Pielonifritis

pielonefritis
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Región de origen:Riñones
Región más común:Riñones
Vacuna:no existe

Pielonefritis o infección urinaria alta. es una infección de las vías urinarias que ha alcanzado la pelvis renal. Normalmente, los microorganismos ascienden desde la vejiga hasta el parénquima renal.

Es una inflamación bacteriana del riñón con destrucción del tejido renal y compromiso de la vía urinaria. En enfermos inmunodeprimidos puede ser causada por otros agentes inflamatorios. La pielonefritis generalmente es focal, a veces está circunscrita a una pequeña zona de un riñón, pero puede extenderse a todo un riñón o a ambos, en ocasiones en forma de una pielonefritis flegmonosa o apostematosa, con múltiples focos supurados. Se distinguen formas agudas y crónicas.

Es una infección aguda o crónica del riñón. Suele ser más habitual en mujeres que en hombres y su origen puede ser desde una infección que asciende desde las vías urinarias al riñón, a directamente una infección del riñón por un cálculo, traumatismo o estenosis del uréter. El riesgo es que evolucione a una insuficiencia renal que ya es una enfermedad muy grave.
La fiebre, el dolor de riñones, quemazón al orinar, dolor abdominal y las nauseas pueden ser algunos de los síntomas de la Pielonefritis.

En las analíticas la presencia de sangre y glóbulos blancos en la orina suele ser un aviso determinante. El problema es que en algunos casos la enfermedad no da síntomas hasta que es demasiado tarde.

En los niños algunos síntomas como palpitaciones, dolor de cabeza, poco apetito, tendencia a infecciones y cansancio crónico podrían estar avisándonos de una Pielonefritis crónica.

Pielonefritis: Problema que usted debe tratar

La inflamación de la pelvis y del perenquima renal se produce como consecuencia de una infección que asciende desde el tracto urinario inferior hasta el riñón. La fase crónica se desarrolla lentamente después de una infección bacteriana del riñón, con peligro de evolucionar a una insuficiencia renal.
La pielitis, pielonefritis se define como una inflamación bacteriana crónica o aguda de la pelvis y el parenquima renal. La mayor parte de los casos se asocia a alguna forma de obstrucción como un cálculo o una estenosis del uréter y por traumatismos.
En las mujeres el 85% de los casos son más afectadas que los hombres. En la pielonefritis aguda la infección puede proceder de la vejiga o del uréter, no mira edad ni raza y puede aparecer en cualquier tiempo de su vida.
Este problema también puede provenir de una infección hematógena de origen bacteriano. Sus mayores enemigos son los agentes causantes Eschericha coli, Klebsiella, Proteus y Warichata, así como la presencia de enterobacterias, pseudomonas, estafilococos y estrectococos.
Hay algunos síntomas que avisan el padecimiento de la pielonefritis: Estos se presentan en los adultos, inicialmente de forma repentina con escalofríos, fiebre, dolor renal, náuseas, vómitos y mal aliento. Cuando está afectada la vejiga, la micción puede ser dolorosa, debido a la infección bacteriana o a un proceso obstructivo del tracto urinario. El paciente sufre una sensación de quemazón cuando orina y en el examen de laboratorio puede revelar la existencia de sangre, bacteria o glóbulos blancos en la orina. Puede haber trastorno del aumento excesivo de la orina.
En el caso de los niños afectados, los síntomas suelen ser inespecíficos como dolor abdominal y dolores de cabeza. A veces la enfermedad no presenta síntomas pero ese silencio puede resultar en algunos casos, catastróficos par el enfermo.
También es importante reconocer que la Pielonefritis Crónica, la fiebre y los dolores abdominales y costales se presentan únicamente en los adultos cuando sufren brotes agudos. Todos estos eventos crueles alteran la función renal, llevando a la inflamación de la pelvis, a la anemia, palidez y aumento de la presión sanguínea.
En los niños la pielonefritis crónica se manifiesta con retraso en el crecimiento, tendencia a las infecciones, cansancio y disminución del rendimiento. Muchos niños tienen poco apetito y como consiguiente molestias gástricas, palpitaciones en el corazón y mareo.

