Risa

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Concepto:La risa es la reacción biológica de los humanos a momentos o situaciones de humor

Risa. Es el movimiento de la boca y otras partes del rostro que demuestran alegría. La risa es una expresión de una emoción debida a diversos elementos intelectuales y afectivos, se muestra principalmente en una serie de aspiraciones más o menos ruidosas, dependiendo en gran parte de las contracciones del diafragma y acompañadas de contracciones involuntarias de los músculos faciales y resonancia de la faringe y el velo del paladar. La risa es provocada por algo que mueve el ánimo, en virtud de su carácter jocoso, ridículo o placentero. Aparte de las causas morales que la excitan, la risa puede reconocer como origen simples reflejos.

Características

La sonrisa es uno de los signos de lenguaje corporal más significativos porque transmite alegría y vitalidad. Una sonrisa muestra la amabilidad en el rostro de quien la ofrece y también, su generosidad. No somos del todo consciente de cómo podemos ofrecer un motivo de alegría a aquellos que nos rodean a través de un rostro sonriente que se convierte en el mejor modo de fomentar las relaciones personales. Por cuestión de edad, los bebés son sonrientes de un modo más general que las personas mayores. Los bebés son risueños.

La sonrisa es la manifestación gestual más característica de la alegría, el placer, la felicidad o la diversión que una persona experimenta como consecuencia de un evento o situación agradable. Consiste en el gesto de curvar la boca, flexionando los 17 músculos que se encuentran alrededor de ésta y también de los ojos.

La sonrisa es un gesto que nace con los individuos, es decir, es inherente a su naturaleza y no es que se lo aprende, dado que los bebés sonríen antes de aprender lo que es la sonrisa. Una persona sonriente es aquella que sonríe. En la mayoría de las ocasiones en las que se produce este gesto externo de felicidad es porque ha habido una causa concreta de bienestar. De hecho, cuando estamos enfadados con una persona nos cuesta sonreír al verle, por el contrario, cuando nos reconciliamos y hacemos las paces, nos sentimos mejor.

Fisiología

Reír causa un “estado convulsivo” en todo el organismo que se lo ha intentado definir, desde lo popular, con diversas expresiones, sin dudas ese estado fisiológico es bien real y muy notorio.

Fisiología externa o visible

El 1 de junio de 1900, el doctor G.V.N. Dearborn, en un artículo publicado en una revista científica de la época, describió de manera exhaustiva la complejidad de la fisiología de la risa.

“En la risa y en mayor o menor grado en la sonrisa, se producen espasmos clónicos del diafragma en un número aproximado de dieciocho, y la contracción de la mayor parte de los músculos del rostro. Se estiran hacia arriba el lado superior de la boca y sus esquinas. Se eleva el párpado superior, y también, hasta cierto punto, las cejas y el labio superior, mientras se arrugan de modo característico los rabillos de los ojos. Las ventanas de la nariz se dilatan moderadamente y se levantan, la lengua se extiende ligeramente y las mejillas se distienden y se elevan un poco. En las personas que tienen muy desarrollados los músculos de los pabellones de las orejas, tienden a adelantarse. La mandíbula inferior vibra o se retira un poco (sin duda para dar todo el aire posible a los pulmones distendidos) y la cabeza se echa hacia atrás cuando la risa es extrema. El tronco se estira e incluso comienza a inclinarse hacia atrás (lo cual sucede a menudo), y el dolor-fatiga en el diafragma y músculos abdominales accesorios produce una marcada flexión del tronco para el alivio de aquellos. Se dilata todo el sistema vascular arterial, con el consiguiente rubor por el efecto de los capilares dermales del rostro y cuello, y en ocasiones del pericráneo y las manos. Por esta misma causa, los ojos suelen adelantarse y se activa la glándula lacrimógena, ordinariamente hasta un grado que produce un brillo de los ojos, pero a veces hasta tal punto que las lágrimas fluyen por los canales adecuados”.

Esta descripción, ha llevado a mucha gente a una especie de folclore -mezcla de médico y popular- que asegura que son necesarios emplear menos músculos para sonreír y reír y más músculos para estar serio. A partir de allí, comenzaron a manejarse los números de músculos para una y otra actividad, cuyas variaciones son notables y poco ciertas: desde quien dice que para reír hace falta un solo músculo, y aluden al “risorio de Santorini” (tal vez influenciados por el nombre) y más de 14... 20... 48... 82... 200... etc., para permanecer serios; hasta los que hablan de otro tipo de relaciones numéricas. Así se llega a un conocido dicho: “Ríe, aunque sea por economía”, apoyándose en que se utilizan menos músculos para hacerlo.

