Michel Coxcie

Michel Coxcie
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Datos personales
Nombre completoMichel Coxcie
Nacimiento1499
Malinas, Bandera de Bélgica Bélgica
Fallecimiento1592
Malinas, Bandera de Bélgica Bélgica
OcupaciónPintor
Datos artísticos
ÁreaPintura

Michel Coxcie. Fue un pintor flamenco, apodado “el Rafael de los Países Bajos” por su gran éxito dentro del estilo romanista. Tras un presumible aprendizaje con Bernard van Orley en Bruselas, viajó a Haarlem y Roma, donde residió hacia 1530-39.

Trayectoria

Los primeros contactos entre Michel Coxcie y los Habsburgo debieron de producirse gracias a la mediación de Bernard Van Orley y , al que se viene considerando su mentor desde los tiempos de Van Mander y quien fue pintor de corte de las gobernadoras Margarita de Austria y María de Hungría.

Hasta tal punto, que pronto empezaría a ser conocido como “pintor de Su Real Majestad”, entendiendo con ello que la gobernadora también era viuda del último rey de Hungría, Luis II. Coxcie llegaría a realizar numerosas obras por encargo de María de Hungría. Entre ellas, se incluyen los cartones para las vidrieras de la capilla del Santo Sacramento de la colegiata de Santa Gúdula de Bruselas, así como la copia del Descendimiento de Van der Weyden que fue destinada a sustituir el original en la capilla de la corporación de ballesteros de Nuestra Señora Extramuros de Lovaina.

Otro aspecto peor conocido del mecenazgo de María de Hungría son los retratos de miembros de la familia real que Coxcie realizó por encargo suyo. No sólo es seguramente el caso del retrato de Cristina de Dinamarca del Museo de Budapest, realizado en 1545 cuando la joven acababa de enviudar del duque Francisco de Lorena, sino también de cuatro retratos mencionados en un manuscrito proveniente de los archivos de la Cámara de Cuentas de Flandes.

La protección de la gobernadora presumiblemente permitió que Michel Coxcie entrara en contacto tanto con Carlos V como con Felipe II. De sus relaciones con el emperador, se tiene un conocimiento más exiguo que el de aquéllas desarrolladas con su hijo. Se sabe que hacia 1550 realizó, de nuevo por mediación de María de Hungría, los cartones para una serie de tapices titulada Victorias de Carlos V sobre los príncipes protestantes y que en ella se incluyó una representación de la batalla de Mühlberg (1547).

Es probable que Michel Coxcie conociera a Felipe II durante uno de los dos viajes por los Países Bajos que éste realizó en calidad de príncipe heredero a mediados de siglo; entonces, el futuro monarca debió de contemplar las pinturas de Coxcie expuestas en el castillo de Binche con motivo de las memorables fiestas que allí se celebraron en agosto de 1549, y las vidrieras que, basadas en sus cartones, se acababan de instalar en la capilla del Sacramento de Santa Gúdula. En cualquier caso, con ocasión de su segunda estancia, Felipe II le encargó la copia del políptico del Cordero Místico de San Bavón de Gante, una de sus pinturas más conocidas, que más tarde sería enviada a Madrid. La obra se concluyó en 1559, año en el que está fechada, y para su realización el rey incluso obtuvo de los canónigos de San Bavón que se permitiera a Coxcie trabajar directamente en la capilla Vijd, donde se hallaba el original de los hermanos Van Eyck. Neeffs dice que el pintor cobró por ella 4.000 ducados, si bien no especifica su fuente. El nuevo políptico fue destinado a la capilla del Alcázar de Madrid y en el inventario hecho a la muerte de Felipe II, Pantoja de la Cruz lo tasó en 3.500 ducados

De regreso en Castilla, Felipe II comenzó a reclamar cada vez un mayor número de pinturas de Michel Coxcie, a la par que heredaba aquéllas traídas por María de Hungría y Carlos V en su retiro a Yuste tras el fallecimiento de ambos en 1558, muchas de las cuales engrosaron las colecciones de El Escorial desde los primeros momentos en que a él empezaron a afluir obras de arte. El buen entendimiento entre el monarca y el pintor brabanzón se puede rastrear hasta en un lugar tan remoto como Madeira, en cuya catedral de Funchal se ha detectado, gracias a una restauración reciente, la firma de Coxcie en cuatro cuadros conservados en el altar del Senhor Jesus, con datación de 1581:

Coincidiendo con la partida del príncipe de los Países Bajos, en la política de éstos se vio sustancialmente incrementada la ascendencia del obispo de Arras, Antoine Perrenot de Granvelle, conocido como Granvela: en 1559, fue nombrado arzobispo de Malinas y en 1561 recibió la púrpura cardenalicia. Granvela, que destacaba en la Corte por su faceta de mecenas y quien ejercía una labor de bisagra entre los Habsburgo e importantes artistas como Leone Leoni, Antonio Moro o Tiziano, también se interesó por la persona y la obra de Coxcie, al que trataría de favorecer en lo venidero.

En el panorama de guerra que vivieron los Países Bajos a partir de 1566, Coxcie contó también con el beneplácito del Duque de Alba, gobernador entre 1567 y 1573.

En 1589, la buena entente que Coxcie había mantenido durante décadas con el monarca le fue premiada con una renta vitalicia de 2.500 florines anuales, asignables en base a los ingresos comunes de barrios de Amberes y de Lovaina. Así se lo hizo saber Felipe II al entonces gober- nador, su sobrino Alejandro Farnesio, mediante carta escrita en El Escorial el 1 de abril de aquel año, en la que el rey muestra su preocupación por el estado del pintor, de quien dice que ya había cumplido la edad de 90 años y que “no le es posible ganarse la vida con su arte”

La última obra de Coxcie contiene el único retrato de Felipe II conocido pintado por él: se trata del tríptico de la Leyenda de Santa Gúdula, conservado en la antigua colegiata y hoy catedral de Bruselas, que lleva la fecha de 1592. El rey aparece representado en el reverso de uno de los paneles laterales, como un participante más en la procesión del Sacramento que da nombre a la capilla en que se encuentra la obra, en primer término a la izquierda, girando la cabeza y dirigiendo su mirada directamente al espectador. Aparenta una edad muy inferior a los 65 años que entonces contaba: quizás Coxcie guardara el recuerdo de la última vez que lo vio antes de su regreso a Madrid en 1559 o bien se inspiró en otro retrato realizado por aquel entonces. En el aire queda la pregunta de si el propio monarca se encontraba detrás del encargo, del que apenas se tiene información.

Muerte

Michel Coxcie murió en los primeros meses de 1592 y perdió la vida al caer de un andamio mientras trabajaba en una obra para el ayuntamiento de Amberes. Aun después de su fallecimiento, Felipe II siguió favoreciendo a la familia del pintor: el 26 de agosto de 1596, encargó a su primogénito, Rafael Coxcie, sendos retratos de Isabel Clara Eugenia y de Isabel de Valois, este último póstumo. Ambos fueron pagados dos meses después junto a un tercer retrato hecho por un presunto colaborador llamado Gisbrecht van Veen, al precio de 254 libras y 10 sueldos de Flandes. En agosto de 1595, se le encargarían dos retratos más: uno de la reina de Inglaterra, es de suponer María Tudor, y otro de la reina de Portugal, tal vez Juana de Austria; por ellos recibiría 242 libras y 10 sueldos el 5 de octubre de 1598.

Fuente