Materia

Revisión del 12:17 17 nov 2022 de Luis Paver (discusión | contribuciones) (Materia en Filosofía)

Materia es todo aquello que ocupa un lugar en el espacio.

También se llama materia a una asignatura académica o disciplina en la enseñanza (como Matemáticas, Lengua, Historia, etc.).

Espacio

También se usa el término para designar al tema que compone una obra literaria, científica, política, etc. Esta distinción da lugar a la oposición «materia-forma», considerando que una misma materia, como contenido o tema, puede ser tratado, expuesto, considerado, etc. de diversas formas: de estilo, de expresión, de enfoque o punto de vista.

Materia en Filosofía

En física y filosofía, materia es el término para referirse a los constituyentes de la realidad material objetiva, entendiendo por objetiva que pueda ser percibida de la misma manera por diversos sujetos. Se considera que es lo que forma la parte sensible de los objetos perceptibles o detectables por medios físicos. Es decir es todo aquello que ocupa un sitio en el espacio, se puede tocar, se puede sentir, se puede medir, etc.

Materia en sentido mundano

Las acepciones del término «materia» en contextos tecnológicos se caracterizan por mantenerse en los límites de algún contenido específico o particular (arcilla, barro o material de construcción. Materialista, en España y América Latina, significa «el que transporta materiales de construcción»). También materia puede ser el tema o sujeto de un discurso.

Materia, en contextos tecnológicos, se opone a forma. La correlación entre los conceptos de materia y forma recibe una explicación dentro del contexto tecnológico si se tiene en cuenta que, en las transformaciones, solamente cuando un sujeto puede recibir o perder diversas formas puede también comenzar a figurar como un invariante del sistema de operaciones de referencia, invariante que prececisamente correspondería al concepto tecnológico de materia especificada. En cualquier caso, según Ernout-Meillet, materia (materies) tiene que ver con madre (mater) o, mejor aún, con «sustancia de la madre», cuando esa sustancia, para ser fértil y dar frutos necesita del concurso de otra materia (llamada forma); pues cuando la materia produce vástagos por sí misma tiene más que ver con la madera o núcleo interno del árbol en cuanto contradistinto de lignum (que incluye las cortezas).

Materia&Forma

La materia determinada es materia informada, pero se configura conceptualmente como materia en el momento en que puede perder sus formas y adquirir otras nuevas. Por este motivo, el concepto de materia se ha dado como opuesto a forma, de suerte que («paradoja ontológica») la forma, a su vez, comienza dándose como algo que, de algún modo, no es material.

La distinción metafísica puede considerarse como una versión inadecuada, producida por la sustantificación de la forma, respecto de la materia (sustantificación prohibida por [1]. La corrección de tal sustantificación no se alcanza mediante un postulado de conjunción que prescriba que «toda forma siempre ha de ser pensada conjuntamente con una materia y recíprocamente», por cuanto trata a la forma y a la materia como dos principios sustancialmente diferentes, cuya conjunción se decreta ad hoc. Es preciso partir de una unidad original que nos permita obtener la distinción (oposición), entre forma y materia: la Idea de Materia tiene capacidad para erigirse en tal principio. Una situación similar se plantea en la Física clásica cuando se trata de distinguir el Reposo del Movimiento. Esta distinción es tratada metafísicamente cuando (como pensó Descartes), el Reposo y el Movimiento se consideran como estados independientes en principio, aunque luego se postule la tesis de que la materia debe ir ligada al reposo y al movimiento (comunicado por Dios a la materia en el momento de la creación).

El principio de la Inercia operó una dialectización entre las Ideas de Reposo y Movimiento, en virtud de la cual, partiendo del movimiento (relativo), como situación originaria, se logra construir la idea de Reposo como un caso particular de estos movimientos originarios, a saber: como relación entre dos movimientos que entre sí mantienen una misma velocidad (en módulo, dirección y sentido). Es el principio de relatividad de Galileo. Es incorrecto explicar este principio diciendo que, según él, no existe diferencia entre el reposo y el movimiento. Esto sólo ocurrirá en el caso en que todos los móviles del mundo viajasen a la misma velocidad, como en la lluvia de átomos epicúreos antes del clinamen. Esta hipótesis es gratuita.

Cuando se habla del movimiento originario de la materia, se sobreentiende «multiplicidad de movimientos» (direcciones distintas, sentidos, etc.) Y entonces el reposo ya no puede equiparse al movimiento inercial originario. Análogamente, se parte de la pluralidad de contenidos materiales (no de la «materia», como si fuese una sustancia única) -como antes se parte de la pluralidad de móviles- que se relacionan entre sí de muy diferentes maneras -como de muy diferentes maneras se relacionan los móviles. Entre las diferentes maneras de relacionarse ontológicamente los contenidos materiales diferentes (relación de parte a parte, dentro de un todo; relación de causa eficiente a efecto, etc.), se selecciona (de la misma manera a como se seleccionaba, entre las diferentes relaciones entre móviles, la de velocidad igual, para definir el reposo) una relación, que llamaremos de conformación, para definir la forma.

Materia en Física

Se llama materia a cualquier tipo de entidad física que es parte del universo observable, tiene energía asociada, es capaz de interaccionar con los es decir, es medible y tiene una localización espaciotemporal compatible con las leyes de la física. Clásicamente se consideraba que la materia tiene tres propiedades que juntas la caracterizan:

  • que ocupa un lugar en el espacio
  • que tiene masa
  • que tiene duración en el tiempo.

En el contexto de la física moderna se entiende por materia cualquier campo, entidad, o discontinuidad traducible a fenómeno perceptible que se propaga a través del espacio-tiempo a una velocidad igual o inferior a la de la luz y a la que se pueda asociar energía. Así todas las formas de materia tienen asociadas una cierta energía pero solo algunas formas de materia tienen masa.

Ley de la conservación de la materia

Como hecho científico la idea de que la masa se conserva se remonta al científico ruso Mijaíl Lomonósov (1711-1765), quien en 1748 enunció la ley que lleva su nombre: «La masa de un sistema de sustancias es constante, con independencia de los procesos internos que puedan afectarle», es decir, «la suma de los productos es igual a la suma de los reactivos, manteniéndose constante la masa».

El mismo principio fue descubierto independientemente casi cuatro décadas después (1785) por el químico Antoine Laurent Lavoisier ―el científico francés considerado padre de la Química moderna―, que midió cuidadosamente la masa de las sustancias antes y después de intervenir en una reacción química, y llegó a la conclusión de que la materia, medida por la masa, no se crea ni destruye, sino que solo se transforma en el curso de las reacciones. Sus conclusiones se resumen en el siguiente enunciado: «En una reacción química, la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma».

Esa ley a veces es citada como «ley de Lomonósov-Lavoisier».

Sin embargo, el mejoramiento de la precisión de las medidas han permitido establecer que la ley de Lomonosov-Lavoisier, se cumple solo aproximadamente. La equivalencia entre masa y energía descubierta por Albert Einstein obliga a rechazar la afirmación de que la masa convencional se conserva, porque masa y energía son mutuamente convertibles. De esta manera, se puede afirmar que la masa relativista equivalente (el total de masa material y energía) se conserva, pero la masa en reposo puede cambiar, como ocurre en aquellos procesos relativísticos en que una parte de la materia se convierte en fotones. La conversión en reacciones nucleares de una parte de la materia en energía radiante, con disminución de la masa en reposo; se observa por ejemplo en procesos de fisión como la explosión de una bomba atómica, o en procesos de fusión como la emisión constante de energía que realizan las estrellas.

Fuentes

  • Aristóteles, Física,II,193b)