Diferencia entre revisiones de «La piel que habito (película de 2011)»

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La  nueva película de nuestro autor de cine más célebre ya está aquí, y  para deleite de los seguidores de esta [[web]], y de los géneros que la  inspiran, este thriller dramático viene cargado de grandes tintes de  terror y cierta ciencia ficción implícita.
 
La  nueva película de nuestro autor de cine más célebre ya está aquí, y  para deleite de los seguidores de esta [[web]], y de los géneros que la  inspiran, este thriller dramático viene cargado de grandes tintes de  terror y cierta ciencia ficción implícita.
 
   
 
   
Por buscar  comparaciones con otras obras del genero, podemos decir que en esta  cinta veremos elementos que nos evocarán a "El coleccionista" (William  Wyler, [[1965]]), película con la que esta comparte un antagonista de  igual carisma a aquel Terence Stamp. Me refiero, cómo no, a nuestro gran  Antonio Banderas.  
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Por buscar  comparaciones con otras obras del género, podemos decir que en esta  cinta veremos elementos que nos evocarán a "[[El coleccionista]]" ([[William  Wyler]], [[1965]]), película con la que esta comparte un antagonista de  igual carisma a aquel Terence Stamp. Me refiero, cómo no, a nuestro gran  Antonio Banderas.  
  
 
Comparte ciertas pinceladas -por  supuesto, de forma totalmente accidental, y especialmente en el aderezo  quirúrgico- con "The Human Centipede" (Tom Six, [[2009]]), las justas  similitudes como para apreciar que el buen hacer de todo un director  como Almodovar, marcan la diferencia con un producto menor. Incluso en  un tema más o menos manido como los secuestros prolongados con  siniestros proyectos de transformación clínico- plástica, Pedro  Almodovar nos lo hace descubrir sin un ápice de "deja vu".  
 
Comparte ciertas pinceladas -por  supuesto, de forma totalmente accidental, y especialmente en el aderezo  quirúrgico- con "The Human Centipede" (Tom Six, [[2009]]), las justas  similitudes como para apreciar que el buen hacer de todo un director  como Almodovar, marcan la diferencia con un producto menor. Incluso en  un tema más o menos manido como los secuestros prolongados con  siniestros proyectos de transformación clínico- plástica, Pedro  Almodovar nos lo hace descubrir sin un ápice de "deja vu".  
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Este planteamiento narrativo no es para nada  gratuito, por otra parte, y, a pesar de lo "incómodo" para el público,  contribuye a exponer la información de la trama en el mejor momento para  ser experimentada por el espectador.  
 
Este planteamiento narrativo no es para nada  gratuito, por otra parte, y, a pesar de lo "incómodo" para el público,  contribuye a exponer la información de la trama en el mejor momento para  ser experimentada por el espectador.  
  
En este  apartado, conviene destacar también la capacidad de Almodovar de saberse  interrumpir a sí mismo con alguna secuencia de humor, o algún momento  costumbrista, como ese orador que decide rebajar lo sublime de su  discurso y sacar una sonrisa a su público para retomar la oratoria con  un nuevo aire y con atenciones renovadas.  
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En este  apartado, conviene destacar también la capacidad de Almodóvar de saberse  interrumpir a sí mismo con alguna secuencia de humor, o algún momento  costumbrista, como ese orador que decide rebajar lo sublime de su  discurso y sacar una sonrisa a su público para retomar la oratoria con  un nuevo aire y con atenciones renovadas.  
  
 
Almodovar sabe, así, mantener  el interés de sus alumnos y recordarnos que nosotros, el público, somos  un elemento importante en su obra. De todos los autores de cierta carga  intelectual, Almodovar, como Luis Buñuel en su momento, es de los pocos  que saben endulzarnos su mensaje con entretenimiento y cercanía.
 
Almodovar sabe, así, mantener  el interés de sus alumnos y recordarnos que nosotros, el público, somos  un elemento importante en su obra. De todos los autores de cierta carga  intelectual, Almodovar, como Luis Buñuel en su momento, es de los pocos  que saben endulzarnos su mensaje con entretenimiento y cercanía.
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Lo peor: Los  diálogos técnicos entre personal facultativo, que suenan algo ingenuos y  nos recuerdan a cada momento que en realidad, esas personas no son  médicos de verdad. Marisa Paredes, cuyo código interpretativo parece  demasiado ligado al teatro y resulta algo excesivo para un arte como el  cine, en que se cuenta con mucho más refuerzo, y sugiere una  interpretación más sutil.  
 
