José Agustín García Castañeda

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José García Castañeda
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Científico, abogado, notario y maestro holguinero.
NombreGarcía Castañeda, José Agustín
Nacimiento22 de septiembre de 1902
ciudad de Holguín,
provincia de Holguín,
República neocolonial de Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento3 de noviembre de 1982 (80 años)
ciudad de Holguín,
provincia de Holguín,
República de Cuba Bandera de Cuba
Nacionalidadcubana
Otros nombresPepito García Castañeda
Ciudadaníacubana
Ocupaciónabogado, naturalista y escritor.
Títuloabogado
Obras destacadasLa municipalidad holguinera

José Agustín García Castañeda (Holguín, 22 de septiembre de 1902 - Holguín, 3 de noviembre de 1982) fue un erudito holguinero que heredó de su padre, Eduardo García Feria, sus intereses investigativos y coleccionistas. Su niñez transcurrió entre las piezas colectadas y las vitrinas donde las protegían. Estuvo junto a su padre cuando este fundó un museo en su propia casa. Se desempeñó en diversas áreas del conocimiento; además de graduarse y luego trabajar como abogado y notario, se dedicó a la Historia.

Síntesis biográfica

Su padre creó una colección de arqueología a partir de 1902, año en que nace José Agustín. De tal suerte, su niñez transcurrió entre las piezas colectadas y las vitrinas donde las protegían. Estuvo junto a su padre cuando este fundó un museo en su propia casa ―todo parece indicar que en 1930―, que luego sería conocido por los apellidos de su creador: García Feria. Aquí desarrolló una amplia labor de divulgación sobre los resultados de sus investigaciones, por medio de folletos y boletines, primero y luego en libros. Sus vínculos con las colecciones formadas por su padre, las que él ayudó a fomentar, amén de construir otras, y sus vivencias en el museo, le ganaron una visión sobre las funciones de este tipo de institución.

José Agustín ―Pepito, como le decían familiares, amigos y compañeros―, se desempeñó en diversas áreas del conocimiento; además de graduarse y luego trabajar como abogado y notario, se dedicó a la Historia ―fue nombrado Historiador de la Ciudad en 1950―, la Botánica ―llegó a ser profesor de esta materia en el Instituto Preuniversitario de Holguín―, la Museología en la que realizó una amplia labor coleccionista en arqueología, numismática, filatelia, historia natural, documentos, vitolfilia, etc.

Como miembro de la Junta Nacional de Arqueología, visitó a diversos coleccionistas y evaluó sus colecciones. Por otro lado, tuvo una amplia correspondencia con coleccionistas nacionales y extranjeros, algunos de los cuales laboraban en museo estadounidenses. Todo ello le permitió acumular conocimientos y experiencias sobre el manejo que se hacía con esas piezas, tanto en Cuba como en el país norteño.

Las bases para delinear un pensamiento museológico las dejó plasmado en algunos de sus escritos publicados, entre los que se destaca el titulado Cómo lograr la efectividad educativa encomendada a los museos, aparecido en 1945. Ese conjunto de sus ideas, nos sustentan el planteo de que llegó a concebir cómo debía ser el museo cubano.

Labor como investigador

Su actividad como historiador e investigador, le dio la posibilidad, de participar en congresos celebrados en diferentes localidades del país, en Honduras, Puerto Rico y en el Congreso de Historia Municipal Interamericano de La Habana.

En su trabajo titulado Cómo lograr la eficiencia en la labor educacional, aborda la necesidad de convertir los museos de almacenes de antigüedades, en centros de enseñanza popular, lo que se obtendría al reunir, ambos conceptos, exhibición de ejemplares y estudios de los mismos. Esto evidencia, la dimensión que alcanza su pensamiento pedagógico, que no se queda en valorar la importancia de su propuesta solo para sus alumnos, sino que su pensamiento trasciende hasta los miembros de la comunidad, al referirse, a que los museos se convirtieran en un centro de enseñanza popular.

Su obra La Municipalidad holguinera, constituye uno de los libros más completos y consultados de la historia local en Holguín, tiene información no sólo político social y económica, sino también de índole educacional y cultural, de gran interés.

Su vasta obra escrita, permite conocer a Holguín en sus diferentes aristas, desde el período que abarca a los aborígenes, hasta la década de los años 1970. Sus trabajos reflejan aspectos del origen y evolución de esta localidad, a tal punto que revela lo identitario, en correspondencia con la cultura.

