Socialismo latinoamericano del siglo XXI

Socialismo latinoamericano del siglo XXI
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Concepto:Teoria sociopolitica sobre la evolución de la teoria marxista

Análisis del capitalismo en correspondencia con los procesos y contradicciones del mundo actual, la vigencia de la teoría Marxista-Leninista en el Siglo XXI en relación con el entorno.

El Socialismo Latinoamericano en el Siglo XXI

La historia demuestra que el capitalismo no se destruye a sí mismo. Analizar la vigencia del Marxismo-Leninismo fundamentalmente en Latinoamérica; a la luz de los procesos y contradicciones del mundo actual, desde la teoría sociopolítica, en pleno Siglo XXI conduce a las interrogantes ¿Cómo se interpretan los aportes de los clásicos a la lucha revolucionaria de los pueblos?; ¿Hasta dónde es creíble o qué vigencia tienen?; ¿Realidad o utopía, los proyectos socialistas? En el mundo, el debate sobre el marxismo como ideología, ciencia y método; y el socialismo como proyecto social en el Siglo XXI, es parte de los temas que se analizan por académicos, estudiosos y políticos. Interrogantes como las expresadas son comunes, sobre todo en quienes defienden el pensamiento capitalista.

Surgimiento del socialismo. Labor de Carlos Marx, Federico Engels y V. I. Lenin

Derivado de las consecuencias sociales de la revolución industrial e intentando solucionar los problemas de los obreros, surgen las ideas de carácter socialista. Este socialismo Carlos Marx y Engels lo llaman utópico, sus representantes denunciaron los abusos, los defectos del sistema capitalista y la explotación del hombre por el hombre. Marx considera que no actúan como verdaderos representantes de los intereses del proletariado porque no desciende a las condiciones reales de los obreros, utilizan medios pacíficos, no se centran en el cambio social y no entienden la capacidad revolucionaria de los obreros.

Son utópicos porque aceptan a la burguesía para el cambio social y atienden más a los proyectos que a los medios necesarios para llevarlos a cabo. A decir de Marx en su obra: Miseria de la filosofía (1847), rechaza, por inútil, el socialismo utópico. Al respecto V. I. Lenin alertaba: “En política: utopía, es un deseo que en modo alguno puede convertirse en realidad, ni en nuestros días, ni en los por venir, es un deseo que no se apoya en las fuerzas sociales reales, ni está respaldada por el crecimiento y desarrollo de las fuerzas políticas de las de clase... Cuanto menos libertad hay en el país, cuanto más parcas son las manifestaciones de la potente lucha de clases, cuanto más bajo es el nivel de instrucción de las masas, con tanta mayor facilidad suelen surgir las utopías políticas y tanto más tiempo se mantienen”(1). Estos aspectos metodológicos claves resumen las limitaciones históricas del utopismo; no obstante lo importante de sus precisiones descansa en su vigencia.

A partir de los estudios realizados, Marx y Engels crean el socialismo científico. Es la segunda parte del Socialismo. Sus principios básicos son:

Método dialéctico: mediante él concluyen que el obrero, cuanto más trabaje, más enriquece al patrón. Esta situación genera la lucha de clases.

Concepción materialista de la historia: en ella la economía es el fundamento de la historia: costumbres, instituciones, política y creencias. Permite dividir la historia en etapas: primitiva, esclavista, feudal, capitalista y comunista. Referente a la lucha de clases expresan la existencia de dos clases sociales antagónicas: explotadores y explotados. Los explotadores tienen los medios de producción; no trabajan y viven a costa de los explotados. Los explotados que son la mayoría, son los que trabajan. La minoría vive a costa de la mayoría.

Plusvalía: uno de los más grandes aportes de Marx, se manifiesta como la apropiación por parte del capitalista del trabajo no remunerado. Se convierte así en fuente de enriquecimiento del capitalista.

Dictadura del proletariado, expresado como la forma de gobierno, donde el proletariado su une como parte del Estado para desmontar el capitalismo.