El diagnóstico es Urgente.

Por tal motivo en las crisis agudas se encuentran en la orina un número elevado de ERITROCITOS que constituye la presencia anómala de sangre en la orina como también la presencia alta de células blancas, cilindros y bacterias en la sangre lo cual sugiere la enfermedad.
Al realizar los análisis de orina la presencia de un número de patógenos superior a 100.000 ml constituye la prueba de que existe una INFECCION de las vías urinarias. Es de recordar que los análisis son de mucha importancia para ayudar al diagnóstico y evitar las complicaciones.
El daño renal es uno de los grandes problemas que los pacientes pueden presentar, el aumento de creatinina y urea en suero constituye un dato desfavorable del diagnóstico, pues sugiere o indica una evolución hacia insuficiencia renal crónica que con el tiempo puede encaminar a otras complicaciones.
Otro medio diagnóstico de mucha importancia es la Ecografía. En esta se aprecia el aumento del tamaño de la pelvis renal, el parénquima está engrosado y su estructura es menos densa, lo cual advierte la enfermedad.
En el estudio radiográfico, se detecta al principio un aplanamiento del fórnix de los cálices renales y, al paso de un tiempo en la radiografía se detecta deformación de las forma de los cálices y ampliación de la pelvis renal con cicatrización del parénquima. Esta en su curso puede aligerar desfavorablemente hacia una atrofia del parénquima y a la deformación total de las cavidades renales.
Es de mucha importancia recurrir a un diagnóstico por imágenes para descartar una enfermedad renal obstructiva.

Sobre el tratamiento a seguir

Actualmente existen antibióticos por ejemplo:

  1. CIPROXINA DE BAYER (CIPROFLOXACINA GENERICAMETE) en TABLETAS de 250 mg, 500 mg y 750 mg, para las infecciones bacterianas y especialmente en este caso de los riñones, vías urinaria y próstata. En el caso de la Pielonefritis, la infección es tratada con antibióticos durante 7 a 10 días según la opinión del médico y los resultados del ANTIBIOGRMA.
  1. El apoyo de los familiares, debe ser constante para ayudar al paciente: en su higiene personal, mejor ambiente en el dormitorio, cambio diario de la ropa de cama, atención en los medicamentos descanso, etc.
  1. La dieta juega un papel importante, para ayudar en su recuperación. Debe atenderse a cabalidad la prescripción médica, el horario, la higiene en la preparación y la presentación agradable.
  1. Son muy saludables los baños a temperatura por la mañana y al medio día para favorecer la circulación y el sistema inmunológico.
  1. Los masajes en las rodillas, en las caderas confricción profunda estimulan función renal.

Epidemiología

Existe una mayor prevalencia en mujeres que en hombres, siendo 12,5 casos por cada 10.000 habitantes para ellas y 2,3 para ellos. También varían según la franja de edad: las mujeres jóvenes, por su mayor actividad sexual, y los ancianos y niños, por sus cambios anatómicos y hormonales.

  1. Además un 1-2% de las embarazadas desarrollan la enfermedad.
  1. Hay diferentes factores de riesgos, entre las que se pueden destacar, por ser más comunes:
  • el reflujo vesico-ureteral: consiste en un reflujo persistente de orina desde la vejiga a las vías urinarias en sentido ascendente, con estancamientos de orina en la pelvis renal;
  • la uropatía obstructiva: es un taponamiento de las vías urinarias produciendo el estancamiento de la orina. Existen muchas causas de uropatía obstructiva (embarazo, masas abdominales, etc), pero la causa más frecuente es la urolitiasis.

Clasificación y etiología

Para clasificar una pielonefritis debemos tener en cuenta si existen complicaciones o no y el tiempo que lleve la infección. La división más común es la que se establece entre pielonefritis aguda y crónica, que a su vez se pueden subdividir en complicada o no, unilateral o bilateral, u otros tipos según la asociación a diferentes procesos, como la pielonefritis xantogranulomatosa.

