Tritón pigmeo

Tritón pigmeo
Información sobre la plantilla
Triton pigmeo.jpg
La coloración general de su dorso es verde o tonos pardos con manchas irregulares de color marrón oscuro o negro. El vientre es de color grisáceo con punteado más oscuro predominando en las partes claras el color amarillento. Su cabeza es aplanada con el morro redondeado y los ojos de notable tamaño tienen la pupila circular de color negro con el iris de color dorado. Las glándulas parótidas son patentes sobre todo en la fase terrestre, la piel es rugosa en el dorso y lisa en la zona ventral. Las patas y los dedos son largos y delgados.
Clasificación Científica
Nombre científicoTriturus pygmaeus
Reino:Animalia
Clase:Anfibios
Orden:Urodelos (anfibios con cola)
Familia:Salamándridos
Hábitat:Para reproducirse utiliza charcas temporales, fuentes, acequias y arroyos con poca corriente, También puede encontrarse en canteras y piscinas abandonadas. En general, prefiere zonas con abundante vegetación acuática y bien conservadas. Puede reproducirse tanto en medios acuáticos temporales como permanentes si bien en estos últimos, cada vez es menos frecuente debido a la introducción de especies foráneas que depredan sobre huevos y larvas (cangrejo rojo americano, gambusia, etc).

Tritón pigmeo. Es un anfibio urodelo de la familia Salamandridae.Recientemente elevado al estatus de especie, era anteriormente considerado una subespécie del tritón jaspeado.

Descripción

Tradicionalmente fue considerado como una subespecie del tritón jaspeado (Triturus marmoratus), aunque recientes estudios han demostrado que las diferencias morfológicas y genéticas existentes entre ambos, son suficientemente significativas para considerarlos especies bien diferenciadas.

Posee una talla claramente inferior a la del jaspeado, no superando los 14 cm. de longitud total, de los cuales algo mas de la mitad corresponden a la cola. La cabeza es algo mas larga que ancha, un poco estrecha y con un hocico ancho y redondeado. Los ojos no son muy grandes, con pupila redondeada de color negro e iris dorado. Tras estos aparecen las glándulas parótidas. Existe un pliegue gular claramente visible.

Las extremidades son largas con dedos no palmeados, 4 en las anteriores y 5 en las posteriores. Lo más llamativo de su aspecto es el colorido, un verde intenso jaspeado de manchas irregulares negras, extendidas a lo largo del cuerpo. La piel del dorso es rugosa y la del vientre lisa. En esta zona la coloración es diferente, con un fondo blanco, amarillento o anaranjado, salpicado de manchas blancas y pequeños puntos negros irregulares.

La cola, mas larga en los machos, está comprimida lateralmente y acabada en punta. Durante la fase acuática, presenta una cresta, más desarrollada en los machos. Las hembras son de mayor tamaño y poseen una línea vertebral anaranjada, a veces amarillenta o rojiza, que también muestran los individuos subadultos de ambos sexos. Existe cierto dimorfismo sexual que se acentúa en extremo durante el período reproductivo.

Durante éste, y para ejemplares en fase acuática, los machos desarrollan una cresta dorsal, desde el final de la cabeza hasta la base de la cola donde comienza una segunda cresta caudal. Su coloración es muy llamativa alternándose franjas amarillentas con otras marrones- negruzcas. Asimismo una ancha línea plateada recorre longitudinalmente la cola por su zona media. La cloaca, aunque en ambos sexos aparece abultada durante el celo, en el macho alcanza un mayor tamaño, con forma semiesférica y es más oscura. En las hembras la forma es cónica.

Larvas Al nacer tienen unos 5mm. de longitud con un tono amarillento y la piel translúcida. La zona ventral es plateada y rosácea. Poseen branquias externas que recuerdan pequeñas plumas rojizas. Su principal característica son sus alargadas y desproporcionadas extremidades finalizadas en dedos igualmente largos. La cola también es bastante larga, comprimida lateralmente y acabada en una fina punta muy desarrollada. Conforme van creciendo desarrollan una cresta dorsal, salpicada de manchas oscuras redondeadas en la punta. Este es el principal rasgo diferenciador de las larvas de gallipato, muy similares en las primeras fases de desarrollo.

Distribución geográfica

El tritón pigmeo es un endemismo de la Península Ibérica, y dentro de ella se distribuye únicamente por su mitad meridional, siendo el Sistema Central su límite por el norte. Las poblaciones orientales son actualmente muy escasas sufriendo una mayor regresión hacia el sureste, cuyo límite lo constituyen las poblaciones granadinas, no encontrándose ni en Almería ni en Murcia.

