Trocha de Júcaro a Morón
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Trocha Júcaro-Morón Estrategia militar adoptada por el alto mando del gobierno español, debido a la creciente actividad de los mambises y el conocimiento de los planes de invasión a Occidente. Perseguía fines concretos: aislar la lucha independentista en los departamentos orientales, desgastar y privar a los mambises de ayuda en abastecimiento, armas y pertrechos, y evitar que la guerra afectara sus bases de sustentación y las posiciones de hacendados, terratenientes y comerciantes de occidente. La idea concebida por el General español Blas Villate de la Hera, Conde de Balmaceda, quien propuso al ministro de Ultramar de la Corona Española su construcción.
Sumario
Localización
Se encuentra ubicado desde el puerto de Júcaro, en la costa sur hasta el poblado de Morón, en la costa norte del territorio.
Orígenes
El ejemplo más notable lo constituye la Trocha de Júcaro a Morón, no sólo para Cuba sino para América Latina. España adopta este proyecto debido a la creciente actividad de los mambises y el conocimiento de los planes de invasión a Occidente.
Pese a todos los recursos invertidos por la Corona Española en sus quiméricos sueños de hacer inexpugnable la trocha, en la guerra del 68 y 95, esta no pudo detener el empuje de las gloriosas fuerzas insurrectas. Oficiales del Ejército Libertador de tierra avileña entre ellos el coronel Simón Reyes Hernández, más conocido por el Águila de la Trocha por las veces que cruzó la línea militar, así como otros, entre ellos el coronel Nicolás Hernández Moreno y el brigadier José Gómez Cardoso quienes también escribieron páginas de heroísmo cruzando tropas y fuerzas mambisas para ambos lados de la línea militar, contando entre sus jefes a Máximo Gómez quién la cruzó en muchas ocasiones, y al general Antonio Maceo.
Nada pudo detener el empuje de las fuerzas mambisas y cuando los cubanos tenían prácticamente la guerra ganada a España la intervención norteamericana frustró nuestra independencia, la que alcanzó nuestro pueblo definitivamente un 1ro de enero victorioso. A fines de Marzo de 1871, a tres años del Grito de Yara, el general Blas Villate de la Hera, conde de Valmaseda, propuso al Ministerio de Ultramar de la Corona Española, la construcción de una trocha fortificada desde el puerto de Júcaro, en la costa sur hasta el poblado de Morón en la costa norte del territorio.
Objetivos
Esta línea militar perseguía fines concretos: aislar la lucha independentista en los departamentos orientales, desgastar y privar a los mambises de ayuda en abastecimiento, armas y pertrechos, y evitar que la guerra afectara sus bases de sustentación y las posiciones de hacendados, terratenientes y comerciantes de occidente
La propuesta de Valmaseda fue aprobada comenzando la construcción de la Trocha la cual en su inicio contó con 17 fuertes y ya en 1874 contaba con 17 fuertes y 16 fortines teniendo a su custodia más de 5000 hombres los cuales contaba con un moderno armamento de infantería y 10 piezas de artillería las cuales se podían mover a lo largo de la trocha por un ferrocarril de vía estrecha lo que permitía también mover con rapidez la tropa de un lugar para otro.
Arquitectura
En sus dos extremos (Júcaro y la isla de Turiguanó) el terreno estaba formado por costaneras bajas y pantanosas, La Trocha era un ancho carril de mucha visibilidad, a sus costados (Este y Oeste) se extendían zanjas y cercas con alambres de púas, protegidas por tropas y patrullas en constantes recorridos, con escuchas o centinelas en lugares intermedios.
La línea militar refortificada poseía un elevado número de fortines y de blockhouse (sesenta y ocho) y cuatrocientos escuchas, alambradas, fosas y zanjas, campamentos fortificados, cada cinco kilómetros y otras posiciones, así como el ferrocarril de vía estrecha para el transporte de fuerzas españolas. Las torres tenían dos líneas de fuego, una baja y otra alta, en los cuatro frentes que la formaban, para flanquear los ángulos al pie de los muros. Se habían provisto de cinco matacanes por cada lado, tan ingeniosamente dispuesto, que era imposible acercarse al pie de los fuertes.
