Diferencia entre revisiones de «Manicaragua»

(Conspiración de Manicaragua)
(Conspiración del 1851)
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Días después (11 de agosto de 1851) llega López por Pinar del Río, con la expedición Pampero que partió de Nueva Orleáns cuando ya Almenteros y otros dirigentes habían sido fusilados y otros condenados a 10 y 8 años respectivamente en la prisión.  De igual forma es descubierto Narciso López y condenado a muerte en el garrote el 10 de septiembre en el lugar de La Punta.
 
Días después (11 de agosto de 1851) llega López por Pinar del Río, con la expedición Pampero que partió de Nueva Orleáns cuando ya Almenteros y otros dirigentes habían sido fusilados y otros condenados a 10 y 8 años respectivamente en la prisión.  De igual forma es descubierto Narciso López y condenado a muerte en el garrote el 10 de septiembre en el lugar de La Punta.
 
Los acontecimientos del 1850 – 1851 con las expediciones de López, sellaron una etapa donde la posición oligárquica cubana se hallaba presa de su propio destino.  Es evidente que el refuerzo vino del Oriente y del Centro donde las capas terratenientes particularmente en las regiones de Santiago de Cuba y Bayamo donde se había amedrentado el poder colonial y en zonas donde las condiciones esclavistas estaban atenuadas, lo que suponía un crecimiento económico mucho más lento y débil, existía una gran población campesina y una lata proporción de mestizos.
 
Allí donde el anexionismo no había tenido una fuente particularmente vigorosa, despertó el independentismo con los criollos concientes de las necesidades de clase y patria, comprendieron que había un solo sentido de lucha y que no era anexarse a Estados Unidos, era liberarse del yugo opresor para ser libres sin amos, como hicieron muchos anexionistas que devinieron en libertadores como el General Lino Pérez y Muñoz.
 
  
 
=== Las guerras ===
 
=== Las guerras ===

Revisión del 12:06 14 jul 2010

Plantilla:MunicipioManicaragua. Municipio de la provincia Villa Clara. Hato de tierra comprada por Fernando de Gómez al cabildo de Sancti Spíritus en 1536 inicialmente nombrado como Sabanas de las Cabezas. En 1802 se le nombra Manicaragua (en lengua Arahuaco significa tierra de hombres valientes), asentado en el lugar conocido por Jagüey Bonito. Fue liberado el 23 de diciembre de 1958 por fuerzas del Ejército Rebelde.

Situación Geográfica

La provincia de Villa Clara se extiende por la Región Central de Cuba en un área de 7931 km cuadrados, lo que la sitúa en el sexto lugar por extensión entre las 14 provincias del país; distribuyéndose su territorio en trece municipios.

Abarca un área de 1066,0 km cuadrados, es decir el de mayor extensión superficial de la provincia, comprende la porción Sur, semejando un triángulo con uno de sus vértices hacia el Sur, punto de intersección de los límites provinciales de Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus.

Características

Relieve

Según la regionalización física geográfica de Cuba (Acevedo Manuel 1983), el municipio se encuentra ubicado en el distrito central en que a su vez se divide en los subdistritos de:

  1. Llanuras, alturas y montañas pequeñas de Cubanacán, la que se corresponde con las estructuras del eugeosinclinal, ubicadas en el sector Norte y Centro del municipio.
  2. Subdistrito de montaña de Guamuhaya, “paisaje montañas de Trinidad”, la que se corresponde con la estructura del complejo metamórfico del macizo de Guamuhaya, ubicada en el sector Sur.
  3. La zona Norte se corresponde con enormes cuñas tectónicas sedimentarias hundidas en la serpentinitas, con un relieve constituido por pediplano del pleistoceno-cuaternario, con pequeñas alturas residuales petrogénicas, orientadas de NW-NE, entre las que se destacan Sierra del Escambray ( 40 m ), Sierra María Rodríguez ( 39 m ), Loma de Báez(390m), Loma de Pico Alto (364m), Lomas de Regidos con su punto culminante Pedro Golano (489m).
  4. La zona central se corresponde con el batolito de granitoides de Manicaragua, donde existen dos complejos de rocas, los granitoides que cortan los anfibolíticos del cual contienen fragmentos que representan una parte del antiguo casamiento matamórfico-magmático. Ejemplo: Loma de los Chivos, (Triana).
  5. La zona Sur representa las unidades del relieve más antiguo del territorio, formada por complejos metamórficos de tectónica complicada “metamorfismo invertido”, con cuatro fases de plegamiento superpuesto, los complejos preterciarios compuestos por anfibolitas, vulcanitas y carsodioritas se encuentran metamorfisados, la edad de las rocas son del Jurásico donde se encuentran rocas carbonatado-terrígenas, también margas, calizas, arcillas, areniscas y conglomerados.

