Amenofis III de Egipto

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Amenofis III
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Amenhotep.jpg
Noveno rey de la dinastía XVIII de Egipto
Nacimientoentre el 1402 y el 1389 a. n. e.
ciudad de Atribis,
Egipto
Fallecimientoentre el 1353 y el 1340 a. n. e.
ciudad de Tebas (Egipto),
Egipto
ResidenciaAntiguo Egipto
Nacionalidadegipcia
Otros nombresAmenhotep III
Ciudadaníaegipcia
Ocupaciónfaraón
PredecesorTutmosis IV
SucesorAkehato
Cónyugeesposas reales: Tiy, Giluhepa y Sitamón. Otra de sus esposas fue Taduhepa.
HijosAkenatón
PadresTutmosis y Mutemuia

Amenofis III. Noveno faraón de la dinastía XVIII de Egipto.

Fue uno de los más grandes faraones. Durante su largo reinado, de casi 40 años, llevó al país del Nilo a una época de gran prosperidad económica y paz exterior, construyendo espléndidos palacios y grandiosos templos dedicados a sí mismo como un dios.

Reinó desde el año 1388 hasta el año 1351 a. n. e. aproximadamente. Según Helck, reinó entre el 1379 y el 1340 a. n. e., y según Krauss, entre el 1390 y el 1353 a. n. e.

Era hijo y sucesor de Tutmosis IV y la reina hitita Mutemuia. Cuando subió al trono tenia diez años de edad por lo que su madre ejerció labores de regencia.

Síntesis biográfica

Amenhotep nació en la ciudad de Atribis, en el Bajo Egipto, de una familia quizás perteneciente a la nobleza local. Su padre, Hapu, era escriba Real y Sacerdote de Horus, y su madre, Ity, señora de la casa. Desconocemos la fecha exacta de su nacimiento, pero debió de producirse a finales del reinado de Thutmose III o a comienzos del de Amenhotep II.

No obstante, sería muchos años después, frisando la cincuentena, cuando sería muy conocido, ya en la época de Amenhotep III. Desconocemos cómo llegó de ser un simple escriba al más alto escalafón, trabajando primero en Menfis y después en Tebas, a la sombra del faraón, pero lo más posible es que fuera por méritos propios, dado el increíble potencial de aquel hombre.

Reinado

Su reinado, se dividió en dos grandes períodos. Durante los primeros años de gobierno, el faraón aparece como un rey joven y vigoroso, a la manera de Amenhotep II, el predecesor de su padre. Luego, en los 25 años posteriores, destaca una política de construcción de grandes obras y la corregencia con el que fue su hijo y sucesor, Amenhotep IV, el futuro Akhenatón. Uno de los acontecimientos más importantes en la vida del faraón fue su matrimonio con Tiy, la Gran Esposa Real, que se desempeñó un importante papel durante su reinado.

Amenhotep III trasladó su residencia a un lugar cercano al que sería su templo funerario, en la orilla occidental del Nilo a su paso por Tebas. Algunos investigadores han visto en este hecho el deseo de alejarse del influyente clero del dios Amón, cuyo culto tenía su centro en el templo de Karnak, emplazado en la orilla oriental del río. Lo mucho que sabemos del reinado de Amenhotep III se debe en buena medida a la emisión de escarabeos (objetos que tienen la forma de escarabajo) que informaban de diferentes hechos relacionados con el faraón. Pero no son la única fuente de información sobre su reinado.

Reinó durante treinta y seis años, período durante el cual el antiguo Egipto alcanzó su punto más álgido en poder y riqueza, pues el tesoro público estaba lleno. Millones de hombres se colocaron bajo la autoridad del rey, siendo esta de carácter religioso. Nunca antes el Estado egipcio había vivido con tanta opulencia.

Pocos reyes egipcios, aparte de los grandes reyes del Reino Medio, disfrutaron de un reinado tan tranquilo y próspero como Amenofis III. Internamente, Egipto estaba en paz, su economía era boyante, y la población, feliz; en el exterior, la reputación de Egipto nunca había sido tan buena, y un río de tributos (desde el punto de vista egipcio) afluía al país. Sin embargo, había algunos signos inquietantes más allá de las fronteras, que se iban a convertir en amenazas para la seguridad de Egipto en un futuro.

El hecho de que el reinado de Amenofis fuera tan pacífico animó a algunos de los nuevos poderes que surgían en Oriente Próximo a codiciar las riquezas de Egipto. Tales consideraciones no parecen haber perturbado a Amenofis. Fue, incluso para un rey egipcio, un prodigioso constructor. Las construcciones que han pervivido son inmensas e impresionantes; algunas no están exentas de elegancia. Las artes florecieron extraordinariamente y la corte fue la receptora de algunas de las obras de arte más hermosas realizadas en Egipto desde el Reino Antiguo,

Esposas

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Se casó con varias mujeres, de ellas Kelu-Kepa (hija del rey de Mitani), Tushratta (hija también del rey de Mitani), con dos princesas de Babilonia, con una princesa de Arzawa, otra de Enishasi y con la reina Tiyi de origen plebeyo, con la que tendría seis hijos.

