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Según las investigaciones paleogeográficas entre 161.2 y 163 millones de años atrás, en el mundo existían dos grandes continentes: Gondwana, por el sur, y Laurasia, por el norte; separados por un canal marino conocido como mar del Tethys. En las costas norteamericanas del Tethys había una península que partía desde el centro de la Florida y se extendía hacia lo que es hoy Yucatán. En esa porción de tierra habitaron los dinosaurios y pterosaurios y en sus costas y el resto del mar de Tethys, los reptiles marinos, junto a infinidad de peces e invertebrados. En aquella época no había nada que se pudiera llamar Cuba, mucho menos Pinar del Río o Viñales, ese espacio geográfico era solo mar. Es sus rocas del Jurásico sí se ha reportado un hueso, único del periodo hoy en día, de la pata de un Dinosaurio, solo que estaba en rocas marinas; es decir los restos fueron arrastrados por algún mecanismo al fondo de aquel mar, donde fosilizaron, por otros mecanismos tectónicos (formadores de montañas) y fueron a parar a las rocas que afloran a lo que hoy llamamos Pinar del Río. Por lo tanto, aquellos animales, en realidad, no son originarios de Cuba, sino que llegaron a nuestra tierra, ya fosilizados, dentro de las rocas que los atesoran, hace más de 161 millones de años.
Hallazgo de un hueso de dinosaurio en Viñales, Pinar del Río.
El Dr. Alfredo de la Torre y Callejas, importante paleontólogo cubano, en 1949, en su tésis de doctorado ante la Universidad de La Habana (izquierda), describió un hueso de unos 45 cm de largo (derecha), el cual identificó como un posible húmero de Diplodoco o Brontosaurio. Sin embargo, como se aprecia en las fotos siguientes, el tamaño de un húmero de aquellos animales (izquierda) excede con mucho la del hueso reportado por De la Torre (derecha).
Desgraciadamente el citado hueso se extravió, pero sobre la base de la foto y la descripción, el Dr. Leonardo Salgado (Universidad del Comahue, Argentina) opina que el hueso pudiera ser un metacarpo de un dinosaurio muy grande del grupo de los Camarasauromorfos, que agrupa a los camarasaurios, braquiosaurios y titanosaurios. El metacarpo es un hueso de la pata de uno de estos animales, que al tener 45 cm. de largo mínimo, significa que se trataba de un animal enorme. Pero, dado el extravío de este hueso, según el experto, no es posible dar por segura su identificación. Este fósil fue colectado en un mogote conocido como Jagua Vieja, en rocas de la llamada Formación Jagua del Jurásico Superior. En rocas de la misma antigüedad donde se encontraron los huesos fósiles de dinosaurio, han aparecido un gran número de restos de plantas y otros animales ya extintos.
La antigüedad de los restos fósiles de dinosaurio y reptiles marinos y voladores se estableció como 154 y 146 millones de años atrás, correspondiente al piso Oxfordiano del período Jurásico Superior. Este hecho les confiere una gran importancia a estos fósiles, ya que rocas de esta misma edad, con restos de reptiles prehistóricos, son muy poco conocidas fuera de Cuba. Por eso, el estudio de estos taxones permitirán conocer mejor la historia evolutiva de los reptiles marinos del mundo.
