Omar Alí

Omar Alí
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A pesar de ser mucho más conocido por su trabajo en la Televisión Cubana, Omar vive orgulloso de su trabajo en el teatro y los personajes que allí ha interpretado.
NombreOmar Alí Pérez
NacimientoCiudad de la Habana, Bandera de Cuba Cuba
ResidenciaCiudad de la Habana
OcupaciónActor
FamiliaresPaula Alí (tía), Jorge Alí (hermano)

Omar Alí Pérez. Destacado actor cubano con amplia trayectoria artística. Se le recuerda con mucho agrado por su personaje de Edgardo de la Telenovela Cubana ¡Oh, La Habana! entre otros trabajos.

Trayectoria Artística

Actor graduado de la Escuela Nacional de Arte en el año 1982, diplomado en Dirección de Televisión, y profesor adjunto de la especialidad de actuación en el Centro de Capacitación de la Televisión Cubana. A pesar de que su tía Paula Alí y su hermano Jorge Alí pertenecían al mundo de la actuación Jorge Alí no estaba del todo convencido a los inicios. Al entrar en la Escuela Nacional de Arte su hermano cursaba el tercer año y él lo hizo casi por embullo pero penetró en el mundo para lograr una total entrega esa profesión .

Trabajo en el Teatro

A pesar de ser mucho más conocido por su trabajo en la Televisión Cubana, Omar vive orgulloso de su trabajo en el teatro y los personajes que allí ha interpretado. Sinete mucha satisfacción por haber trabajado con Héctor Quintero en aquellas obras populares de Héctor como Contigo pan y cebolla (donde primero hizo Anselmito y luego El Vendedor), Te sigo esperando, Esperando el lunes y El lugar ideal. Igualmente importante fue su participación en obras, significativas en la historia del teatro, que realizó con Vicente Revuelta y Raquel Revuelta.

Trabajo en la Televisión

En la Televisión Cubana su primer personaje fue en el espacio Horizontes. Intervino en El tiempo joven no muere, que dirigió Juan Vilar y en la que entró al medio una generación completa. Un personaje que le marcó mucho fue El condesito de La acera del Louvre. Le gustó interpretar el bobito de la serie Día y Noche, el teleteatro La avería, de Alejandro Gil; y Propietarios del Alba, que contó con un excelente guión de Ernesto Daranas. En la telenovela ¡Oh, La Habana!, dirigida por Charlie Medina realiza quizás la labor más importante de su carrera. Edgardo, su personaje inicia otra faceta de su trabajo. En este trabajo se logra trasladar toda la angustia, amargura, soledad y fracaso de ese hombre, situado en el umbral de la locura por amor u obsesión, porque ¡Oh, La Habana! es también un tratado sobre el ser humano y sus obsesiones en los casos, sobre todo, de Rosa Maura y el propio Edgardo.

Confesiones de Omar Alí

Omar es además de un destacado actor, director de dramatizados en la Televisión Cubana.
  • Papeles de villano: Disfruto cualquier papel, pero indiscutiblemente los papeles de malo que se escriben para televisión resultan más atractivos por su complejidad. Yo disfruto mucho interpretando emociones y mientras sean más complejas y profundas, pues mejor. !Adoro a los malos!, Me hacen sentir mejor como actor.
  • ¡Oh, La Habana! : Excelente. Mi mayor éxito en mucho tiempo, quizás de toda mi carrera en la televisión. Sin embargo considero que su mayor virtud son los temas que ha tratado.
  • Influencia de Iris, su esposa: Tiene influencia en todo lo que hago en mi vida, no hay un paso donde no me apoye en ella. Mi mayor crítica y mi mejor admiradora.
  • Personaje que quisiera hacer: Otelo. ¿Me quedará tiempo?
  • Verdad nunca dicha: Me aterra la voz de !Acción!
  • Paula y Jorge Alí: Paula es un ejemplo. Es de esas actrices laboriosas. Se ha ganado un espacio y que nadie piense que con facilidad; ha sido con mucho sacrificio y demostrándolo. Verla en el teatro, cómo se desenvuelve y la energía que transmite, es impresionante. «Jorge es un actor muy versátil. Ha tenido mucha suerte y ha demostrado que es talentoso —porque en esta carrera no todo consiste en tener talento, también son importantes las oportunidades para manifestarlo—. Tiene capacidad histriónica y una carrera sólida, aunque ha tenido momentos de baja, como todos, pero ha sabido cuidar el estatus profesional.
  • Personajes mal escritos o malas actuaciones: Hay una frase muy usada, cuyo autor no recuerdo, y dice: «No hay pequeños personajes, sino actores pequeños». Pienso que la sentencia se refería en su momento al actor en el mundo del teatro. En ese tiempo no hacías personajes estúpidos ni tontos, ni que sobraban en la historia. Actualmente no siempre en esos libretos, e incluso en los de teatro, encuentras personajes buenos, más los hay.

Véase también

Fuentes