Primera Constitución Política de El Salvador

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Primera Constitución Política de El Salvador
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La Constitución permitió que dicha nación se erigiera como Estado libre e independiente dentro la órbita de la República Federal de Centroamérica que estaba por contituirse.
Creación12 de junio de 1824
PaísBandera de El Salvador El Salvador

Primera Constitución Política de El Salvador (1824). Fue aprobada en la capital del El Salvador el 12 de junio de 1824 por una Asamblea Constituyente siendo la primera del país como estado miembro de la federación de Estados Centroamericanos. La Constitución permitió que dicha nación se erigiera como Estado libre e independiente dentro la órbita de la República Federal de Centroamérica que estaba por contituirse.

Historia

La idea de República federal que manejaron los diputados liberales contemplaba a cada Estado con autonomía gubernamental. Las bases de la constitución, publicadas por la Asamblea nacional el 27 de diciembre de 1823 para ser discutidas en toda Centroamérica, planteaban que la República se compondría de cinco Estados (Guatemala, San Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, exceptuando Chiapas hasta cuando libremente decidiera entrar en el pacto), los cuales eran libres e independientes en su administración interior. La soberanía pertenecía al pueblo, es decir, a todos los habitantes de la República. No obstante, la Provincia de San Salvador se adelantó a los hechos.

Las autoridades liberales salvadoreñas asumieron nuevamente el control luego que las tropas mexicanas y guatemaltecas que ocuparon la Provincia tuvieron que marcharse anexaron en diciembre de 1823 el territorio de Sonsonate a través de la intimidación armada y las negociaciones. La antigua Alcaldía mayor de Sonsonate significaba para los salvadoreños una ventaja estratégica desde el punto de vista comercial por su puerto en el Mar del Sur. Pero por otro lado, las autoridades liberales de San Salvador, no esperando que la carta magna federal se decretase y actuando únicamente con las bases de la Constitución, convocaron a elecciones para formar un congreso constituyente el cual se instaló el 14 de marzo de 1824.

Constitución del nuevo Estado

El congreso nombró un poder ejecutivo y en junio de ese año ya tenía lista la Constitución del nuevo Estado. La conducta prematura de los salvadoreños era problemática porque de acuerdo a un decreto de la Asamblea nacional, emitido meses atrás, sólo la Constitución federal podía designar la forma de gobierno de las provincias. En ese caso, los salvadoreños debieron haber esperado hasta el 22 de noviembre de 1824, fecha en la cual se decretó la constitución federal. No obstante, su antelación, incluso a las demás provincias, llevó a la Asamblea nacional a decretar el 5 de mayo de 1824 que cada una de ellas eligiera su congreso constituyente y su jefe de Estado. No satisfechos con lo anterior, los diputados del nuevo Estado decretaron el 27 de abril de 1824 la erección de la silla episcopal. En realidad lo que hacían no era más que ratificar la elección y confirmación llevadas a cabo el 30 de marzo y 10 de noviembre de 1822, respectivamente.

El obispo ratificado fue el cura José Matías Delgado tomó posesión de su cargo el 5 de mayo de 1824. Hasta ese momento, Delgado fungía como diputado presidente de la Asamblea nacional en representación de San Salvador. Frente a la protesta de los serviles guatemaltecos, entre ellos su arzobispo Casaus y Torres, los liberales salvadoreños argumentaron que se había actuado apegado a las facultades que le correspondían a los nuevos estados. Uno de los liberales salvadoreños, el cura José Simeón Cañas, diputado en la Asamblea nacional, sostuvo en su Advertencia patriótica que el Estado tenía el poder para elegir a su obispo pues la federación le atribuía esas facultades a cada uno de sus asociados.

El congreso salvadoreño había actuado de la misma manera que lo hacían los reyes de España, sus predecesores. Y es que los Estados legitimamente succede al rey en la soberanía y gobierno de aquellos pueblos. En su consecuencia, habiendo recobrado estos mismos pueblos los centroamericanos su soberanía, y entrando el estado del Salvador en el ejercicio del supremo poder, no se le pueden negar las predichas facultades, que en su obsequio se concedieron al rey.

