Traumatismos esofágicos


Traumatismos esofágicos
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Concepto:El trauma esofágico es una lesión poco frecuente, cuya etiología puede ser traumática o no traumática, sin embargo es de alta morbilidad y considerable mortalidad

Traumatismos esofágicos pueden producirse hematomas, desgarros parciales o totales, perforaciones no identificables o identificables, estas últimas de tamaño pequeño o importante, que incluso pueden llegar a la destrucción del esófago. La perforación esofágica implica una solución de continuidad en todas las capas del esófago.

Introducción y generalidades

La mayoría de los traumatismo esofágicos son consecuencia de las pruebas e intervenciones realizadas por los médicos y cirujanos. Es muy importante tener en cuenta que el esofágo carece de capa serosa, que por ser una barrera de protección su ausencia provoca que un traumatismo transmural se propague más facilmente. El esofágo se puede lesionar a 3 niveles distintos (cervical, torácico y abdominal) y el manejo es diferente en cada caso.

La perforación esofágica produce una situación crítica que puede poner en peligro la vida del paciente. Es la más seria de todas las perforaciones del tubo digestivo, y sin tratamiento sigue un curso, la mayoría de las veces, fatal. Son fundamentales un diagnóstico y tratamiento lo más precoz posible para evitar la alta morbimortalidad.

Clínica

Varía dependiendo de la localización y la causa de la perforación. Las perforaciones espontáneas pueden confundirse con procesos graves cardiorrespiratorios o abdominales, por lo cual hasta en un 50% el diagnóstico se realiza tardíamente. Los tres signos fundamentales son: dolor, fiebre y enfisema.

El dolor se suele localizar en el lugar de la perforación, la fiebre suele aparecer en el curso evolutivo, aunque más tardíamente, y el enfisema se manifiesta por crepitación o por la presencia en la radiología de aire mediastínico o subcutáneo. En ocasiones puede aparecer disnea, sepsis o desarrollar rápidamente un shock.

Diagnóstico

La rapidez en el diagnóstico es fundamental para un tratamiento adecuado.

El primer paso debe ser la sospecha clínica; la presencia de dolor marcado en cuello, tórax o abdomen tras una endoscopia debe despertar la sospecha de perforación y la necesidad de descartarla. El método inicial es la radiología simple, que puede demostrar la presencia de enfisema, derrame [[pleural, entre otros, aunque en un tercio de los casos puede ser normal. El paso siguiente es la radiología con contraste hidrosoluble, que tiene hasta un 10% de falsos negativos, por lo que una exploración negativa no descarta la perforación, pero puede, en caso de ser positiva, localizar el lugar y la extensión de ésta. Cuando es negativa, pero la sospecha es alta, puede recurrirse a la tomografía computarizada (TC), o en casos puntuales a la endoscopia, aunque este punto es muy controvertido.

La perforación espontánea hasta un 40 % sucede en alcohólicos, por lo que su presentación durante un episodio de intoxicación etílica puede contribuir a retrasar el diagnóstico.

Tratamiento

Un diagnóstico precoz es el primer paso para un tratamiento adecuado, ya que la morbimortalidad es inferior al 20% si se realiza durante las primeras 24 horas, y superior al 60% si se realiza con posterioridad. Deben valorarse una serie de factores que condicionan en gran manera la decisión terapéutica:

1. Causa de la perforación.

2. Localización.

3. Enfermedad esofágica subyacente.

4. Intervalo transcurrido hasta el diagnóstico.

5. Estado general del paciente.

Aunque, sin lugar a dudas, la cirugía debe ser el tratamiento de elección, existen alternativas no quirúrgicas, que en grupos seleccionados de pacientes pueden ser una opción válida. Las bases del tratamiento no quirúrgico son: prevenir la infección con antibioterapia de amplio espectro (en el 75% de los cultivos se obtiene flora polimicrobiana), nutrir al paciente con alimentación parenteral, debe permanecer a dieta absoluta durante 10 a 14 días), y la utilización de antisecretores. A veces es necesario realizar aspiración guiada por TC de colecciones o abscesos residuales. El papel de la utilización de una sonda nasogástrica es un tema muy controvertido. De cualquier modo, los pacientes deben ser controlados estrechamente; y si no mejoraran, obligaría a realizar una intervención quirúrgica.

Estadisticas sobre traumatismos esofagicos

Los traumatismos esofágicos (T.E. ) son debidos a múltiples causas, pero es indiscutible que existe una mayor incidencia de los accidentes de origen endoscópico. Las cifras son variables, pero si empre elevadas. En el total de perforaciones eSOfágicas, las de origen endoscópico tienen una incidencia entre 50 y 88 %.

Fuentes

  • Traumatismos esofágicos. Disponible en:Docsity
  • Traumatismo esofágico. Disponible en:Slideshare
  • Manual de cirugía del trauma. Disponible en:Aac
  • [1]