Síndrome de la Habana

Síndrome de La Habana
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Concepto:Conjunto de síntomas y molestias sufridos por miembros de las embajadas de Estados Unidos y Canadá en Cuba y que políticamente manipulados, el gobierno norteamericano clasificó como ataques sónicos.

Síndrome de La Habana. Bajo esta clasificación se está haciendo referencia a un conjunto de síntomas y molestias declarados en un inicio por miembros de las embajadas de Estados Unidos y Canadá en Cuba a finales de el año 2016 y que posteriormente se repitieron en otros lugares como Rusia, China, Austria, Berlín, etc.​ En 2021 se hallaron casos del síndrome incluso en trabajadores de las embajadas norteamericanas y espías en otros países y hasta en los propios E.U.A.​ Los mal llamados ataques sónicos en realidad eran "incidentes sanitarios anómalos" y aún hoy en día los mismos no han sido esclarecidos.

Historia

El misterioso síndrome fue conocido por primera vez en 2016. En ese ocasión, se detectaron decenas de casos entre diplomáticos estadounidenses y canadienses y sus familias en la Habana, de ahí el nombre. Las personas afectadas declararon que sufrían somnolencia, fatiga, dolores de cabeza y problemas de audición y visión. Algunos incluso perdieron la audición de forma permanente.

Desde que se reportaron estos incidentes en Cuba, los síntomas se han repetido en otros diplomáticos y funcionarios de inteligencia estadounidenses, incluso en Rusia, China, Austria y más recientemente en Berlín. Los afectados han manifestado síntomas similares a los de los diplomáticos que estaban en la capital cubana siendo tal las consecuencias que algunos no han podido continuar con sus trabajos, según reporta el Wall Street Journal.

Algunos de los perjudicados habían manejados cuestiones como las exportaciones de gas, la ciberseguridad o las injerencias políticas.

Acusaciones espúreas

Ante la ignorancia acerca de lo que estaba pasando y haciendo uso de estas cuestiones para revertir la mejoría de las relaciones entre ambas naciones (que se había logrado durante el gobierno de Obama) el presidente de los Estados Unidos en ese momento, Donald Trump, de cara a las elecciones y en su afán de ganarse el visto bueno de los cubanoamericanos de Miami, acusó a Cuba de haber llevado a cabo "ataques sónicos", cosa que La Habana negó rotundamente, a pesar de lo cual volvió a instalarse la hostilidad y tensión entre los dos países, llevando al cierre inmediato de la sección consular estadounidense.

Un estudio académico estadounidense de 2019 encontró "anomalías cerebrales" en los diplomáticos que habían enfermado, pero Cuba desestimó el informe. Se han reportado desde entonces casos de la condición en otras partes del mundo, como China, pero los funcionarios estadounidenses dicen que las cifras en Viena son mayores que en cualquier otra ciudad aparte de La Habana.

Reacción del gobierno cubano

Luego de que los hechos se hicieran públicos, el ministro de asuntos exteriores cubano acusó a Estados Unidos de mentir sobre el incidente y negó que los síntomas de salud que habían sufrido los diplomáticos tuvieran alguna relación con el gobierno de Cuba.​

Cuba se ofreció a establecer una cooperación abierta y profunda con los investigadores norteamericanos toda vez que comenzara la investigación del caso. Para este hizo uso de unos 2000 científicos y agentes del orden que realizaron entrevistas a 300 vecinos de diplomáticos, examinaron dos hoteles e hicieron evaluaciones médicas a personal no diplomático que podría haber estado expuesto.

NBC informó que los funcionarios cubanos habían hecho una declaración de haber analizado muestras del aire y del suelo, y que consideraron que una variedad de productos químicos tóxicos eran las posibles causantes de los malestares reportados. También se indagó la posibilidad de que ondas electromagnéticas fueran la causa, e incluso investigaron una posible relación entre los síntomas y las picaduras de insectos de la zona, pero no nada se pudo relacionar con los síntomas declarados.

El FBI y las autoridades cubanas realizaron una reunión para discutir la situación; sin embargo el gobierno cubano luego declararía que EE.UU. se había negado a compartir el historial médico de los diplomáticos americanos, ni tampoco había permitido que los especialistas que realizan las pesquisas por la parte cubana tuvieran acceso a las moradas de los diplomáticos estadounidenses para realizar las pruebas pertinentes.