Los núcleos de nuestra provincia son considerados, con toda razón, como los más vulnerables de toda su área de distribución. Las principales poblaciones se encuentran en el extremo occidental (Poniente Granadino), desde Loja en el límite con las provincias de Córdoba y Málaga, hasta el campo de Zafarraya, con la mayor densidad de población, y Sierra Tejeda. Fuera de la zona occidental sólo quedan poblaciones residuales y muy amenazadas, en las comarcas de los Montes Occidentales y Orientales, que constituyen los restos de otros núcleos que se extendían por toda esta zona y las sierras del sur de la provincia de Jaén. El futuro de exiguas poblaciones situadas en los municipios de Íllora, Montefrío y Alcalá la Real, ya en Jaén, es cada día más incierto. El punto más oriental donde aún puede observarse es la laguna de Arenales, en el término municipal de Albolote.

Ecología de la especie

Habita normalmente en los pisos bioclimáticos termo y mesomediterráneo, penetrando también en el supramediterraneo, y coloniza zonas abiertas de matorral, encinares, dehesas, e incluso cultivos de secano como olivares o cereales. La máxima altitud que alcanza en Granada son 1095m. en la Sierra de San Jorge (Loja).

Al igual que otros anfibios lleva una vida crepuscular y nocturna, teniendo mayor duración, en nuestras latitudes, de la fase acuática que la terrestre. Fuera del agua se refugian bajo piedras, troncos, y los cada vez más abundantes residuos que el hombre abandona cerca de las charcas, como semilleros de poliespán, frecuentes en los llanos de Zafarraya o ruedas, sillones y colchones viejos. Destacar que en un muestreo realizado en esta zona, encontramos decenas de individuos refugiados bajo uno de estos “mobiliarios”. Salen de sus refugios en noches lluviosas o con humedad elevada, bien para alimentarse o para dirigirse a los lugares de reproducción.

Para ello es más exigente que el gallipato y selecciona, generalmente, aguas algo más oxigenadas, no muy eutrofizadas, y con abundante vegetación acuática (cada vez más difícil de encontrar). Se le puede hallar en pozos, albercas, pilones de fuentes, charcas naturales, tramos remansados de pequeños arroyos e incluso balsas para regadío.

Cuando llega el otoño, y después de haber pasado la época más calurosa del año en estado de semiletargo en algún refugio, se dirigen a los puntos de reproducción. Si se trata de una charca que aún no tiene agua, por haberse retrasado las precipitaciones que la llenan, se ocultan bajo piedras en sus inmediaciones, a la espera de que llueva lo suficiente.

Los machos son los primeros en llegar, y defienden un pequeño territorio frente a sus competidores, incluso atacando y mordiendo a aquellos que osan acercársele. Una vez en el agua empiezan desarrollan sus espectaculares crestas y aumentan notablemente el tamaño de sus cloacas.

Cuando una hembra se acerca, el macho se sitúa delante de ella y empieza a realizar movimientos ondulatorios con su cola, arqueando y elevando la parte posterior de su cuerpo. Con ello trata de estimular a la hembra, que entonces permanece quieta esperando a que el macho deposite su “espermatóforo” que contiene los espermatozoides necesarios para la fecundación de los óvulos que ella guarda en su abultado abdomen. A continuación se sitúa sobre esta pequeña bolsa y ayudándose con sus labios cloacales la absorbe. Es posible que una misma hembra sea fecundada por distintos machos.

A los pocos días comienza a poner los huevos, desprendiéndolos de uno en uno y envolviéndolos con ayuda de sus patas traseras sobre las hojas de las plantas acuáticas. Últimamente, dada la ausencia de estas, los huevos son fijados sobre plásticos arrojados al agua. El número de huevos, en torno a 300, depende del estado de alimentación y desarrollo de la hembra. Las larvas eclosionan unos días después, dependiendo de la temperatura del agua. Son muy activas y cazan pequeños insectos, crustáceos e incluso larvas de otros anfibios a los que localizan por el movimiento. El desarrollo larvario dura unos 3 o 4 meses, dependiendo de la temperatura del agua y la disponibilidad de alimento, momento en el cual, los pequeños tritones pierden las branquias y se dirigen a tierra, buscando un refugio en el que pasar el verano. Muchas de ellas son capturadas por larvas de insectos acuáticos, individuos de su propia especie, peces o cangrejos. La madurez sexual la alcanzan a los dos o tres años, los machos antes. Pueden vivir hasta diez o doce.