Labor como pedagogo

Inicia su trabajo como profesor y fundador del Instituto Enrique José Varona de Holguín, donde permaneció durante tres décadas. Creó el laboratorio experimental de ese Instituto, acción que compartió con sus alumnos. Esto le permitió, desarrollar las clases con mayor cientificidad. Según criterios de sus alumnos, sus clases eran activas, científicas y cada vez más interesantes, acompañadas de cierto humorismo y jocosidad, que propiciaba una atmósfera emocional agradable, en la que se manifestaban relaciones entre los estudiantes y de estos con su profesor.

Coleccionista

También sobresalió como coleccionista. En el Museo de Historia Natural de Holguín, se puede apreciar una colección de diferentes especies de polimitas reunidas por el científico a lo largo de varias décadas, posiblemente la más completa del mundo.

Fundación del museo García Feria

La participación de García Castañeda en la creación del museo García Feria y su posterior labor en esta institución, también contribuyeron a sustentar su pensamiento museológico y sus ideas sobre cómo debía ser el museo cubano.

Las motivaciones pedagógicas de sus creadores se vieron reflejadas en la realización de visitas guiadas a la exposición, aspecto muy novedoso para la época; un ejemplo de ello está en el testimonio de una alumna del antiguo colegio Montesinos, acerca de la visita efectuada el 27 de marzo de 1941:

Después de toda la explicación del señor Eduardo García Feria explicándonos objeto por objeto y su significación, hizo uso de la palabra el profesor de Historia de nuestro colegio quien empezó dando las gracias al señor Feria por la bondad de mostrarnos su museo como para que cada visitante deje un recuerdo.
Alumna (posiblemente anónima) del colegio Montesinos[1]

Varios son los ejemplos que en este sentido se pueden citar, de modo que en aras de la síntesis, y con el propósito de no ser redundante, bastará incluir otro caso, referido a un grupo de alumnos del colegio José Martí. Al respecto plantean:

Los alumnos del cuarto y quinto grado de este colegio cubano, agradecen mucho la oportunidad que usted nos brinda de ampliar nuestros conocimientos sobre la época precolombina de nuestra Patria al dejarnos visitar su museo indígena.
Grupo de alumnos del colegio José Martí[2]

La colección, además de ser visitada por los colegios de Holguín, fue frecuentada, incluso, por colegios de otras ciudades. El propio García Castañeda lo afirma en un artículo publicado en la revista Motivos de Año Nuevo:

(…) figurando además entre sus visitantes (…), alumnos de los colegios Los Amigos, José Martí, Lavernia, Montesino, Instituto de Holguín, Instituto y Escolapios de Camagüey.
José A. García Castañeda[3]

La exposición García Feria trató de llenar el vacío que existía en la enseñanza, con medios auxiliares que sirvieron de apoyo al proceso docente-educativo. A pesar de las limitaciones inherentes a la época, la ausencia de fondos y programas destinados a la educación, este museo fue una luz en la oscuridad cultural de la ciudad. Además de esta labor de vinculación con las escuelas, el museo trascendió esos marcos y se convirtió en un centro de obligada visita para muchas personas, ya fueran de la localidad, ya visitantes de otras regiones del país.

La existencia de un libro de firmas para los visitantes del museo nos habla de la importancia que para García Feria tenía la exposición amén de que expresa un mayor vínculo con el público. También nos informa en torno a la cantidad de personas que lo visitaron, quiénes eran y de dónde procedían. Esto llevó a José Agustín García a afirmar, en 1944:

Hasta hace poco solo era visitado por los hombres de ciencia, nacionales y extranjeros, algunos de los cuales venían expresamente a nuestra ciudad a ese objeto; hoy día es constantemente visitado, y hasta por los holguineros, gracias a la labor de un enamorado de nuestro museo, el Dr. Juan José García Benítez, nuestro alcalde municipal.
José A. García Castañeda[3]

Trascendencia del museo García Feria

La trascendencia de este museo no solo se observa por su labor educativa, se aprecia, además, por las gestiones de extensión que realizó.

Como parte de ese accionar del museo, se montaron exposiciones en tiendas de artículos de vestir y joyerías de la ciudad. En ocasión de celebrarse el 20 de mayo, aniversario del inicio de la República, se exhibió, en las vidrieras de la tienda Las Novedades, una exposición de objetos arqueológicos. En la joyería El Nilo se montó una muestra de monedas y billetes de la colonia y en la tienda La Fermina se exhibieron algunas armas utilizadas en las guerras de independencia.