¿Por qué la anticipación de los liberales salvadoreños?

En realidad su conducta contenía un fuerte temor. Las inestabilidades continuas que observaron en la ciudad de Guatemala, sede de las supremas autoridades, las interpretaron como maniobras de los grupos serviles que procuraban aprovechar cualquier oportunidad para establecer el centralismo. Lo interesante del caso es que la Constitución salvadoreña de 1824 se separó de las bases constitucionales de la Asamblea nacional al declarar que su Estado era libre, Soberano é independiente en su interior administración y gobierno.

Esta declaración no significaba una traición a sus principios federales, al contrario, querían prevenir cualquier atentado a sus intereses político-económicos. De hecho, en su misma carta estatal habían manifestado su perten encia a la República centroamericana. Ahora bien, la soberanía gobernativa del Estado a la que aludían no podía otorgársela más que el pueblo soberano. Pero este pueblo no era la totalidad de habitantes de la República, sino su pueblo, los salvadoreños.

En el periódico guatemalteco El indicador, publicado por centralistas como José Francisco Córdova y los hermanos Manuel y Juan Montúfar, aparecieron algunos artículos criticando tanto subrepticia como directa mente la actitud salvadoreña. El 11 de octubre de 1824 se publicó uno bajo el título ¿Qué es el Pueblo? en donde se manifestaba que éste era la universalidad de los ciudadanos. Ninguna población, ningún cuerpo particular, ninguna reunión de individuos, puede arrogarse el nombre de pueblo. El Pueblo es la sociedad entera, la masa general de los hombres. En una palabra, el pueblo es la nación.

El 29 de noviembre del mismo año un suscriptor del periódico envió una nota señalando el error cometido por las autoridades salvadoreñas al ratificar a su obispo electo. Según él, el Estado del Salvador no podía entrar en arreglos con la Santa Sede porque solo le correspondía a un poder soberano arreglarse con otro poder soberano. Y aunque el Estado del Salvador tiene por el sistema adoptado libertad é independencia en su gobierno y administración interior, las relaciones fuera de la República no deben dirigirse sin conocimiento de los altos poderes de ella. Finalizaba diciendo que todos los Estados forman la nación pero cada uno de ellos de por sí, no es nación. A pesar de las duras críticas, la invención constitucional del Estado y de su pueblo soberano ya se había emprendido.

Resultados

La Constitución de 1824 declaró que el nombre oficial del Estado era del Salvador, fijó sus límites la antigua Intendencia de San Salvador y la Alcaldía mayor de Sonsonate y dividió su territorio, para su fácil administración, en cuatro departamentos: San Salvador, San Miguel, San Vicente y Sonsonate. Los legisladores dispusieron crear municipalidades en todas aquellas poblaciones con más de 500 almas. Las ya existentes continuarían con las tareas que tenían asignadas. Los departamentos no eran más que los antiguos territorios jurisdiccionales de los ayuntamientos de españoles creados por los Habsburgos en los siglos XVI y XVII. Las municipalidades eran las herederas de los antiguos ayuntamientos constitucionales. Los legisladores continuaron otorgando, como lo hicieron en su tiempo los reyes de España, privilegios a las poblaciones a través de títulos: ciudades, villas o pueblos. Valiéndose entonces de las antiguas jerarquías territoriales o de concesiones a los pueblos, las autoridades salvadoreñas pretendieron volver más eficaz el gobierno político, la administración de justicia, controlar los recursos y la mano de obra, formar milicias, recaudar empréstitos forzosos y procurar la contribución ciudadana con el erario público.

