Producción y exportación pinera antes del 59

Producción y exportación pinera antes del 59
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Fecha:Antes del triunfo revolucionario cubano
País(es) involucrado(s)
Cuba

Producción y exportación pinera antes del 59. El mercado norteamericano absorvió la casi totalidad de las exportaciones de la Isla de Pinos, durante esta década.

Historia

Siembra de pepino

La superficie de cultivo estaba sujeta a constantes variaciones en la medida que la extensión del área pepinera era coyuntural por las características de la rotación de las siembras.

La exportación de pepinos, después de 1953, mantuvo volúmenes discretos, con altas y bajas respecto a la etapa de 19491952.

En 1955, las exportaciones, aunque mayores, no arrojaron resultados económicos favorables, fundamentalmente por la superproducción norteamericana, lo cual implicó que se vendieran de 10 a 15 mil bultos, con pérdidas de un dólar por cada uno, como consecuencia de ello se afectaron de manera sensi¬ble los cosecheros pineros.

Exportaciones de pepinos (1956)

Ganancia o reembolso por paquete Costo de producción Ganancia neta
$0.65 $1.10 $1.75




De 1956 a 1957 se produjo un brusco cambio en la exportación de pepinos con una gran caída, sólo se logra el 44,3% respecto a 1955.

Este comportamiento se debía a factores externos e internos. Entre los primeros de forma determinante se hallaba la influencia de la ya mencionada crisis de superproducción que afectaba, de manera crónica, a la agricultura norteamericana, situación que explicaba la instrumentación de precios proteccionistas, aranceles por encima de $0,61 y las restricciones en el mercado de pepinos.

Por otra parte el nombramiento de un inspector del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, propició que los productores pineros sufrieran un descuento de $0,04 por caja, lo que representaba $12,00 al mes.

En el plano interno, en 1957, afectaron enormemente las condiciones climáticas adversas, el alto costo de los abonos y fungicidas, la transportación irregular, con altas y bajas en los fletes controlados por las compañías norteamericanas como la United Railway, la Ward Line y la Isle of Pines Steampship Co, sin ser esta última una gran compañía, tuvo el mayor control.

Con la visita a Isla de Pinos del Ministro de Hacienda, Fidel Barnet, el 7 de marzo de 1953, se crea una comisión formada por un grupo de pineros, bajo la asesoría de A.B. Kelm y Oscar Hernández, este último Inspector de Sanidad, quienes exponen la necesidad de regular el cultivo del pepino cosechado en la localidad y en el resto del país, no más allá de las cifras permitidas.

De esta forma los productores pineros señalaron que los mercados consumidores no podían asimilar más de 650 mil cestas anuales, por lo cual la producción pinera no debía ser menor de 300 mil.

Exportación de melones

Otros productos agrícolas poco aportan a la economía pinera. La exportación de melones se comporta de manera irregular, la mejor cosecha se registró en 1955.

Exportación de melones (1953-1957)

Años 1953 1954 1955 1956 1957
Exportación en quintales 2037,0 1883,0 9250,0 2953,0 1185,0
Por ciento sobre exportación total 11,8 10,6 53,5 17,1 6,8






A partir de ese año comienza a declinar la exportación de melón, ante la crisis de superproducción norteamericana y por la baja calidad del producto, además de la permanencia de una transportación irregular con altos fletes.

La cosecha de tomates, al igual que la de melón fue buena en 1955, pero la característica del fruto, propenso a la descomposición y la inestable transportación por avión para la mayoría de los productores, hizo que en los años siguientes no se registraran exportaciones significativas.

La organización productiva se caracterizó por la existencia de productores exportadores directos, que establecían sus ventas a comisión o en el puerto de Nueva Gerona, así como de sociedades anónimas y cooperativas agrícolas.

Los grandes cosecheros controlaban los envasaderos de pepinos y toronjas, servicios que brindaban a los demás productores y obtenían una utilidad neta de $0.25 por cesto en 1952, situación que persistía aún en 1958. Existían cuatro envasaderos pertenecientes a José Copa, Teodoro Manthas, Thomas Howard y Manuel Hechevarría.

