Traumatismo cervical

Traumatismo cervical
Información sobre la plantilla
Traumatismo.jpg

Un traumatismo cervical es una lesión de las partes blandas de la columna vertebral y aparece por movimientos rápidos, consecutivos y opuestos de la cabeza. Los daños son la mayoría de las veces desgarros musculares, de ligamentos y de discos intercervicales. Raramente van acompañados de lesiones de articulaciones, huesos o nervios.

En muchos casos, desde un punto de vista médico resulta inofensivo. Sin embargo, a veces la fuerte carga soportada puede llevar a lesiones e hinchazones del tejido, lo que resulta también doloroso para el afectado. También se tensan a menudo fuertemente los músculos de la zona de la columna cervical, para proteger la espalda y el cuello. Dependiendo de la intensidad del trauma, los afectados suelen reponerse en días o semanas.

Como en muchas enfermedades, pueden entrar en juego factores psicológicos, que afectarán en mayor o menor intensidad en función de cómo el lesionado gestione la situación traumática vivida.

Causas

La causa más habitual es el accidente automovilístico. En caso de colisión contra algo sólido, o recibir un golpe por detrás, la cabeza sufre una fuerte sacudida que flexiona o sobreestira la columna cervical, a lo que sigue inmediatamente un segundo trauma producido por el movimiento en sentido contrario (contragolpe).

Pero existen otras causas: los accidentes en deportes que comportan un elevado riesgo de sufrir lesiones, como el buceo, el boxeo, el kárate, el judo o la lucha libre. También son fuentes de lesiones las montañas rusas de los parques de atracciones o los accidentes conduciendo un ciclomotor.

En un traumatismo cervical se da un complejo mecanismo de lesión en el que diversas fuerzas de flexión y estiramiento entran en juego. En la mayoría de los casos solo se producen lesiones mínimas. Las consiguientes inflamaciones de los músculos o el agarrotamiento de éstos pueden ser causa de dolor. También puede haber factores psicosomáticos en los dolores que surgen a continuación, lo que se denomina componente psicológico, que actúa sobre le cuerpo y el dolor. Está muy discutido en qué proporción intervienen los factores físicos y los psicológicos.

Síntomas

Un traumatismo cervical puede conllevar diversos síntomas en mayor o menor intensidad. Entre los primeros están la limitación de movimiento de la cabeza y de la columna cervical. Justo después del accidente, o en un máximo de dos días, esta zona aparece agarrotada. En muchos casos los dolores van en aumento, a menudo sin que se pueda encontrar la causa médica. Es posible que existan lesiones agudas en el tejido que llevan a inflamaciones, o un doloroso agarrotamiento muscular e la zona de la columna cervical. Los síntomas más habituales son los siguientes:

En traumas leves estos síntomas desaparecen tras unos pocos días o semanas. Otras posibles molestias son:

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en el relato del accidente, los síntomas descritos por el afectado y el chequeo corporal. Mientras el médico radiografía radiografía la columna cervical, puede dejarse fuera alguna zona ósea de las cervicales.

El TAC y la resonancia magnética no suelen ser rutinarias, pero los médicos suelen recurrir a ellas en caso de lesiones severas de las partes blandas o de las partes óseas. Cuando los síntomas van apareciendo más tarde, como pérdida de conocimiento, pérdida de memoria, náuseas o vómitos, hay que acudir siempre a un médico, que explorará la cabeza y la columna para detectar o descartar posibles lesiones en el cráneo o en el cerebro.

Si el médico sospecha que a través del trauma cervical se han dañado además nervios, llevará a cabo exploración neurológica. Si es necesario se realizará un electromiograma (EMG).

Tratamiento

El tratamiento depende de la intensidad de las lesiones. Si se trata solo de un tirón de una parte blanda sin otros hallazgos, se lleva el tratamiento sintomático, que significa mitigar las molestias. La curación se demora si el afectado lleva collarín. Por eso los médicos recomiendan, en caso de trauma leve, retomar poco a poco la actividad diaria después de una breve inmovilización y apoyar el proceso de curación con ejercicios de nuca médicamente indicados.

Si las molestias de un traumatismo cervical se acentúan fuertemente y retienen el dolor mucho tiempo, el tratamiento puede ir acompañado de ejercicios terapéuticos y además un tratamiento psicológico. También la quiropráctica en el sentido de las terapias manuales, pueden ayudar en la curación del trauma, aunque hay que evitar la manipulación quiroterapéutica en las fases más agudas. Sí tiene un buen efecto sobre los mareos y las sensaciones de vértigo, que pueden derivarse del daño en los neurorreceptores.

En caso de agarrotamiento duradero se pueden aplicar con regularidad calor local (con manta eléctrica, bolsa de agua caliente u otra fuente de calor apropiada para estos casos) y en algunos casos acupuntura para mitigar el dolor. También se pueden tomar relajantes musculares o medicamentos contra el dolor.

En caso de tirones agudos puede ser necesario que el afectado lleve collarín. Si hay fractura de la columna cervical, la zona estará inmovilizada por mucho tiempo o incluso será operada.

Evolucion

La evolución suele diferir de persona a persona. Un traumatismo leve suele desaparecer sin tratamiento a los días o las semanas. También cuando el médico no detecta ninguna lesión localizada, los dolores y las molestias suelen persistir. Las causas por las que un traumatismo cervical en algunos casos evoluciona favorablemente y sin problemas y en otros deviene en crónico, pueden ser diversos, y es motivo de debate.

Hay diferentes causas supuestas por las que un traumatismo cervical deriva en crónico:

  • La columna ya estaba dañada antes del traumatismo, por ejemplo por artrosis (desgaste de articulación).
  • Los afectados tienen durante mucho tiempo una postura forzada, que favorece el agarrotamiento doloroso y carga la columna en una zona.
  • Se forma el llamado “dolor psicológico” y en esos casos el afectado toma el dolor como verdadero aunque ya haya desaparecido.
  • Los afectados pueden entrar en shock por el traumatismo cervical o coger miedo y obsesionarse con su cuidado. Esto lleva a que las molestias de un traumatismo cervical se sufran con mayor intensidad subjetiva.

Prevención

El traumatismo cervical solo se puede prevenir evitando los accidentes y ser precavido en los deportes y en la conducción.

Como medida de seguridad en el coche está la correcta colocación de la cabeza. Y es importante que siempre, ante la sospecha de un traumatismo, acuda a un médico. Solo así se podrán detectar posible lesiones severas y tratarlas.

Un traumatismo leve puede derivar en una evolución crónica, algo que se puede evitar en parte atendiendo a los consejos de un médico. A veces es recomendable empezar a mover suavemente la columna tras un corto periodo de reposo y evitar posturas desfavorables.

Fuente

http://www.onmeda.es/enfermedades/traumatismo_cervical.html

Fisiopatología quirúrgica (en español); Jaime Arias Pérez; 1999; Editorial Tebar; pág. 254-255.

Fisiopatología quirúrgica (en español); Jaime Arias Pérez; 1999; Editorial Tebar; pág. 254-255.