Dios

Dios
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Dios sentado en su trono.jpg
Religión o MitologíaJudaísmo y cristianismo, aunque es reconocido en casi todas las demás religiones y creencias.
SincretismoHashem (hebreos), el bisabuelo de los dioses (chinos), Olofi (yoruba)
Día celebraciónPascua, Navidad, Pentecostés, Semana Santa, etc.
Patrón(a) o Dios(a) deEl único y verdadero Dios (en el cristianismo)
País o región de origenEn todo el mundo
Venerado enEn todo el mundo

Dios. La palabra Dios es el nombre propio que se le da en idioma español a un ser único omnipotente, omnipresente, omnisciente y personal en religiones teístas y deístas (y otros sistemas de creencias) quien es: o bien la única deidad (en el monoteísmo), o la deidad principal, en algunas formas de politeísmo (como el henoteísmo).

El Diccionario de la lengua española lo define como el ‘ser supremo que en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo’ o, como nombre genérico con minúscula inicial, «deidad a que dan o han dado culto las diversas religiones politeístas».

Conceptos

A menudo Dios es concebido como el creador personal, sobrenatural y supervisor del universo. Los teólogos han adscrito una variedad de atributos a las numerosas concepciones diferentes de Dios. Entre estos, los más comunes son: omnisciencia, omnipotencia, omnipresencia, omnibenevolencia (perfecta bondad), simplicidad divina, y existencia eterna y necesaria.

Dios también ha sido concebido como de naturaleza incorpórea, un ser personal, la fuente de toda obligación moral, y el "mayor ser concebible con existencia". Estos atributos fueron descritos en diferentes grados por los primitivos filósofos-teólogos judíos, cristianos y musulmanes, incluidos Maimónides, san Agustín, y Al-Ghazali, respectivamente.

Concepciones del ser supremo

A menudo Dios es imaginado como una fuerza de la Naturaleza o como un ente consciente que se puede manifestar en un aspecto natural. Tanto la luz como la penumbra son símbolos canónicos para representar a Dios.

La definición más común de Dios es la de un ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente; creador, juez, protector y, en algunas religiones, salvador del universo y la humanidad. Sobre esta definición existen variaciones

Dios definido como un ser supremo personal

Pueden darse, según las distintas visiones, características variadas y no siempre armonizables entre sí. Además, hay quienes creen en un Dios personal simplemente según argumentos filosóficos, pero sin necesidad de recurrir a un modo religioso de tratar con ese Dios, mientras otros consideran a Dios, con argumentos religiosos sin excluir otros argumentos (también pueden tener argumentos filosóficos), como un ser con el cual tratan y esperan una acción salvadora a favor de los hombres.

Características propuestas

  • Dios sería capaz de insuflar el aliento adecuado que permite a sus adoradores sostener el sistema de autogobierno que Él mismo define en un compendio de leyes, normas y/o principios catalogados en una colección de libros definidos como sagrados por sus seguidores, y cuyos redactores humanos declaran haber sido guiados por la iluminación divina. Al insuflar ese poder, no causa sufrimiento añadido al sistema de vida rutinario.
  • Dios como ser capaz de someter voluntades.
  • En algunas religiones y corrientes filosóficas, Dios es el creador del universo (cf. Génesis capítulo 1; Romanos 2; Credo niceno-constantinopolitano).
  • Algunas tradiciones sostienen que, además de creador, Dios es conservador (teísmo), mientras que otros opinan que Dios es únicamente creador (deísmo).

En las grandes religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e islamismo) el término «Dios» se refiere a la idea de un ser supremo, infinito, perfecto, creador del universo, que sería pues, el comienzo y el final de todas las cosas. Dentro de las características principales de este Dios Supremo estarían principalmente:

  • Omnipotencia: poder absoluto sobre todas las cosas;
  • Omnipresencia: poder de estar presente en todo lugar;
  • Omnisciencia: poder absoluto de saber las cosas que han sido, que son y que sucederán.