La labor de extensión del museo no se limitó a la ciudad de Holguín. En 1945, cuando se realizó el Congreso Nacional de Historia en Santiago de Cuba, el museo llevó una exposición con algunos objetos que fueron expuestos en el museo Bacardí. En nota aparecida en el Diario de Cuba, Fernando Boytel (director de ese centro en 1945), afirma que en esa muestra también participó el banense Orencio Miguel:

Sus colecciones serán motivo de estudios y discusiones.
Fernando Boytel
(director del museo)[4]

También por estos años, en ocasión de celebrarse una de las reuniones de la Comisión Arqueológica en La Habana, de la cual García Castañeda era miembro, el museo presentó una muestra de objetos arqueológicos que fueron expuestos en el Museo Montané.

Al valorar las informaciones anteriores, podremos concluir que la labor coleccionista y de exhibición de este museo se extendió más allá de la arqueología, para llegar a los objetos históricos y la Numismática. Pero no se limitó a estas esferas y se formaron colecciones de Filatelia, Vitolfilia, objetos curiosos tales como miniaturas de marfil, en fin, una amplia gama de piezas.

La gestión cultural desplegada desde el museo García Feria, le valió a sus propietarios, primero: estar en el centro de atención de la población y de numerosos especialistas; segundo: un considerable número de opiniones favorables hacia esa labor, de las que dejaron evidencias escritas en diversos documentos. Una muestra de lo expresado la tenemos en la visita que hiciera en noviembre de 1936, el embajador del Reino Unido, que aparece reflejada en el Diario de Holguín:

Motivó esta visita el interés extraordinario que su Excelencia tenía por conocer la Colección india, que es orgullo de Holguín.
Anónimo[5]

Otro ejemplo nos lo ofrece Rafael Azcárate y Rosell que, tras la muerte de Eduardo García Feria (en 1941), escribió una semblanza sobre este ilustre holguinero:

La colección García Feria es hoy en día, no solo la mejor privada de su clase, sino también una de las mejores que hay en el mundo, incluyendo las públicas.
Rafael Azcárate y Rosell[6]

García Castañeda, en un escrito publicado en 1944 nos da la razón al expresar:

Dicho museo antes que exhibición de objetos, constituye un laboratorio, un pequeño museo moderno, (...); sus colecciones de insectos, monedas, medallas, documentos antiguos, curiosidades, etc., no están en exhibición por falta de local.
José C. García Castañeda[7]

Del fragmento anterior deben quedar anotados dos comentarios. El primero se refiere al término “museo moderno” aludido por el doctor García, pues nos sugiere algunas lecturas sobre temas de la Museología, situación que no es de extrañar en una persona que se desempeña en disímiles campos de la ciencia con evidente sabiduría; pero tendremos que seguir lamentando el no haber encontrado, hasta el presente, referencia sobre el particular.

El segundo elemento trata sobre la falta de espacio para extender sus colecciones y así prestar un mejor servicio en su museo particular. Un recorte de periódico, al parecer publicado en 1938 o 1939, nos ofrece información sobre este problema. En ese fragmento, el periodista precisa:

El secretario de Educación prometió enviar al Dr. José María Chacón y Calvo, director de Cultura de la Secretaría, para que conozca el museo y elaborar de acuerdo con él un plan que permita a la ciudad de Holguín, poseer un local propio donde exhibir los utensilios de los primitivos habitantes de la Isla.
Un periodista[8]

En correspondencia con lo expresado con anterioridad, aunque no tenemos elementos de juicio suficientes para establecer una relación directa, nos encontramos un dato muy interesante ofrecido por el Dr. García Castañeda:

Holguín necesita de este Museo como atracción máxima de nuestros visitantes; quiera Dios prospere la Ley de nuestro senador Millo Ochoa y el Gobierno adquiera La Periquera y el Museo García Feria al objeto de colocarlo en uno de sus apartamentos.[9]

La Ley no prosperó pues de haber sido así, tendríamos en Holguín un gran museo desde los años cuarenta.[10]

Pero el Museo García Feria no sólo se dedicó a ofrecer visitas y montar muestras en otros lugares de la ciudad o en otras partes de la Isla, su accionar fue aún más amplio y realizó publicaciones. Se editaron Notas arqueológicas que se imprimieron en mimeógrafo y los Cuadernos del Museo García Feria que se tiraban en imprenta. Esto, por si solo, tiene una gran importancia, pero si añadimos que

Sus publicaciones que gratuitamente se repartían entre sus compañeros, investigadores arqueólogos, los museos, bibliotecas e instituciones culturales, así como a muchos del extranjero...[11]

Entonces concluiríamos que la labor cultural de este museo fue muy intensa y extensa, a tono con las expectativas que se le plantean a los museos en la actualidad.

