Exportación de capitales

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Concepto:La exportación de capitales es lo que identifica al capitalismo en su fase de desarrollo imperialista

La exportación de capitales es la característica económica definitoria del capitalismo en la época del imperialismo. A diferencia de la exportación de mercancías que es lo que caracteriza la fase capitalista de la libre competencia, la exportación de capitales es lo que identifica en su fase de desarrollo imperialista.

Exportación de capitales

Causas

La burguesía monopolista, al obtener las mayores ganancias, acumula enormes masas de capital monetario. Al mismo tiempo, el desarrollo de los monopolios dificulta una utilización suficientemente rentable de los nuevos capitales dentro de los propios países imperialistas. Al apoderarse de sectores enteros de la industria, los monopolios impiden la penetración de capitales “ajenos” en ellos para evitar la agudización de la competencia y la baja de las ganancias. Muchas veces frenan incluso, la inversión de sus propios capitales en la producción, porque el incremento de la producción de mercancías puede dificultar su venta, provocar la rebaja de los precios y, correspondientemente, la disminución de las ganancias.

De tal forma, el desarrollo de los monopolios trajo aparejada la formación, en los países imperialistas, de un “excedente” relativo de capital monetario y la necesidad de su exportación. Este capital es “sobrante” no en el sentido de que no puede aplicarse en el país propio, sino que su inversión en otros países reporta más ganancias a los monopolios. En los inicio del siglo XX la posibilidad de exportación de capitales aumentó. Todos los países integraban el sistema de economía capitalista mundial; se habían tendido o se estaban propagando los ferrocarriles, los que permitía llevar más rápidamente las materias primas a los puertos; los veleros fueron sustituidos por buques de vapor; pasó a ser más rentable el transporte de cargas masivas a grandes distancias. La exportación de capitales adquirió una relevancia particularmente grande, se convirtió en un fenómeno típico, en una de las características económicas más importante del imperialismo. Al mismo tiempo, fue creciendo el comercio internacional capitalista.

Esencia

La exportación de capitales en la época del imperialismo es la exportación, por los monopolios y la oligarquía financiera, del sobrante de capital, que surge como resultado de su dominación dentro de los países, a otros Estados, con el fin de aumentar la ganancia de monopolio, consolidar las posiciones económicas y políticas de los monopolios en la lucha por los mercados exteriores y extender la esfera de la explotación imperialista.

Con el desarrollo del capitalismo monopolista, la exportación de capitales se transforma, cada vez más, en una función de las grandes agrupaciones monopolistas. Por ejemplo, más del 90% de las inversiones de los Estados Unidos en el extranjero, corren a cuenta de menos de 500 compañías.

Formas

Exportación de capitales

La exportación de capitales se desarrolla en dos formas económicas fundamentales: la creación de empresas y el otorgamiento de préstamos. La exportación de capitales en la primera forma se realiza mediante la fundación por parte de los monopolios de filiales en el extranjero, la organización de empresas filiales jurídicamente independientes y la creación de empresas mixtas con participación del capital nacional y el extranjero. El exportador de capitales obtiene ganancia empresarial. Muchas veces sólo presta su capital a empresarios o gobiernos de otros Estados. En este caso, la exportación de capitales se realiza en forma de préstamos. El capital exportado en forma de préstamo rinde interés.

A diferencia del período inicial de la época del imperialismo, en la actualidad exportan capitales no sólo los monopolios privados. Exportan grandes recursos los gobiernos de las potencias imperialistas y las organizaciones internacionales, principalmente intergubernamentales, creadas especialmente para este fin. Es la exportación monopolista estatal.

La masa de capital que funciona en el extranjero, puede aumentar no sólo mediante su exportación, sino también como resultado de las reinversiones, es decir, de la capitalización de una parte de la plusvalía obtenida en el país receptor del capital.

Direcciones de la exportación de capitales

Los monopolios exportan capitales no sólo a los países subdesarrollados, que experimentan escasez de recursos, sino también a los países capitalistas industrializados que tienen su propio “sobrante” relativo de capital.

En 1929, sólo el 45% de las inversiones directas de los Estados Unidos, correspondió a regiones capitalistas desarrolladas: Europa Occidental y el Canadá, y el 55%, a colonias y países dependientes. A fines de los años 60, la situación cambió radicalmente. Aumentó la exportación de capitales a los países capitalistas desarrollados.

