La locura en el poder

La Locura en el Poder
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Portada del libro
Título originalLa Locura en el Poder: de Calígula a los tiranos del siglo XX
Autor(a)(es)(as)Vivian H.H. Green
Editorial:El Ateneo, 2006
GéneroDerecho y Ciencias Sociales » Historia » Historia Universal
ISBNISBN 9789500259026
PaísBandera de Argentina Argentina
La locura en el poder, es un ensayo de divulgación histórica que analiza la vida de algunos gobernantes del pasado que han sido tildados de "locos", la naturaleza de su "locura" y las consecuencias de sus trastornos para la historia de sus respectivos países. Locos en el poder, de ellos trata este libro. No de cómo el poder enloquece o pierde a los individuos, sino de los gobernantes afectados por variadas psicopatologías, los llamados reyes locos.

Argumento

Vivian H.H. Green plantea un apasionante recorrido por las desquiciadas vidas públicas y privadas de reyes y gobernantes, y nos ofrece una atractiva galería de excentricidades y escándalos, a menudo teñidos de la más terrible crueldad. Algunos eran raros por ser cultos, homosexuales o bisexuales; otros, verdaderos débiles mentales, fueron el producto de una prolongada práctica endogámica; otros, inestables psíquicamente, tomaron el poder como medio de satisfacer sus frustraciones.

El autor nos presenta a los más célebres "locos", entre ellos:

Fragmentos y Citas

Juan Sin Tierra

Juan Sin Tierra aplicó impuestos abusivos que generaron la sublevación de los nobles y obligaron al rey a firmar la famosa Carta Magna en 1215 por la cual se establecieron una serie de garantías y libertades.

¿Qué elementos concretos existen para proponer que era un desequilibrado mental? Y responde que Petit-Dutaillis propone que Juan padecía de un trastorno bipolar de la personalidad, porque su vida fluctuaba entre períodos de gran energía y otros de letargo.

“Es probable que la falta de cordura del rey se revele con más nitidez en su inseguridad, que lo llevó a ser cruel y vengativo con sus rivales y a sospechar de todos, amigos y enemigos por igual. No dudaba en descartar a quienes le eran leales…Su círculo de consejeros era cada vez más estrecho y el soberano se apoyó en mercenarios extranjeros como Gerard d’Athis. A pesar de que era capaz y autoritario, finalmente Juan se vio envuelto en una situación que no pudo controlar. El déficit del Tesoro lo llevó a exigir altos impuestos a la nobleza, de modo que creció el descontento entre sus miembros”.

“Ahora bien, si no estaba loco, ¿puede asegurarse que era completamente normal? ¿Los rasgos de su personalidad, algunos heredados de sus ancestros, pueden haberlo llevado al borde de la locura? No sin reparos, le daremos el beneficio de la duda, si bien los ocasionales momentos de letargo, la ira y la crueldad, y la obsesiva desconfianza permiten sugerir que Juan fue víctima de un desorden agudo de la personalidad”.

Eduardo II

Eduardo II ansiaba ser amado, pero era incapaz de dar y recibir afecto y que cuando estaba bajo presión tendía a perder los estribos, entre otras causas por ser una persona insegura.

Sobre su reinado el autor comenta: “El rey intentó hacerse de un grupo de súbditos leales, pero, a pesar de contar con el dinero para comprar cualquier apoyo, no tuvo éxito. Entonces decidió consolidar su poder mediante la acumulación de riquezas en las arcas reales por medio de la aplicación de impuestos abusivos y la confiscación de propiedades pertenecientes a los nobles de dudosa lealtad, lo cual limitaría el control que la nobleza ejercía sobre el monarca”. Y agrega más adelante: “Hacia 1323, el descontento alcanzaba a todos los niveles de la sociedad. Algunos habitantes de Coventry, irritados por la conducta del prior local…contrataron a un mago, John de Nottingham, para que asesinara al rey…Si bien el plan fracasó, demuestra el estado de desesperación del pueblo”.