Postulan que Dios es un ser amoroso con su creación y justo y, en el cristianismo, que por medio del Espíritu Santo puede instrumentalizar a personas escogidas para realizar su obra y que Dios es además inteligencia y puede expresar emociones como alegría, cólera o tristeza.

El hombre puede hablar y comunicarse directamente con Dios, sin intermediarios, mediante la oración, puede recibir revelaciones personales, sabiduría e inteligencia adicional para entender los misterios de Dios. Dios además hace revelaciones a profetas, cara a cara, como es el caso de Moisés, Elías y otros profetas. La obra de Dios es dar a los hombres el regalo de la salvación y la vida eterna.

  • Algunas concepciones de Dios se centran en una visión de éste como una realidad eterna, trascendente, inmutable y última, en contraste con el universo visible y continuamente cambiante.
  • Principalmente, a Dios se le atribuyen omnipotencia (todo lo puede), omnipresencia (todo lo abarca), omnisciencia (todo lo sabe), y omnibenevolencia (es absolutamente bueno). Sin embargo, no todos afirman que Dios es moralmente bueno. Mientras que algunos consideran que Dios representa lo moralmente bueno, admitiendo que existe una definición objetiva de lo bueno y lo malo, para otros Dios está por encima de la moralidad, o la determina, de manera que es bueno lo que Dios quiere que sea bueno.
No todos sus atributos concuerdan, apareciendo contradicciones que hacen a los críticos negar que Dios pueda tener a la vez los cuatro atributos indicados. Por ejemplo, se afirma que si Dios es el creador omnipotente, omnisciente y el único juez, entonces al crear a la humanidad, incluidos ateos y paganos, sabe cómo será su comportamiento y tendrá que enviarlos al infierno. Este Dios no puede, por tanto, ser bueno desde el punto de vista de todos los humanos, del mismo modo que algunos afirmarán que no todos los humanos son buenos desde el punto de vista de Dios.
Este, el problema de la existencia del mal, es uno de los obstáculos planteados por los escépticos para aceptar ese concepto de Dios. Los creyentes suelen alegar el «libre albedrío» de los seres humanos para explicar el mal en el mundo, aunque ese argumento no sirve para explicar el mal en la Naturaleza (aunque no está del todo definido el concepto de mal en la Naturaleza, pues existe el problema de que, si el bien y el mal es cuestión de opción hecha (por libertad o razonamiento), la Naturaleza carece de este tipo de opciones, simplemente es como es); y por otra parte, los críticos no consideran compatibles la omnipotencia y la omnisciencia de Dios con el libre albedrío, alegando que si Dios todo lo puede, intervenir implicaría obstaculizar la libertad del ser humano; o el saberlo todo implicaría también que no hay nada dentro de la libertad del ser humano que no esté previamente fijado y dicho.
Al respecto de la omnipotencia, se contrapone la característica omnibenevolente de Dios, que al poderlo todo no necesariamente lo hace, sino que deja al ser humano actuar de acuerdo con la característica libre con que lo creó en un inicio y no interfiere, ya sea por apatía o placer (lo que de nuevo contradiría la benevolencia de Dios), o por respeto (nacido de su benevolencia) a la naturaleza con que fue creado el hombre.
  • La teología negativa (o vía negativa) aduce que no se pueden determinar afirmaciones concluyentes sobre los atributos de Dios, mientras que los agnósticos consideran que el limitado conocimiento humano no permite obtener pruebas concluyentes de qué o cómo es Dios. Algunas costumbres relacionadas con el misticismo establecen unos límites al poder de Dios, al considerar que la naturaleza suprema de Dios no deja lugar a la casualidad.
  • La concepción de Dios como ente individual es una característica del monoteísmo. Las diferencias entre monoteísmo y politeísmo dependen de la tradición de los pueblos (ver Trinidad, dualismo y henoteísmo).