Cuadro clínico de la Pielonifritis

Un paciente afectado de pielonefritis, presentará los siguientes signos y síntomas:

  • malestar general, inapetencia y anorexia;
  • fiebre mayor de 39 °C (102 °F) y que dura más de dos días;
  • escalofríos;
  • dolor del costado o de espalda uni- o bilateral, a veces también abdominal;
  • náuseas y vómitos;
  • dolor al orinar;
  • polaquiuria y disuria, con orina turbia y de fuerte olor;
  • hematuria.

Diagnóstico

Con los síntomas antes descritos se debe sospechar de una pielonefritis. El paciente presentará dolor al palpar la zona del riñón y en los análisis de orina se podrán detectar proteinuria, hematuria, leucocitos y bacterias. En caso de encontrar también cilindros de leucocitos, significa que la infección ha llegado a los túbulos renales (es el lugar donde se forman los cilindros).

Radigrafía pielonefritis

De la orina se realizará un cultivo que revele el microorganismo causante de la infección. En este mismo urocultivo se podrá realizar un antibiograma para el posterior tratamiento. Los cultivos sanguíneos suelen mostrar la misma bacteria.

Se pueden realizar estudios por imagen del paciente. Así, con una ecografía abdominal se puede descartar litiasis, situación en la que se puede observar hidronefrosis. Los estudios radiológicos en los que se puede inyectar por vía intravenosa una sustancia yodada para que de mayor contraste al riñón, se observará una excreción de contraste muy disminuida. Además, en una pielonefritis crónica existirán asimetría e irregularidades en los bordes del riñón, deformación de cálices renales y cicatriz en ellos.

Tratamiento

Los objetivos del tratamiento son es la remisión de la infección y la reducción de los síntomas agudos, que, generalmente, persisten incluso más de 48 horas después del inicio del tratamiento. Para ello se debe utilizar:

  1. Antibióticos selectivos para controlar la infección bacteriana. Si la infección es grave y el riesgo de complicaciones es alto, los antibióticos se suministrarán vía intravenosa. Puede que se necesite estar con antibiótico durante un largo período de tiempo. Es necesario realizar un antibiograma del uricultivo para administrar los antibióticos más efectivos contra las bacterias sin llegar a concentraciones nefrotóxicas.
  2. Analgésicos y antitérmicos, para controlar el dolor, la fiebre y el malestar.
  3. Líquidos intravenosos (sueros) en los primeros días de tratamiento, para hidratar lo mejor posible y acelerar la llegada de los antibióticos al riñón.

Por otra parte, el tratamiento de cualquier complicación debe ser rápido y completo. Puede incluir hospitalización con cuidados intensivos, medicación para mejorar el estado cardiovascular, u otros tratamientos. El tratamiento suele conllevar cultivos de orina para asegurar que la bacteria ha sido eliminada por completo.

Pronóstico

La mayoría de los casos de pielonefritis se resuelven sin complicaciones después del tratamiento. A veces el tratamiento puede resultar largo y agresivo. En cualquier caso, el objetivo es evitar complicaciones como:

  • recurrencia de la pielonefritis aguda, provocando una pielonefritis crónica;
  • sepsis o infección diseminada por todo el cuerpo;
  • insuficiencia renal o incapacidad del riñón para fabricar orina por el daño severo al parénquima renal.

Prevención

El rápido y completo tratamiento de las cistitis y el resto de infecciones urinarias en general, especialmente si son crónicas o recurrentes, podría prevenir el desarrollo de muchos casos de pielonefritis.

Asimismo, el tratamiento previo de las situaciones que aumentan el riesgo, como el reflujo vesico-ureteral o la uropatía obstructiva, previenen esta situación. En algunos casos de cistitis a repetición, se intenta usar de manera profiláctica el uso de antibióticos para evitar las reinfecciones. En las embarazadas, se podría evitar un gran número de casos si se detectase la bacteriuria cuando aún es asintomática.

