Madija

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Madija
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Concepto:Indígenas

Madijas, kulinas o culinas. Son un grupo étnico que habitan en algunas regiones de Perú y Brasil. No obstante, los madija han preferido esta denominación, que en su lengua originaria se traduce como ‘gente’ o ‘personas’. Los madija constituyen el único pueblo indígena cuya lengua pertenece a la familia lingüística Arawa. La ‘Fiesta de Mandar’ constituye una tradición ancestral de los madija, un ritual mediante el cual, entonando ciertas canciones, ellos se mandan unos a otros a pescar, cazar o recolectar alimentos. Viven principalmente en la provincia de Purús del departamento de Ucayali. Según datos obtenidos por el Ministerio de Cultura, la población de las comunidades de este pueblo se estima en 634 personas.

Historia

Es poco lo que se conoce sobre este pueblo en épocas anteriores al año 1869, cuando el explorador inglés William Chandless hizo una breve reseña de este pueblo (Mayor y Bodmer 2009). Por estos años, misioneros y exploradores incursionaron en territorio ocupado por los madija del Brasil, asentados a orillas de los ríos Xirúa y Tarahuacá, tributarios del río Yurúa. Posteriormente, se conocería la ubicación de los madija en territorio peruano, cerca de la cabecera de los ríos Purús y Yurúa. Los primeros informes publicados sobre los madija los describen como un pueblo dedicado a la caza y la agricultura, que habitaba entre los ríos Purús y Yurúa. A partir de las exploraciones del sacerdote francés Constantín Tastevin, realizadas entre los años 1908 y 1914, se conoce que muchos madija participaron de la recolección del caucho (Ribeiro y Wise 1978). Fue así como, durante la época de auge de la extracción del caucho, los madija entraron en contacto con actores foráneos, lo que ocasionó la disminución de su población, debido a las enfermedades y los maltratos de patrones caucheros (ILV 2006, Ribeiro y Wise 1978). Luego de la época de auge de la extracción del caucho, los miembros de este pueblo se trasladaron a zonas menos accesibles evitando el contacto con población no indígena. Entonces, recuperaron el estilo de vida semi-nómade que los caracterizaba en épocas anteriores (ILV 2006, Ribeiro y Wise 1978). Treinta años después, los madija entraron en contacto con población no indígena nuevamente, esta vez por intermedio de miembros del pueblo sharanahua. En la década de 1940, los madija se asentaron a orillas del río Purús y sus afluentes principales, en donde muchos de ellos empezaron a trabajar en la extracción de madera para los comerciantes mestizos (ILV 2006). A mediados de la década de 1950, los misioneros del Instituto Lingüístico de Verano (ILV) se establecieron en un lugar denominado Shamboyacu cerca del río Purús, desde donde trasladaron a un gran grupo de población madija hacia un lugar llamado San Bernardo (Mayor y Bodmer 2009).

Instituciones sociales, económicas y políticas

Tradicionalmente, el pueblo madija se dividía de acuerdo a grupos políticos-territoriales y cada grupo constituía una unidad social. Cada una de las unidades sociales madija recibía el nombre de una planta o de un animal (Mayor y Bodmer 2009). A lo largo de su historia, los madija han practicado la caza y la pesca de forma individual y colectiva. Asimismo, han tenido como actividad primordial la horticultura de roza y quema, estando entre sus principales productos diferentes tipos de plátano, yuca, maíz, maní, arroz, camote, frijol, zapallo, papaya, sandía y caña de azúcar. Actualmente, muchas familias se dedican también a la crianza de animales de corral para venta y consumo (ILV 2006, Mayor y Bodmer 2009). En relación al comercio, se conoce que los madija establecieron una red de intercambio con el pueblo cashinahua, obteniendo materiales para la producción de flechas a cambio de productos locales. En la actualidad, un grupo de familias madija se dedica a la venta de productos agrícolas y carne de monte. Asimismo, producen madera y realizan transacciones con comerciantes peruanos y brasileros (Mayor y Bodmer 2009).

Creencias y prácticas ancestrales

La ‘Fiesta de Mandar’ constituye una tradición ancestral de los madija, un ritual mediante el cual, entonando ciertas canciones, los madija se mandan unos a otros a pescar, cazar o recolectar alimentos. Un ejemplo de cómo se manifiesta esta costumbre se da cuando las mujeres se reúnen y van de casa en casa cantando una canción corta a los hombres, en la que les piden ir a pescar (ILV 2006). Por otro lado, el deseo que tiene una familia de que su hijo o hija se case se manifiesta en una práctica ancestral del pueblo madija. De acuerdo con esta práctica, se traslada el mosquitero del futuro esposo y se cuelga en la casa de la futura esposa. Al mismo tiempo, la familia esconde el mosquitero de la futura esposa. Si los jóvenes implicados se aceptan como esposo y esposa, se les considera casados (ILV 2006).

Fuentes