En 1848 escriben, El Manifiesto Comunista.En él Marx y Engels plasman sus ideas fundamentales. Su idea básica es librar al obrero de la opresión capitalista. Sobre esta base orientan y preparan al obrero para la lucha a partir del conocimiento teórico sobre las principales causas de la explotación; el papel e importancia de la lucha de clases y en ella, la organización política que los aglutine y dirija. También enfrenta el anarquismo y las corrientes que distorsionan el papel rector de la clase obrera.

¿Por qué el socialismo de Marx es científico?

Este Socialismo es nuevo en 3 aspectos: estudia la historia por etapas, es revolucionario, apela constantemente al proletariado. Se asienta sobre bases científicas en el análisis de la sociedad, a partir del estudio del desarrollo de la historia e interpretación económica de esta. Su concepción presentó discrepancias con otros ideólogos. En su obra cumbre El Capital, Marx explica con profundidad las leyes del desarrollo del Capitalismo, la demostración de su hundimiento y la victoria inevitable de la formación comunista. Los manuscritos económicos, de los años 1857-1859 y, Contribución a la crítica de la economía política (1859|1859), sientan las bases de la teoría de la Plusvalía, elabora los principios metodológicos de la investigación, critica la economía política burguesa y se formulan los principios fundamentales del materialismo histórico. La importancia de El Capital no se agota en su contenido económico, ella constituye el desarrollo de la Teoría marxista en su conjunto, en la unidad de sus tres partes integrantes. Precisa además con mayor plenitud los dos descubrimientos principales de Marx: la teoría de la plusvalía y la comprensión materialista de la historia. El Capital, continúa siendo un poderoso instrumento en la lucha de la clase obrera por su liberación y una imperecedera fuerza científica y revolucionaria del marxismo, e incluso los ideólogos capitalistas recurren a su estudio para enfrentar la crisis económica, financiera y comercial que atraviesa el mundo actualmente.

¿Por qué entonces se duda de la veracidad del marxismo como ideología, método y ciencia?

No es desconocido los avatares del Socialismo en el Mundo Contemporáneo, cuánto se adelantó en sus posibilidades, por la fuerza del entusiasmo y de la cruenta lucha de clases en el escenario mundial. Se intentó, inclusive, llevar a vías inmediatas, sin atender a la necesaria gradualidad del proceso. Por tanto, la validez de la seguridad utópica en los proyectos sin un estudio sopesado de sus posibilidades de acceso al ideal marxista complejizaron una asimilación correcta de la propuesta socialista. La modernidad impuso a los Países subdesarrollados una situación de precariedades y miserias difícil de soslayar, pero al buen deseo debe acompañarle la racionalidad, la integralidad de los enfoques y las prácticas sociales transformadoras. Si bien es cierto que con el surgimiento del socialismo, los países miembros eran los abanderados del Marxismo-Leninismo en la construcción de su proyecto social; su desintegración puso en crisis la concepción de los clásicos. En los años 90 del Siglo XX, la caída del Muro de Berlín, la desintegración de La URSS y los países de Europa del Este, originó lo que muchos dieron en llamar, el “fin de la historia”, para otros fue la “victoria del modo de vida liberal burgués”.

De forma general el marxismo como concepción cayó en crisis y este contexto histórico fue utilizado para divulgar y fomentar su falta de credibilidad. Fidel Castro, sentenció; “… vendrán otros tiempos, estamos en medio de una gran ola reaccionaria, y después vendrá de nuevo una gran ola revolucionaria, eso es inevitable…” (2).

En las actuales condiciones internacionales, se reafirma que el socialismo es un imperativo provocado no solo como resultado lógico del desarrollo de las fuerzas productivas a escala internacional, sino además como única alternativa para garantizar la supervivencia humana. La constante agudización de los problemas globales pone hoy en evidencia, más que cualquier otro argumento y a gran escala, la limitación histórica del capitalismo.Resulta evidente que ya hoy existen otros factores que estimulan, unido a las contradicciones internas de clase, la lucha por un nuevo régimen social. Se internacionaliza la contradicción capital-trabajo. Por otro lado y derivado de ellos; los efectos de la crisis económica, financiera y comercial, la Globalización neoliberal, la Revolución científico-técnica, los Problemas ecológicos, y los movimientos populares agudizan las contradicciones insuperables dentro del capitalismo y reafirma no ser su solución. Ello obliga a profundizar en el socialismo en la medida que ratifica la vigencia de la consigna del marxismo clásico: ¡Proletarios de todos los países, uníos!, que lejos de perder vigencia se amplía a otros sectores y movimientos sociales.

