Hidra (constelación)

(Redirigido desde «Hidra (Constelación)»)
Este artículo trata sobre Hidra. Para otros usos de este término, véase Hidra (desambiguación).
Hydra
Información sobre la plantilla
Hydra-para-el-observatorio.jpg
Nombre LatinoNombre
AbreviaturaHya
GenitivoHydrae
SimbologíaLa Hydra
Declinación−20°°
Lluvia de meteorosAlfa Hydrids
Constelaciones colindantesAntlia

Hidra (Constelación). Bella constelación del hemisferio sur, también conocida como la serpiente hembra. Una constelación gigantesca muy importante porque se puede ver casi desde cualquier punto del planeta, a finales de enero tiene lugar su etapa más visible; constituye además un personaje monstruoso de la mitología.

Localización

Esta constelación se extiende por más de 100º de la esfera celeste. Desde cualquier punto de la Tierra se pueden ver fragmentos de Hydra, aunque el predominio de estrellas de cuarta y quinta magnitud dificultan el discernimiento de su largo cuerpo. Su estrella más brillante es Alphard; su rasgo más característico lo constituye el delicado grupo de seis estrellas ubicadas en la cabeza de la serpiente, a 15º de Procyon.

Para el observador situado en las latitudes medias o por encima de latitudes medias del norte, Hydra se hallará por encima del horizonte, por lo que sólo se puede ver cuando las condiciones de visibilidad son óptimas. Las seis estrellas de la cabeza tienen su punto más álgido alrededor del 31 de enero y la porción de la cola, a unos 13º al sur de Spica, presenta su punto álgido en abril.

Características

Hydra, preciosa constelación ecuatorial que cruza gran parte de la bóveda celeste, se inicia próximo a las constelaciones de invierno adentrándose en las constelaciones primaverales y limitando en su sector occidental con las constelaciones veraniegas. Es una constelación muy alargada paralela al ecuador de la Vía Láctea limitando al sur de la misma.

La constelación de Hydra es observable durante los meses de invierno hasta el inicio del verano, pero dependiendo de los meses se observan sectores diferentes de la constelación. No se caracteriza por estrellas brillantes, más bien débiles de la segunda magnitud a excepción de alfa de magnitud 1,99 situada en el sector oriental limítrofe con Cáncer y Monoceros.

Estrellas principales

Alfa, a; denominada Alfard, de magnitud 1,99 de color anaranjada. Se halla a 177 años luz de nosotros. Es unas 400 veces más luminosa que nuestro Sol. Se halla en el sector oriental de la constelación al sur de la cabeza de la Hydra. Beta, b; de magnitud 4,29 y de color azul. Se halla situada en el centro de la constelación, al sur de la constelación de Corvus.

Se halla a 365 años luz de la Tierra. Es una estrella 200 veces más luminosa que nuestro Sol. Gamma, g; de magnitud 3,0, se halla situada en el sector occidental de la misma muy cerca de la constelación de Virgo y próximo a Libra, de color amarillo como nuestro Sol se halla a 132 años luz de la Tierra.

Mitología

El relato más conocido referido a esta serpiente es el que la asocia con la Hidra de Lerna, vencida por Hércules en el segundo de sus trabajos. Lerna, era una región costera fértil y sagrada, cercana a la ciudad de Argos, había vivido bajo el terror de la monstruosa Hidra. Esta criatura, que vivía en un pantano, tenía el cuerpo de un perro y nueve cabezas, cada una de las cuales expelía vapores venenosos. De cada cabeza que se cortaba o aplastara nacían tres cabezas nuevas. Para aniquilar a este monstruo, Hércules siguió los consejos que le dio Atenea: lo forzó a salir de su madriguera disparándole dardos de fuego y no respiró mientras duró el combate. Cortó las cabezas, pero a cada golpe de su espada nacían otras nuevas.

El conductor del carro de Hércules, Yolao, acudió en su ayuda. Yolao hizo un fuego en una esquina de la cueva y, cogiendo ramas encendidas, quemó y cauterizo las heridas de la Hidra, cortando de este modo el flujo de sangre para impedir que se formaran nuevas cabezas. En ese mismo momento, Hércules encontró la inmortal cabeza de oro de Hidra entre el amasijo furioso del cuerpo de la criatura; la arrancó del cuerpo y la enterró debajo de una pesada roca. Después, la evisceró y mojó las puntas de sus flechas en la hiel del monstruo. Desde entonces cualquier herida producida con estas flechas ha tenido consecuencias fatales.

Fuentes