Músculos faciales que intervienen en la risa

  • Buccinador: músculo profundo bilateral, plano, en la mejilla, tracciona hacia atrás la comisura de los labios.
  • Cigomático Mayor: superficial y bilateral, triangular, en la mejilla, eleva y abduce (abre) la comisura bucal.
  • Cigomático Menor: superficial y bilateral, acintado y pequeño, elevador del labio superior.
  • Risorio de Santorini: bilateral y el más superficial, pequeño, delgado y triangular, auxiliar del Buccinador.

Están inervados por el par craneal llamado Facial. Cuando aparece la carcajada, la intervención de músculos comienza a incrementarse notablemente: superciliares, elevadores de las narinas, los de los pabellones de las orejas, orbiculares de los párpados, maseteros, casi todos los de la laringe, las cuerdas vocales, los esternocleideomastoideos, los trapecios, el músculo cardíaco, el diafragma (que tiene una intervención decisiva), los dorsales, los intercostales, los abdominales; deben intervenir, en mayor o en menor grado, la gran mayoría de los músculos del cuerpo.

Fisiología interna

Más profundamente, en las estructuras moleculares del organismo humano, se repite el fenómeno y podemos dar otra descripción.

“Ante la brusca toma de consciencia de lo que se nos ocurre como algo risueño, los músculos especialmente involucrados en la risa reciben la orden neurológica de moverse para reír; esta misma orden recorre las neuronas en busca de una estructura de referencia donde situar la escena cómica, humorística o risueña en el cerebro, pero generalmente no se la puede situar coherentemente, y esa incoherencia provoca más necesidad de reír; el diafragma se sacude vigorosamente lo cual estimula --y a la vez dificulta (por eso aparecen pequeños ahogos al reír)-- la necesidad de los pulmones de acceder al ingreso de más aire por la orden recibida desde los centros respiratorios bulbares, y también presiona al corazón, haciéndolo bombear más sangre (y nos ponemos “colorados”); al mismo tiempo, este movimiento muscular genera estímulos o impulsos eléctricos que viajan por los nervios sensitivos hacia el sistema límbico, en el interior del cerebro, produciendo la liberación de un arsenal de hormonas que asustan a los radicales libres que se refugian en sus casamatas. La principal de estas hormonas liberadas, las endorfinas, se contactan con células inmunocompetentes, sobre todo en el timo, y se estimula la liberación de linfocitos T, además de incrementar notablemente la inmunoglobulina A salival, y los interferones. Simultáneamente, las endorfinas ejercen un efecto analgésico en órganos, músculos y articulaciones y un efecto sedante en la esfera linfática por lo cual se produce una sensación de bienestar y relajación generalizada, lo que va obligando a que cese la risa ”.

Esto sirve también como explicación de por qué en un cierto momento se “termina” la risa.

Fisiología anímica o espiritual

“Ante la enorme actividad de nuestro cuerpo físico al reír, nuestro cuerpo astral, desembarazado momentáneamente de sus tensiones y emociones, se libera y deja estallar la alegría de vivir. En el aura se intensifican los colores que la componen; al cabo de un instante, de tanto recibir los impactos regenerativos del júbilo del cuerpo astral, el cuerpo mental libera energías positivas ancestrales de nuestro subconsciente o archivo akáshico, que aumentan el placer de reír. Finalmente, el mental se conecta con nuestro consciente y volvemos a “sentir” el cuerpo físico, volvemos a nuestra condición actual, que habíamos olvidado por unos segundos, durante la risa”.

Beneficios

  • Brinda una mejor perspectiva de la vida, permitiéndonos afrontar los retos y dificultades con una mejor actitud.
  • Mejora la capacidad respiratoria y fortalece nuestro sistema inmunológico, gracias al aumento en el suministro de oxígeno a todas las células del organismo.
  • Controla la hipertensión arterial, mediante la reducción de cortisol, la hormona del estrés.
  • Favorece la producción de endorfinas, cuya función también es combatir el dolor.
  • Es un antídoto contra la depresión y las enfermedades psicosomáticas, debido a que libera serotoninas, hormonas naturales que actúan como antidepresivo.
  • Nos ubica intensamente en el presente, es decir en el aquí y en el ahora, lo cual rompe con el círculo vicioso de conectarnos con el pasado, el cual no podemos cambiar, y con el futuro, el cual no podemos controlar.
  • Suaviza las emociones más dolorosas, tales como el miedo, el enojo, la tristeza y el aburrimiento.
  • Aumenta nuestras habilidades sociales y facilita la comunicación, lo cual mejora nuestra autoestima.
  • Nos permite romper nuestros bloqueos e inhibiciones.
  • Disminuye nuestra tendencia a la crítica y al juicio hacia las personas que nos rodean.
  • Disminuye nuestros niveles de ansiedad y nos hace sentir más seguros.
  • El amor, que es la naturaleza de nuestro corazón, surge con mayor plenitud, permitiéndonos experimentarlo y gozarlo en su totalidad.