Unas de las causas del cambio de la dirección de la exportación de capitales es el miedo de perderlos a consecuencia del continuo ascenso de los movimientos democráticos y de la nacionalización de la propiedad de las compañías extranjeras en las que fueron colonias y semicolonias. Tiene además una gran importancia el cambio de la estructura de la producción bajo el impacto de la revolución científico – técnica.

Factores

Los factores que contribuyen a la exportación de capitales a los países desarrollados son:

1. Las diferencias nacionales de nivel de los salarios. El país con un nivel más elevado está interesado en exportar capitales a un país donde ese nivel es más bajo, y obtener una ganancia extraordinaria.

2. La irregularidad del desarrollo de las fuerzas productivas. Con la desigualdad del progreso técnico en los distintos países capitalistas, el monopolio con un nivel más alto de técnica, tecnología u organización de la producción, puede invertir ventajosamente sus capitales en otros países capitalistas desarrollados.

3. Barreras arancelarias. Debido a que los monopolios, al penetrar en los mercados de otros países imperialistas, chocan con altas barreras arancelarias, muchas veces les resulta más beneficioso crear empresas propias en esos países, con un mercado interior de gran capacidad, que pagar los gastos en transporte de las mercancías, los aranceles, etc. El hecho de que las empresas creadas con capitales norteamericanos, en los países de la Unió Europea, gocen de privilegios de importar mercancías sin pago de aranceles de unos países a otros, estimula la exportación de capitales de los Estados Unidos a dichos países.

Los monopolios transnacionales utilizan la exportación de capitales como una poderosa herramienta de lucha por los mercados mundiales. Así, por ejemplo, el valor de las firmas de los Estados Unidos en el exterior supera con creces el valor de las exportaciones estadounidense.

La exportación de capitales es, según expresión de Lenin, el parasitismo elevado al cuadrado, por cuanto el capital no utilizado productivamente en un país, sino exportado al extranjero, en especial a los países subdesarrollados, es un medio de explotación de esos países y frena su desarrollo independiente.

La plusvalía, creada por los obreros asalariados en las fábricas y plantaciones de los monopolios extranjeros, ha aumentado las fuentes y el volumen del tributo colonial a favor de los países imperialistas. La exportación de capitales ha reforzado la dependencia de los países subdesarrollados de las potencias imperialistas, se ha convertido en mecanismo económico de su mayor esclavización y de su mantenimiento en la esfera de influencia del imperialismo.

La exportación de capitales ejerce determinada influencia negativa también en el país que exporta: se acentúa la irregularidad del desarrollo de la economía y se agudizan las contradicciones del proceso de reproducción.

Particularidades actuales

Exportación de capitales

Importante particularidad de la exportación de capitales en nuestros días es el inmenso crecimiento de la magnitud y de la proporción de la exportación de capitales estatales.

Esta no obedece al “sobrante” de los recursos presupuestarios, porque los presupuestos de los Estados imperialistas suelen ser deficitarios. No obstante, los gobiernos de las potencias imperialistas gastan cuantiosos recursos del presupuesto estatal para mantener el sistema capitalista mundial, proteger el régimen capitalista, crear y fortalecer los agresivos bloques político-militares (OTAN por ejemplo) enfilados contra los movimientos democráticos y de liberación nacional. Al mismo tiempo, la exportación de capitales por los Estados imperialistas persigue también objetivos económicos: en primer lugar, los préstamos estatales a otros países rinden elevado interés; en segundo lugar, se aseguran condiciones óptimas para la exportación de capitales privados y para la obtención de ganancias máximas por los monopolios de los países exportadores.

En ocasiones, los gobiernos imperialistas proporcionan a otros países capitalistas y países emancipados los llamados subsidios por los que no se cobran interés y los cuales formalmente no son reintegrables. Sin embargo, esos subsidios no son en lo absoluto una ayuda gratuita, porque al prestarla, las potencias imperialistas plantean siempre toda clase de condiciones, en particular, exigen facilidades y privilegios para la actividad de sus monopolios. En la actualidad, la “ayuda” a muchos países emancipados se ha convertido en el principal mecanismo de la política neoliberal.

Por otro lado, el papel del Estado se manifiesta en que es ahora el garante de la exportación de capitales privados. A este efecto han sido creadas organizaciones especiales cuya misión es asegurar los créditos de exportación.