Zafra de la toronja

Las zafras de la toronja, con una duración de 90 días, no arrojaron resultados productivos satisfactorios a partir de 1953. Sus exportaciones declinaron hacia finales de la década, por diversos factores que persistían desde años anteriores: condiciones climáticas adversas, la existencia de grandes cantidades de toronja temprana en la Florida, que saturaban el mercado y la presencia de precios bajos que afectaban sensiblemente la ganancia de los cosecheros. Otra causa que determinaba esta situación fue la casi exclusiva exportación hacia EE.UU: Miami, Everglades, Palm Beach, Nueva Orleans, Cincinnati y la Florida, que actuaba como centro distribuidor.

Al finalizar el período 19521958 no se observa el desarrollo de una industria citrícola, este fenómeno estuvo estrechamente relacionado con la crítica situación económica, las pocas posibilidades en el único mercado, el norteamericano y la falta de perspectivas en el sector agropecuario en general.

Ganadería

En el período 1953–1958, la ganadería, bajo la influencia del proceso de concentración y centralización de la propiedad de la tierra y el consiguiente auge latifundiario que tuvo lugar, no se pudo sustraer del fomento de grandes haciendas ganaderas, sobresalió la de San Juan, de Francisco Cajigas, la Compañía ganadera de Santa Fé, de Ramón Rodríguez, la finca Sabana Larga, de Gregorio Gabriel Hernández Pantoja, Los Sitios, de Angel Surina, las fincas de Golden y Norman Nelson y la hacienda Itabo de Pedro Manuel Díaz del Valle.

El área de pastos en 1952 era de 3003 ha, que representaba el 85,3% del total en explotación con inclinación a incrementarse.

Desde principio de esta década se introdujeron nuevas variedades de pastos como el kudzú, la pangola y la bermuda coats.

Se produjo asímismo, un incremento del número de cabezas de ganado, de 13 854, en 1952, a 20 000 en 1957.

Mediante el Decreto Presidencial 2723 del 24 de septiembre de 1957, se autoriza una cuota anual de exportación libre de ganado vacuno desde Isla de Pinos.

Ello provoca la creación de un falso boom ganadero, pues lejos de facilitar el despliegue de la ganadería intensiva, la libre exportación se limitó al mercado norteamericano por el circuito turístico Miami–Isla de Pinos–Varadero, y sirvió esencialmente como cobertura legal para el tráfico clandestino que se realizaba desde otros lugares del país y que en ocasiones no tocaba el puerto pinero.

Esto estimuló negocios marginales a los cuales se vincularon figuras como Justo Luis del Pozo, Rolando Masferrer, Alberto Inocente, Alcalde de New York, Vicente Ampetilleri y otros.

El ganado menor tuvo un desarrollo limitado, dirigido fundamentalmente al autoconsumo local y familiar,con tendencia a ligeros incrementos.

Lento desarrollo industrial

Las posibilidades industriales que poseía Isla de Pinos permanecían insuficientemente explotadas al arribar 1950, tanto en la esfera extractiva como reproductiva, específicamente la minería, la extracción de mármol, la pesca, la producción forestal, entre otras. Las pequeñas industrias locales tenían un carácter artesanal y manufacturero.

Desde finales de la década del cuarenta se observa una clara regresión que se manifiesta en mayor o menor grado en las diferentes ramas ante el desinterés del capital norteamericano y la ausencia de inversiones con capital activo cubano, estatal o privado. Otros factores que atentaron contra el desarrollo de estas potencialidades fueron la carencia de una adecuada infraestructura vial y eléctrica, así como de maquinaria moderna.

Minería

Particularmente difícil fue la situación de la minería, en manos de la compañía Productos minerales de Isla de Pinos, norteamericana y cubana.

Las minas de hierro y tungsteno "Aguedita" y "Rolando" no eran explotadas, aunque existían reservas de 750 toneladas aproximadamente, pero con un alto grado de impurezas. De ahí que bajo el control de la Corporación Cubana de Tungsteno, presidida por Justo Luis del Pozo, no se instalaron máquinas y aún en 1957 no materializó producción alguna.