Posibles causas del Síndrome de la Habana

Microondas

En una entrevista de 2018, Douglas H. Smith, coautor del estudio de JAMA, afirmó que las microondas eran "consideradas como el principal sospechoso" subyacente al fenómeno.​ Un estudio de 2018 publicado en la revista Neural Computation por Beatrice Alexandra Golomb rechazó la idea de que un ataque sónico fuera la fuente de los síntomas y concluyó que los hechos eran consistentes con la exposición pulsada a radiofrecuencia/radiación de microondas (RF/MW) como fuente de lesión. Golomb escribió que la naturaleza de los ruidos reportados por los diplomáticos era consistente con los sonidos causados por RF/MW pulsados a través del efecto Frey, que en el pasado, la embajada de Estados Unidos en Moscú ya había sido objeto de un ataque a través de microondas.​ El neurocientífico Allan H. Frey, que da nombre al efecto Frey, consideró plausible la teoría de las microondas.

En diciembre de 2020, un estudio realizado por un comité de expertos de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EE. UU., encargado por el Departamento de Estado, llegó a la conclusión de que "en general, la energía de RF pulsada dirigida [...] parece ser el mecanismo más plausible para explicar estos casos" pero que "toda causa sigue siendo especulativa" y que "el informe no debe ser interpretado como concluyente".​ El panel declaró que la falta de información (como datos de pruebas médicas sobre las personas afectadas) limitaba sus conclusiones sobre las posibles explicaciones del fenómeno. Algunos científicos, incluido el físico Peter Zimmerman, los bioingenieros Kenneth R. Foster y Andrei G. Pakhomov, y el neurólogo de UCLA Robert Baloh, consideran que la hipótesis de las microondas no es plausible, y Baloh calificó la conclusión de las Academias Nacionales de "ciencia ficción". ​

Causas previamente propuestas

Antes de 2019, algunos investigadores plantearon otras posibles causas de las lesiones, incluida la posibilidad de que el ultrasonido se diese través de distorsión de intermodulación causada por mal funcionamiento del equipo de vigilancia cubano; ruidos de grillos y exposición a pesticidas neurotóxicos. Más tarde se determinaría que la especulación inicial sobre una causa acústica o sónica era infundada.​ Se sugirió la posibilidad, también, de que los síntomas representaban episodios de histeria masiva,​ pero los investigadores de JAMA en 2018 consideraron que una "causa totalmente psicógena o psicosomática" era muy poco probable, dada la evidencia física de trauma cerebral.​ El informe de las Academias Nacionales de 2020 "consideró las exposiciones a sustancias químicas, las enfermedades infecciosas y los problemas psicológicos como posibles causas o factores agravantes de las lesiones", pero determinó que estas no eran causa probable de las lesiones.​

Ultrasonidos

En marzo de 2018, Kevin Fu y un equipo de ingenieros informáticos de la Universidad de Michigan informaron en un estudio que el ultrasonido, específicamente a través de distorsión de intermodulación de múltiples señales ultrasónicas inaudibles provenientes de equipos de vigilancia cubanos que no funcionan o están mal colocados, podría considerarse como un posible origen.​

El personal estadounidense en Cuba realizó grabaciones sonoras que entregaron a la agencia periodística Associated Press. En enero de 2019, los biólogos Alexander L. Stubbs de la Universidad de California y Fernando Montealegre de la Universidad de Lincoln analizaron estas grabaciones y concluyeron que el sonido fue causado por el canto de llamada del grillo de cola corta de las Indias (Anurogryllus celerinictus) en lugar de un dispositivo tecnológico. Stubbs y Montealegre relacionaron la "frecuencia de repetición de pulso, espectro de potencia, estabilidad de frecuencia de pulso y oscilaciones por pulso" de la canción del grillo con la grabación.

