran: Algo sobre Tuberculosis (1903), Los Rayos X y ultravioletas (1904), Lepra (1905) y Suicidios (1906) que resaltan por su lenguaje científico y la utilización de la antropología física de la época empleada en la observación y descripción física del paciente resaltando a su vez la importancia de la hoja clínica.

Su labor asistencial se distinguió por su vocación de servicio, manifestada en la atención de la población con énfasis en los más pobres y desvalidos. Los varios anuncios encontrados en la prensa cienfueguera de la época dan veracidad científica a esta afirmación[10].

Su afán por el conocimiento y la cultura fue más allá del ámbito profesional y se reflejó en sus nexos con las sociedades fraternales iniciándose el 18 de octubre de 1882 en la “Respetable Logia Fernandina de Jagua” adoptando el nombre simbólico de Ezequiel tomado de la literatura y la mística cristiana quien años más tarde sería elegido entre 1901-1903 como Venerable Maestro de dicha logia.

Fue precisamente uno de quienes centraron la actividad científica de la logia; su multiplicidad de intereses hicieron que en el taller se le escuchara sus magníficas conferencias evidencia su pensamiento avanzado. En agosto de 1899 en una intervención aparecen las concepciones evolucionistas aplicadas a los procesos de la naturaleza y el pensamiento planteando que:

"todo existe en continua transformación en la naturaleza; lo único que hay de estabilidad es lo inestable"

y en cuanto al cambio de ideas, exponía:

"Entendemos por apostasía los cambios que traen aparejadas las inspiraciones ruines del interés, de la pasión o del egoísmo [11]".

Su idealismo y sus concepciones en cuanto a la existencia de Dios, se aprecia en una intervención dirigida a varios masones recién iniciados. Entonces se refería a la armonía que reina en la naturaleza, que prueba evidentemente la existencia de un ser todo poderoso. Explicó puntos de la Astronomía para establecer comparaciones sobre la existencia de Dios, indicando que otros soles y otros mundos mayores que el nuestro y examinados por un telescopio están constituidos todos de una materia igual a la de nuestro planeta y por tanto si la existencia de un reloj indica la de una relojero, la de estos astros indica también la existencia de su creador. Sus ideas sugieren el sostenimiento de concepciones deístas.

Muerte

Murió en Cienfuegos el 10 de diciembre de 1910.

Publicaciones

Entre sus primeras publicaciones se encuentra el estudio titulado: Estadísticas, nacimientos y defunciones en Cienfuegos en la década que comienza en enero de 1880 y termina en diciembre de 1889. Publicada a partir de 1886 en las Crónicas Médicas Quirúrgicas de La Habana Revista Mensual de Medicina, Cirugía, Farmacia y Ciencias Auxiliares de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, que sirvió de tribuna a la difusión de estudios antropológicos realizados en el país; desde la cual continua la labor periodística del Dr. Sinesio Lapeira que le confiere el título de Miembro Correspondiente de la Academia el 11 de marzo de 1894[12].

Fue autor de numerosas obras locales que engrosaron el caudal científico nacional destacándose como higienista en obras como Higiene escolar y Nociones de Higiene ambas publicadas en el Boletín Científico además de realizar varios estudios sobre fiebre amarilla, viruela, difteria y tuberculosis[13].

Referencias

Fuentes