Alimentación

La alimentación de los adultos se basa en invertebrados, tanto acuáticos como terrestres, y larvas de otros anfibios. Sus principales enemigos naturales son las culebras de agua, garzas, peces introducidos como la carpa, galápagos y el cangrejo americano, verdadero hostigador de la mayoría de nuestros anfibios. En la fase terrestre puede ser predado por pequeños carnívoros como el turón o la garduña, rapaces nocturnas y el jabalí.

Su principal mecanismo de defensa es la producción de sustancias tóxicas de aspecto lechoso a través de la piel y también adopta posturas defensivas arqueando el cuerpo y levantando la cola ante una amenaza.

Estado de conservación, problemática

La situación del tritón pigmeo en Granada es cada día mas preocupante, sin casi darnos cuenta sus poblaciones van desapareciendo, a causa del desarrollo progresivo e imparable de la agricultura intensiva, y la explotación de las zonas húmedas, en algunos casos incluso con su eliminación, disminuyendo cada día mas las posibilidades de supervivencia de este y otros anfibios.

Incluso en la zona de mayor densidad donde aún hoy es relativamente fácil observar tritones, el campo de Zafarraya, se empiezan a detectar fenómenos de extinción local, y el confinamiento de los tritones en las cada vez menos frecuentes áreas naturales que quedan en un territorio fuertemente transformado en los últimos años.

Esta intensificación de la agricultura, conlleva un uso incontrolado, de productos químicos (herbicidas insecticidas, fungicidas, abonos) que afectan inexorablemente al tritón y otros anfibios, bien por fumigación de los hábitats terrestres o por lavado y acumulación de residuos en las charcas. Los múltiples pozos repartidos por la comarca, están siendo transformados, elevando sus muros o incluso son cerrados completamente, por lo que no pueden ser utilizados por los tritones y otros anfibios para reproducirse. Algunas charcas tradicionales han sido desecadas o se han convertido en verdaderos basureros, donde la gente abandona todo tipo de residuos.

El desarrollo urbanístico de la última década ha supuesto la ocupación y consiguiente destrucción de valiosos territorios, y la creciente construcción de infraestructuras de transporte (carreteras, asfaltado de pistas forestales), supone una barrera a veces infranqueable para los anfibios que pretenden llegar a sus puntos tradicionales de cría, muriendo atropellados muchos de ellos al intentar cruzarlas.

Otra grave amenaza que se cierne sobre el tritón es la introducción de especies acuáticas foráneas. La falta de una mínima educación ambiental y sentido común por parte de algunas personas, conlleva el abandono intencionado o no de animales extraños en nuestros ecosistemas acuáticos. La introducción de peces como la carpa, a veces con argumentos tan peregrinos como puede ser: “la limpieza de la vegetación que crece en las albercas”, o “dan un toque de color a las charcas”; el cada vez más frecuente cangrejo americano, o el abandono de multitud de pequeños galápagos americanos de distintas especies, pensando que “el animalito está mejor en libertad”,supone una competencia directa para nuestras especies autóctonas, no solo de anfibios, también de peces, invertebrados y reptiles.

Propuestas de conservación

  • Realizar campañas de concienciación ambiental, incidiendo sobre todo en los propietarios de fincas donde se sitúan puntos de cría tradicionales y en los colegios de las áreas circundantes.
  • Detectar aquellos puntos negros en carreteras y caminos, señalizándolos y construir pasos subterráneos adecuados.
  • Proteger y restaurar adecuadamente las charcas que sirven como puntos de cría, especialmente las que sustentan a las escasas poblaciones más orientales, completamente aisladas del área de distribución principal. A tal efecto podría establecerse una especie de red de “microreservas”, favoreciendo no sólo a los anfibios, sino a multitud de especies de invertebrados acuáticos con una regresión paralela a la de los batracios.
  • Campaña de concienciación sobre la introducción de especies foráneas, y su eliminación directa en aquellos puntos donde se localizan actualmente.
  • Solicitar una mayor implicación por parte de las autoridades municipales y regionales responsables de los temas de medio ambiente, en la conservación de esta y otras especies, que aun no siendo muy populares entre la gente, son un elemento indispensable en nuestros ecosistemas, y encuentran en nuestra provincia algunas de sus últimas poblaciones mundiales.

Fuentes