La Constitución de 1824 equiparaba a los blancos, indígenas y ladinos como salvadoreños, hombres libres y ciudadanos. Con el decreto del 8 de octubre de 1824 las autoridades salvadoreñas establecieron que gozaba del derecho ciudadano todo habitante de la República federal de Centroamérica, natural del país o naturalizado en él, con 18 años cumplidos, modo de vivir conocido o ejerciendo alguna profesión útil. La Asamblea estatal le concedería carta de ciudadanía a los extranjeros que hubiesen realizado servicios relevantes a la nación, que ejercieran algún oficio, que se radicasen con sus familias en el país o contrajesen matrimonio en el mismo, que hubiesen adquirido bienes raíces o tuviesen cinco años de vecindad.

Por otro lado, el 25 de mayo de 1824 el congreso constituyente del Estado, apelando a los derechos de humanidad, declaraba abolida la esclavitud en su territorio, un día después de haberlo hecho la Asamblea nacional 29. Muchos decretos emanados de ese cuerpo soberano comenzaron a ser incorporados en el ordenamiento jurídico salvadoreño: abolición deltítulo de Don, derecho a la ciudadanía (todos los habitantes naturales o naturalizados por carta, teniendo 18 años cumplidos, modo de vivir conocido o con profesión útil), impuesto igualitario sobre las rentas y ganancias de los ciudadanos, abolición de las diferencias de sueldos en las milicias dependiendo del color de la piel, apelación al mérito, virtud y aptitud de los individuos para ocupar empleos civiles, etc.

Aporte histórico

El congreso del Estado declaró en la Constitución que el pueblo no podía ni por sí ni por autoridad alguna, ser despojado de su Soberanía. La única manera como podía ejercerla era a través de las elecciones primarias. El soberano o pueblo salvadoreño era el que legislaba a través de sus diputados en el congreso estatal. Era el que otorgaba a sus representantes, como lo estipuló el constitucionalismo español, plenos poderes para cumplir con sus deseos. Una vez que el soberano delegaba su poder a las autoridades, debía vivir sujeto a la legislación federal y estatal, respetar y obedecer a las autoridades, contribuir con sus haberes al Estado y servir y sostener la Patria.

Las autoridades por su parte protegerían su libertad, igualdad y propiedad así como reconocerían su derecho de petición y libertad de imprenta. Los legisladores salvadoreños al igual que los de la Asamblea nacional creyeron conveniente continuar con el modelo heredado por el constitucionalismo español de graduar el proceso electoral. Nada más que le cambiaron de nombre a las antiguas juntas parroquiales, de partido y provincia por juntas populares, de distrito y departamentales, respectivamente.

Los legisladores decretaron algunas fiestas cívico-religiosas por las cuales buscaban afianzar en los habitantes un sentimiento de pertenencia a su Estado. El relato, la simbología y liturgia jugaron aquí un rol muy importante. Por ejemplo, el Congreso del Estado decretó el 29 de marzo de 1824 que se perpetuaría la memoria de los dignos ciudadanos que han sacrificado sus personas é intereses” desde los años de 1811 y 1814 por la sagrada causa de la libertad éindependencia de la Patria.

También se celebraría el 3 de junio el triunfo de las tropas salvadoreñas sobre los imperiales guatemaltecos que invadieron el territorio en 1822 y el 6 de agosto la fiesta del Salvador del Mundo. En todas ellas asistirían los cuatro poderes del Estado (legislativo, ejecutivo, judicial y el consejo representativo), las municipalidades, las autoridades militares y eclesiásticas, los empleados públicos y el pueblo.

En este contexto de estructuración de la Constitución Federal de Centroamérica, aparece por primera vez en la Constitución del Estado Federal, publicada el 12 de junio de 1824, el nombre de El Salvador escrito como “Constitución del Estado del Salvador”. El Estado conservó ese nombre durante toda la existencia de la República Federal de Centro América, que se desintegró en 1838.

Veáse También

  • Constitución del Estado del Salvador, 1824 [1].
  • Primeras constituciones latinoamericanas [2].
  • Constitución [3].

Fuente

  • El nombre oficial de la República de El Salvador [4]. Consultado 3/09/2019
  • La invención liberal de la identidad estatal salvadoreña, 1824-1839[5]. Consultado 3/09/2019