Contexto histórico y características generales del debate actual sobre el socialismo en América Latina

América Latina, insertada en estos problemas, muestra movimientos revolucionarios y progresistas. Venezuela, Perú, Bolivia, Nicaragua, entre otros, dan fe de ello. No cabe duda que el contexto histórico ha variado, así como su movimiento conceptual, por ejemplo:

  • “Un mundo mejor es posible”
  • “Sociedad post-neoliberal“
  • “Economía de mercado con orientación socialista”
  • Socialismo o barbarie”
  • “Socialismo del Siglo XXI
  • La Revolución Bolivariana y otros procesos emancipadores en América Latina.
  • La posición y declaraciones antimperialistas, latinoamericanista y con marcada proyección socialista, del presidente Hugo Chávez.
  • El “socialismo del Siglo XXI” y la práctica política.

La tendencia a la construcción del socialismo del Siglo XXI en nuestro continente, tiene por base el rechazo al modelo de “socialismo real” y la necesidad de alcanzar la síntesis creadora de lo mejor y más progresista de las diferentes corrientes del pensamiento socialista, la creación de uno nuevo que rescate lo mejor en la historia del pensamiento emancipatorio, y sea capaz de elaborar respuestas acertadas a los desafíos que se presentan.

¿Cómo se piensa el socialismo del Siglo XXI en Latinoamérica?¿Se tienen en cuenta los aportes de los clásicos del marxismo en la coyuntura actual?.Se preveé como instrumento para construir la nueva sociedad, capaz de lograr igualdad, libertad, bienestar, formación de nuevos valores, como la solidaridad, y que garantice los derechos humanos fundamentales, como la Educación, la Salud, la Cultura además de la sana y suficiente alimentación del pueblo. Su contenido central lo constituye la reflexión teórica y política acerca del socialismo necesario, deseado y posible en las condiciones históricas de los inicios del Siglo XXI. Lo expresado sintetiza las ideas de Marx cuando escribió a Ruge ...no tratamos de anticipar dogmáticamente el mundo, sino que queremos encontrar el mundo nuevo por medio de la crítica del viejo..."(3).

Hoy confluyen y se enfrentan posiciones que reflejan diferentes corrientes del pensamiento socialista contemporáneo: “socialismo bolivariano”, “socialismo latinoamericano”, “socialismo democrático y participativo”, “socialismo indígena”, “socialismo de lo pequeño” y “socialismo cristiano”, entre otros.

Características generales

En el cuadro hay heterogeneidad en el debate sobre el tema. Los principales ejes teóricos e ideológicos del debate son: teoría-práctica, propiedad social, tradiciones nacionales revolucionarias, igualdad, equidad y justicia social, forma de gobierno, democracia y participación popular, estilos de dirección, ética, política y valores. Esto corrobora la tesis de que a pesar de los cambios progresistas y revolucionarios que vive el continente, la lucha no debe llevar al socialismo como objetivo inmediato, tienen que encontrarse los caminos autóctonos de reivindicaciones nacionales y sociales, las mediaciones idóneas marxistas en cada caso concreto para poder aproximarse a la totalidad deseada y necesaria, llámense a ello tareas presocialistas, o Democrático-revolucionarias. El período de tránsito del Capitalismo al Comunismo constituye una necesidad histórica. Lenin en este sentido reafirmó teóricamente, "no cabe duda de que entre el capitalismo y el comunismo existe cierto período de transición. Este período no puede dejar de reunir los rasgos o las propiedades de ambas formaciones de la economía social, no puede menos de ser un período de lucha entre el capitalismo agonizante y el comunismo naciente; o en otras palabras: entre el capitalismo vencido, pero no aniquilado, y el comunismo ya nacido, pero muy débil aun" (4)

La búsqueda del socialismo debe partir de los modelos que ha conocido la humanidad para comprender así los puntos de contactos y diferencias entre las corrientes de pensamiento, desde la óptica de la Filosofía Política y, por tanto; enriquecer el examen universal sobre los problemas. Por consiguiente se hace un llamado a la viabilidad de asimilar todo lo producido en los anales de la humanidad para aproximarnos a la evaluación de las experiencias socialistas contemporáneas, para desentrañar la naturaleza de las deformaciones y explicar de manera realista las causas de su desaparición, por el régimen económico, político y espiritual que allí resultó de dicha experiencia histórica.

