Paisajes con parejas
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Paisaje con parejas es un cuadro de óleo sobre tela, pintado por Víctor Manuel García Valdez en 1943. Se exhibe en el Edificio Arte cubano, Cuba. Es uno de sus más bellos ejemplos perteneciente a la serie de escenas con ríos.
Descripción
Todas las obras de esta serie brotan de un paisaje ideal único, nacido de la observación de la naturaleza y las gentes de Cuba y a la vez imaginado a la medida de un deseo. De esta percepción central se van derivando infinitas variaciones. El tiempo no parece transcurrir, pero la escena está llena de emoción. En su aparente levedad, los paisajes de Víctor Manuel constituyen uno de los más poderosos hallazgos de la pintura moderna cubana. El pintor ha aprehendido datos significativos de la realidad, los ha pasado por una zona muy personal de su sensibilidad y los ha trasladado finalmente hacia un universo sin drama ni conflictos, alcanzando un equilibrio perfecto entre solidez y delicadeza.
Significado artístico
Sus pinturas son motivos de inspiración para escritores y poetas como José Lezama Lima, Nicolás Guillén, Graziella Pogolotti, Fina García Marruz y Cintio Vitier.
Graziella Pogolotti expresa en su artículo «Víctor Manuel en los umbrales de un mundo amigo»: Reducir la obra de Víctor Manuel a una visión bucólica del mundo, equivaldría a simplificarla en extremo. A veces sus paisajes adquieren tonos sombríos. Los azules juegan con grises, se vuelven amenazantes. Una silueta se desliza por una calle siempre silenciosa A la vuelta de una esquina asoma el perfil blanco de un cuadrúpedo indeterminado. Chagall lo hubiera puesto a volar. Pero la magia de Víctor Manuel nace, precisamente de la escena banal que sobrepasa el costumbrismo, y que resulta en su silencio, en su contención, inexplicablemente irreal.
Autor
Víctor Manuel estudia en la Escuela San Alejandro, donde es discípulo de Leopoldo Romañach. Su primera exposición personal se efectúa en 1924 en Las Galerías, La Habana. En 1925 realiza su primer viaje a Europa. En París comienza a firmar con el nombre de Víctor Manuel. Allí conoce y estudia la pintura clásica, sobre todo los primitivos italianos, y se pone en contacto con la pintura moderna a partir de los postimpresionistas. Comienza a transformar su estilo abandonando paulatinamente su formación académica. En 1927 regresa a Cuba y toma parte en dos exposiciones importantes: en febrero, una muestra personal; en mayo participa en la Exposición de Arte Nuevo, que marca el inicio de la pintura moderna en Cuba. Desde entonces se le considera como uno de los principales renovadores del arte cubano, no solo por su obra sino también por su magisterio entre los jóvenes. En 1929 viaja a Europa, recorre España y Bélgica y reside en Francia. En París pinta Gitana tropical, que ha devenido símbolo de toda su pintura. A su regreso es dueño de un estilo propio e inconfundible, expresado a través de dos temas que nunca abandonará: las cabezas femeninas y los paisajes cubanos. Obtiene premios en la Exposiciones Nacionales de Pintura y Escultura de 1935 y 1938. El Salón Anual de 1959 incluye, como un homenaje, una exposición retrospectiva de su obra. En 1964 comienza a expresarse en un nuevo medio: la litografía, que practica en el Taller Experimental de Gráfica de la Plaza de la Catedral.
