Natación con aletas
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Natación con aletas. Es una de las disciplinas de las que consta la modalidad deportiva de Actividades Subacuáticas, difiere de la natación clásica porque emplea elementos propulsores como las “Monoaleta” o las “Aletas” además de los elementos auxiliares necesarios para las pruebas de Inmersión. Se organiza en instalaciones cerradas, empleándose Piscinas y en cuanto al Nado en aguas abiertas se realiza en el mar, ríos o lagos.
Técnicas de la natación con aletas
Es una especialidad que surge en Europa del Este y se ha ido dispersando por América. Las competencias se realizan para ambos sexos y consta de cuatro técnicas, las cuales son:
- Nado en superficie
- Nado en apnea.
- Inmersión con escafandra.
- Nado en aguas libres o aguas abiertas.
Nado en superficie
Se emplea monoaleta, donde el desplazamiento es debido a un movimiento ondulatorio que el nadador con todo el cuerpo, comenzando en los hombros y terminando en la punta de la monoaleta. Es muy importante tener buena flexibilidad articular, necesaria para que los hombros se fijen y no acompañen en la oscilación al tronco, y se finalizará con una de mayor amplitud en la cadera, rodillas, pies y la monoaleta.
El nadador de este estilo, sólo realiza la inmersión durante el viraje y al finalizar la prueba. Para facilitar la respiración y la hidrodinámica del atleta, en la ejecución de la técnica de nado en superficie se utiliza el Tubo de respiración (Snorkel de buceo). Dicho tubo sólo es obligatorio en la prueba de 50 metros superficie, con el fin de diferenciar el nado en superficie del nado en apnea.
Beneficios
- Las aletas permiten nadar exigiendo menos al músculo cardíaco obteniendo una misma velocidad de nado, por lo tanto permite aumentar el tiempo que permaneces nadando y al mismo tiempo mejorar la capacidad aeróbica del deportista.
- Mentalmente, se percibe una sensación de esfuerzo inferior para la misma distancia recorrida y además, permite nadar más rápido lo que influye en la motivación de la persona que está entrenando.
- Ayuda a la concentración en la técnica de nado y permite mejorarla. En nadadores profesionales disminuye considerablemente el riesgo de sobreentrenamiento y favorece el alcance de ritmos de competición sin ser necesario un gran esfuerzo por parte del competidor.
- Evita la fatiga muscular y permite alcanzar mayor velocidad, mejorar la técnica y prevenir lesiones.
