Ángeles asexuados

Ángeles asexuados
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La descripción general que se hace de los ángeles en la Tanaj (biblia hebrea), la Biblia, el Corán y otros textos religiosos es que son seres etéreos, intangibles e invisibles, algunos incluso como una llama de fuego.
Concepto:Erradamente algunos quieren forzar los textos religiosos a decir algo que no dicen, este es el caso del mito de que algunos ángeles caídos en la antigüedad tuvieron relaciones sexuales con mujeres y de allí surgen los famosos gigantes.

Ángeles asexuados. A raíz de la extensa proliferación en las redes del mito de que en la antigüedad algunos ángeles rebeldes tuvieron relaciones sexuales con las mujeres antediluvianas, es menester explicar la refutación a esa falsa doctrina que se enseña en algunas denominaciones evangélicas.

Este artículo expone la postura bíblica y teológica que sostiene que los ángeles son seres espirituales, asexuados y no reproductivos, en coherencia con las palabras de Jesús y con la doctrina cristiana tradicional.

Se analiza el origen apócrifo del mito, se clarifica el uso bíblico de la expresión “hijos de Dios” y se documenta la función angelical sin atribuciones sexuales.

Naturaleza espiritual de los ángeles

Los serafines (ardientes) son seres como llamas de fuego.
  • Mateo 22:30 / Marcos 12:25: Jesús afirma que:
"...los ángeles ni se casan ni se dan en casamiento”

lo que implica que no tienen función reproductiva.

  • Hebreos 1:14:
“¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”
  • Ausencia de género femenino: No se menciona ninguna “ángela” en la Biblia. Los nombres revelados (Miguel, Gabriel) son masculinos, pero no implican género biológico.
  • Naturaleza espiritual: Los ángeles son descritos como espíritus, no como seres físicos. Aunque pueden aparecer en forma humana, su materialización es funcional y temporal.
No hay un texto biblico que respalde que haya ángeles del genero femenino, ni tampoco masculino; aunque los que se han visto si llevaban nombres de varones.

Rechazo doctrinal al mito de los Nephilim

Génesis 6:1-4 ha sido mal interpretado por algunos como prueba de que los ángeles caídos tuvieron relaciones sexuales con mujeres humanas, engendrando gigantes llamados Nephilim.

Muchas denominaciones evangélicas rechazan esta interpretación, señalando que “los hijos de Dios” puede referirse a los descendientes de Set, en contraposición a los “hijos de los hombres” (descendientes de Caín).

Esta postura evita atribuir a los ángeles capacidades sexuales, lo cual contradice su esencia espiritual.

Origen apócrifo del mito

  • El mito de los ángeles caídos proviene principalmente del Libro de Enoc, texto apócrifo atribuido al patriarca Enoc.
  • Aunque Génesis 5:24 afirma que:
“Enoc caminó con Dios y desapareció porque Dios se lo llevó”

,

no hay certeza de que el libro que lleva su nombre haya sido escrito por él.

  • El Libro de Enoc contiene elementos contradictorios con el Antiguo Testamento, como:
    • La creación de talismanes.
    • La transformación de Enoc en el ángel Metatrón.
    • La posibilidad de orar a Metatrón como intercesor.
  • Estas ideas son rechazadas por los judíos y la teología evangélica, que consideran el texto como no inspirado y doctrinalmente peligroso.

Hijos de Dios: múltiples significados

En la Biblia, “hijos de Dios” puede referirse a:

    • Ángeles (Job 1:6; Salmo 89:6).
    • Setitas (interpretación de Génesis 6).
    • Cristianos (Juan 1:12; Romanos 8:14).

Por tanto, no debe asumirse automáticamente que esta expresión alude a seres angelicales.

Función de los ángeles

  • Mensajeros divinos (Lucas 1:26).
  • Protectores (Salmo 91:11).
  • Adoradores celestiales (Isaías 6:3).
  • Ejecutores de juicio (Apocalipsis 8:6).
  • Nunca como entes sexuales ni reproductivos.

Argumento lógico-bíblico contra la idea de ángeles procreadores

Materialización con forma humana

En Génesis 18, tres seres celestiales visitan a Abraham. Se presentan con forma humana completa: cabeza, tronco, extremidades, boca, ojos, orejas, etc. Incluso comen con Abraham, lo que indica una materialización funcional, no simbólica. Sin embargo, el texto no menciona genitales ni sugiere intención reproductiva.

Hipótesis razonada: varones eunucos

Si los ángeles se materializaron como varones humanos, pero sin necesidad de procrear, es lógico suponer que no requerían genitales funcionales. Esto los asemeja a los eunucos humanos: varones sin capacidad reproductiva, pero con forma humana completa. Esta hipótesis no contradice el texto bíblico y respeta su silencio sobre detalles anatómicos innecesarios.

Ley de conservación de las especies

La biología moderna establece que la reproducción entre especies distintas no produce descendencia viable. Ejemplo: el bestialismo (relaciones entre humanos y animales) no genera híbridos como centauros o hombres lobo. Incluso entre especies cercanas (caballo + burro = mulo), el resultado es estéril. Por tanto, si un ángel se materializa como humano y se une a una mujer humana, el resultado solo puede ser un humano.

Contraargumento al mito de los nefilim

Algunos sostienen que los “ángeles caídos” violaron las reglas y procrearon con mujeres humanas, generando “gigantes” o “nefilim”. Pero si se materializaron como humanos, su genética sería humana. Y humano + humano = humano, no superhumano. Para que surgiera una “raza superior”, se requeriría manipulación genética, lo cual no está en el texto bíblico y contradice su marco simbólico.

Refutación de la falacia híbrida

Algunos alegan que los ángeles caídos modificaron su genética para engendrar gigantes. Pero eso implicaría que ya no eran humanos, sino una especie distinta, lo cual rompe la lógica del relato. Además, no hay evidencia bíblica ni biológica que respalde la existencia de híbridos viables entre especies tan dispares.

Conclusión simbólica

La hipótesis de los ángeles como varones eunucos materializados es coherente con:

  • El texto bíblico
  • La biología
  • La lógica simbólica

Desmonta con elegancia el mito de los nefilim como “hijos de ángeles”, sin necesidad de forzar el relato.

Bibliografía

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Fuentes