Entre fortín y fortín, al centro, había un blockhouse o casa fortificada y seis escuchas o puestos fortificados paralelos a la alambrada y a veinticinco metros de distancia. Disposición que permitía el fuego cruzado en todas direcciones, sin que entre sus líneas de fuego pudiese haber ningún entorpecimiento. Los ingenieros militares utilizaron un material moderno que consistía en una especie de cordel construido con alambre de hierro galvanizado y provisto de púas a la distancia de 25 centímetros una de otra. Estos se tendían diagonalmente sobre una estacada al tresbolillo y abrazando una anchura de seis metros. Las estacas tenían un metro de alto y estaban clavadas a una distancia de dos metros una de otra.
En cada kilómetro de alambrada fueron empleados cincuenta y tres kilómetros de alambre. La línea del ferrocarril se encontraba a ochenta metros de la alambrada y se utilizaba para trasladar gruesos contingentes de tropas donde fuera necesario. En la parte moronera de la Trocha contaba con trece fortines que fueron destruidos casi en su totalidad, por la acción devastadora del tiempo y el hombre, pero todavía quedan restos de tres de ellos entre Morón y San Fernando.
Época de construcción
En abril de 1871 se inició, en forma de ancha cinta el desmonte del terreno sobre el cual se levantó la Trocha de Júcaro a Morón. Iniciado el año 1872 fue construida la primera versión de esta fortaleza militar única de su tipo en América. Contaba con 33 fuertes en una extensión lineal de 60 kilómetros repartidos de la siguiente manera; a la distancia de una legua se levantó un fuerte y entre éste y su similar posterior un Fortín hasta llegar al número de 17 los primeros y 16 los segundos.
En 1897 fue terminada esta costosa labor, bajo el mando militar de Weyler, para entonces la Trocha contaba con 68 fuertes, 60 blockhaus, 401 escuchas, una torre heliográfica, una fábrica de gas, una tupida alambrada, varios pozos y fosos, campamentos, hospitales y el ferrocarril.
En Ciego de Ávila una torre óptica o heliográfica, emitía señales lumínicas hacia otra torre situada en Arroyo Blanco, o hacia el resto de los fortines lo que permitía una rápida información de la presencia de las tropas insurrectas, así como una alambrada y fosos “Imposibles” de franquear por la caballería y la infantería.
Estructura
La trocha militar de Júcaro a Morón, tiene 17 leguas de longitud y en 1872 contaba 33 fuerte; 6 de Tunas a Ciego de Ávila, desde este pueblo al de Morón 23 y de Morón a la costa norte 4; Todos ellos protegidos en la extensión de la línea por una estacada, mas un foso en algunos kilómetros a partir de Júcaro. La estacada no tenía solidez; los fuertes con alguna excepción fueron pésimamente construidos con techos de paja y el conjunto de la trocha no obedecía a un cálculo científico.
En esta línea militar fortificada a la distancia de una legua se encontraba un fuerte, entre fuerte y fuerte un fortín, entre ambos una ronda, además de las patrullas y de las guerrillas emboscadas. Los poblados de Ciego de Ávila y Morón eran protegidos por una estacada doble de jiquí con puertas de acceso. La Trocha según el criterio de los militares españoles era inexpugnable porque era prácticamente imposible el cruce de grupos armados sin ser vistos. En esta fecha constituía un sistema defensivo estructurado en tres escalones.
El primer escalón
Lo constituyó la "Trocha Camagueyana" se encontraba al este de la fortificación y consistía en una línea de puestos de avanzada de caballería, desprovista de obras defensivas, cuya misión era controlarlos caminos y las veredas. Esta fuerza disponía de 2000 soldados a caballos divididos en cuatro grupos de 500 hombres, los cuales a su vez se subdividían en tres secciones conformados por grupos de 30 jinetes. En las proximidades del lugar un rústico rancho servía de puesto de sección que era relevada noche tras noche.