Dios, un ser supremo no personal

  • Dios como algo supremo, pero no necesariamente como un ser personal.
O algunas ideas sobre Dios pueden incluir atributos antropomórficos: sexo, nombres concretos e incluso exclusividad étnica, mientras que otras ideas son meramente conceptos filosóficos.
O la idea de Dios suele ir entremezclada con la definición de verdad, en la que Dios es la suma de todas las verdades. Desde esta perspectiva, la ciencia es sólo un medio de encontrar a Dios.
O existen divergencias al definir a Dios, bien como una persona o, más bien, como una fuerza o impulso impersonal. También son diversas las formas en las que se entiende que Dios se relacionaría con el hombre y la apariencia que Dios tendría.
  • Algunos sostienen que tan sólo existe una única definición válida de Dios, mientras que para otros, cabe la posibilidad de que varias definiciones de Dios sean posibles a la vez.
  • Se puede construir una explicación sobre la existencia de Dios desde la psicología, intentando establecer qué realidad externa se corresponde con su recreación mental. Así, a partir del estudio introspectivo de la consciencia, se llegaría a la conclusión de que ésta surge asociada a la experiencia de un cierto vacío.

Etimología

En idioma español, al igual que en las otros idiomas romances, la palabra «dios» viene directamente del latín «deus», ‘deidad’.

En otras lenguas romances, el latín «deus» derivó en dío (italiano) deus (gallego y portugués), déu (catalán) y dieu (francés).

El latín «deus» a su vez proviene de la antiquísima raíz protoindoeuropea «*deiwos» o «diewos», ‘brillo’, del que derivó el sánscrito «deva» (‘ser celestial’, ‘dios’) y el nombre propio sánscrito Dyeus. Existe un dios menor en la India, llamado Dieus Pitar (‘dios padre’).

Hay una serie de nombres de Dios en las lenguas indoeuropeas que se interpretan como derivadas de una única forma original, protoindoeuropea, Dyeus. En las lenguas germánicas la palabra para designar a Dios tiene la raíz got-, de donde vienen god (inglés) o gott (alemán). De esta misma raíz podría derivarse el nombre del pueblo godo. El origen de la palabra got es muy antiguo, y no se extiende hacia ninguna otra familia indoeuropea con excepción de la irania. Así en persa moderno se dice joda (خدا), y en kurdo, xhwedê. La raíz se origina del segundo participio sustantivado del indogermánico *ghuto-m, de la raíz verbal *ghau (‘llamar, hacer una llamada, invocar’). De esta manera, Dios sería ‘el ser llamado’, ‘el ser invocado’.

El nombre Yahveh procede del hebreo Yhwh y no guarda parentesco con ninguna de las formas indoeuropeas de designar al Dios supremo. Yahvé es el nombre propio bíblico del dios de las religiones cristianas y judía, mientras que para referirse a la divinidad de un modo genérico las lenguas semíticas poseen la raíz El, que ha dado lugar, entre otras, al árabe Alá o al hebreo Elohim.

Uso de la mayúscula

En castellano se refiere al dios del judaísmo, el cristianismo, el islamismo y, a veces, del hinduismo con letra mayúscula («Dios») como se hace con cualquier nombre propio. Pero también los pronombres y adjetivos relativos a Dios se escriben con mayúscula, como fórmula de respeto en los textos religiosos, por ejemplo, se escribe «el Señor», «Él», «Su», «Tú», «Vos», etcétera.

Los nombres de Dios

En castellano, el vocablo «Dios» se utiliza para referirse a la deidad suprema de las religiones monoteístas. Pero son muchos los dioses de este tipo que se presentan entre las diversas culturas, incluyendo a las politeístas, y por ende muchos los vocablos en distintos idiomas con los que se los identifica particularmente según aquella condición exclusiva suya, o los nombres particulares que se les ha otorgado.

Para un análisis de los nombres de Dios en el judaísmo y en el cristianismo se deben tener en cuenta el significado del nombre para esas religiones.