También observaron que "aunque las causas de los problemas de salud declarados por el personal de la embajada están más allá del alcance de este documento" y pidieron "una investigación más rigurosa sobre la fuente estos síntomas, incluidos los posibles efectos psicógenos, así como las posibles explicaciones fisiológicas no relacionadas con posibles ataques sónicos". Esta conclusión fue comparable a una hipótesis de 2017 de científicos cubanos de que el sonido de la misma grabación proviene de grillos de campo jamaicanos.​ Reuters informó que JASON, un grupo de físicos y científicos que asesoran al gobierno de Estados Unidos, determinó que "un grillo poco común de la jungla" era la causa de los sonidos en La Habana.​

Origen psicógeno

El sociólogo Robert Bartholomew, entre otros, argumentó en contra de la teoría de las microondas y sugirieron que el síndrome es un ejemplo de una enfermedad psicógena masiva.​ Éste expresó su incredulidad ante el testimonio del director médico del Departamento de Estado, el Dr. Charles Rosenfarb, de que el departamento había "casi descartado la histeria masiva" como causa.​ En apoyo a su postura, Bartholomew señaló que el bioingeniero Kenneth Foster había afirmado que cualquier vínculo entre el efecto Frey de las microondas y el síndrome de La Habana no tenía sentido, que en muchos de los casos los sonidos declarados por los diplomáticos habían sido identificados como el sonido de insectos, que los tipos de síntomas que se han observado representan quejas comunes entre pacientes de cualquier tipo, y que el informe de NAS no había hecho referencia al hecho de que existía evidencia de que el patrón de propagación de los brotes era consistente con la teoría de la enfermedad psicógena.

Sin embargo, Ragini Verma de la Facultad de Medicina Perlman de la Universidad de Pensilvania, que fue coautor principal del estudio JAMA,​ consideró que una "causa totalmente psicógena o psicosomática" era muy poco probable, dados los hallazgos de los investigadores.​

El comité de las Academias Nacionales buscó evidencia "de que factores psicológicos y sociales pudieran haber causado o contribuido a los síntomas manifestados por el personal del Departamento de Estado americano", incluida la sugerencia de Bartholomew y Baloh de que una enfermedad psicógena masiva podría ser la causa de los síntomas. Sin embargo, el comité observó que "la probabilidad de una enfermedad psicógena masiva como explicación de los síntomas de los pacientes tenía que establecerse a partir de pruebas suficientes" y "no podía inferirse simplemente por la ausencia de otros mecanismos causales o la falta de lesiones estructurales definitivas". . " El comité concluyó que, debido a que carecía de datos psicológicos o psiquiátricos a nivel del paciente, "no podía hacer una determinación sobre la presencia o ausencia de trastorno delirante como causa de los distintos síntomas agudos en las personas afectadas", pero que "los trastornos delirantes no pueden explicar todos los síntomas padecidos por el grupo de pacientes".

Tras señalar que "la significativa variabilidad y heterogeneidad clínica de las enfermedades que afectan al personal del Departamento de Estado deja abierta la posibilidad de múltiples factores causales, en el tiempo y el lugar, tanto para casos individuales como para la población", el comité sostuvo que "ciertos factores psicológicos y sociales", al igual que otros mecanismos estudiados, podrían potencialmente "exacerbar otras algunas manifestaciones patológicas" y contribuir a la morbilidad "en algunos de los casos, especialmente en individuos con síntomas crónicos". El comité también concluyó que "los síntomas y signos agudos iniciales, de aparición repentina, distintos e inusuales descritos en algunos miembros del personal de DOS afectados [...] no pueden atribuirse a factores psicológicos y sociales en ausencia de datos a nivel de paciente".

Plaguicidas o agentes infecciosos

Un estudio de 2019 encargado por Global Affairs Canada de 23 diplomáticos canadienses expuestos, que finalizó en mayo de 2019, encontró "evidencia clínica, de imágenes y bioquímica consistente con la hipótesis" de que la sobreexposición a inhibidores de colinesterasa (una clase de pesticida neurotóxico) como los piretroides y organofosforados (OP) podría ser una causa de la lesión cerebral; las embajadas y otros lugares de Cuba habían sido fumigados con frecuencia como medida de control de mosquitos contra el virus del Zika.​ El estudio concluyó que no se podían descartar otras posibles causas.