Lo peor: Los  diálogos técnicos entre personal facultativo, que suenan algo ingenuos y  nos recuerdan a cada momento que en realidad, esas personas no son  médicos de verdad. Marisa Paredes, cuyo código interpretativo parece  demasiado ligado al teatro y resulta algo excesivo para un arte como el  cine, en que se cuenta con mucho más refuerzo, y sugiere una  interpretación más sutil.  
  
El hieratismo -salvo en ciertos momentos de  acción obligados por el guión- de Elena Anaya, que, sin ser tan radical  como en Alatriste (Agustín Diaz Yanes, 2006) es demasiado fuerte para un  personaje tan prominente como el que interpreta. El desaprovechamiento  de un grandísimo actor como es Eduard Fernández, cuyo personaje es  insípido y vacío.
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El hieratismo -salvo en ciertos momentos de  acción obligados por el guión- de Elena Anaya, que, sin ser tan radical  como en ''[[Alatriste]]'' (Agustín Diaz Yanes, 2006) es demasiado fuerte para un  personaje tan prominente como el que interpreta. El desaprovechamiento  de un grandísimo actor como es Eduard Fernández, cuyo personaje es  insípido y vacío.
  
 
== Fuentes ==
 
== Fuentes ==

Revisión del 13:25 26 dic 2014

La piel que habito
Información sobre la plantilla
Terror - Drama. | Bandera de España España
Poster la piel que habito.jpg
Venganza, Adaptación Libro, Experimentos
NombreLa piel que habito
Otro(s) nombre(s)The skin I live in/ The Skin That I Inhabit
GuiónPedro Almodóvar; inspirado en la novela “Tarántula”, de Thierry Jonquet..
DirectorPedro Almodóvar.
Dirección de FotografíaJosé Luis Alcaine.
RepartoAntonio Banderas (Robert Ledgard), Elena Anaya (Vera), Marisa Paredes (Marilia), Jan Cornet (Vicente), Roberto Álamo (Zeca), Blanca Suárez (Norma), Eduard Fernández (Fulgencio), José Luis Gómez (Presidente del Instituto de Biotecnología), Bárbara Lennie (Cristina), Susi Sánchez (madre de Vicente), Fernando Cayo (médico).
ProductoraEl Deseo S.A.
PaisBandera de España España
Sitio web
http://www.lapielquehabito.com/

La piel que habito es una película basada en la novela Mygale (Tarántula) del francés Thierry Jonquet, La piel que habito cuenta la obsesión del doctor Ledgard (Banderas), un eminente cirujano plástico, por crear una nueva piel gracias a los avances de la terapia celular. Dirigida por el director español Pedro Almodóvar cuyo rodaje finalizó en 2011 y estrenada el 2 de septiembre de 2011. Es el 18º largometraje de su carrera.

Sinopsis

'La piel que habito'. Su protagonista es el doctor Ledgard (Antonio Banderas), un cirujano plástico de reconocido prestigio que vive obsesionado por la reconstrucción de la piel humana desde que su querida esposa muriera abrasada en un terrible accidente de coche. Tras doce años de investigaciones y pruebas, el doctor Ledgard logra su objetivo y consigue fabricar piel viva para implantarla en sus pacientes.

Pero, para que su plan tenga un éxito rotundo, tendrá que ir contra la ley y practicar la técnica de la transgénesis, que está absolutamente prohibida. Lo peor de todo es que ésta no será la única ley violada por Ledgard en su afán por llegar a la perfección estética.

Argumento

Nos muestra la historia de un hombre que, desde que su mujer sufriera quemaduras en todo el cuerpo en un accidente de coche, se encierra en su oscuridad, brotando en él el anhelo, la premura; Robert Ledgard (Antonio Banderas), eminente cirujano plástico, se interesa por la creación de una nueva piel con la que hubiera podido salvar a su esposa. Años después de su viudedad, consigue cultivarla en su propio laboratorio, una piel sensible a las caricias, pero una auténtica armadura contra todas las agresiones, tanto externas como internas.

Para lograrlo ha utilizado todas las posibilidades que proporciona la terapia celular y tras años de prácticas y ensayo, empieza a experimentar en la práctica, trasladando a su casa, a alguien que le sirve de conejillo de indias, todo esto con la ayuda de un coautor, Marilia, (Marisa Paredes) la mujer que se ocupó de él desde el día que nació y que le adora, aún sin querer. Ella se ocupa correctamente de su huésped, Vera-Cruz (Elena Anaya).