En el poblado de Mataguá, por la ubicación geográfica del municipio presenta influencia de un clima tropical cálido húmedo, el cual presenta variaciones de Sur a norte entre otros factores a la altitud,

En esta zona existe el desarrollo de forma cálcica, siendo muy notorio el Valle de Jibacoa-Boquerones, aquí los procesos clásicos fueron más fuertes que los erosivos durante el levantamiento de dicha zona, evidenciado en los tramos subterráneos de los ríos Boquerones y Jibacoa.

En estos pseudos valles se encuentra especies de sedimentos. Otras formas cársicas lo constituyen las cuevas (generalmente con poco desarrollo de formaciones secundarias), los mogotes de exquisitos cristalinos, lápices o diente perro y hoyos.

El punto culminante en el municipio y a su vez de la provincia se ubica en Pico Tuerto, el Moñito (919m), otras elevaciones que sobresalen son: Ropa Vieja, Guaniquical, Pico Blanco, Canarreos, Arroyo Bermejo.

Suelos

En el municipio se encuentran presentes de forma significativa 8 tipos de suelos, teniendo en cuenta su clasificación genética.

En el municipio se encuentran presentes de forma significativa 8 tipos de suelos, teniendo en cuenta su clasificación genética.

Suelos pardos, ocupan el 80% de la superficie del territorio, no poseen carbonatos, están formados a partir de rocas no carbonatadas principalmente efusivas de intensa selitización con predominio de calcio y en ocasiones calcio y magnesio, los más representativos, desimanadas a través de todo el territorio y en menor escala en la zona de la montaña. Los que poseen carbonatos: evolución siolítica en un medio rico en carbonato de calcio y en arcilla, evolución o fersialítico o vertisuelo cuando el drenaje es incompleto sin prácticamente exclusivo de la zona norte.

Suelos pardos grisáceos: formados a partir de rocas efusivas ácidas, granidioritas con poco contenido de arcilla (arenosos), no tan jóvenes, forman una franja central de Oeste a Este, Sur-Este, ubicada prácticamente a todo lo largo del vial Cumanayagua-Fomento.

Suelos ferfiáliticos: evolución de sialíticos ferralíticos, son los segundos más representativos, los ferralíticos rojos pardosos los más disímiles, los que se ubican formando una franja de oeste a este en toda la zona de premontaña, mientras que los ferralíticos pardos rojizo están ubicados en las zonas más elevadas fundamentalmente en las montañas (Plan Turquino) utilizados en la producción de café y ganadería.

Los suelos ferralíticos rojos lixiviados: son exclusivos de las zonas de montañas.

Los suelos aluviales se distribuyen a través de los planos de inundación de los principales ríos del territorio: río Arimao, afluentes del Agabama, valle de Boquerones-Jibacoa, donde como consecuencia de las inundaciones presentan modificaciones de hidromorfismo con rasgos de proceso de gley.

Los suelos poco desarrollados del tipo esquelético son prácticamente exclusivos de la zona norte, ubicados en las mayores elevaciones, afectados por procesos erosivos, asociados a floramiento rocosos (Seibabo y María Rodríguez).

Clima

Por la ubicación geográfica Manicaragua presenta influencia de un clima tropical cálido húmedo, el cual presenta variaciones de Sur a Norte. Otros factores son la altitud, en dependencia de las variables meteorológicas.

Temperatura

La variación de la temperatura no es solo estacional o diaria, también varía de Norte a Sur en dependencia de la altura, por las características subyacentes y por el grado de exposición de las pendientes. Fundamentalmente en las zonas de montaña.

En el Valle de Manicaragua se registra una variación térmica diaria considerable durante el verano, debido a las características del suelo arenoso, el cual irradia el calor que absorbe durante el día y refuerza el calor en las horas del atardecer.

Las temperaturas en el valle de Manicaragua en las diferentes épocas del año y con mayor reforzamiento durante el amanecer se comportan ligeramente más bajas a consecuencia de los vientos gravitacionales que provienen de las montañas como "verdaderos torrentes de aire frío", bajando por los valles.

Precipitaciones

Las precipitaciones están reguladas por el régimen de los Vientos Alisios Noreste, los cuales interactúan de forma perpendicular con las masas de aire húmedas de las regiones de mayor altura, provocando fuertes procesos adiabólicos con un marcado aumento de las mismas que se conoce con el nombre de efecto: lluvias orográficas.

Vientos

Los vientos predominantes son los Alisios de Noreste, estos no llegan con tanta velocidad, los valores máximos se producen durante el día en las primeras horas de la tarde, reforzados por la brisa de mar, y los mínimos durante la noche y madrugada.

Predominan las calmas entre la media noche y la salida del sol. Las medias mensuales raramente sobrepasan los 15 km/h y la velocidad es mayor en los meses más lluviosos (mayo-octubre).