A partir de tal balance es que se pueden buscar nuevas formas que tipifiquen un accionar de poder que tienda al socialismo. En este sentido se hace perentorio revisar nuevamente los puntos de vista de los pensadores marxistas en nuestro tiempo, pero no sólo redescubriéndolos, sino superándolos desde la dinámica del mundo de hoy. El marxismo pone énfasis en quiénes, cómo se debe gobernar y bajo qué condiciones históricas puede alcanzarse la emancipación, qué identidad humana los cualifica, qué conexiones activas de actividad vital son necesario ir instrumentando para un progreso comunista real y no forzado. No propone para ello ni esquemas, ni principios rígidos.

A criterio de Roa “El socialismo se declara como el régimen de libertad inalienable en cuanto a la determinación de la legitimidad o ilegitimidad de la autoridad política”. (6) Apunta por tanto, a desentrañar la autoridad en el socialismo, cómo se legitima la toma de decisiones de una manera nueva a la tradicional y qué fundamentos universales y particulares se garantizan teniendo en cuenta los factores culturales y tradicionales de cada experiencia. Pone en claro el protagonismo popular, su inclusión en la toma del poder y en el desarrollo posterior. El planteo del problema en estos términos aleja toda sospecha de utopismo o envejecimiento del marxismo.

Marx saca conclusiones y aporta elementos universales necesarios a cualquier definición de socialismo o de lo humano. Considerando lo abordado se esclarece el término política, como “la lucha por compartir el poder, ya sea entre Estados o entre grupos dentro del Estado. Cuando se dice que una cuestión es política, lo que quiere decirse siempre es que el criterio decisivo para resolverla son los intereses en la distribución, conservación y traspaso del poder” (7). La Política socialista no puede ser ajena a esto y debe propiciar el control social, para eso ha de esclarecer los medios, las mediaciones políticas que utilizará para sortear las contradicciones Estado-Sociedad civil, para prever las inevitables deformaciones burocráticas y para que el individuo alcance su ser político.

Son los intereses estructurados en objetivos, envoltura ideológica y medios, los que definen los actos en política. En este sentido Roa expresaba: “El acto político es moral cuando traduce necesidades y aspiraciones esenciales de la vida de los pueblos. Es inmoral, en cambio si las ignora o impide satisfacerlas” (8). Hablando en términos concretos, es moral un acto político si se encausa a mermar o suprimir la injusticia, la opresión, la miseria, y la ignorancia. La búsqueda de una multiplicidad de formas para una auténtica participación social es un elemento inalienable de un Diseño político socialista, que debe educar sus pasos en todas las esferas y muy en especial en la correlación política-economía.

Engels, en su carta a Conrado Schmidt escribió: “La reacción del poder del Estado sobre el Desarrollo económico puede efectuarse de tres maneras: puede proyectarse en la misma dirección en cuyo caso este discurre más de prisa, puede ir en contra de él (...) o puede finalmente cerrar al desarrollo económico ciertos derroteros, trazarle imperativamente otros; caso este que se reduce en última instancia a uno de los anteriores pero es evidente que en el segundo y tercer casos el Poder político puede causar grandes daños al desarrollo económico y originar un derroche en masa de fuerza y materia”(9). Con lo cual, las interrelaciones entre Economía y Política quedan nítidamente develadas, al demandar la armonía imprescindible entre ambas esferas de la actividad social en concordancia y coherencia con la totalidad social en las que interactúan.