Patogenia

Factores predisponentes.

En la patogenia de las pielonefritis son importantes los factores predisponentes. En riñones con sistema pielocalicilar y vía urinaria normales, las bacterias, uretritis y cistitis no ocasionan inflamación renal.

Reflujo.

Se produce cuando la orina vesical ingresa de nuevo al lumen ureteral, de manera que la válvula vésico-ureteral es sobrepasada en sentido ascendente. Puede ser de diferente magnitud según el grado de la deformación de la vía urinaria. Causa del reflujo es la estasia urinaria, que a su vez puede deberse a malformaciones o lesiones obtructivas adquiridas. En las infecciones urinarias recurrentes de los niños se deberá descartar siempre una malformación. Se denomina nefropatía por reflujo a la lesión córtico-medular renal resultante del mecanismo de reflujo, la que corresponde a una hidroureteronefrosis frecuentemente con pielonefritis crónica.

Obstrucciones.

Se deben a malformaciones o a lesiones adquiridas, ya sean estas últimas intrínsecas, como litiásis o tumores, o extrínsecas, como cicatrices, hiperplasia nodular de la próstata o tumores.

Factores metabólicos.

Son importantes principalmente en la diabetes mellitus, gota y en el mieloma.

Inmunodepresión.

Ocurre en el SIDA y en tratamientos con drogas inmunosupresoras. En estos casos son frecuentes las infecciones por hongos (cándida, toluropsis glabrata , criptococo, aspergilo, mucor, histoplasma, blastomyces, nocardia, actinomyces ).

Factores quirúrgicos.

Diversos tipos de intervenciones quirúrgicas de la vía urinaria , riñones y órganos vecinos predisponen a infecciones urinarias, asimismo la introducción de sondas en la vía urinaria.

Vías de propagación a los riñones.

Las vías por las que los agentes infecciosos pueden alcanzar los riñones son:

  1. la ascendente, que es la más común y en que tiene gran importancia el reflujo vésico-ureteral;
  2. hematógena, como se da en pioemias;
  3. linfática, desde el intestino y vejiga urinaria y
  4. directa o por continuidad. Esta última es poco frecuente, se da en traumatismos con heridas penetrantes y en procedimientos quirúrgicos.

Etiología

Los gérmenes patógenos que participan en la primera infección de la vía urinaria generalmente pertenecen al grupo coliforme: Escherichia coli , en el 50 a 90% de los casos; menos frecuentemente se trata de Enterobacter , Klebsiella , Pseudomona , Proteus . En cambio, en las infecciones recurrentes o en las pielonefritis crónicas los más frecuentes son el Proteus , enterococo, Pseudomona, estáfilococo, colibacilos, y entre los hongos, los del género Candida.

Interpretación emocional de pielonefritis o infección del riñón

Los riñones son la sede de los miedos o temores no eliminados.

Emoción positiva para la pielonefritis o infección del riñón

Enfrentarse a cualquier situación con decisión y sin temor.

Fitoterapia para la pielonefritis o infección del riñón

  • Lo más importante es comenzar a tomar abundante líquido a lo largo del día (entre un litro y medio y dos)
  • La Vara de oro, la Gayuba, el Estigma de maíz, La Velosilla o Pilosella, las hojas de Abedul y la Cola de caballo son algunas de las plantas más utilizadas en estos casos.
  • La Echinacea y el Propolis siempre serán buenos aliados para luchar contra la infección del riñón.

Nutrición para la pielonefritis o infección del riñón

  • Hay que evitar los picantes y las especias, así como el tabaco, café y el alcohol.
  • La sopa, sobre todo de cebolla, apio y tomillo, favorecen la producción de orina y la eliminación de gérmenes.
  • El zumo de naranja o de arándanos, gracias a su riqueza en vitamina C, son muy eficaces sobre todo cuando hay tendencia a que el problema se vuelva crónico.