En la zona de montaña incluyen los vientos gravitacionales que se originan al enfriamiento de la atmósfera en el proceso de erradicación de calor al espacio durante la noche, provocando que las masas de aire frías próximas a las laderas de las montañas desciendan hasta los valles por aumento de su densidad, constituyendo verdaderos chorros de aire frío.

Estos vientos gravitacionales provocan un descenso muy marcado y las temperaturas en los fondos de los valles en la región de montaña durante las primeras horas de la mañana sobre todo en el embalse de Hanabanilla y en el Valle de Jibacoa.

Etapa colonial

Según leyendas, pues aún estamos en la búsqueda real de la fecha, se funda Manicaragua en el 1802, sin poder precisar el día y el mes, tomando como centro el actual poblado de Jagüey Bonito.

Aparecen, entonces, las primeras catorce familias que estructuraron con inteligencia las prometedoras y ricas tierras que encerraban estos valles, que según el Historiador Manuel Dionisio González y algunas fuentes testimoniales entre ellos se encontraban: Josefa y Cristóbal Moya, los Pérez de Alejo, Manuel Martínez de Avileira y José Rodríguez de Arciniega.

No demoró mucho tiempo para que el asentamiento se estableciera en el lugar conocido como “Las Cuatro Esquinas”, que constituye el centro urbano, próximo al Río Arimao y que coincide con los objetivos que llevaron a Cristóbal de Moya a comprar estas tierras, con la única idea de la crianza de ganado y el aprovechamiento de la fertilidad de la tierra para hacer grandes siembras, prometedoras para los negocios a los primeros moradores.

Con una población de 574 habitantes, entre los 7 y 25 años de edad generalmente, así como muy pocos esclavos, es Manicaragua un territorio, que dado su aislamiento geográfico, posee caminos intransitables hacia la cabecera jurisdiccional y a otros lugares vecinales, lo que conlleva por exigencia de sus habitantes, la suspensión de partido pedáneo para convertirse en un barrio de Santa Clara.

En esta primera mitad del siglo, los núcleos poblacionales tienen un lento crecimiento que puede explicarse por las características del cultivo del tabaco y la caña de azúcar que requiere de una atención del hombre del campo y no así en el núcleo urbano.

En el año 1842 se constituye el núcleo poblacional de Manicaragua La Moza (como llamaban los peninsulares a lo nuevo), quedando como Manicaragua la Vieja el poblado original. Catorce años después se unen, constituyendo un solo núcleo poblacional, con el título de Alcaldía de Barrio, que agrupa 2523 vecinos y pertenece al término municipal de San Juan de los Yeras. En el año 1824 se dieron los primeros pasos para explotar las minas que se conocía de su existencia desde el 1514. precisamente, José Escalante, después de realizar algunas investigaciones, tratando de descubrir la misma vena que explotaron los descubridores, logró por sus diligencias la posesión de aquellas tierras de Las Minas de San Fernando.

Encargada la Sociedad Minera Cubana MASSACHISSTTE mediante un contrato que hiciera Escalante poniendo al frente un socio agente representando dicha Compañía.Todo esto le dio vitalidad al poblado cabecera y sobre todo al Hoyo de Manicaragua, por encontrarse enclavado en el lugar de salida de los cargamentos de la mina. Así se edificaron las primeras casas de mampostería y se arregló la calle que daba acceso a la misma.

Se convierte Seibabo en un barrio próspero por el movimiento de los trapiches, las cabezas de ganado que se igualan a la cabecera con 17297 y la producción de cera y miel a partir de la apicultura, sumado a la cercanía que tiene a la jurisdicción de Santa Clara.

Asimismo, vemos que la producción de tabaco en La Moza y Manicaragua va creciendo, ya se reportan más de 40 vegas de la hoja que se comercializa con Santa Clara y Cienfuegos, a pesar de lo intransitable de sus caminos. Existen en nuestros campos vegueros y labradores dedicados a los cultivos menores, aunque, por ejemplo, cerca del Río Arimao siembran tabaco más de 15 labradores, o sea, realizan el cultivo de ambas plantaciones.

La iglesia construida como compromiso de la venta de la merced (1854) fue agregada por el Obispo Félix y Solano a la parroquia de Santa Clara, la erigió como suya el obispo Martínez, quemada al paso de los libertadores en 1869, fue reconstruida después en 1890 en el lugar donde está ubicada actualmente con tablas y tejas.

El cementerio data de igual fecha, ubicado más allá (en la conocida curva de Estupiñán), fue punto de animales y profanación de tumbas por varios años, hasta que en 1924, se sitúa un crédito y se edifica la estructura que hoy posee.

La educación estaba limitada a una escuela de varones (1850), financiada por los fondos municipales en el casco urbano, con aulas aisladas en algunas fincas rústicas como el Hoyo de Manicaragua, Mabujina, Güinía de Miranda, no resolvían las demandas profesionales.