Siguiendo la línea de Engels para el desarrollo del Proyecto socialista, se sistematiza la tesis Base económica determina, en última instancia, Superestructura; por tanto la base económica del proyecto socialista es la anulación de la Propiedad privada. La intención es analizar a partir de los presupuestos de los clásicos del marxismo qué medidas son las que conducen paulatinamente al encauce de este aspecto tan determinante para la reproducción ampliada de auténticas Relaciones sociales, al atender las especificidades de las que parte cada país en cuestión.

En la anulación de la propiedad, lo que esencialmente determina, es la manera en que los hombres van a participar en dicha anulación. La anulación positiva de la propiedad privada materializa la inclusión del hombre en todo el proceso de toma de decisiones a nivel productivo, distributivo, de cambio y consumo acorde a las necesidades e intereses de cada hombre concreto y de la sociedad en su conjunto, todo lo cual conlleva a acabar definitivamente con la lucha por la existencia al restaurarle su esencia humana.

El Proceso de socialización no elimina de golpe la lucha por la existencia individual, por lo que debe cuidarse cualquier manifestación de egoísmo controlando lo que puede, debe producirse y cómo repartirse a partir de la incidencia de cada individuo en las relaciones sociales que despliega. Este es el eje del asunto, medidas económicas efectivas en la gestión política y absoluto control social sobre esa gestión política y económica.

En El Capital, Marx analizaba: "El Sistema de apropiación capitalista que brota del Régimen capitalista de producción, y por tanto la propiedad privada capitalista, es la primera negación de la propiedad privada individual, basada en el propio trabajo. Pero la producción capitalista engendra con la fuerza inexorable de un proceso natural, su primera negación. Es la negación de la negación” (10).

El socialismo no restaura la propiedad privada sino una propiedad individual que recoge los progresos de la era capitalista, una propiedad basada en la cooperación, en la posesión colectiva de la tierra y los medios de producción producidos por el propio trabajo, lo cual abre paso al establecimiento de la Propiedad social sobre los Medios de producción. De esta forma la propiedad socialista ejerce los derechos colectivos a la vez que se asienta en los progresos de la ciencia y la técnica.

Aquí radica la esencia de la dirección científica de la sociedad, por la sociedad y para la sociedad, una vez que la planificación de los recursos y los procesos en general sea la obra de todos, con incidencia de todos y para el bien de todos. Estas soluciones son factibles a partir del activismo de los hombres inmersos en la experiencia transicional, y de las fórmulas que encuentren para mejorar sus resultados. Sin ese motor es imposible convertir lo irrealizable en realizable, lo posible en verdadero. De cada cual según su capacidad a cada cual según su trabajo, abre el camino a una justicia social que sólo será posible en un reino en que cada cual reciba según su necesidad, toda vez que sea eliminada por siempre la lucha por la existencia cotidiana.

En síntesis, es la alerta económica del marxismo y el desafío que debe enfrentar la Dirección política de cualquier País latinoamericano, si realmente quiere dar respuestas a un mundo en crisis. Precisamente en los "Grundrisse" Marx sugiere y argumenta su visión multilíneas de la historia, al hacer descansar todo su análisis en una “variedad de alternativas en el desenvolvimiento histórico, natural y social” lo que da textura a su concepción de progreso. (11)

Otro aspecto del pensamiento marxista que debe prestarse atención es el referido al Proyecto desenajenador. En Los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844, Marx deja sentado que: “La antitesis de no propiedad y propiedad, en tanto no sea entendida como la antitesis de trabajo y capital, sigue siendo una antitesis de indiferencia no aprehendida en su conexión activa, su relación interna: antitesis aún no aprehendida como contradicción. (...) Pero el trabajo, la esencia subjetiva de la propiedad privada como exclusión de propiedad y capital-trabajo objetivo como exclusión de trabajo- constituyen propiedad privada como su estado de contradicción desarrollado: de ahí una relación dinámica que avanza inexorablemente hacia su resolución"(12).