Consejos para la pielonefritis o infección del riñón

Lo más importante es acudir rápidamente a nuestro médico a fin de descartar una piedra de riñón y sobre todo para evitar una complicación tan grave como una insuficiencia renal aguda.
La Medicina tradicional China tiene mucho en cuenta los síntomas de calor o frío. En la mayoría de casos vemos que las molestias nos sobrevienen después de haber cogido mucho frío. El riñón y en general las vías urinarias son muy sensibles al frío.
En estos casos un baño bien caliente y una buena infusión diurética pueden ser de gran ayuda hasta recibir el tratamiento médico.
Si no disponemos de bañera podemos hacer un baño de pies. Pondremos los pies en un cubo con agua caliente. Iremos añadiendo agua más caliente durante unos diez minutos y terminaremos poniendo los pies en otro cubo con agua fría durante sólo dos segundos. Secaremos ligeramente los pies y nos pondremos dos calcetines gruesos en cada pié a fin de hacerlos reaccionar. Al cabo de unos minutos hemos de sentir calor. Ese calor ascenderá por las vías urinarias y ayudará a mejorar la mayoría de problemas de las vías urinarias.
En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente. La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa.

Pielonefritis aguda

Ésta forma es una infección del parénquima renal originado secundariamente a una infección de las vías urinarias, pero también la colonización del riñón se da por vía hematógena desde focos infecciosos a distancia. Escherichia coli es la bacteria aislada en la mayoría de los casos, pero también se pueden encontrar otros microorganismos involucrados:

Microorganismo  % de casos
Infección ascendente

Escherichia coli
Proteus mirabilis
Especies de klebsiella
Mycoplasma hominis
Pseudomona



80 - 90
2-5
2-5
1
1
Infección hematógena

Staphylococcus aureus
Candida albicans
Mycobacterium tuberculosis



2-5
1-3
1

El mecanismo más frecuente en la génesis de la PA es el ascenso de los microrganismos desde la vejiga hasta la pelvis renal a través de los uréteres, gracias a diferentes condiciones favorecedoras, dependientes tanto del microorganismo como del huésped, principalmente relacionadas con los mecanismos de adherencia de los microrganismos al urotelio y la existencia de factores mecánicos, como obstrucción del flujo urinario, traumatismos, reflujo vesicoureteral, disfunción vesical neurogénica o la presencia de sonda vesical.

Cabe destacar la pielonefritis aguda complicada, que es aquella que se desarrolla en pacientes inmunodeprimidos o con alteraciones anatómicas y/o funcionales de la vía urinaria: neoplasias, estenosis, embarazadas y diabéticos, entre otros. Las infecciones recurrentes u hombres con focos prostáticos también se consideran complicadas.

Se destacan microfocos purulentos o supurados, corticales o medulares o en ambas localizaciones, que pueden extenderse al tejido de la celda renal y desarrollar abscesos perirrenales. En la médula los focos son alargados o radiados, dirigidos a los vértices de las papilas renales. En autopsias la pielonefritis aguda se observa asociada a obstrucción de la vía urinaria y a pioemias.

Curso de la pielonefritis aguda.

  1. Curación con cicatriz. Cuando las cicatrices son grandes pueden comprometer la función renal, favorecer nuevas infecciones y complicarse de hipertensión arterial o litiasis.
  2. Extensión en forma de una pielonefritis flegmonosa o apostematosa, o en forma de perinefritis, abscesos perinefríticos, pioemia u otras septicemias.
  3. Transformación en pielonefritis crónica.