Las instituciones culturales no existían, tampoco contamos con personas que hayan tenido reconocimiento local ni en las artes ni en las ciencias.

Los servicios médicos se recibían de la jurisdicción provincial, o a la espera de una consulta particular que existía en Manicaragua y en Güinía de Miranda.

Conspiración de Manicaragua

El primer gesto de separarnos del gobierno español y que sirvió de antecedente a la emancipación del 1869, fue la conspiración que con carácter anexionista tuvo lugar en las Minas de San Fernando, dentro de nuestro contexto geográfico.

Su nombre ha sido muy polémico, se le han atribuido nombres como Conspiración de Cienfuegos, Conspiración de Trinidad, Conspiración de la Mina de la Rosa Cubana o Conspiración de Manicaragua.

Esto obedece a que sus máximos dirigentes y participantes según el documentado Portell Vela, surgieron de la centenaria población trinitaria, de otra parte, Narciso López que estaba al frente de las conspiraciones estaba casado con una cubana hermana del conde de Pozos Dulces, instalados en Cienfuegos por ser dueños de las Minas donde tuvo lugar el acontecimiento. Encabezaba la conspiración Narciso López como Jefe. Ambrosio J. González (Don Germán) Gaspar Betancourt (El padre guardián) Cirilo Villaverde ( S.T. Paz) Ramón de la Palma (Guaimacán) Manuel Rodríguez Mena (El Cubano) José J. Alfriso (Beppo) Pedro Ángel Castellón (Cuyaguateje) José A. Echeverría (El Paisano)

El Club de La Habana, se brinda a través de todo el proceso de colaboración a esta conspiración villaclareña. Planifican el levantamiento por el 24 de junio de 1849, haciéndola coincidir con las fiestas de San Juan, donde participaron entre otros manicaragüenses que después devinieron en patriotas del 69 como el General Lino Pérez y Muñoz entre otros. Con ramificaciones en Sancti Spíritus, Cienfuegos y Trinidad, las fuerzas están puestas para el momento indicado sin sospechar su diligencia que los detalles de la misma habían llegado hasta un traidor y, realmente, desde el mes de mayo, ya los españoles seguían los pasos de este movimiento.

Estalla así el movimiento en junio de 1848, improvisadamente en uno de los seis pozos que poseía la Mina de San Fernando, precisamente en el llamado La Rosa Cubana, donde se ondeó la bandera diseñada por los conspiradores, con bastante similitud a la Enseña Nacional, pues poseía tres franjas, la superior y la inferior estrechas y de color azul, la del centro más ancha de color blanco y sobre estas, junto al asta una gran estrella roja de cinco puntas.

Abortada la conspiración, a López no le queda otra alternativa que emigrar hacia los Estados Unidos.

Apaciguado aparentemente el territorio villaclareño, mantiene los nexos con Narciso López desde Estados Unidos y se piensa continuar organizando la conspiración que tendrá lugar en el 1851.

Conspiración del 1851

Los villaclareños habían diseñado una conspiración con ramificaciones en tres puntos diferentes: Cienfuegos, Trinidad y el Camagüey, previendo que no se produjera el desembarco de López con un grupo de extranjeros hasta tanto no hubiesen sucedido los alzamientos convenidos. De esta forma se pretendía desembarcar y avanzar por los puntos ya mencionados, secundando a los españoles a debilitarse con esta estrategia.

Almenteros viaja a La Habana y prepara los tipos de imprenta que necesita para que Güinía de Miranda (lugar donde radicó la imprenta) imprimiera las proclamas.

A pesar de lo fallido de sus planes en el 1848, lo que provocó el desaliento de muchos, otros continuaron trabajando para seguir reorganizando los disueltos y volver a tremolar el pabellón tricolor de la estrella solitaria. Confiados en que López vendría, apoyado con gran número de hombres y armas, la revolución se haría poderosa como expresaran las proclamas lanzadas desde Güinía de Miranda.

La precipitación por organizar el movimiento y la aventura en si, debido al poco conocimiento de la guerra, sumado a la escasez de armas, contribuyó a que Almenteros no reuniera más de nueve hombres y Lino Pérez no llegara a once, lo que al unir todos los esfuerzos, la columna no rebasaba los 50 soldados.

Obstinados en su empeño, los trinitarios no desmayaron y buscaron 30 simpatizantes con armas y pertrechos. Enterados del desastre del alzamiento de Agüero en el Camagüey, avanzan hacia el potrero de Limones con los primeros capitanes donde se da lectura a la proclama en voz de Fernando Hernández y asume la jefatura del movimiento Isidro Almenteros.

