Sistema de flotas (1596-1650)

Sistema de flotas (1596-1650)
Información sobre la plantilla
Fecha:1596-1650
Lugar:América, Europa, y El Caribe
Descripción:
Medida defensiva contra los ataques de corsarios y piratas establecida por la Corona española que consistía en organizar convoyes de buques de transporte escoltados por naves de guerra para la navegación de ida y regreso de estos en Latinoaméric y Europa.
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba CubaBandera de España EspañaBandera de los Estados Unidos Mexicanos México

Sistema de flotas (1596-1650). Medida defensiva contra los ataques de corsarios y piratas establecida por la Corona española, que consistía en organizar convoyes de buques de transporte escoltados por naves de guerra para la navegación desde los puertos del Caribe y el golfo de México hacia La Habana, de este puerto hasta Cádiz y, desde allí, de nuevo a América.

Historia

A principios del siglo XVI, las naves que partían de España hacia América se dirigían a Santo Domingo siguiendo aproximadamente la ruta establecida por Colón, después de lo cual, se dispersaban hacia sus puertos de destino. Al regreso, casi todas volvían a recalar en Santo Domingo, antes de atravesar el Atlántico en el viaje de vuelta a España. Sin embrago, hacia 1526 —hay autores que se remontan a 1507—, los continuos asaltos de corsarios franceses contra los mercantes españoles cargados con los tesoros americanos hicieron que el monarca Carlos V ordenara la concentración de las embarcaciones en Santo Domingo, para que realizaran la travesía hacia la Península en conserva (en convoyes) y otro tanto, en Cádiz, para las que desde allí venían a las Indias, bajo pena de decomiso de naves y cargamentos a los violadores de su disposición.

La resistencia de comerciantes, banqueros y armadores a un sistema que les hacía perder tiempo y dinero, además de que facilitaba la más acuciosa fiscalización de sus transportaciones por los representantes de la Corona, hizo que en 1547 el emperador flexibilizara su orden, con lo que, dos años después, las flotas estaban casi en desuso.

Restablecimiento de las flotas

El ascenso al trono español de Felipe II y el incremento de la actividad de los corsarios hicieron que, dentro del plan general de defensa de sus posesiones americanas, el laborioso rey restableciera, el 16 de junio de 1561, el sistema de flotas y que, tres años después reglamentara, con su característica minuciosidad, su organización, derrota, escoltas y plazos de navegación.

Las flotas salían, inicialmente de Sevilla y después de Cádiz; la de los galeones, con destino a las Antillas Mayores, Centroamérica y México, en abril o mayo y la otra, en agosto, para Santa Marta y Cartagena, con las cargas para América del Sur.

Ambas seguían la ruta de los alisios, desde el oeste de las Islas Canarias a Cabo Verde y desde allí, una accedía al Caribe por Puerto Rico-Islas Vírgenes hasta el puerto de Santo Domingo u Ocoa, desde donde, bordeando cabo Tiburón, tocaban en Santiago de Cuba y Jamaica, enviaban exploración hacia Isla de Pinos y, si no había peligro, proseguían hasta Honduras, Yucatán y San Juan de Ulúa.

La segunda derivaba más al sur, hacia Barbados-Trinidad, penetraba en el Caribe por el caño de la Ymbernada (entre Trinidad y Tobago) y salía a sus puertos de destino.

El regreso a España se hacía desde Perú a Panamá, a bordo de la Flota de la Armada del Sur (del Pacífico); desde ese punto, las cargas eran llevadas a lomos de mulos hasta Nombre de Dios o Portobelo y, desde esos puertos, por mar, a Cartagena de Indias. Desde allí partía la flota de los galeones por el Caribe, donde se le unían las naves de puerto Cortés y Trujillo, con cargas de Centroamérica, y las de San Juan de Puerto Rico, Santo Domingo y Santiago de Cuba, para atravesar juntas el peligroso estrecho de Yucatán y arribar al puerto de La Habana.

Flota de La Plata

La otra flota, la de la Plata, partía de la Villa Rica de la Vera Cruz con la mercancía de Nueva España y la que, procedente de China y Filipinas, se había descargado en Acapulco y atravesado México, para también concurrir en La Habana.

Aproximadamente en marzo, después de reparar fondos, lonas y cordajes, así como de abastecerse de leña, agua y víveres, y dar recreo a tripulantes y pasajeros, regresaba la flota a España, aprovechando las bondades de la Corriente del Golfo y del Canal Nuevo de Bahamas (estrecho de la Florida), una ruta que desde 1516 Antón de Alaminos había señalado como más favorable debido a que contribuía a acortar el viaje.

Habitualmente, la flota estaba integrada por varias decenas de mercantes (de 15 a 45) que eran escoltados por galeones y otros buques de guerra más ligeros. Su orden de navegación incluía una vanguardia, a cargo de un zabre, patache o fragata, con misiones de seguridad; le seguían las fuerzas principales, encabezadas por la nao capitana e integradas por los mercantes y su escolta de galeones. Cerraba el convoy la nave almiranta.

En cada galeón había un capitán de mar y uno de tierra. El primero, marino, dirigía las maniobras y la navegación del buque; a él se subordinaba la marinería. El segundo, de tropas terrestres, mandaba a los soldados que realizaban el combate en caso de abordaje. Además, se incluía el aparato de fiscalización de la Corona, en composición de veedores, contadores y maestres de plata.

Resultados y consecuencias

El sistema de flotas puesto en práctica por los españoles resultó eficaz mientras sus enemigos se reducían a pequeñas flotillas o corsarios aislados; pero cuando las burguesías inglesa y holandesa respaldaron a sus aventureros con el capital suficiente para formar agrupaciones navales más poderosas que las escoltas de las flotas, el esquema del sistema de convoyes español se convirtió en una desventaja, como lo demostró Pyet Hein al apoderarse de la Flota de la Plata en Matanzas, en 1628.

Aquel fue un golpe de muerte para el sistema; en 1647 se autorizó la travesía de embarcaciones aisladas, pero armadas y hacia finales de la década el sistema de flotas fue abandonado.

Fuentes