Miguel Marcelino Boix y Moliner

Miguel Marcelino Boix y Moliner
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NombreMiguel Marcelino Boix y Moliner
NacimientoAño 1636
Cuevas de Vinromá (Castellón), Bandera de España España
FallecimientoAño 1722
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Causa de la muerteDesconocida
ResidenciaEspaña
NacionalidadEspañola
CiudadaníaEspañola
OcupaciónMédico y escritor

Miguel Marcelino Boix y Moliner. Fue un médico español. Fue catedrático de cirugía en Alcalá. Escribió las obras Hipócrates defendido (1711), que originó una notable polémica en la medicina española del siglo XVII, e Hipócrates aclarado (1716).

Datos biográficos

Nació en Cuevas de Vinromá (Castellón) en 1636. Estudió medicina en la Universidad de Alcalá y, tras obtener el grado de licenciado, se trasladó a Madrid con la finalidad de completar su formación junto a los cirujanos mayores del Hospital General. Recibió muchas críticas en los ambientes profesionales por ejercer tanto la medicina como la cirugía, cuya cátedra de Alcalá obtuvo tras varias oposiciones y recursos legales. El galenismo intransigente que imperaba entonces en dicha Universidad resultó incompatible con sus ideas renovadoras, por lo que en 1693 se trasladó a Vallecas y tres años más tarde a Madrid. Se integró plenamente en los círculos de novatores de la Corte y, a través de éstos, con los de Sevilla, lo que explica que fuera uno de los tres "socios fundadores" no sevillanos de la Regia Sociedad de Medicina, junto a dos figuras de significación tan inequívoca como Juan de Cabriada y Diego Mateo Zapata.

El primer libro de Boix, Hippocrates defendido (1711), es una dura crítica del galenismo desde un hipocratismo renovado. Boix consideraba que la interpretación tradicional de los textos hipocráticos estaba equivocada a causa de la "mala fe" de Galeno, quien en sus comentarios "toma al pobre viejo (Hipócrates) y le arrastra de narices para que diga lo que él quisiere". La postura del médico valenciano consistía básicamente en un empirismo que destacaba la importancia de las observaciones clínicas como fundamento de toda elaboración teórica, con total oposición a cualquier sistema cerrado. Muy revelador de las fuentes en las que apoyaba este planteamiento es que encabezara su libro con citas hipocráticas, de Bacon y de Sydenham. Por otra parte, Boix propugnaba en la práctica el abstencionismo terapéutico, criticando con especial dureza los tratamientos que, en su opinión, suponían "desarmar a la Naturaleza". Dirigió preferentemente sus ataques al abuso de las sangrías y las purgas por parte de los galenistas, pero los extendió también a los remedios medicamentosos, lo que hizo que entre sus numerosos contradictores no solamente figurasen seguidores de la medicina tradicional, sino un novator como Félix Palacios, principal iatroquímico español en el área de la farmacia.

En 1716, Boix reiteró sus ideas en un nuevo libro que tituló Hipocrates aclarado y sistema de Galeno impugnado. Al final del mismo incluyó seis cartas con opiniones favorables acerca de su obra anterior redactadas por científicos franceses, uno de los cuales era Fontenelle, el célebre secretario perpetuo de la Academia de Ciencias, de París. Dos de las "censuras" o prólogos fueron también de personalidades muy significativas: Salvador Leonardo de Flores, el más importante de los novatores sevillanos fundadores de la Regia Sociedad, y Martín Martínez. Este último afirmó que:

"si, por alguna pueril arrogancia, segunda vez se retase sus venerables canas a paraje público, yo, que aún no he perdido de memoria el grito y patadilla de las escuelas... le defenderé en cualquier sitio".

La frase no fue un mero desplante retórico, ya que se produjo realmente un relevo generacional. El empirismo neohipocrático de Boix fue el punto de partida de una corriente cuya segunda fase correspondía a la "medicina escéptica" que Martín Martínez defendió en varias de sus obras, especialmente Medicina sceptica (1722-1725) y Philosophia sceptica (1730). Esa postura "escéptica" alcanzó más tarde su expresión madura en el "empirismo racional" de Andrés Piquer. Lo que se debatía en realidad era la pervivencia de la tradición escolástica, cuyo baluarte estaba sobre todo en las universidades, que se sentían amenazadas en sus privilegios por las nuevas doctrinas médicas. Boix fue un decidido partidario y difusor de las doctrinas de Miguel Sabuco. Afirmó, como luego repitieron otros muchos autores, que los forjadores de las nuevas doctrinas del fisiologismo nervioso copiaron sin citarlo la teoría del succus nerveus de Sabuco.

Muerte

Murió en el año 1722, a los 86 años de edad.

Fuentes