Una particularidad preponderante de la exportación de capitales es actualmente el incremento de la exportación de capitales por las organizaciones internacionales de las potencias imperialistas. Los recursos del Banco Interamericano de Desarrollo, del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, de la Asociación Internacional de Desarrollo, de la Corporación Financiera Internacional, etc, constan en lo fundamental de las asignaciones presupuestarias de los Estados imperialistas y, por consiguiente, no tienen nada que ver con el “sobrante” de capital. Las organizaciones de crédito internacionales funcionan sobre principios comerciales. Sus créditos son reintegrables y rinden interés; se otorgan preferentemente para hacer inversiones en la producción. el crecimiento de las organizaciones de crédito internacionales de las potencias imperialistas, después de la Segunda Guerra Mundial, obedece sobre todo a la necesidad de fortalecer el dominio del capital en los países subdesarrollados.

La historia actual imprime rasgos especiales además a la exportación de los capitales privados. Los monopolios se ven en cierta medida obligados a aceptar la creación, en los países en desarrollo, de empresas industriales y otras para satisfacer las necesidades de dichos países. Debido a eso, cambia la estructura sectorial de la exportación e capitales. Las potencias imperialistas tratan de poner bajo su control el desarrollo industrial de los países independientes. Intentan convertirlos de países agrarios y de materias primas en apéndices industrial-agrario y suministradores de materias primas del capitalismo mundial. Sin embargo, en la tarea de acelerar el desarrollo de las fuerzas productivas, el capital extranjero puede desempeñar un papel positivo sólo si funciona bajo control del Estado democrático-revolucionario.

Una modalidad saliente de exportación de capitales privados es la venta de patentes y licencias a otros países.

Para fines de los años 60 y principios de los 70, algunos países en desarrollo que hasta hacía poco tiempo sólo importaban capitales, comenzaron a exportarlos.

Aumentan las proporciones de la exportación de capital de la India, Brasil y Filipinas. A principios de los años 70, los países petroleros comenzaron a exportar grandes capitales. Algunos de estos países como Arabia Saudita, exportan, en forma de inversión capitales en los Estados Unidos., Gran Bretaña y otros Estados imperialistas, los gigantescos ingresos provenientes de la venta de petróleo.

Agudización de las contradicciones del imperialismo

En los casos en que la exportación de capitales absorbe una gran parte del capital e un país, puede frenarse temporalmente su desarrollo en comparación con otros Estados. Cuando las inversiones en el extranjero comienzan a reportar altas ganancias, la afluencia de estas al país que ha hecho inversiones puede superar y habitualmente rebasa la exportación corriente de capitales, aumentando así el capital “sobrante” en el país exportador. Esto exacerba aún más la lucha de las potencias imperialistas por la esfera de aplicación de esta capital en los mercados mundiales.

La exportación e capitales a los países capitalistas desarrollados reducen, para los monopolios de estos países las posibilidades de aplicación de sus capitales en el mercado interior y agudiza la competencia en él. La exportación de capitales a los países subdesarrollados especializa su economía en la producción de materias primas, minerales y productos agrícolas necesarios a las metrópolis, lo cual crea la base del desarrollo unilateral y la prolongada dependencia económica de dichos países con relación a las potencias imperialistas.

Una gran parte e la renta nacional de los países subdesarrollados van al extranjero en forma de ganancias de los monopolios, lo cual restringe las posibilidades de acumulación interna y agudiza las contradicciones entre ellos y los países exportadores de capital. Al mismo tiempo, la exportación e capitales a los países subdesarrollados, a la vez que contribuye a crear empresas capitalistas y extiende la esfera de acción de las relaciones capitalistas de producción, acelera el crecimiento del proletariado y la formación de sus destacamentos revolucionarios.

Ha juicio de los ideólogos burgueses, la afluencia de capitales extranjeros a los países subdesarrollados eleva el nivel de vida de su población, contribuye a la utilización productiva de sus riquezas naturales y al incremento de la actividad de los empresarios locales y es un vehículo importante de transferencia de adelantos científicos y técnicos. Pero, en la realidad, los adelantos de los monopolios en el campo de la técnica y la tecnología trasmitidos a sus empresas ubicadas en el exterior, son, en los fundamental, patrimonio de los mismos monopolios y en modo alguno de los países explotados por ellos.

Los ideólogos burgueses tratan de demostrar que la exportación e capitales a los Estados soberanos no tienen esencia explotadora. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que la soberanía estatal formal no basta para proteger a un país de las consecuencias devastadoras de la importación de capitales extranjeros.

Fuentes

  • Curso de Economía Política. Universidad de Lomonosov. T. II. Segunda parte. Pág. 256.
  • Material didáctico de ciencias sociales. Economía Política. Ed. Progreso. Moscú. Pág. 233.

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