La contradicción trabajo-capital es la clave de la comprensión e incomprensión, abarca a toda la masa de trabajadores de las más variadas procedencias sociales. Dados los niveles alcanzados en la internacionalización del capital en la actualidad, esta contradicción se extiende a naciones y regiones enteras del mundo, como contradicción desarrollada y dinámica en la generación de nuevas y cada vez más sofisticadas conexiones activas y reproductivas de su modo enajenante de subordinar a sus apetencias a la humanidad. No es casual que Marx y Engels en el sentido político de la evaluación del régimen capitalista esclarecieran que: “... El Gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la Clase burguesa", (13) a lo que se agregar: de la poderosa burguesía transnacional.

Tales cuestiones vitales, tampoco pueden verse de forma absoluta, las condiciones extremas de lucha por la existencia y la diversidad de intereses, provocan multiplicidad de intereses y de organizaciones de las masas asalariadas que dificultan en extremo el alcance de una unidad de acción contra el capital, dado que: "Esta organización del Proletariado en clase y, por tanto, en Partido político, vuelve sin cesar a ser socavada por la competencia entre los propios obreros".(14)

Es decir, la competencia es un problema para la unidad de acción más allá, incluso, del triunfo de una revolución encaminada a eliminar la enajenación. Por tanto, es un asunto que no sólo debe de ser tenido en cuenta antes de la toma del poder político, sino a todo lo largo del proceso transicional socialista. La unidad no se funda, se alcanza en la creación de condiciones, y en el encauce múltiple de relaciones humanas sostenidas en la actividad que reconozca al todo y a sus partes, y viceversa.

Estas razones hacen que Marx y Engels se concentran en el Partido comunista como organización cualitativamente diferente a los. Al decir en El Manifiesto: este debe encontrarse bajo el control consciente de esa masa que intenta redimir, en la misma proporción en que se redimen a sí mismos y se liberan de los lastres del pasado, debe ir incluyendo a los individuos inmersos en la transformación social a la dirección política de los procesos, o lo que es lo mismo, al ejercicio del poder.

En tal sentido Marx y Engels proclaman en el Manifiesto del Partido Comunista; "Los comunistas no forman un partido aparte, opuesto a los otros partidos” (15). El Partido Comunista, es una organización nacida en el seno de la sociedad civil burguesa donde existen intereses comunes y diversos, que pueden variar por las circunstancias. Debe asumir la realidad de la sociedad y aprovechar cada experiencia de lucha. El partido es una organización cambiante y alerta ante las imprescindibles modificaciones que surgieran de la tierra a la que aferraba sus raíces.

Para Marx y Engels el partido era un producto necesario del desarrollo del movimiento revolucionario y transformador de la clase obrera, expresión directa de su madurez política, no de su rigidez política. Es una organización que se forma de manera espontánea que reclama para sí "las libertades políticas, el derecho de reunión, asociación y la libertad de prensa"(16), como sus armas más preciadas que garantizan el desarrollo del movimiento.

Por otra parte, Marx y Engels en su teoría acerca del poder y las relaciones de los hombres con respecto a éste, proponían como alternativa colocar los métodos de dirección y los principios democráticos de participación directa como principal divisa. Se precisa la relación del partido con las masas, con las organizaciones que existen y accionan en su seno, así como, con la conservación de su espontaneidad, que significa frescura, lozanía e independencia en su activismo.

Este aspecto ha sido uno de los más debatidos por el pensamiento marxista y, al mismo tiempo, uno de los que peor suerte ha corrido en las experiencias socialistas del Siglo XX, y en el proyecto latinoamericano del socialismo en Siglo XXI. Hoy a pesar de la existencia de partidos revolucionarios y progresistas en diversos países de Latinoamérica, no podemos afirmar que estos garantizan la unidad entre todos los agentes implicados en el proceso social transformador. La polémica actual se torna en la relación democracia y poder.

Es sugerente en nuestro continente, el ideal marxista referente a la necesidad de la preparación previa, tanto de estrategias, como de acciones prácticas para implementarlas. Ello a su vez contribuye a eludir las políticas imperiales que socavan y pretenden destruir las revoluciones, además de los errores internos que se cometen. Si se tiene en cuenta que son las masas precisamente quienes mediante la toma del poder político destruyen el viejo aparato estatal e implantan y penetran en toda su magnitud el nuevo, como resultado de su acción y voluntad política, entonces, el socialismo expresa una interrelación dialéctica entre Estado, Democracia y Sociedad civil.