Ficha técnica

  • Título original: La Piel Que Hábito
  • Título hispano: La Piel Que Hábito
  • Género: Terror
  • Director: Pedro Almodóvar
  • Guión: Pedro Almodóvar
  • Temática: Venganza, Adaptación Libro, Experimentos.
  • País: España.
  • Duración: 117 minutos.
  • Año: 2011.
  • Estreno en España: El de 2011.
  • Productora: El Deseo S.A.
  • Productor: Agustín Almodóvar y Esther García.
  • Música: Alberto Iglesias.
  • Fotografía: José Luis Alcaine.
  • Montaje: José Salcedo
  • Vestuario: Paco Delgado, con la colaboración de Jean-Paul Gaultier.
  • Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España.
  • Clasificación: No recomendada para menores de 16 años

Reparto

Críticas

Por Francis Díaz Fontán

La nueva película de nuestro autor de cine más célebre ya está aquí, y para deleite de los seguidores de esta web, y de los géneros que la inspiran, este thriller dramático viene cargado de grandes tintes de terror y cierta ciencia ficción implícita.

Por buscar comparaciones con otras obras del género, podemos decir que en esta cinta veremos elementos que nos evocarán a "El coleccionista" (William Wyler, 1965), película con la que esta comparte un antagonista de igual carisma a aquel Terence Stamp. Me refiero, cómo no, a nuestro gran Antonio Banderas.

Comparte ciertas pinceladas -por supuesto, de forma totalmente accidental, y especialmente en el aderezo quirúrgico- con "The Human Centipede" (Tom Six, 2009), las justas similitudes como para apreciar que el buen hacer de todo un director como Almodovar, marcan la diferencia con un producto menor. Incluso en un tema más o menos manido como los secuestros prolongados con siniestros proyectos de transformación clínico- plástica, Pedro Almodovar nos lo hace descubrir sin un ápice de "deja vu".

Destaca en esta película, como en tantas del autor, su exquisito desarrollo artístico en todo el apartado ambiental y escenográfico, nada obvio, siempre algo distinto en cada nueva película, pero siempre todo en su sitio, como si ese despliegue visual estuviera donde siempre ha pertenecido. Almodovar nos demuestra una vez más su capacidad de crear universos visuales extremadamente ricos, y, a ratos, extravagantes, pero que son bebidos por la audiencia con increíble naturalidad.

La banda sonora es espléndida tanto en su concepto como en su ejecución, y su posterior implantación para generar un todo junto al elemento visual y narrativo, algo que no es extraño en otros filmes del autor, y a lo que el músico Alberto Iglesias nos tiene muy acostumbrados.

El desarrollo narrativo, por otro lado, es algo más caótico, si bien la exposición de los acontecimientos es desordenada de forma deliberada, una sucesión de flash-backs -útiles a nivel informativo, pero excesivamente largos- provoca la desconexión por parte del espectador de la trama principal en el presente, que acaba retomando algo desubicado y con cierta indiferencia.

Este planteamiento narrativo no es para nada gratuito, por otra parte, y, a pesar de lo "incómodo" para el público, contribuye a exponer la información de la trama en el mejor momento para ser experimentada por el espectador.

En este apartado, conviene destacar también la capacidad de Almodóvar de saberse interrumpir a sí mismo con alguna secuencia de humor, o algún momento costumbrista, como ese orador que decide rebajar lo sublime de su discurso y sacar una sonrisa a su público para retomar la oratoria con un nuevo aire y con atenciones renovadas.

Almodovar sabe, así, mantener el interés de sus alumnos y recordarnos que nosotros, el público, somos un elemento importante en su obra. De todos los autores de cierta carga intelectual, Almodovar, como Luis Buñuel en su momento, es de los pocos que saben endulzarnos su mensaje con entretenimiento y cercanía.

Lo mejor: La dirección artística, el montaje, y la música, los tres grandes fuertes del autor (que no son pocos) y la ya mencionada capacidad del autor para hacernos sonreír, incluso a costa de interrumpir su discurso.

Antonio Banderas, cuyo amor a la cámara inunda todo el film. La reflexión que la cinta propone acerca del desarrollo de madurez y las inquietudes artística y espiritual en un periodo tan horrible como el del cautiverio, expuesto de forma sutil, pero muy bella. La labor de Almodovar en general, que impronta su sello de calidad en cada milímetro de este film.

Lo peor: Los diálogos técnicos entre personal facultativo, que suenan algo ingenuos y nos recuerdan a cada momento que en realidad, esas personas no son médicos de verdad. Marisa Paredes, cuyo código interpretativo parece demasiado ligado al teatro y resulta algo excesivo para un arte como el cine, en que se cuenta con mucho más refuerzo, y sugiere una interpretación más sutil.

El hieratismo -salvo en ciertos momentos de acción obligados por el guión- de Elena Anaya, que, sin ser tan radical como en Alatriste (Agustín Diaz Yanes, 2006) es demasiado fuerte para un personaje tan prominente como el que interpreta. El desaprovechamiento de un grandísimo actor como es Eduard Fernández, cuyo personaje es insípido y vacío.

Fuentes