Baja visión

Baja visión
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Existe un amplio grupo de personas con dificultades visuales severas, que no se encuadran dentro de la categoría “personas ciegas” ni dentro la categoría “personas videntes”. Este colectivo se engloba dentro de lo que se conoce como “personas con baja visión” quienes padecen diferentes alteraciones oculares y funcionales.

Es la cualidad de la persona con una privación parcial de la visión que no puede ser corregida adecuadamente con gafas convencionales, lentes de contacto, medicamentos o cirugía.
El resto visual (el porcentaje de visión que la persona conserva) contiene dos parámetros de definición visual: la agudeza y el campo. La agudeza visual es la capacidad de distinguir las formas de los objetos a cierta distancia y se mide con la prueba de las letras (o formas geométricas) de decreciente tamaño, estableciendo cada línea, vista o no, un 10% de agudeza visual. El campo visual es el ángulo que el ojo ve, correspondiendo 90º a cada ojo (total 180º). El campo se reduce, bien “cerrándose” por los costados, bien de forma aleatoria, a causa de manchas que se forman en el ojo.


Patologías que pueden causar pérdidas de agudeza visual

Cataratas
Glaucoma
Uveítis
Degeneración macular
Opacidad corneal
Tracoma
Retinopatía diabética
Retinopatia hipertensiva
Miopía magna
Enfermedad de Stargart
Albinismo
Retinosis pigmentaria
Nistagmo
Desprendimiento de retina

Magnitud de la discapacidad visual

• Según la Organización Mundial de la Salud, globalmente, en 2002, más de 161 millones de personas eran discapacitadas visuales, de los cuales 124 millones padecían baja visión y 37 ceguera. Sin embargo los defectos refractivos como causa de discapacidad visual no fueron tenido en cuenta, lo que implica que la magnitud global verdadera de la discapacidad visual es aún mayor.
• En todo el mundo, por cada persona ciega, hay un promedio de 3,4 personas con baja visión.

Clasificación del grado disminución visual

• La persona que, pese al uso de correcciones ópticas, no consigue llegar al 100%, pero que supera el 50% de resto visual, pertenece a la categoría B3, lleva una vida normal y posiblemente no tenga conciencia de su disminución. En cambio, por debajo del 50%, empieza a tener dificultades evidentes y se dice que tiene baja visión (B2). Hay que tener en cuenta que, por debajo del 20% de resto visual, las dificultades visuales son severas y hacen imprescindible el uso de técnicas de adaptación. Cuando no consigue superar el 10% de agudeza y/o tiene restringido a sólo 20º su campo visual, se considera entonces que padece ceguera legal. Finalmente, si no ve más que zonas difusas de iluminación y sombra, o bien nada en absoluto, se habla de ceguera total (B1).

Distribución de la discapacidad visual

Por edad: más del 82% de las personas ciegas tienen 50 años o más, aunque representan el 19% de la población mundial.
Por sexo: las mujeres tienen un riesgo considerablemente mayor de sufrir una discapacidad visual que los hombres.

Geograficamente: la discapacidad visual no está distribuida uniformemente en el mundo. Más del 90% de la población discapacitada visual del mundo vive en paises en vías de desarrollo.

La población global muestra una reducción en el número de gente discapacitada visual como resultado de alguna enfermedad infecciosa pero muestra un aumento en el número de gente ciega debido a condiciones relacionadas con un aumento en la esperanza de vida. Esta información subraya la necesidad de modificar los sistemas públicos de prestación sanitaria para incluir el tratamiento de las enfermedades que son hoy prevalentes.


Recursos Tecnológicos para pacientes afectados.

Es fácilmente imaginable toda la información visual que se pierde la persona que sufre una discapacidad visual total (ceguera). En el caso de las personas con un resto visual resulta complejo descubrir como está compuesto su espectro visual y por lo tanto que información visual es "visible" y cual no. En ambos casos la limitación visual socava enormemente las posibilidades de accesibilidad de información escrita, gráfica, topológica, vial, etc., restringiendo la autonomía.

Uno de los objetivos básicos de los tratamientos específicos para las personas con baja visión es ofrecer a cada persona, luego de la determinación de su espectro visual, la solución adecuada a su limitación visual. La tecnología es uno de los pilares donde se apoyan los tratamientos pues potencian la visión permitiendo la continuidad de su uso y achicando la brecha de "posibilidades perdidas" de información y autonomía.


La comunicación.

Dentro de los recursos tecnológicos que favorecen la comunicación para las personas con baja visión, sean niños o adultos, existen:
ayudas ópticas para visión cercana que permiten el acceso al material escrito y gráfico en general, como: lentes especiales y lupas con y sin luz, de apoyo y manuales.
ayudas ópticas para visión intermedia, telelupas y lupas que facilitan la visión de objetos tales como: tejido, cuadro de museo, computadora, vidrieras, T.V., etc.
ayudas electrónicas, a través de circuitos cerrados de tv, es posible la lecto-escritura del material que seleccione la persona según su interés y el desarrollo de gran variedad de actividades manuales que de otra manera estarían vedadas para la persona con baja visión. Por ejemplo actividades de la vida diaria y todas aquellas actividades manuales vinculadas con ocupaciones varias (marroquinería, electricidad, joyería, trabajos en telas, etc.)
ayudas informáticas, a través de programas de ampliación de imágenes posibilitando el acceso a la computación e internet.
• luces que, a través de sus diferentes tipos, pueden favorecer las ayudas mencionadas, optimizando el resto de visión.


Otras ayudas

Los ciegos totales, disponen del braille, del libro hablado y de aparatos que transforman en voz los caracteres impresos (ocr o los ficheros informáticos). De estos aparatos también se pueden servir los disminuidos visuales.Son precisamente los ordenadores un instrumento fundamental en la relación con el entorno para la persona con disminución visual.

Permiten, con programas estándar o mediante programas específicos, la magnificación de la imagen y también su conversión en voz (lectores de pantalla) o al tacto (línea braille), por lo que son útiles sea cual sea el grado de disminución visual de la persona. Para más información se puede visitar la página de Tiflotecnología.


Véase también


Fuentes