De igual forma durante el período de transición al socialismo también se manifiesta la contradicción inminente entre el estado y sociedad civil, esta última penetra cada vez más en los atributos políticos del Estado, los hacen suyos y se transforma gradualmente a sí misma en sociedad humana o humanidad socializada al decir de Marx, en sus tesis sobre Feuerbach. Respecto a la participación real de las masas en los asuntos del Estado, Marx deja bien claro que “La discusión y la resolución es la afirmación activa del Estado…, el que todos los miembros estén relacionados con el Estado como con un asunto suyo real, se comprende por sí mismo. (...) No solo ellos son partícipes del Estado, sino que el Estado es partícipe de ellos… (17).

Sobre esta base se considera que la transición al socialismo en el Siglo XXI, debe cuidar estos aspectos destacados por Marx para no caer en las trampas del lenguaje, no sustituir la realidad por el buen deseo, para no errar e hipotecar el futuro, al creer de buena fe que hacemos lo que debemos cuando aún no están claras las variables y cambios que se precisan instrumentar en el modo de transformar y reorganizar al país, para hacer a cada individuo realmente partícipe del proyecto y para salvar fidedignamente todas las distancias. Es pertinente conocer el fundamento teórico sobre el que descansa la alternativa por la que se opta, someterlo a evaluación y crítica constante, la polémica y crecimiento perpetuo. Las esperanzas de un mundo mejor siguen latentes, solo los hombres con su acción conjunta pueden alcanzarlo como resultado de su propia transformación.

Ejes que le dan solidez al Marxismo como corriente de pensamiento y praxis

Ejes que dan solidez al Marxismo

Estos ejes se inician con Marx y Engels y en la contemporaneidad se ramifican por el mundo asumiendo su propia fisonomía acorde a los contextos concretos en que se desenvuelve la Actividad revolucionaria. Mediante sus explicaciones dialécticas, las fuerzas, tendencias o principios opuestos se explican en términos de una condición causal y conflictual de existencia; las críticas dialécticas en las que el análisis de teorías o fenómenos se realizan desde las condiciones genéticas que le dieron origen, y las transformaciones dialécticas en las que los proyectos, alternativas y/o soluciones se proponen y reemplazan las viejas formas de actividad por nuevas, acorde a la esencia humana en su unidad y variedad.

En tal sentido afirmaba V. I. Lenin: “La totalidad de todos los aspectos del fenómeno, de la realidad, y de sus relaciones recíprocas es aquello de lo que está compuesta la verdad” (18).El marxismo y el socialismo que se propone Latinoamérica para el presente siglo, es imposible analizarlo de forma aislada; su aplicación requiere del estudio de los clásicos del marxismo. La teoría sociopolítica es fruto de las condiciones concretas que le dieron origen y aporta elementos universales imposibles de negar.

El marxismo encarna su proyecto de Emancipación humana que le tipificó en toda su etapa de desarrollo y que en los momentos actuales puede ser retomados, siempre y cuando se atienda científicamente a sus determinaciones esenciales, porque retoma como precepto básico el desarrollo de la razón y la práctica en el alcance de la unidad y variedad del Universo, porque aspira al equilibrio y a la armonía del mundo, reafirma así el carácter progresivo y progresista del Proceso histórico y la sucesión de lo viejo por lo nuevo como necesidad dialéctica.

¿Cómo se materializan en nuestros pueblos latinoamericanos las ideas expuestas sobre el socialismo y el marxismo?

A manera de ejemplo se expone la Concepción venezolana. El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, presentó el Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista que permitirá lograr el establecimiento de una democracia profunda en el país y el desarrollo económico y social de la nación en el período 2007-2013. Las líneas programáticas del plan socialista definen una nueva Ética socialista, la suprema felicidad social, la Democracia protagónica revolucionaria, el Modelo productivo socialista, nueva geopolítica nacional e internacional y presenta a Venezuela como potencia energética mundial. En el aspecto político precisa la Socialización del poder, que funde una Democracia verdadera, transformadora, protagónica y participativa. Al decir de Mariátegui no es calco, ni copia, sino creación heroica. Debe brotar de la mente y de la fuerza creadora del pueblo para fundar una república con todos y para el bien de todos.