En este mismo año se le vendieron 557 acres de dicha propiedad a la compañía Hoteles Isla del Tesoro

La mina de hierro "Aguedita", situada en la finca San Pedro, barrio de Santa Fe, cuyas tierras pertenecían a la Witney Land Co., fue arrendada por su propietario, Eduardo Escribano a Roberto Pelegrín, por un período de cinco años, permaneciendo así inactiva, salvo pequeñas extracciones para determinadas compañías e investigaciones.

El 28 de marzo de 1958 se publica en la Gaceta Oficial la Ley de Minas, para estimular las inversiones. Francisco Cajigas y García del Prado, Manuel Alarcón Galleti, José Angel Ortega y Mario Pablo Llaguno adquirieron la mina de plata "Pura" ubicada en la finca "La Esperanza," en el barrio de Santa Fe. Cajigas sería el principal accionista con el 35 % de participación. En junio de 1959 permanecía sin explotar.

Mármol

El mármol, uno de los principales recursos naturales de Isla de Pinos, permanecía subexplotado. Sólo era utilizado en monumentos funerarios y como material de construcción.

La explotación de este recurso recae, a principios de esta década, en la Compañía Aserrío de Mármoles Isla de Pinos, propiedad de Nicolás Gallo y en la cual participan también Rafael Funamone y Vicente Gallo, italianos residentes en La Habana, quienes en 1958 crean la Extractora Mármoles Piedras Cubanas, para extender su producción en la zona de Sierra de Casas

Sólo en determinados momentos, a partir de 1956, durante la construcción del aeropuerto, el banco de Francisco Cajigas y la Plaza Cívica de La Habana, incrementa su producción aunque no se extendió al resto del país, ni se exportó.

En ese contexto se enfrentó nuevamente la competencia de la pequeña marmolera de Presidio con más bajos costos de producción y se mantuvo la tradicional de Italia, Bélgica y los Estados Unidos.

Caolín

La explotación de caolín era, prácticamente, inexistente. Se limitaba, a realizar pequeñas extracciones para abastecer a la Escuela Técnica Industrial de La Habana. En 1953 Ramón Rodríguez (Partagás), adquiere tierras de la mina en Mal País y solicita créditos al Banco para comprar maquinarias a través de la firma DAR, por valor de $2150.00, con el objetivo de industrializar su explotación. En 1959 fueron congelados dichos créditos.

El resto de las potencialidades industriales pineras, como la forestal, pesquera y la de conservas de mariscos y vegetales, mantuvieron una situación inestable.

Industria forestal

La industria forestal manifestaba una depauperación progresiva. Los cuatro aserríos que existían no llegaban a producir los 1200 huacales necesarios para la actividad citrícola, por lo que se importaban de EE.UU.

La causa fundamental que determinaba esta situación fue la irracional explotación de los bosques y la ausencia de la protección efectiva que garantizara la repoblación, desde la década anterior, ya que en cuatro años, entre 1944 y 1947, bajo la influencia del alza de los precios de la madera, se aceleró su extracción indiscriminada. A finales de los años cincuenta decae aún más, por la acción desestimuladora de las escasas producciones agrícolas.

Industria pesquera

El sector pesquero varía escasamente respecto a los años cuarenta. La flota continuaba poco desarrollada. A finales de la década existían 95 barcos:65 langosteros, 12 boniteros, 11 escameros y 7 queloneros, la mayoría de los cuales eran de madera y vela. El uso de motores sólo se limitaba a los boniteros.

Al calor de la Zona Franca se comenzaron a introducir pequeños motores, pero a pesar de ser muy bajos los precios de los mismos esto no llegó a generalizarse.

La producción de langostas se exportaba, fundamentalmente, a Francia. El resto de estas y otras especies se dirigía al mercado habanero y al local.

La industria procesadora de mariscos y conservas, formada por dos pequeñas fábricas, continuaba bajo el control de José Candale, de la Compañía de Mariscos del Caribe S. A., Bonito Comodoro y la Compañía de Productos Isla de Pinos, propiedad de Carlos Ponce, quienes participaron, a su vez, en la comercialización de los productos del mar junto a la Cía Pesquera Cuba Conga Black S.A. y la de Mariscos del Caribe S.A.