Un estudio de 2020 llegó a la conclusión de que era poco probable que "la exposición aguda a alto nivel a organofosforados y/o piretroides contribuyera" a las enfermedades, debido a la falta de evidencia de exposiciones a esos pesticidas o historias clínicas consistentes con dicha exposición. Sin embargo, "no pudo descartar la posibilidad, aunque leve, de que la exposición a insecticidas, particularmente los OP, aumentara la susceptibilidad a los factores desencadenantes que causaron los casos del personal de la Embajada". El comité de estudio de las Academias Nacionales también consideró "muy poco probable" que una enfermedad infecciosa (como el virus del Zika, que fue una epidemia en Cuba en 2016-17) causara los síntomas.

Buscando el culpable

Estados Unidos afirmó en el año 2021 que su "investigación aún está en curso y es de alta prioridad" y que "todavía no se ha determinado una causa o culpable".​ Algunos dejaron de acusar a Cuba y creen que el gobierno de Rusia es realmente el que originó el incidente. Analistas de la CIA, funcionarios del Departamento de Estado, expertos científicos externos y varias de las víctimas,​ comentaron acerca de la "historia de Rusia con armas que causan lesiones cerebrales" (como la Guerra Fría y la Señal de Moscú en la embajada estadounidense en Moscú y un informe de la NSA de 2014 que generó sospechas de que Rusia había usado un arma de microondas para atacar la vivienda de una persona, causando daños al sistema nervioso) así como el interés por parte del gobierno ruso en interrumpir la cooperación entre los E.U.A., China y Cuba.

Los diplomáticos estadounidenses radicados en China y Cuba que hicieron sus declaraciones sobre los síntomas ya mencionados que les afectaban, coincidentemente estaban trabajando para mejorar y aumentar la cooperación entre esos países, por lo que algunos analistas de la CIA han expresado sus sospechas de que Rusia, por lo tanto, buscaba descarrilar ese trabajo.

Opiniones de expertos

Directora del programa de audiología de la Universidad de Texas: “la comunidad de audiólogos se pregunta cuál podría ser la causa de los síntomas descritos en estos casos pues nadie tiene una buena explicación para ello” (…) “la aparición repentina de pérdida de la audición sin que exista una fuente audible, es muy inusual”. (Newsweek 29 de agosto del 2017)

Sicólogo del Laboratorio de Percepción y Cognición Auditiva de la Universidad de Minnesota: “no puedo explicarme que la enfermedad y la pérdida de la audición estén relacionadas con un sonido… no hay forma que un dispositivo acústico cause daño auditivo usando sonidos inaudibles. No se puede estimular el oído interno de una manera que podría causar daño” (Buzz Feed News, 30 de agosto del 2017)

Biólogo y científico retirado que investigó los efectos biológicos de la energía acústica en el laboratorio de investigaciones de la Fuerza Área de EE.UU.: “no se conocen los elementos que tienen los investigadores para declarar que se trata de un arma acústica” (The Verge, 16 de septiembre del 2017)

Ex investigador del Massachussetts Institute of Technology, fundador y presidente de Holosonics: “Nunca ha habido ningún tipo de respuesta fisiológica que refleje los síntomas que se han informado causados por ondas de sonido de cualquier tipo” (Business Insider, 29 de septiembre del 2017)

Físico de la Technische Universitat Dortmund en Alemania: "Diría que es bastante inverosímil”, “No conozco efecto acústico alguno que pueda causar síntomas de conmoción cerebral". (The New York Times, 5 de octubre del 2017)

Ingeniero acústico de la Southern Illinois University: “El sonido a través del aire no puede sacudir tu cabeza". “Los ultrasonidos no pueden viajar una larga distancia” (The New York Times, 5 de octubre del 2017)

Periodista de la publicación Wired, especializada en temas tecnológicos señaló: “Las aventuras del encuentro entre 007 y los Expedientes X en Cuba continúan” (Wired, 5 de octubre del 2017)

Exquímica del Laboratorio Nacional de Los Álamos, afirma que ningún proponente de la teoría de la energía dirigida esbozó cómo funcionaría un arma sónica. Las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias, escribió en Foreign Affairs, y no se ha ofrecido ninguna prueba que apoye la existencia de esta arma misteriosa.

Véase también

Fuentes