A continuación se presenta una lista de algunos de los diversos dioses supremos, de varios países y manisfetaciones religiosas, según sus respectivas denominaciones: El tetragrammaton (‘cuatro letras’) Yhwh en fenicio (desde el 1100 a.  n.  e. hasta el 300 n. e.), en arameo (desde el siglo X a. n. e. hasta el siglo I d. C.) y en caracteres hebreos modernos

  • Achamán, en la mitología guanche (de las islas Canarias antes del siglo XV), es el dios sustentador de los cielos y dios sublime.
  • Ahura Mazda para el zoroastrismo persa.
  • Alá (del árabe Allah), en el islamismo. Aunque se suele creer lo contrario, no es un nombre propio sino la palabra «Dios» en árabe. Con esta palabra, los arabohablantes (sean musulmanes, cristianos o judíos) se refieren al Dios único de las religiones monoteístas. Es la versión árabe del nombre del dios semítico El, que ha dado lugar también a Elohá (‘Dios’) y el plural hebreo Elohim (‘los dioses’).
  • Amaterasu O-Mikami o Kamisama (天てらす大神様): ‘Señor Dios que ilumina el cielo’, en el shintoísmo de Japón.
  • Ameno Minakanushi (‘señor Dios padre celestial’) en el shintoísmo antiguo.
  • Anu es el dios supremo de la religión sumeria.
  • Avalokiteshvara (en sánscrito) según el Lamaísmo.
  • Ayyavazhi en el sur de la India.
  • Cao Ðài (vietnamita), en el caodaísmo.
  • Elohim (del hebreo también), usado en la Biblia.
  • Igzi'abihier (literalmente ‘señor del universo’) en la Iglesia ortodoxa de Etiopía.
  • Jah es el apócope de Yavé (véase Yavé). Es la forma que usan los rastafaris.
  • Ngai es el nombre masái de Dios.
  • Niskam
  • Shang Di (上帝): ‘Señor del Cielo’, en la antigua religión china.
  • Teotl significa ‘dios’ en náhuatl (aunque se debe recordar que eran politeístas).
  • Santísima Trinidad (abarcando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo), representa a Dios en casi todas las confesiones cristianas. Algunos cristianos identifican a Dios el Padre con Yavé del judaísmo como el mismo Dios, sin embargo otros cristianos creen que Yavé es Jesucristo.
  • Waheguru es el término del sijismo para Dios.
  • Yavé o Yahweh (yhwh (יהוה) en hebreo) es el nombre del Dios supremo de los antiguos hebreos, el dios del Antiguo Testamento bíblico, tomado más adelante por los cristianos como Dios supremo y padre de Jesucristo, por lo que en la actualidad se lo conoce como Dios judeocristiano, el Dios cristiano de Occidente. Suele traducirse como ‘el que es’ o ‘el que vive’. Esta grafía hebrea (יהוה) es conocida por el vocablo griego tetragrámaton. En el culto judío este nombre nunca se pronuncia aunque aparezca escrito en los textos religiosos, diciéndose en su lugar Adonai, que significa ‘mis señores’. Por el hecho que en el texto hebreo no hay vocales, no se sabe cómo pronunciar exactamente el nombre (que los maestros hebreos trasmitían oralmente a sus alumnos) y por ello los hay que usan la trascripción de Yahveh mientras que otros utilizan el nombre Jehová, yuxtaponiendo las vocales de Adonai a las consonantes de YHWH. La práctica judía de sustituir el nombre divino por títulos como, se adoptó en copias posteriores de la Septuaginta griega, la Vulgata latina y en muchas otras traducciones, antiguas y modernas, por lo que hay traducciones al castellano de la Biblia que sustituyen el nombre hebreo por ‘Señor’. En 1611, la versión inglesa de la Biblia del rey Jacobo utilizaba cuatro veces el nombre de Jehová.

Atributos de Dios

Posición monoteísta cristiana

Según el monoteísmo cristiano, el conocimiento de la naturaleza de Dios podría realizarse desde dos vías: una ascendente, a partir de lo que desde la naturaleza se pudiese saber de Dios; y otra descendente, lo que supuestamente Dios revela. En el siguiente apartado se clasifican los pretendidos atributos de Dios en función de su relación con lo creado: Atributos no relacionados (son completamente independientes de la Creación como por ejemplo la espiritualidad) y atributos relacionados (se manifiestan en la Creación, como por ejemplo la omnipotencia); estos últimos se subdividen a su vez en atributos activos y atributos morales dependiendo de si la relación se establece con lo creado en general o con las criaturas racionales.