Ejercicio

Con cada carcajada se ponen en marcha cerca de 400 músculos, incluidos algunos del estómago que sólo se pueden ejercitar con la risa.

Limpieza

Se lubrican y limpian los ojos con lágrimas. La carcajada hace vibrar la cabeza y se despeja la nariz y el oído. Además, elimina las toxinas, porque con el movimiento el diafragma produce un masaje interno que facilita la digestión y ayuda a reducir los ácidos grasos y las sustancias tóxicas.

Oxigenación

Entra el doble de aire en los pulmones, dejando que la piel se oxigene más.

Analgésico

Durante el acto de reír se liberan endorfinas, los sedantes naturales del cerebro, similares a la morfina. Por eso, cinco o seis minutos de risa continua actúan como un analgésico. De ahí que se utilice para terapias de convalecencia que requieren una movilización rápida del sistema inmunológico.

Rejuvenece al estirar y estimular los músculos de la cara. Tiene, además, un efecto tonificante y antiarrugas.

Previene el infarto

El masaje interno que producen los espasmos del diafragma alcanza también a los pulmones y al corazón, fortaleciéndolos.

Facilita el sueño

Las carcajadas generan una sana fatiga que elimina el insomnio.

Efectos psicológicos

Elimina el estrés

Se producen ciertas hormonas (endorfinas y adrenalina) que elevan el tono vital y nos hacen sentir más despiertos.

Alivia la depresión

Nos hace ser más receptivos y ver el lado positivo de las cosas.

Proceso de regresión

Puede generar un retroceso a un nivel anterior de funcionamiento mental o emocional, generalmente como un mecanismo para aliviar una realidad que se percibe como dolorosa o negativa.

Exteriorización

A través de la risa las personas exteriorizan emociones y sentimientos. A veces es percibida como una energía que urge por ser liberada, sobre todo cuando necesitamos reír y la situación social no lo permite.

Risoterapia

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Esta capacidad fue científicamente demostrada cuando se descubrió que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos negativos un segundo después de comenzar a reír. En lógica relación con esta evidencia, en los últimos lustros se ha afianzado la risa como terapia. Cuando reímos, el cerebro emite una información necesaria para activar la segregación de endorfinas, específicamente las encefalinas. Estas sustancias, que poseen unas propiedades similares a las de la morfina, tienen la capacidad de aliviar el dolor, e incluso de enviar mensajes desde el cerebro hasta los linfocitos y otras células para combatir los virus y las bacterias. Las endorfinas desempeñan también otras funciones entre las que destaca su papel esencial en el equilibrio entre el tono vital y la depresión. De ellas depende algo tan sencillo como estar bien o estar mal. Como se puede comprobar, aprender a reír es algo más importante de lo que parece a simple vista.

Una de las líneas de trabajo en algunos centros de psicoterapia es la risoterapia, que consiste en estimular la producción de distintas hormonas que genera el propio organismo con ejercicios y juegos grupales. Su cometido es el de potenciar el sistema inmunitario en general y facilitar la superación de diferentes bloqueos. Se utilizan técnicas que ayudan a liberar las tensiones del cuerpo y así poder llegar a la carcajada, como la expresión corporal, el juego, la danza y ejercicios de respiración o masajes. Se trata de lograr reír de una manera natural y sana, de que las carcajadas salgan de lo visceral e irracional, como en los niños. En el fondo, a lo que se aprende es a orientar la percepción de las situaciones para que al verse en ella nos riamos, con nosotros mismos y con los demás.

Yoga de la risa

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El Yoga de la Risa surge a partir de la premisa de que todo el mundo puede reír sin necesidad de chistes, de humor o de comedia, ni de la utilización de substancias tóxicas o ajenas a nuestro organismo. Durante la práctica de Laughter Yoga, la risa se inicia como un ejercicio grupal, y pronto se convierte en risa real y contagiosa, gracias al contacto visual y al cultivo de una actitud infantil y juguetona.