Estando en el territorio divisan una caballería que se trataba de un refuerzo de Cienfuegos con 22 armas y mil cartuchos a las que le dieron vivas y diferentes vítores.

Ahora con 69 carabinas parten de Potrero de Güinía el 25 de julio hacia Jibacoa (Potrero del Ayuntamiento), los separa 42 kilometros de distancia para llegar el 27 hacia la Siguanea con el propósito de entrar a Manicaragua e invadir el territorio de Villa Clara donde esperaban ser bien acogidos. Se dirigen a Barajagua y a las 6.00 pm chocan las fuerzas enemigas que los hacen retroceder a la montaña.

Días después (11 de agosto de 1851) llega López por Pinar del Río, con la expedición Pampero que partió de Nueva Orleáns cuando ya Almenteros y otros dirigentes habían sido fusilados y otros condenados a 10 y 8 años respectivamente en la prisión. De igual forma es descubierto Narciso López y condenado a muerte en el garrote el 10 de septiembre en el lugar de La Punta.

Las guerras

La primera Guerra de Liberación comenzó el día 10 de octubre de 1868, cuando Carlos Manuel de Céspedes, abogado bayamés, reunió en su Ingenio La Demajagua, un numeroso grupo de manzanilleros que hacía varios meses conspiraban para darle la libertad a Cuba y junto con ellos sus esclavos, a los que ese mismo día declaró libres y se lanzó a los campos de Cuba a pelear por la libertad.

Al levantarse en armas, Céspedes lanzó el Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla, dirige a sus compatriotas y a todas las naciones y que en una de sus partes expresaba: “...Cuando un pueblo llega al extremo de degradación y miseria en que nosotros nos vemos, nadie puede reprobarle que eche manos a las armas para salir de ese estado lleno de oprobios”. Y más tarde apuntaba: “...¿Qué pueblo civilizado no reprobará la conducta de España que se horrorizará a la simple consideración de que para pisotear esos derechos de Cuba en cada momento tiene que derramarse la sangre de sus más valientes hijos? No, ya Cuba no puede pertenecer más a una potencia que como Caín mata a sus hermanos y como Saturno devora a sus hijos”. Como se observa, en el manifiesto, ya la decisión estaba tomada y solo faltaba por ello aunar fuerzas e iniciar la contienda. Esa contienda que se conoce históricamente como la Guerra de los Diez Años (1868-1878), que tuvo en las Villas gran parte de su escenario de lucha.

Es lógico destacar que en esta región los independentistas confrontaron dificultades para iniciar la guerra. Las autoridades españolas refuerzan sus puestos militares más importantes y aprovechando gran número de peninsulares y población de Canarias que había en ese entonces en algunas ciudades villaclareña para crear un nutrido cuerpo de voluntarios que se opondrían a todo intento independentista.

De otra parte se dependía de la Junta Revolucionaria de La Habana, la que no actuó de inmediato pensando que España hiciera algunas concesiones ante la insurrección ya establecida en Oriente.

El fracaso de las negociaciones de los hacendados habaneros, impulsado por la voluntad patriótica de numerosos villaclareños propusieron el 7 de febrero del 1869 estallara la insurrección en esta región en el lugar conocido como Cafetal González en el partido de Manicaragua, con hombres de la talla de Miguel Jerónimo Gutiérrez, Eduardo Machado, Federico Fernández Cavada, Arcadio García, Juan Nicolás del Cristo y el polaco Carlos Rolof entre otros. Cafetal era la Finca propiedad de José González en las cercanías de Mataguá.

A este levantamiento se suma Doña Pastora, hermana del propietario, siendo la primer mujer que en este territorio se incorpora a la lucha, dando gritos de viva Cuba, asimismo entrega a los libertadores que estaban dispuestos a dar su vida por la patria una bandera cubana cuya estrella estaba bordada con hilos de plata y que fuera confeccionada por la patriota villaclareña Inés Morillo. Simultáneo al levantamiento en Cafetal González, ocurrió otro en la llamada Cuatro Esquinas de esta localidad, donde más de 5000 villaclareños se dieron cita para entregarse a la causa, aunque no contaban con más de 200 armas de fuego, casi todas escopetas en su mayoría de uso.

Anticipándose un día al resto de los conspiradores, el cienfueguero Federico Fernández Cavada, levantó su campamento en La Macagua, lugar abrupto de la Siguanea, para concurrir el día previsto del levantamiento.

Este patriota cienfueguero levantó su voz indignado en este sitio manicaragüense, para protestar por la ambigüedad con que se trató el tema de la esclavitud y pidió una reunión de jefes que se celebrara un mes después del levantamiento en la Finca Dos Hermanos en Mataguá. De inmediato se acepta la proposición del jefe sureño de dar la libertad a los esclavos y en segundo lugar se acuerda otorgar el pleno mando político militar a los jefes en operaciones cuestiones que eran necesarias para el desarrollo de la guerra. Resueltos estos problemas fundamentales, se sigue la estrategia de los jefes sureños, las tropas se abren en abanico por las Sierras de Agabama, la Sabana del Escambray, Guamuhaya, Sierra Gavilán y las alturas de Trinidad, bordeando la amplia llanura cienfueguera con hombres bien entrenados.

