Monasterio de Santa María da Vitória de Batalha

Real Monasterio de Santa María da Vitória de Batalha
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Monasterio Batalha.jpg
FundaciónBatalha, Beira Litoral.

El Convento de Santa Maria da Vitória,también conocido como Monasterio de Batalha se sitúa en Batalha, Portugal y fue mandado edificar por el rey Juan I como agradecimiento del auxilio divino y celebración de la victoria en la Batalla de Aljubarrota.

Historia del Monasterio de Batalha

Uno de los lugares más fascinantes de la Península Ibérica. En el inicio de las obras del Monasterio de Batalha fue construido un pequeño templo, cuyos vestigios eran todavía visibles en los albores del siglo XIX. En esta edificación, Santa Maria-a-Velha (Santa María la Vieja), también conocida por Igreja Velha (Iglesia Vieja) se celebraba la misa (las crónicas de la época dicen que era una iglesia humilde) dando servicio religioso a los habitantes de la zona. Cerca del lugar donde se levanta el Monasterio de Batalha tuvo lugar el día 14 de agosto de 1385 un acontecimiento decisivo para la consolidación de la nación portuguesa: D. João, Maestre de Avis y futuro rey de Portugal, venció a los ejércitos castellanos en la batalla de Aljubarrota. Esta victoria puso fin a una crisis dinástica que se arrastraba desde 1383, a la muerte del rey Fernando, cuya única hija estaba casada con el rey de Castilla, pretendiente al trono de Portugal.

Los arquitectos

La construcción abarcó siete reinados de la segunda dinastía (1385-1580) e involucró a un amplio equipo de maestros albañiles de gran nivel, tanto nacional como extranjero, que fueron dirigidos inicialmente por Alfonso Domingues hasta su fallecimiento en 1402. Durante este período, se levantó parte de la iglesia y el claustro real. Le sucedió el Maestro Huguet, inglés, que hasta 1438 completó la iglesia, construyó la capilla del fundador y comenzó el panteón de D. Duarte.

Iglesia del Monasterio de Batalha

Durante el reinado de Alfonso V, el arquitecto portugués Fernão de Évora continuó el proceso de construcción durante 1448 y 1477. Fue el que añadió el cenobio de Afonso V. Fue sucedido por el arquitecto Mateus Fernández el viejo en el periodo de 1480-1515. Este maestro era un experto del estilo manuelino y dejó su impronta en las Capelas Imperfeitas y en el portal. Junto con el famoso Boytac realizó el arco de tracería en el Claustro Real. Trabajó en el monasterio de continuando en el reinado de Juan III con la adicción del Renacimiento y tribuna (1532) por Juan de Castilla. La construcción construcción se interrumpió, cuando el rey decidió poner sus esfuerzos en Lisboa balanceando la carga con los Monasterios de Jerónimos en Lisboa.

El terremoto de 1755 hizo daño en el edificio, pero mucho más grande fueron los daños infringidos por las tropas napoleónicas de Masséna, quien saqueó y quemó el edificio en 1810 y 1811. Posteriormente cuando los Dominicos abandonaron el edificio en el año 1834, la iglesia y el monasterio se encontraban en ruinas. En el 1840 el rey Fernando II comenzó un programa de de restauración del monasterio abandonado, salvando de esta forma el edificio gótico. La restauración duró hasta bien comenzado el siglo XX. Fue declarado monumento nacional en el año 1907. En el año 1980 el monasterio fue convertido en museo. En 1983 fue elevado por la UNESCO como uno de los lugares Patrimonio Histórico Mundial.

Caracterización arquitectónica

Planta

En planta de cruz latina, la iglesia revela el apego a la tradición del gótico mendicante português. Se trata de un templo de 3 naves, con transepto pronunciado y cinco capillas en la cabecera, siendo las laterales de igual profundidad (las más interiores en alineación con las colaterales, las exteriores dando para el brazo final del transepto), todas ellas precedidas de un tramo recto (ligeramente prolongando en el ábside).

Dimensiones

La iglesia, que posee 80 m de longitud, 22 m de ancho y un vano máximo en la flecha de 32,5 m, revela un sistema proporcional relativamente simple. La diferencia de altura entre las naves laterales y la nave central está en una razón de 3:2 o razón sesquitércia, corriente en el gótico. La misma «razón» fue adoptada para determinar la relación entre la anchura del templo y su longitud – desde la puerta axial hasta el arco triunfal – y más tarde, para determinar la dimensión de la Capilla del Fundador que, así, forma un cuadrado que ocupa tres veces el cuerpo de la iglesia (cabecera excluida).