Pielonefritis crónica

Se trata de una infección de vías urinarias más grave que la forma aguda. La pielonefritis crónica ocurre de forma mucho más frecuente cuando existe el llamado reflujo vesico-ureteral, debido a anomalías estructurales congénitas que impiden el vaciado normal de los túbulos colectores renales. Las complicaciones más temibles son el daño de los túbulos renales que puede progresar a una insuficiencia renal crónica. En algunos casos puede existir sepsis.
Al ser una infección por un defecto congénito, es más frecuente diagnosticarlo en niños, a veces de manera tardía, cuando el daño renal está demasiado avanzado.
Es una inflamación predominantemente intersticial con destrucción del tejido renal y signos de organización, con fibrosis, retracción, deformación pielocalicilar y depresiones corticales irregulares. En un comienzo existe infiltración celular linfoplasmocitaria, luego se producen glomeruloesclerosis, atrofia de túbulos con material coloideo (cilindros hialinos) y esclerosis vascular. Se encuentra en aproxidamente 1% de las autopsias

Curso de la pielonefritis crónica.

  1. Curación con cicatrices de extensión variable. Cuando son muy grandes, se produce el riñón retraído pielonefrítico. Las cicatrices pueden tener las mismas complicaciones que las de la pielonefritis aguda.
  2. Extensión en la misma forma que la de la pielonefritis aguda.
  3. Mantención por persistencia de factores predisponentes o de gérmenes resistentes al tratamiento.
  4. La pielonefritis crónica puede llevar a la insuficiencia renal.

Pielonefritis en el Embarazo

El embarazo es un proceso fisiológico de la mujer que tiene repercusiones sobre múltiples órganos y sistemas, los riñones no están exentos de esos cambios.

La pielonefritis aguda es una complicación médica grave que ocurre en uno al 2% de todas las gestaciones, afectando unas 100,000 mujeres al año siendo la indicación más frecuente de hospitalización anteparto, ya que puede producir complicaciones serias como sepsis materna y parto prematuro. Numerosos cambios fisiológicos predisponen a la mujer embarazada a infecciones del tracto urinario como la vejiga y uréteres, por efectos hormonales principalmente progesterona, la cual disminuye el tono vesical en forma progresiva y aumenta su capacidad hasta cerca de un litro al término del embarazo. Esto determina que el vaciamiento vesical sea incompleto. Los cambios morfológicos más tempranos y definidos de las vías urinarias durante el embarazo son las dilataciones de la pelvis renal y uréteres, el llamado hidrouréter fisiológico del embarazo que se acompaña de hipotonía e hipomotilidad de los músculos, además del aumento en la filtración glomerular y los niveles de glucosa urinaria, así como la alcalinización de la orina, facilitando el crecimiento bacteriano y la éxtasis urinaria. Las mujeres con anomalías del tracto urinario como válvulas vesicoureterales incompetentes, cálculos renales y condiciones médicas, incluyendo diabetes mellitus, problemas neurológicos por daño de la médula espinal, tienen mayor riesgo de adquirir pielonefritis en el embarazo.

Signos y síntomas de la pielonefritis aguda del embarazo

Los signos y síntomas de la pielonefritis aguda del embarazo son; fiebre, dolor en flancos, náuseas y vómito, malestar en ángulo costovertebral, menos frecuentemente síntomas de cistitis como disuria y polaquiuria.

El diagnóstico

Se debe confirmar por medio de un cultivo de orina en donde se debe de encontrar más de 100,000 colonias bacterianas. La bacteriuria asintomática procede a la pielonefritis en un 20 a 40%. El uropatógeno más frecuente es E.coli, el cual es cultivado en un 85% de los pacientes. Otras bacterias menos frecuentes son; Klebsiella sp, Enterobacter y Proteus sp.

De los organismos Gram positivos que frecuentemente se encuentran son Enterococcus faecalis y Estreptococo del Grupo B. Entre otros microorganismos se ha implicado a la Salmonella sp.4 Las complicaciones de la pielonefritis aguda del embarazo son muy graves para la madre y el producto; aproximadamente el 15 al 20% de las mujeres se complican con bacteriemia y choque séptico, así como coagulación intravascular diseminada, insuficiencia respiratoria o síndrome de distress respiratorio del adulto (1 a 8%). Esto ocurre como resultado de la endotoxemia bacteriana.

Ver También

Fuentes

Enlaces externos