Tiene lugar entonces el primer combate en la provincia en el Ingenio de Ruíz Zorrilla, en las cercanías de Santa Clara, donde el enemigo encontró resistencia por parte de los insurrectos.

Los mambises se instalaron como se había echo referencia anteriormente, en el campamento militar de La Macagua, haciendo del valle de la Siguanea el sebastocol cubano, como lo llamaban. Esa base formada por el Mayor Fernández Cavada, sirvió de soporte logístico a la guerra en este territorio.

Se funda ahí el primer periódico desde la manigua titulado “La Estrella de Jagua”, cuyo director, el periodista, poeta y capitán del Ejército Libertador Antonio Hurtado del Valle, pone su imprenta a disposición del Ejército Libertador en Las Villas, que se movía al compás de los combates y escaramuzas redactado bajo el tronar de la artillería enemiga o el entrechocar de los aceros en las cercanías escambradeñas. Su labor fundamental se basaba en el Boletín Oficial del Mando Villareño, con instrucciones militares y locuciones importantes. Cupo a este periódico publicar la proclama del mexicano José Inclán, que subiera a la Siguanea y cuya locución terminaba así: “Cubanos, aunque nacido en México mi patria es América, soy soldado de la libertad”.

Sirvió también la Siguanea para estructurar por primera vez en nuestra historia un servicio de exploración y espionaje que propició a la ofensiva mambí resultados notables, utilizando como estrategia los conocimientos topográficos del terreno y la táctica guerrillera.

A finales del año 1869, ya se conoce de los resultados de los mambises bajo el mando de Cavada. Se habían destruido puentes, caminos, vías férreas, fincas, potreros, ingenios y embarques fluviales y ya había sido atacada Cienfuegos y Trinidad. Manicaragua, en ese entonces, es un territorio donde prima la pequeña y mediana propiedad, con un reducido número de latifundios, cuyos propietarios no están sensibilizados por la lucha y no ofrecen colaboración. En Seibabo, por ejemplo, existe un buen número de dueños de trapiches y fincas, por el cual el 28 de julio de 1869, el general Cavada redacta el Manifiesto a los Hacendados Cubanos que prestan su apoyo al Gobierno Español, donde, sin titubeos, expresa la radicalización de sus bienes y precisa: “...Se está con la revolución o contra ella, y para los que están contra ella solo cabe la guerra de exterminio.”

Esto evidencia que la Tea Incendiaria, como táctica guerrillera, fue necesario utilizarla temprano en Las Villas.

En el barrio de Güinía de Miranda, perteneciente entonces a la jurisdicción de Trinidad, la guerra tenía mayor fuerza, a pesar de ser el lugar más fortificado por los españoles dentro del contexto manicaragüense. Cabe destacar que dentro de su escasa población se registran 39 extranjeros procedentes de Asturias, Castilla, Galicia, Valencia y Cataluña entre otros lugares de España. Se destaca la figura local del General Lino Pérez y Muñoz, natural de Güinía de Miranda, a quien desde la conspiración de López, se había hecho alusión, y que ahora conforma parte de los libertadores. Tan pronto estalla la guerra en Trinidad, se incorpora a las filas quien se le reconoce los grados de Capitán, más tarde Coronel y Jefe de la Brigada de ese territorio y muere siendo General de la guerra.

El poblado de Lino Pérez fue tomado como estrategia del alzamiento de febrero, al mando del Capitán Manuel Peña.

El 20 de julio de 1869, Peña destruye la capitanía del partido y el cuartelito enemigo, incendiándolo. Los gritos de Viva la República Cubana, Viva el General Cavada, resuenan en este pequeño barrio mientras que el pueblo es recorrido por los mambises en señal de triunfo.

De inmediato el Club Patriótico de Mujeres Campesinas del lugar jugó un importante papel en esta contienda, sensibilizando el alma de muchos cubanos patriotas. Improvisaron un acto en la calle principal donde el pueblo escuchó atento la locución del Jefe Insurrecto Manuel Peña. Asimismo la voz de la viuda de Cervando Sarduy (caído en Trinidad), la campesina Carolina Balladares, como Presidenta del Club y María Guerra en funciones de secretaria, dieron lectura a la proclama dirigida a las ciudadanas de Las Villas, considerada por la historia una de las primeras que firman las mujeres desde el campo de la revolución, con un contenido independentista exento de ataduras, que abre las puertas al movimiento revolucionario femenino en el territorio. Esta proclama redactada por estas mujeres y con el sentir de otras, como Blanca Betancourt, Carmen Cancio, por solo citar algunas, tiene su expresión central en “La mujer es el hogar, el hogar es la patria”. Lógicamente, esto causó impacto en el enemigo y se empeñaron en la persecución de esos principales autores. Así vemos como Carolina Balladares es perseguida y detenida en el Fuerte de Cumanayagua, junto a sus cuatro hijos, donde el mayor no rebasaba los catorce años.