El nombre de Yoga de la Risa deriva de la combinación de ejercicios de respiración del Yoga con ejercicios de risa y se fundamenta en el hecho científico en el cual, ya sea que riamos de verdad o que simplemente simulemos reír, nuestro cuerpo no reconoce la diferencia entre la risa real o la risa simulada, obteniendo así los beneficios fisiológicos, bioquímicos y psicológicos, gracias a la secreción por parte del cerebro de endorfinas y otros químicos “del bienestar” durante el acto de reír.

Poder curativo

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Cura problemas como la depresión, la angustia, la falta de autoestima y el insomnio, así como los problemas de relación. Cuando reímos se mueve el diafragma, los pulmones mueven doce litros de aire, en vez de los seis habituales, lo que mejora la respiración. Asimismo, se fortalece el corazón, se facilita la digestión al hacer vibrar el hígado, se evita el estreñimiento, mejora la eliminación de la bilis y se estimula el bazo, baja la hipertensión aumentando el riego sanguíneo, ya que se relajan los músculos lisos de las arterias con lo que se reduce la presión arterial y se tonifican los músculos que hay en el rostro, porque una carcajada continuada activa casi la totalidad de ellos. Además, las carcajadas generan una sana fatiga que elimina el insomnio.

Cuando reímos el cerebro hace que nuestro cuerpo segregue endorfinas; de hecho, una simple sonrisa emite una información que activa esa segregación de esta suerte de drogas naturales que circulan por el organismo, y que resultan cientos de veces más fuertes que la heroína y la morfina, pero gratuitas y no tienen efectos secundarios.

Rizas

Las endorfinas, específicamente las encefalinas, tienen la capacidad de aliviar el dolor. Si al cabo de unos segundos desaparece el dolor producto de un golpe, es porque el cuerpo reaccionó sintetizando las endorfinas necesarias para atenuarlo. Las endorfinas envían mensajes desde el cerebro hasta los linfocitos y otras células para combatir los virus y las bacterias. Las endorfinas desempeñan además otras funciones entre las que destaca un papel esencial en el equilibrio entre el tono vital y la depresión. De ellas depende algo tan sencillo como estar bien o estar mal. Las endorfinas provocan un estado de euforia que es una sensación de felicidad, o lo que es igual a un flujo correcto de endorfinas en nuestro cuerpo.

Ambos estimulan la segregación de endorfinas, así que cada vez que experimentamos placer, cuando sentimos estados de euforia y felicidad o cuando nos invade la particular sensación de disfrute que provoca la música, la poesía, el arte o la naturaleza, están en juego las endorfinas. También ocurre lo mismo en los deportistas, porque cuando se logra pasar a un competidor durante una carrera justo al hacer el último esfuerzo antes de llegar a la meta, o al batir un récord, el cuerpo segrega endorfinas y por ende la persona se siente eufórica.

Investigaciones

La risa provoca el mismo efecto que el ejercicio físico moderado

Un equipo de investigadores estadounidenses ha constatado en un estudio reciente que la risa produce cambios en dos hormonas relacionadas con el apetito: la [leptina y la grelina, y que aumenta el hambre de la misma forma que lo hace el ejercicio físico moderado. La presente investigación se une a un amplio conjunto de estudios que demuestran el poder de la risa para mejorar la salud humana, tanto física como mental.

La risa provoca en el cerebro las mismas reacciones que la cocaína

Una investigación realizada con 16 voluntarios que se entregaron a la contemplación de dibujos animados en televisión ha descubierto que la risa provoca en el cerebro las mismas reacciones que la cocaína, una entrada inesperada de dinero o la contemplación de un hermoso paisaje. La investigación ayudará a comprender mejor el funcionamiento del cerebro cuando experimenta algún tipo de bienestar y a perfeccionar el diagnóstico de la depresión, así como los tratamientos antidepresivos.

Las expresiones de risa y de alivio son instintivas

Las expresiones de risa y alivio podrían ser instintivas, mientras que el resto de las expresiones emocionales serían aprendidas de otras personas en el desarrollo de nuestra socialización. Esto es lo que sugieren los resultados de un estudio realizado con personas sordas, en el que se demostró que éstas sólo expresaban oralmente –sin palabras- y de manera comprensible estas dos emociones. Los resultados obtenidos vienen a sumarse a los de un estudio anterior en el que se demostró la universalidad de las expresiones de la risa a través de las culturas.

Fuentes