Referencia bibliográfica

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2. Castro, Fidel. 1992. Un grano de maíz. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana. P 54.

3. Marx, Carlos. 1843. En carta a Ruge. Editorial Progreso. Moscú. p 446.

4. Lenin, Vladimir. I. 1981. OE en tres tomos, T3. Economía y política en la época de la dictadura del proletariado. Editorial Progreso. Moscú, p. 288.

5. Engels, Federico. 1974. OE en 3 T. T II. Acerca de la Cuestión Social en Rusia. Editorial Progreso. Moscú. p 409.

6. Roa, Raúl. Mis Oposiciones. Alfa. La Habana. 1941. p. 35

7. Ruciman, W G. 1966. Sociología Política, México. p 51.

8. Roa, Raúl. 1953. En Pie. Lex. La Habana. p. 5.

9. Engels, Federico. 1973. Carta a Conrado Schmid. O. E. en 3T. T3. Moscú. p.519

10. Marx, Carlos. 1974. OE en 3 T. T II. El Capital. Editorial Progreso. Moscú. p 70.

11. Marx, Carlos. 1967. Grundrisse. Introducción. Ayuso. Madrid. 12. Marx, Carlos. 1989. Manuscritos económicos y filosóficos de 1844. Editora Progreso. Moscú, p 60

13. Marx, C. y Engels, F.1975.OE en 2T.T1. El Manifiesto del Partido Comunista. Editorial Progreso. Moscú p. 22

14. Ídem 10. p.28.

15. Ídem 10. p 31

16. Engels, Federico. 1974. OE en 3 T. T II. Sobre la Acción Política de la Clase Obrera. Editorial Progreso. Moscú.p 261.

17. Ídem. Págs. 164-165.

18. Lenin, Vladimir I. 1964. Cuadernos Filosóficos. Resumen del libro de Hegel Ciencia de la lógica, OC tomo 38, Editora Política. La Habana. p 145.

Fuente

  • Castro, Fidel. 1992. Un grano de maíz. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana, p 54.
  • Sánchez Vázquez, Adolfo. Diccionario Herder de Filosofía, trabajos del filósofo mexicano.
  • Engels, Federico. 1973. Carta a Conrado Schmid. OE. en 3T. T3. Editora Progreso. Moscú., p 519.
  • 1973. En su obra Acerca de la Cuestión Social en Rusia. OE. En 3T.T2, Moscú. p. 410.
  • 1973. Sobre la Acción Política de la Clase Obrera. OE. En 3T. T.2. Editora Progreso Moscú. p 26.1
  • Lenin, Vladimir I.1977. Dos utopías. OE. En 12 tomos, T No 3. Edit. Progreso, Moscú, p 448.
  • La economía y la política en la época de la dictadura del proletariado. OE. T3, p 288.
  • 1974. Resumen del libro de Hegel Ciencia de la lógica. En Cuadernos Filosóficos”. Ayuso, Madrid. Marx, Carlos. 1843. En carta a Ruge,
  • El Capital. OE en 3T. T II. El Capital. Editorial Progreso. Moscú .Págs. 698-700.
  • 1967. Grundrisse. Introducción. Ayuso. Madrid.
  • Engels. Federico. 1975. El Manifiesto del Partido Comunista. Editorial Progreso Moscú. p 22.
  • 1973. La Guerra Civil en Francia. O.E. en 3T. T2. Editorial Progreso. Moscú. p 237.
  • 1965.Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844. E. Política. p 103.
  • 1955. Crítica al Programa de Gotha. O.E. 2T, T2Parte IV. El Progreso. Moscú. p. 24.
  • Roa, Raúl. 1941. Mis Oposiciones. Alfa. La Habana. p 35.
  • Ética y Política. 1953. En Pie”. Lex. La Habana. Pág. 5
  • Ruciman, W G. 1966. Sociología Política. México. p 51.