Iglesia del Monasterio de Batalha

El templo sólo difiere de sus congéneres más antiguos en el hecho de ser completamente abovedado, y de mucho mayor tamaño. Con ocho tramos, marcados por una arcada longitudinal. Este trazado es fiel con todo el proyecto inicial mostrando una condición de continuidad a las tradiciones portuguesas, habiendo apenas que solucionar los trámites relativos al abovedamiento. La experiencia de la girola de la Catedral de Lisboa debe haber sido importante para este hecho, sabiéndose además, que el maestro Alfonso Domínguez, arquitecto constructor, vivió en Lisboa en la freguesía de Madalena, siendo natural de esta ciudad, y pudiendo haber aprendido allí. Los pilares de las naves son polistilos y de gran espesor, siendo cada columna adosada, ininterumpida desde la base hasta el capitel, sin ninguna marca de cornisa, siendo esto válido también para las columnas medias que sustentan los arcos torales de la nave central. La cubierta de las tres naves es estructuralmente idéntica, con arcos torales simples, dos nervios cruzados y una ligadura uniendo las claves longitudinalmente. Lo mismo sucede para el transepto, donde se registran cinco tramos de bóveda, de ocho paños cada una y con el mismo sistema de ojivas cruzadas (siendo obviamenta mayores los tramos del crucero). El uso de bóvedas en la nave central, más alta que las laterales, obligó a la utilización de arbotantes, que descargaran su peso en los estribos del flanco exterior del templo, al nivel de la cubierta de las laterales, Las bóvedas de las capilla de la cabecera, con techo poligonal de cinco tramos cada una, son cubiertas por bóvedas de ojivas, con nervios que nacen de los arcos adosados a las paredes, dotadas de dos tramos rectos solidarios con el techo poligonal, formado por nervios radiantes, con las claves también unidas por ligaduras. Este sistema evitó cualquier refuerzo exterior, limitándose el respectivo apoyo a los contrafuertes radiales. El maestro Afonso Domingues no finalizó la obra, dejando, con todo, casi configurado todo el templo (con excepción tal vez de las partes más levadas) y buena parte de la zona caustral. Así, en el interior es fácil percibir la intervención del maestro portugués en las bóvedas de las naves (dotadas de grandes claves de decoración naturalista).

Portada

Iglesia del Monasterio

La portada muestra en la arquivolta una profusión de 78 estatuas, repartidas sobre seis columnas, ilustraciones todas ellas del Viejo Testamento pudiéndose ver reyes, ángeles, profetas y santos, cada uno de ellos bajo una hornacina. Se pueden ver también estatuas de los apóstoles, entre los que hay uno que sujeta al demonio con cadenas. En la parte superior del portal se muestra a un Cristo coronado flanqueado por los cuatro evangelistas, cada uno de ellos con su propio atributo.

Sala Capitular

Debida al maestro Huguet que fue el encargado de finalizar la célebre Sala do Capitulo, es un espacio de planta cuadrada, cubierta por una abovedada de estrella. Se trata de una construcción de puro estilo gótico, estando formada por dieciséis nervaduras radiales, ocho de las cuales se lanzan sobre las paredes, las restantes lanzadas a los espacios exteriores exteriores, convergiendo todas ellas en una columna central de decoración vegetal. Hoy en día contiene la tumba del soldado desconocido en honor a los soldados portugueses muertos en la Primera Guerra Mundial.

Tumbas reales en el monasterio

El monasterio alberga los restos de algunos reyes portugueses de la Dinastía de Avís. La necrópolis real se compone de la Capilla del Fundador (finalizada en 1434) y de las capillas inacabadas (construidas de 1490 a 1515).

  • Juan I (1385-1433) y su esposa Felipa de Lancaster (1360-1415), hija de Juan de Gante, Duque de Lancaster.
  • sus hijos:
    • Pedro (1392-1449), Duque de Coímbra, regente de Portugal, y su esposa Isabel de Aragón (1409-1443), hija de Jaime II, Conde de Urgel.
    • Enrique el Navegante (1394-1460), con estatua yacente
    • Juan (1400-1442), Duque de Beja, y su esposa Isabel (1402-1465), hija de Alfonso I Duque de Braganza
    • Fernando, el príncipe santo (1402-1443)
  • Duarte I (1433-1438) y su esposa Leonor.
  • Alfonso V (1438-1481)
  • Juan II (1481-1495).

Las tumbas fueron profanadas, lo mismo que las del monasterio de Alcobaça, por los soldados franceses en 1810. En la sala capitular se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido portugués, que contiene los cuerpos de dos soldados portugueses muertos en combate durante la Primera Guerra Mundial

Fuentes