El segundo escalón
Era la propia Trocha con sus fuertes, fortines, fosas para obstaculizar el paso de la caballería, estacadas y otros elementos
integraban este escalón los 63 fuertes de la misma, cada uno con capacidad para 200 hombres, Los puentes estratégicos o bases de operaciones lo constituían Ciego de Ávila y Morón, los cuales mantenían sus comunicaciones mediante el telégrafo, unido al ferrocarril militar, no concluido durante esa guerra en cada uno de éstos últimos puntos de extrategía existía un hospital permanentemente.
La línea poseía además, varios blockhaus, pozos y fosos en algunos lugares y una alambrada, se completaba con tres campamentos al este de Domínguez, La Redonda y Piedras, cada uno con capacidad para alojar a 1200 soldados. En sitios, incluidos Ciego de Ávila y Júcaro, se encontraban el grueso de las tropas españolas las cuales, a través del ferrocarril podían movilizarse y concentrarse con rapidez en el lugar donde se produjera la aparición de los Cubanos.
El tercer escalón
Estaba compuesto por una serie de fuertes enclavados en diversos puntos, en el Oeste de la Trocha, o sea, lado de Las Villas: Los Negros, Río Grande, Jicotea, Lázaro López, Guadalupe, Marroquí, Chambas y Punta Alegre. La Trocha de Júcaro a Morón era un complejo sistema.
Allí acampaban las columnas que patrullaban la zona y mantenían comunicación constante con los principales fuertes de la Trocha, tanto por vía telegráfica como mediante un sistema de enlace asegurado por cuatro escuadrones. Alrededor de 10000 hombres formaban parte de este sistema defensivo que no pudo impedir el cruce de Máximo Gómez en su invasión hacia Las Villas.
Acciones
La “infranqueable” Trocha de Júcaro a Morón fue cruzada en más de una ocasión por grupos armados y mensajeros del Ejército Mambí que se movían entre Las Villas y Oriente. El primero en cruzar la Trocha hacia Las Villas con una columna invasora de 1164 hombres, fue el general Máximo Gómez, el 6 de octubre de 1875, el cual tuvo 6 bajas de infantería y fue herido levemente en la garganta.
Entre las acciones libradas en la Trocha por su importancia podemos señalar la toma de Ciego de Ávila por Máximo Gómez, el 26 de mayo de 1876, la cual duró más de dos horas, obteniendo las tropas mambisas víveres, ropas y armas. De igual forma el 20 de julio de 1876, el general Manuel Suárez Delgado atacó y tomó Morón por varias horas llevándose avituallamiento y armas para su tropa. Durante la Guerra de los Diez Años, Máximo Gómez cruzó la Trocha varias veces para el Occidente y Oriente, así como otros oficiales del Ejército Mambí entre ellos José Gómez Cardoso, Manuel Suárez Delgado, Nicolás Hernández Moreno, Simón Reyes Hernández y Cecilio González Plana.
El 30 de octubre de 1895. Máximo Gómez cruza la Trocha con el objetivo de organizar la insurrección en las Villas y operar al oeste de la Trocha para apoyar el paso de la columna invasora del general Antonio Maceo. El día 29 de noviembre, del mismo año, con el apoyo del coronel Simón Reyes Hernández El Águila de la Trocha, por un lugar llamado Santo Tomás, al norte de Ciego de Ávila, Maceo cruzó la línea militar española, reuniéndose con Máximo Gómez en un lugar llamado Lázaro López donde ambos jefes militares trazaron la estrategia de la invasión, la cual constituyó una victoria de las armas cubanas, y la hazaña militar más relevante de la época.
El arsenal de guerra lo componían 26 cañones de diversos calibres con parque suficiente y una dotación entre doce y quince mil soldados con armamentos modernos de infantería que protegían y operaban a lo largo de la Trocha y que se podían mover con rapidez por esta a través de una línea de ferrocarril de vía estrecha. El 22 de diciembre de 1896, el coronel Simón Reyes, dinamitó y descarriló la locomotora “La Cuenca” a dos Km. De Júcaro. Esta se movía transportando tropas españolas, en el momento en que fue dinamitada y atacada.