Atributos no relacionados

Son aquellos atributos divinos que son completamente independientes de lo que se atribuye como creado.

Espiritualidad

Este punto de vista presenta a un Dios que no es material ni está limitado a las condiciones de la existencia material. Dice que es espíritu, que piensa, siente, habla y se comunica con sus criaturas racionales, no posee miembros corporales o pasiones, no está compuesto de elementos materiales, y no está sujeto a las condiciones de la existencia natural. De acuerdo a la Biblia, Jesús habría dicho que Dios es Espíritu, tal como se recoge en el Evangelio de Juan: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Una supuesta consecuencia de la espiritualidad de Dios sería que Dios vive. Vive como un ser moral a semejanza del hombre, pero en suma perfección. A. Strong afirma: Si el espíritu en el hombre implica vida, entonces en Dios el espíritu implica la vida eterna e inagotable

Infinitud

Dios no está limitado absolutamente por nada, y, por lo tanto, sería infinito. Infinito en relación al espacio (inmensidad de Dios) o al tiempo (eternidad de Dios). Con relación al espacio Dios sería infinito porque está presente en todo lugar e incluso fuera de él; tal atributo estaría relacionado con la omnipresencia. En cuanto al tiempo sería infinito por ser eterno.

Unidad

Dios sería completamente simple, y en él no habría ni composición ni partes.

Omnipotencia

La Omnipotencia de Dios significaría:

  • Libertad y poder para realizar todo lo que sería consecuente con su naturaleza.
  • Control y soberanía sobre todo lo hecho o lo que puede ser hecho.

Omnisciencia

El conocimiento de Dios sería perfecto, no tiene que razonar o reflexionar, o descubrir cosas, o ir aprendiendo, porque en teoría posee todos los conocimientos.

Sabiduría

La sabiduría de Dios sería una combinación de su omnisciencia y su omnipotencia. Tiene poder para aplicar sus conocimientos de manera que los propósitos mejores sean realizados o cumplidos por los mejores medios posibles.

Historia del monoteísmo

En el Oriente antiguo muchas ciudades tenían su propio dios local, aunque esta adoración de un solo dios no implicó la negación de la existencia de otros dioses.

El culto iconoclasta del dios solar egipcio Atón fue promovido por el faraón Akenatón (Amenhotep IV), que gobernó entre 1358 y 1340 a. C. El culto de Atón, el dios del Sol, se cita a menudo como el ejemplo de monoteísmo más antiguo del que se tiene conocimiento y a veces se cita como una influencia formativa del judaísmo temprano, debido a la presencia de esclavos hebreos en Egipto. Pero aunque el himno de Akenatón a Atón ofrece evidencia fuerte de que Akenatón consideraba que Atón era el creador único, omnipotente, la adoración de otros dioses al lado de Atón nunca cesaron fuera de su corte, y los más viejos cultos politeístas pronto recuperaron precedencia.

Teología

En algunas sociedades los creyentes religiosos con frecuencia asumen que el sistema de moral de comportamiento es inspirado en la revelación de la religión mayoritaria, que puede recogerse en un libro: para el cristianismo es la Biblia, para el judaísmo es el Tanaj y para el Islam el Corán.

Cristianismo

Los cristianos consideran a Dios como un ser que interviene y participa en la historia humana, que se revela. Además, la mayoría de confesiones cristianas consideran desde antiguo que en Dios hay tres Personas en una única sustancia, lo cual queda recogido bajo la fórmula de que Dios sería Uno y Trino. En los escritos de la Patrística, se realza la diferencia entre los dioses paganos, considerados llenos de vicios y contradicciones, y el Dios conocido tanto por los mejores pensadores paganos (por ejemplo Platón y los platónicos, a quienes cita San Agustín en su obra La Ciudad de Dios) como por los cristianos. Desde la Edad Media y hasta la actualidad, la tradición católica hace de Dios un objeto de estudio teológico, al mismo tiempo que lo considera inaccesible a una plena comprensión racional (como explica, por ejemplo, San Anselmo de Aosta). Desde tiempos de Tomás de Aquino (1225-1274), la Iglesia católica asume que la existencia de Dios puede demostrarse en el ámbito de la metafísica. Tomás de Aquino en su obra Summa Theologiae (1266) sostiene que se puede entender la existencia de Dios por cinco vías o caminos (entiéndase vías como «maneras de llegar a», no como pruebas concretas):