En el cuartel prepara la fuga, a través de una escalera humana que hizo con sus propios hijos hasta llegar a la ventana, deslizándose y atacando al centinela español a quien puso fuera de combate. Aprovecha la oscuridad de la noche para tomar una reata de mulos, cargada de pertrechos y de allí a la Macagua, donde al conocer que su hermano Chico Valladares había traicionado, le expresó a su hijo mayor que se incorporara a la lucha.

A María Guerra la asediaron tanto que tuvo que irse para el monte con sus hermanos que eran insurrectos y unirse a la guerrilla, como enfermera y cooperar con otras actividades en el campamento. Fue sorprendida y sometida al más cruel de los suplicios. Todo esto se conoce por una carta que envía Adolfo Cavada a su hermano reproducida el 14 de junio de 1870, en el periódico La Revolución. “...A María Guerra los voluntarios la desnudaron, le dieron plan de machete hasta dejarla inconsciente, tirándola luego con las manos atadas a la espalda en unos zarzales.”

No se equivocó Federico Fernández Cavada cuando expresara en una de sus cartas a Fernando Escobar. “... Esa es la guerra de las mujeres; ellas son el principal objetivo de la estrategia española, ellas son los únicos trofeos que en medio de la mofa y el escarnio conducen a los caballeros de Castilla a los pueblos para mengua de la humanidad y vergüenza del siglo XIX. Ellas representan sin dudas de la gula y para la posteridad histórica la mengua política e ideológica de la mujer en Cuba”. Fue el año 1869 un año de mucha actividad guerrillera, las tropas se movían incesantemente para buscar el enfrentamiento con los españoles y el agotamiento de sus fuerzas, no obstante, al cerrar el año, la revolución estaba quebrantada en Las Villas, aunque en Manicaragua, siguieron operando pequeños núcleos guerrilleros al igual que en otras zonas de la provincia.

En el acta capitular del Mausoleo de Santa Clara, fechada con 13 de septiembre de 1871, recoge la situación económica de la región en estos momentos, considerada como seria, producto a la estrategia mambisa que afectó los partidos de Manicaragua, Seibabo y parte de San Gil. Aunque las actas no recogen la evaluación de las pérdidas de propiedades, la institución se vio obligada a pedir ayuda al gobierno para resolver la difícil situación de los campos de la región.

En las revista Islas del historiador Hernán Venegas, cita los daños ocurridos en 1870 en los partidos villaclareños y destaca la situación de Manicaragua y expresa al respecto: “...Manicaragua antes del 1869, el partido contaba muy cerca de 7000 almas, dedicadas fundamentalmente al cultivo del tabaco, viandas y arroz. En 1870 solo tiene 3000 habitantes y se ha perdido completamente todo el ganado de cría y se quedará dentro de poco tiempo sin una sola res... Siendo la región más afectada por la falta de seguridad nacional, el incendio de todas las cosas que había en las fincas y lo peor de todo es la destrucción completa por el fuego de las cercas de piñas, de suerte que el partido está con corta diferencia como tiempo de la conquista a lo que se adiciona que el escaso cultivo se hacía agrupando a la población en sus caseríos dentro de la zona militar española, pero que incluso los semilleros para las siembras deben traerse de otros lugares si es que quedan hombres que puedan hacerlo.” La gran mayoría de estas propiedades desaparecieron por la guerra debido a la Tea Incendiaria. Así pues, cuando el Mayor General Máximo Gómez invade Las Villas en 1875 reafirmó esta estrategia como necesaria para que los hacendados, dueños de propiedades no pudieran ayudar a los españoles, a tal punto que meses después, él mismo afirmara que no quedaba pastos ni para los caballos.

Todas estas incidencias propias de la estrategia militar sureña, sumada al fracaso del buque salvador que traería armas y pertrechos para las tropas villaclareñas puso a las fuerzas en una situación desventajosa, así tuvieron que rehuir encuentros por falta de municiones, utilizando en su defensa el arma blanca como defensa.

Semidesnudo la legión se vio precisada a cruzar la trocha para incorporarse al cuartel general del Ejército Libertador.

Así llegaron al Camagüey, apretándose cada vez más el cinto, contando como alimento con agua y miel de abejas silvestres. Afiebrados, en pencos enclenques, que apenas podían contenerse los jinetes, habían dejado atrás en timbas olvidadas muchos combatientes, pero lo fundamental es que llevaban por dentro ardiente el grito de San Gil y la Luz de Yara alumbrando su camino y la voluntad de seguir adelante.