La importancia que había adquirido el museo García Feria en la localidad se ve reflejada, años más tarde, en el periódico El Detallista del día 3 de mayo de 1943. El articulista, Enrique García, plantea que ya Holguín tiene una serie de lugares e instituciones de significación para el territorio, y entre la Loma de la Cruz, La Periquera, el teatro Infante, incluye al Museo García Feria. Es evidente, por tanto, que este centro cultural, con su accionar, se había ubicado en el centro de atención de los holguineros.

Para ofrecer una breve ampliación sobre la trascendencia de su pensamiento museológico bástenos algunos ejemplos. Él consideró que:

Los museos debían radicar en edificios construidos expresamente para ellos por “personas expertas” (entiéndase arquitecto/museógrafo), y “de acuerdo con la índole de los objetos que en ellos se exhibirán”. Al frente de ellos deben estar “entendidos y entusiastas conservadores”. Los objetos “deben estar colocados en orden progresivo y por materias y buenas notas explicativas”, en vitrinas apropiadas, con la luz necesaria y en forma tal, que el visitante “se dé perfecta cuenta del objeto o del ambiente en que este desenvolvió sus actividades.

Además, en estas instituciones deben “publicarse folletos sobre estudios realizados sobre ejemplares exhibidos, sobre exploraciones o de orden cultural”. El museo García Feria realizó una encomiable labor en la esfera de la las publicaciones. Según nuestro estudio, se publicaron 55 trabajos con temas de Arqueología, historia, museología, etc., distribuidos de la siguiente forma: 35 corresponden a “Colección García Feria (Notas arqueológicas)”; 2 de la “Colección Arqueológica García Feria” y 18 de “Notas del Museo García Feria”.

Todo museo debe procurar el intercambio con instituciones de su misma índole.[12]

Ese tipo de colaboración la desarrolló este museo con gran profusión durante la república burguesa, y por ese medio enriquecieron su formidable colección y contribuyeron a ampliar y fomentar numerosas, en diversas ciudades de nuestro país y de otras naciones; así como colaboraron con la formación de museos escolares en poblaciones de la Isla.

Y para tener una idea conclusiva de las ideas que sobre la Museología tenía García Castañeda, citemos aquí cómo fue que él concibió el museo cubano, que da cuenta de lo adelantado de su planteamiento, ya que esta institución comenzó a hacerse realidad en Cuba tras el triunfo de la Revolución, con la aprobación de la Ley 23 de los museos municipales. Pepito, en 1945, escribió:

Es necesario que cada municipalidad tenga su museo, el que debe ser regional antes que general, y en los que se exhibirán no solo los ejemplares zoológicos de la región, como es costumbre, sino sus productos agrícolas e industriales, sus minerales y rocas, su desenvolvimiento histórico, recuerdos de sus benefactores, etc., de manera que ellos en si, abarquen el más completo estudio de la región.[13]

Reconocimientos recibidos

Por su gran labor como investigador, historiador, pedagogo recibió varios reconocimientos entre los que se encuentran:

Algunos de sus textos escritos

Publicados por la Colección García Feria

Muerte

Falleció el 3 de noviembre de 1982, a los 80 años, en Holguín, la ciudad que tanto quiso.

Referencias

Fuentes

  • Fuente David Julián Gómez Iglesias
  • Carta enviada por los alumnos del Colegio Cubano José Martí a Señor Eduardo García Feria. (FDGC) No. 98. AMPH (Archivo Museo Provincial de Holguín)
  • Diario de Cuba, 7 de octubre de 1945. Fragmento. En: Libro de firmas, No. 98 FDGC-AMPH (Archivo Museo Provincial de Holguín)
  • Artículo publicado el 23 de noviembre de 1936 en el Diario de Holguín. Conservado en Eduardo García Feria: Colección arqueológica García Feria, pág. 25, octubre de 1942.
  • García Castañeda, José Agustín (1944): artículo publicado en la revista Motivos de Año Nuevo (Holguín), año I, núm. 1; enero de 1944.
  • García Castañeda, José A. (1944): “El Museo García Feria”, artículo publicado en la página 13 de la revista Motivos de Año Nuevo (Holguín), año I, núm. 1; enero de 1944.
  • AMPH (Archivo Museo Provincial de Holguín): Fondo Documentos García Castañeda. Doc. 357 y 383
  • Inolvidables maestros del siglo XX en Cuba. La Habana: Asociación de Pedagogos de Cuba, 2005. Consultada el 15 de noviembre de 2010.
  • «Pepito García Castañeda: siempre sabio, siempre holguinero», artículo publicado en el sitio web Radio Angulo.