  • Vía del primer motor
  • Vía de la causa eficiente
  • Vía del ser necesario
  • Vía de los grados de perfección
  • Vía del ser inteligente y del gobierno del mundo

Islam

En el Islam, el Corán no discute en profundidad el tema de demostrar la existencia de Dios, ya que dice ésta es confirmada por el instinto humano puro y sano (así como por la mente no contaminada con «la impureza del politeísmo»). Más aún, la afirmación de la unidad divina, es algo natural e instintivo.

La teología y las leyes

De diversas formas y a lo largo de la historia, los estados han establecido relaciones no siempre fáciles con las creencias religiosas y con la idea de Dios dominante en la sociedad. Existen, por lo mismo, diferentes modalidades, que van desde el estado teocrático, donde la visión de Dios (o de los dioses, en los lugares donde domina el politeísmo) es algo que debería ser aceptada (según las leyes) por todos (so pena de perder algunos o muchos derechos) hasta el extremo opuesto, que considera la creencia en Dios (o en los dioses) como algo que debe ser erradicado completamente o, al menos, excluido de cualquier presencia en el ámbito público. En los estados confesionales la sociedad civil y la sociedad religiosa son entidades separadas, pero existe una religión oficial y se exige a las leyes civiles que están subordinadas a las eclesiásticas, con la moral y el bien común definidos por la religión.

La confesionalidad puede ser compatible con la libertad de culto, pero no con la igualdad entre las religiones, moviéndose las diferencias entre la simple preeminencia ceremonial o los privilegios fiscales para la religión oficial y la prohibición de ejercer oficios públicos para los miembros de otras religiones o los no religiosos. En los estados teocráticos la máxima autoridad del gobierno le corresponde al clero, y toda la vida política está subordinada a la religión. Algunos regímenes modernos, como los regímenes autoritarios de inspiración católica de Francisco Franco o Ante Pavelić, exceden los límites del estado confesional sin llegar a ser teocracias.

Dios y la neurobiología

Michael Persinger neurólogo, ha recogido de sus pacientes con epilepsia temporal relatos de alucinaciones de tipo religioso. Dos de los relatos frecuentemente aludidos son los de Rudi Affolter y de Gwen Tihe, ambos padecían epilepsia temporal. Él es ateo y cuenta que experimenta alucinaciones como si realmente se estuviera muriendo. Ella es cristiana y la alucinación que padece es que da a luz a Jesucristo.

Algunos han querido reproducir experimentalmente estas auras epilépticas mediante estimulación de la corteza temporal. Michael Persinger lo hacía con un campo magnético de débil intensidad y los sujetos de experimentación referían que notaban como si en la habitación en que se encontraban hubiera algún ser no corporal, experimentaban a veces una iluminación repentina, o temor espiritual, pérdida de la noción de tiempo, etc. Por su parte, un investigador suizo, mediante "electric zaps" a la altura del gyrus angularis aplicados a una epiléptica, ésta experimentaba la sensación de "fuera del cuerpo".

El momento en que una persona creyente se siente en comunión con Dios, o con una entidad superior, fue estudiada por Newberg y D’Aquili. Descubrieron es que la mayoría de los sujetos experimentales -cuando no están meditando- muestran el Area de Asociación de la Orientación mucho más activa que cuando meditan. Es decir, son capaces de concentrarse con tanta profundidad que ya no perciben los estímulos sensoriales externos. Según los investigadores, al no recibir información sensorial, el área de asociación de la orientación se vuelve incapaz de determinar los límites del individuo. Y eso sería lo que provoca que el meditador perciba sensaciones relacionadas con "Dios", el “infinito” o de “unidad con el Universo”.