La producción de estas fábricas era muy variable, con altas y bajas que dependían de la entrada de materia prima, por ello los niveles de producción fluctuaban de 4000 a 1200 libras diarias.

Esa razón hace que el tiempo de trabajo fuera muy corto a pesar de existir horarios establecidos para una jornada regular. Al mismo tiempo se afectaba el salario y el número de trabajadores con empleo.

Otro renglón de producción exportable fue la comercialización de los derivados del tiburón a través de la compañía norteamericana Ocean Lather Corporation que se mantuvo desde la década anterior.

Exportación de pieles de tiburón 1957

Productores Bultos Valor
Greffín Tatum 2 $103.75
Dudley Tatum 1 $ 91.30
Agustín Condomina 1
$ 38.65
Temple Tatum
5
$356.00
Manach Powery
2
$ 88.95







En 1958 la producción de cueros y aletas de tiburón ascendía a 137 unidades y 240 libras respectivamente. De los resultados de esas exportaciones se beneficiaron productores particulares sin que incidiera en la economía pinera, por sus bajos volúmenes.

Transporte marítimo

La Isle of Pines S.S, Co. mantuvo el control del transporte marítimo hasta 1958, al igual que en décadas anteriores.

En este momento fue desplazada por la Compañía Naviera del Sur, constituida en junio de ese año y que se denominó Treasure Island Steamship Co., encabezada por Ramón Rodríguez Gutiérrez, Francisco Cajigas, Manuel Angel González del Valle y Justo Luis del Pozo, entonces alcalde de La Habana.

Esta compañía se constituyó con un capital de $150 000.00 y un respaldo financiero 12 veces mayor que el de los anteriores propietarios, contando con atribuciones nacionales e internacionales en el comercio marítimo. No obstante, carecía de suficiente capacidad de carga y de transportación de pasajeros para satisfacer toda la demanda existente en aquellos momentos.

Como en épocas anteriores, en esta se mantienen las insuficiencias en la capacidad de refrigeración, el dragado y la canalización de las vías fluviales.

Transporte terrestre

Para estos años existían alrededor de 10 camiones de carga, todos de propiedad privada. Se disponía así mismo de cuatro ómnibus, dos de ellos controlados por la Compañía Cubana de Omnibus de Santa Fe y dos pertenecientes a un propietario residente en Santa Bárbara (18). Para garantizar el traslado a los hoteles, casinos, cabarets y otros lugares de atracción turística fue organizada una piquera con 20 autos de alquiler también de propietarios privados.

Transporte aéreo

En 1956 la Compañía Aeropostal, que cubría la ruta Habana Gerona Santa Fe con dos viajes de ida y vuelta fue vendida a Aerovías Q, con capital cubano y cuyo accionista principal era Fulgencio Batista y Zaldívar. Esta línea contaba con 20 espacios por vuelo para cubrir dicha ruta.

En la segunda mitad de 1958, Arthur V. Davies adquirió el 51% de las acciones de esta compañía y terminó de construir el aeropuerto, se establecieron relaciones aéreas con otras ciudades cubanas y del sur de los Estados Unidos.

Había otras pistas de menor extensión aunque en mal estado, como fueron la de Punta del Este, la del Mangal en Santa Fe, las de Jachsonville, Santa Bárbara, además de la de Presidio.

El costo del pasaje entre la capital del país y la pinera era de $6.00 ida y vuelta, lo que resultaba caro por aquel entonces.

Fuentes

  • Museo Municipal. Isla de la Juventud. Fondo Adolph B. Kelm, Exped. 60 61. "Información a Embajada Norteamericana. 1956".
  • Museo de Historia Municipal. Fondo Adolph B. Kelm.Leg.7, Exp. 38 52; 57 60 y 61.Informe a la Embajada de los EE.UU. en Cuba. Sobre exportación y operaciones de zafra.
  • López Pellón, Nivio: Qué pasa con Isla de Pinos? Revista Bohemia, 1957. Pág. 31.
    - Fondo Adolph Kelm. Leg. 4. Exp. 36. Documentos de la " Ocean Lather Corporation. " 1957.