El final de Eduardo II fue trágico. La reina Isabel, enfrentada con su esposo, consiguió el apoyo de un grupo de nobles que Eduardo había mandado al exilio en Francia y Eduardo tuvo que huir del trono pero finalmente fue capturado y asesinado.

Ricardo II

El biógrafo de Ricardo II, Anthony Bedford Steel cree que Ricardo era esquizofrénico, lo que explica las inauditas decisiones que tomaba y la desastrosa política que aplicó, decisiones que lo llevaron a un desgraciado final. Afirma además que cuando enviudó: “su neurosis se agravó rápidamente y para él, el mundo exterior era un mero reflejo de lo que se había transformado en una idea fija: el sagrado misterio y la naturaleza ilimitada del poder real”.

Dice Green: “Llegó a ser tan egocéntrico que estuvo al borde del narcisismo. Se vestía con ropas magníficas, se preocupaba por su aspecto y dedicaba mucho tiempo a su peinado”. La obsesión de Ricardo II, bisnieto de Juan Sin Tierra, era fortalecer su poder. Agrega: “Al igual que su bisabuelo, Ricardo pensaba que para ser un rey poderoso había que acumular una gran fortuna, para lo cual recurrió a métodos ilegítimos”. Finalmente Ricardo tuvo que abdicar y lo dejaron morir por inanición confinado en el castillo de Pontefrac.

Vivian H.H. Green concluye que ninguno de estos tres monarcas estaban locos en un sentido estricto y considera que no fueron psicóticos sin neuróticos.

Analizando a los grandes dictadores del siglo pasado. El autor afirma que “un dictador es un político cuya mente, enferma de poder, va por un solo carril, y cuyo deseo consiste en imponer su voluntad y sus valores a todos los ciudadanos y eliminar a quienes no los aceptan. La búsqueda y la conservación del poder se convierten en el único objetivo de su existencia”.

Luego agrega: “Para reforzar su imagen, los dictadores necesitaban hacerla aparecer más imponente de lo que era, entonces buscaban la adulación pública, organizaban ceremonias grandilocuentes y fomentaban de magníficos monumentos. Además, necesitaban acabar con la oposición, fuera esta real o imaginaria. Pero en medio de todas las cortes de sicofantes y la adulación ilimitada, los dictadores estuvieron siempre aislados de la realidad y conservaron su personalidad trastornada, de modo que dentro del autoengaño en que vivían tomaron decisiones que quizás, en última instancia, bien pueden haber sido suicidas o autodestructivas”.

Locura, razón de Estado, excentricidad multiplicada por la impunidad, malos, perversos, licenciosos, enfermos hereditarios: el libro de Green nos devuelve imágenes tremendas, obscenas o divertidas, siempre perturbadoras, de esa galería de poderosos, remotos y cercanos en el tiempo. Y nos deja el interrogante acerca de cuánto afectaron los trastornos mentales en el desempeño político.

Índice de contenidos de este Libro

Prefacio

Introducción

1. El laberinto de la mente

2. Orgías romanas

3. Trilogía medieval

4. El rey santo

5. Familias felices

6. Locura española

7. El gran Enrique

8. La saga sueca

9. Osos rusos

10. El rey hechizado y su legado

11. Juegos florentinos

12. Jorge, el enajenado

13. Farsa danesa

14. El rey cisne

15. La enfermedad de los políticos

16. Locos con botas

Datos de la autora

Vivian Hubert Howard Green: nació en Wembley el 18 de noviembre de 1915 y murió en Oxfordshire el 18 de enero de 2005. Fue historiador, sacerdote y profesor universitario. Por más de treinta años se desempeñó como docente en el Lincoln College de Oxford y fue su rector entre 1983 y 1987. Ha publicado numerosos libros de historia de occidente, de períodos tales como el medioevo, el Renacimiento, la Reforma y otros.

Fuentes