Uffe Schjødt estudió las reacciones cerebrales, mediante el análisis cerebral por resonancia magnética funcional (fMRI), en un total de 20 pentecostalistas y de otras 20 personas no creyentes, durante la escucha por parte de todos los participantes, de sermones religiosos grabados.

A todos los voluntarios se les dijo que seis de las oraciones grabadas habían sido leídas por personas no cristianas, otras seis por cristianos corrientes y las otras seis por un sanador. En realidad, todas ellas habían sido leídas por cristianos de a pie. Los científicos constataron que sólo en el caso de los voluntarios devotos se produjeron cambios en la actividad cerebral registrada, como respuesta a los sermones oídos. Concretamente, en este grupo la actividad neuronal se redujo en partes de la corteza prefrontal y de la corteza cingulada anterior del hemisferio izquierdo del cerebro, que son áreas que juegan un papel clave en el estado de vigilancia y de escepticismo en situaciones en las que estamos juzgando la verdad y la importancia de lo que la gente nos dice. Así mismo se vio reducida la actividad del área de asociación de la orientación, reafirmando lo planteado por Newberg. También se observó, en los creyentes, actividad neural adicional en lo que se considera el área de la fe, en el lóbulo prefrontal derecho, que no presentaron los que se declararon no creyentes.

Pruebas racionales de la existencia de Dios

Son argumentos a favor de la existencia de Dios, apoyados en conceptos con significado meramente racional, con los que, a modo de conocimiento conceptual o demostrativo, la tradición filosófica, la de orientación escolástica sobre todo, razona el motivo de su creencia en Dios.

Clasificación

A lo largo de la historia las pruebas se han dividido en grupos, según el método que usan sus exponentes. El primer método es el especulativo-racional, que es el más conocido. El segundo es el histórico-legal, generalmente expuesto por autores apologéticos más recientes, pero seguido por personalidades cómo Blaise Pascal.

Posición racional

Las pruebas racionales se clasifican tradicionalmente en tres clases, según la idea fundamental en que se apoyan:

  1. Las pruebas cosmológicas parten de la realidad del mundo al que atribuyen determinadas características, como orden, teleología, finalidad. La prueba por el orden del mundo, o prueba teleológica, es la quinta vía de Tomás de Aquino. El orden que hay en el mundo, tal como muestra finalidad lleva a la exigencia de una causa inteligente. Se le conoce también como prueba por el designio, desarrollada en el contexto de una visión mecanicista del universo. Hume, en Diálogos sobre la religión natural (1779) y Kant, en Crítica de la razón pura (1787), donde le da el nombre de prueba físico-teológica, critican el valor de esta prueba.
  2. Las pruebas morales aluden al consentimiento universal de la humanidad (a modo de una convicción natural del género humano, que, por una cierta intuición de tipo religioso, lleva a afirmar la existencia de Dios), al deseo de felicidad, de eternidad (Unamuno).
  3. Por último, las pruebas metafísicas, las más propias de la filosofía de tradición escolástica, y a las que se ha atribuido mayor carga racional. Se trata de las cinco vías tradicionales de Tomás de Aquino (menos la quinta, o prueba teleológica). Las pruebas se construyen aplicando el principio de causalidad a realidades (metafísicas) atribuibles al mundo, como la causalidad eficiente, la contingencia, la perfección en diversos grados. Estas pruebas intentan llegar hasta un concepto de Dios que se muestra como primera causa eficiente, ser necesario y perfecto o infinito.

Posición histórico-legal

Esta posición está basada en el método histórico de investigación. Hace énfasis en la verdad histórica de los acontecimentos del Nuevo testamento, como la resurrección de Jesús de Nazaret, y la predicación apostólica del siglo I d.C.

Búsqueda de Dios

Corriente filosófico-religiosa burguesa rusa tendiente a reavivar y a:

«fortalecer de una manera nueva la religión en el pueblo».

