El secuestro de la Virgen de Regla

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Secuestro de la Virgen de Regla
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Regla-cuba.jpg
Fecha:5 de septiembre de 1958
Lugar:Regla
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba


El secuestro de la Virgen de Regla, patrona de ese poblado habanero, fue un hecho llevado a cabo en 1958 por un grupo de revolucionarios cubanos enfrentados a la tiranía de Fulgencio Batista. La virgen alza su nombre frente a la bahía de La Habana y es identificada con Yemayá, la dueña del mar.

El secuestro, un hecho para recordar

Cada 8 de septiembre en Cuba salen miles de fieles en peregrinación, al igual que en España y otros países adonde la Virgen de Regla llegó siglos atrás. La fecha acá está asociada también a la lucha clandestina contra la tiranía de Fulgencio Batista.

En la isla cubana, la tradición de celebrar cada 8 de septiembre el Día de la Virgen de Regla, tiene sus raíces en la época de la colonización española, cuando los amos esclavistas trataron de imponer el catolicismo a sus esclavos -como dictaba el mandato evangelizador.  Se iniciaba así ese proceso de sincretismo y transculturación que aún continúa, al fundirse entonces casi todo el panteón de la religión africana Yoruba con la cristiandad.

Aunque se le conoce y venera en todo el país, no muchos cubanos, solo quienes peinan canas, podrían recordar que esa patrona del pueblo que lleva su nombre frente a la bahía de La Habana, e identificada con Yemayá, la dueña del mar, hace 52 años fue secuestrada por un grupo de revolucionarios enfrentados a la tiranía de Fulgencio Batista (1952-1959).  “Ya en 1958 a Regla la llamaban la Sierra Chiquita”, afirma con orgullo Gustavo Más, capitán de milicias del Movimiento Revolucionario 26 de Julio y su jefe en los actuales municipios de Regla, Guanabacoa y Habana del Este

“Importantes acciones realizamos en nuestro pueblo: sabotajes a garajes, fábricas, tiendas, casas, autos y camiones de personeros o colaboradores del gobierno; letreros y banderas del 26 que aparecían en cada esquina, asalto a locales de donde se sustrajeron fusiles y escopetas de caza; el secuestro de la Virgen de Regla, en vísperas de la procesión...”

“Este último se planeó para el 5 de septiembre de 1958, en homenaje a las acciones revolucionarias del año anterior en Cienfuegos y La Habana. Participaron varios combatientes, entre ellos, Alberto Álvarez, Reynaldo Cruz y Manuel López, El Chévere”, precisa el entrevistado.

“De la iglesia, pasamos por casa de José Lorenzo Díaz para cambiar el auto y luego de una gran odisea por toda La Habana, dejamos escondida la Virgen en una casa en construcción en Víbora Park”, subraya Más.

No eran tiempo de celebraciones

De manera que el Movimiento 26 de Julio aquí, decidió realizar ese hecho con el fin de demostrar a la opinión pública que el momento no era de celebraciones ni de fiestas patronales, sino de lucha contra Batista, quien se empeñaba en dar una imagen de paz y tranquilidad en el país.

Al conmemorarse el 12 de septiembre de 2008 el aniversario 50 del asesinato de los Mártires de Regla y de las combatientes Lydia Doce y Clodomira Acosta, ocurrido días después, Héctor Rodríguez LLompart, uno de los participantes en la lucha clandestina en la capital, en una entrevista periodística recordó que numerosas acciones ejecutó por esos días de 1958 el grupo de revolucionarios que dirigía Alberto Alvarez.

Entre ellas citó el ajusticiamiento el 29 de agosto del confidente Leonardo Figueroa del Pino (Tuto), el secuestro el 5 de septiembre de la imagen de la Virgen de Regla, acción que impidió la celebración de las fiestas y procesiones, y el ajusticiamiento el día 10 de otro soplón de la policía batistiana, Manolo Sosa (El Relojero), lo cual avivó aún más la rabia de los sicarios del régimen, que desataron una feroz persecución.

Entre los numerosos detenidos estuvo uno conocido por Popeye, que en pocas horas pasa de las filas revolucionarias a la lista de los traidores, y llevó a las fieras hasta el lugar donde estaban escondidos cuatro jóvenes en el reparto Juanelo, (hoy perteneciente a San Miguel del Padrón), junto a Lydia Doce Sánchez y Clodomira Acosta Ferrales, dos valerosas mujeres llegadas desde el Oriente de Cuba en una de las tantas misiones encomendadas por la dirigencia rebelde.

Los Mártires de Regla, Lidia y Clodomira, en el recuerdo permanente

Alberto Álvarez Díaz, Leonardo Valdés Suárez, Onelio Dampiel Rodríguez y Reinaldo Cruz Romeu (conocidos hoy como los Mártires de Regla) se encontraban en la referida vivienda junto a Lydia y Clodomira. En la madrugada del 12 de septiembre sienten que tocan a la puerta y el individuo que se identifica como Popeye los llama. ¡Cuán lejos estaban de imaginar lo que les vendría encima, al abrirle!

Una turba de esbirros –comandados por los connotados verdugos Ventura y Carratalá- allí mismo asesina a los muchachos. Las mujeres salvaron la vida momentáneamente. Después fueron llevadas a las mazmorras del ejército y, tras varios días de torturas, las introducen en sacos de arena y las sumergen en el mar. Como no consiguen arrancarles ni una palabra, son arrojadas a las profundidades. Sus cuerpos nunca aparecieron.

Cada año, los pobladores de Regla acuden al monumento que en honor de estos jóvenes fue erigido en esa localidad ultramarina para rendirles tributo.

Ellos, Lydia y Clodomira suman la relación de los tantos cubanos que ofrendaron sus vidas para entregarnos una Cuba libre, y para que cada 8 de septiembre, muchos feligreses puedan hacer votos por la Virgen de Regla, sin imaginar siquiera que hace 52 años su secuestro ayudó a crear conciencia de que aquellos no eran tiempos de ceremonias.

Fuentes