En el 1875, estos hombres serían los que formaron la infantería villaclareña que cubrió de gloria el carril de las Guásimas, El Naranjo y Moja Casabe, con Máximo Gómez al frente y que recuperaría las Villas como territorio insurrecto en el intento de invadir el Occidente.

La situación villaclareña con 25000 soldados diseminados en diferentes distritos, con las comunicaciones cortadas y bloqueadas, lo que hace más compleja la situación de los cienfuegueros, por lo que deciden reunirse aún con poco pertrecho para partir hacia el Camagüey.

Reunidos en La Macagua, ordenan que se destruyan todas las instalaciones, donde se construían cañones de cuero así como los rústicos talleres de talabartería que sirvieran por mucho tiempo a la guerrilla a la vez que se protegió la vigilancia del lugar. En 1874, se decide por el gobierno la invasión a Occidente, concebida desde 1870 y Gómez viene al frente del Ejército formada en su comisión por villaclareños que se encontraban en el Camagüey y los que habían combatido en Oriente que marchaban a la Vanguardia seguidos por las tropas de Agramonte, hasta totalizar unos 2000 hombres a pie y a caballo.

En el diario de campaña Gómez expresa (30/1/1874) que para esta empresa invasora cuenta con 400 Remigton de fino calibre y 100 cartuchos más.

Tenía, además, 500 soldados orientales escogidos, entre ellos el Brigadier Antonio Maceo (Jefe de Infantería). Con el parque prácticamente agotado, pero en la mente la idea de librar nuevos combates, se ve limitada la continuidad de la invasión hacia el Occidente y hay que desistir del plan de pasar la trocha y aplazarlo hasta la próxima temporada que tuvo lugar el 6 de enero del 1875. En Las Villas incorpora más fuerzas y utiliza un constante hostigamiento a las tropas españolas. Manicaragua fue escenario de gran parte de esas Campañas villaclareñas de Gómez. Aquí se sucedieron numerosos encuentros fundamentalmente entre los años 1875-1876 (ver anexo).

Dentro de las batallas mambisas más importantes de esta contienda se encuentra la de Cafetal González que tuvo lugar en las Tornas del Jíbaro en la Finca Propiedad de José González. En el encuentro con las tropas de Jovellar, el enemigo sufre una gran pérdida en vidas humanas y en armamentos.

En el año 1878, fin de la Guerra de los 10 años, se produce en la historia un período de relativa calma que se conoce con el nombre de Tregua Fecunda. En este territorio, al igual que en muchos lugares del país, este período es muy productivo para el movimiento revolucionario. Se fortalecen los ideales de lucha, crece la conciencia en los hombres que aún no están bien condicionados, nos seguimos preparando, sobre todo en Güinía de Miranda, donde el Brigadier Lino Pérez, Juan Bravo y otros, siguieron uniendo voluntades y sumando hombres a sus filas, no así en el resto del territorio.


Fuentes

  • Sitio Web de la Cultura de Manicaragua
  • Portal El Villaclareño
  • Sitio web de los Joven Club de Computación de Manicaragua
  • Altunaga Rodríguez, Rafael. Las Villas, Biografia de una provincia. 1950. Academia de Historia de Cuba.
  • Alvarez Estevez , Rolando. La Reeducación de la mujer cubana en la colonia (Casa de recogida) Habana 1976.
  • Arango y González, del Solar. Guerra de Independencia, 1895 – 1898. Caveta No. 12 Biblioteca Martí.
  • Hacer, Luis y Zoraida Mauro. Algunas consideraciones sobre la jurisdicción de Santa Clara en víspera de la guerra de los 10 años. Análisis, sección de investigaciones históricas del PCC, Villa Clara.
  • Barreras, Orlando, el movimiento almado en Trinidad. Sinopsis de Sanctí Spíritus. Pág 76.
  • Bernardo y Estrada, Rodrígo de: Memorias azucareras. Ingenios 18.72. Ministerio nacional del azúcar. La Habana.
  • Bertelly Francisco Atlas de Cuba. 1560
  • Bustamante, Luis J. Enciclopedia Popular. Cienfuegos. Cuba No. 126.
  • Gallada y López. Relación de Fincas Amillaradas en los terminos municipales del Partido Judicial de Santa Clara. 1896.
  • Capitanía general de la Isla de Cuba. Estado Mayor. Prpuestas y recompensa durante las campañas del 68 al 78 y del 79 al 80. La Habana, 16 de agosto de 1892.
  • Carreras Angel Julio. El abolicionismo en las Villas. Esclavitud. Abolición y racismo. Editorial Ciencia Sociales, La Habana 1985.