Surgió a comienzos del siglo XX y trascendió en la organización de reuniones religiosas (1901-1903, Petersburgo), en la publicación de las revistas «Nuevo camino», «Problemas de la vida», etc.

Las ideas de la «búsqueda de Dios» alcanzaron singular aceptación en los medios intelectuales burgueses después de la derrota de la revolución de 1905-1907. Se discutieron ampliamente en escritos y en la Sociedad Filosófico-religiosa, renacida en 1907. Los representantes de dicha corriente –filósofos y escritores decadentes como Berdiáiev, Dmitri Merezhkovski («No la paz, sino la espada», 1908, etc.), N. Minski («Sobre la libertad de la conciencia religiosa», 1902; «La religión del futuro», 1905), Serguéi Bulgákov– exhortaban a adoptar una «nueva actitud» respecto a los preceptos de Cristo, propugnaban cierta «reforma religiosa». Decían que el fin de la vida estriba en la búsqueda de Dios, que el sentido de la historia consiste en dar realidad a Dios en la humanidad, en crear la humanidad divinizada, es decir, una organización social asentada sobre fundamentos religiosos. Únicamente la resignación, el amor y la paciencia pueden conducir a las personas al fin: al reino de Dios.

Los buscadores de Dios defendían el irracionalismo, el conocimiento místico; entendían que la revelación era el procedimiento más seguro para alcanzar la verdad. La teoría de la búsqueda de Dios estaba dirigida, ante todo, contra la visión marxista de la sociedad y se basaba en las concepciones filosófico-teológicas de Soloviov. Lenin, Plejánov y otros marxistas pusieron de manifiesto el carácter reaccionario de toda filosofía místico-religiosa, incluyendo la de la búsqueda de Dios. Después de la [[Revolución_de_octubre|Revolución de Octubre de 1917, la mayoría de los buscadores de Dios se fueron de Rusia y se manifestaron contra el poder soviético.

Construcción de Dios

Corriente filosófico-religiosa rusa surgida después de la derrota de la revolución de 1905-1907 (Lunacharski, Bazárov, Iushkévich y otros); durante cierto tiempo, Gorki formó parte del grupo de los constructores de Dios («Confesión», 1907; «La destrucción de la personalidad», 1909), mas gracias a la influencia de Lenin, rompió con dicha corriente.

El objetivo de la construcción de Dios, estrechamente unida a la filosofía de Bogdánov, consistía en «unir el socialismo científico con la religión» (Lenin), crear el denominado ateísmo religioso, es decir, una religión sin Dios.

«...El socialista es más religioso que el hombre religioso a la antigua.

...pues los objetos de adoración del socialista son reales: la humanidad y el cosmos. Los constructores de Dios también veían al marxismo, ante todo, como un sistema religioso que señala a la gente el camino hacia una nueva vida. Las ideas de la construcción de Dios fueron propagadas con singular amplitud en la escuela organizada por Bogdánov y otros en la isla de Capri (1909).

Aunque los constructores de Dios eran miembros del Partido Socialdemócrata y se manifestaban contra la búsqueda de Dios, sus teorías no tenían nada de común con el marxismo; reflejaban las vacilaciones ideológicas de una parte del proletariado influida por la ideología pequeño burguesa. Criticaron duramente a la «construcción de Dios», Lenin y Plejánov.

Tanto en Europa como en Rusia toda defensa o justificación de la idea de Dios, hasta la más refinada y bienintencionada, es una justificación del espíritu reaccionario.

Véase

Fuentes

  • «Dios», artículo del Diccionario soviético de filosofía publicado en el sitio web Filosofía.org.
  • «Dios», artículo publicado en el sitio web Proyecto Hermenéutica.
  • «Dios», artículo publicado en el sitio web Canal Social.
  • Cortés Morató, Jordi; y Martínez Riu, Antoni (1999): «Dios», artículo publicado en el Diccionario de filosofía. Barcelona (Cataluña): Herder, 1999.
  • Macdowe, Josh: Evidence that demands a veredict.
  • Pérez Delgado, Esteban (1995): Psicología, ética, religión: ¿ética versus religión?