Esta unión fue conmemorada con la elaboración de escarabeos que difundieron el acontecimiento. Amenofis III fue hombre piadoso y de gran espiritualidad, su afición favorita era la caza. En este período Egipto posee una unidad de valor, el deben (unidad que fue tomada como patrón para el trueque que no como unidad monetaria). La capital de Egipto era Tebas que vive en la opulencia.

Egipto es muy rico, ya que el comercio tanto exterior como interior funcionaba de maravilla Amenofis III celebró en la sala de festejos del palacio de Malagatta al sur de Medinat Habu, las fiestas de sed al cumplirse su treinta, treinta y cuatro y treinta y seis años de reinado. Continuó con la política de sus antecesores de mantener el equilibrio entre Heliópolis, Menfis y Tebas en lo referente a lo religioso. Durante el quinto año de su reinado se produjo una rebelión en Nubia que fue sofocada por el virrey de esta ciudad con la presencia y actuación del faraón. Amenofis III mantiene una política de intercambio de regalos con Babilonia; caballos, metales preciosos y lapislázuli, con Chipre cambia su oro por cobre y con Mitani estrecha lazos de amistad casándose con dos de sus princesas.

Monumentos

Fue un gran constructor de monumentos importantes como en Nubia, el templo de Soleb y Sedeinga, el lago Birket Habu al este del palacio de Malgatta realizado par el uso de la reina, el pilono occidental de Karnak, el santuario del dios Atón, el templo de Jonsu, el de Motu, el de Sedeinga, el de Memnón con sus dos colosos a la entrada (su templo funerario) así como su obra maestra que no es otra que el templo de Luxor y su columnata hipóstila central, también mandó realizar un gran escarabajo, que fue instalado cerca del lago sagrado. Su tumba se realizó en el Valle de los Reyes WV22, fue saqueada pero su momia se salvó al ser ocultada en la tumba de Amenofis II.

Otros títulos

Desde Nubia hasta Mesopotamia, ningún príncipe osaba desafiar el que fue el mayor faraón de Egipto, cuyo poder y riqueza tomaron cuerpo en espléndidos monumentos dedicados a los dioses y a sí mismo. El reinado de Amenhotep III fue un tiempo de paz y prosperidad para Egipto. No se conocen muchas campañas militares asociadas a este faraón, y las grandes obras constructivas que se iniciaron en su época se cuentan entre las maravillas del país del Nilo. No es de extrañar, pues, que a esta era se la conozca como «la edad de oro», y a su gobernante, como uno de los grandes soberanos egipcios.

Amenhotep fue acumulando cada vez más títulos, a lo largo del prolongado y feliz reinado de Amenhotep III, hasta convertirse en el hombre de Estado por excelencia:

  • Títulos de carácter militar, tales como: Jefe del Ejército de Menfis, Jefe de Reclutamiento, Gobernador y Escriba de los Soldados...
  • Títulos de carácter religioso: Sacerdote Sem, Primer Profeta de Atribis, Gran Celebrante de Amón, Intendente de los rebaños de Amón...
  • Títulos de carácter civil: Escriba Real, Responsable del Censo, Jefe de Obras Públicas y sobre todo el de Jefe de todos los trabajos del Rey, que le convertía en arquitecto real, título del que siempre pareció estar muy orgulloso.
  • Títulos de carácter cortesano: Amigo del Rey, Portador del Sello real, Administrador de los bienes de Sitamón, hija y posterior esposa de Amenhotep III.

Últimos años

Tumba de Amenhotep III

Hacia el final de su vida, Amenofis sufrió una prolongada enfermedad. Sus primeros retratos lo representan como un príncipe hermoso, pero en sus últimos años es retratado, con un candor inusual, como gordo e hidrópico. Fue enterrado en el valle de los Reyes, en una magnífica tumba acorde con su figura, tras un reinado largo y espléndido. Le sucedió su hijo, que accedió al trono como Amenofis IV, pero que es más conocido como Akenatón.

Amenhotep murió en el año 31º de Amenhotep III, cuando contaba con unos 81 años, quizás alguno más. Su última misión importante fue encargarse del primer jubileo del faraón, en el que se casaría con su hija mayor, la princesa Sitamón (también una posible devota de Amón). Por aquel tiempo los partidarios de Atón comenzaban a ser más numerosos, y ya se anunciaba la tremenda crisis que viviría el panteón egipcio en los años siguientes con Ajenatón, el hijo de Amenhotep III y Tiy.

Sería lógico pensar que Amenhotep hijo de Hapu, murió a consecuencias de la edad, pero un mito de épocas posteriores, recogido por autores latinos, así como las turbulencias que comenzaban a surgir en la próspera y poderosa alta sociedad egipcia, parecen indicar que fue asesinado o incluso obligado a suicidarse. De ser así, ¿quién pudo ser el responsable? Los más serios candidatos serían el futuro Ajenatón, su madre Tiy o cualquiera de sus seguidores.

Sea como fuere, el sabio fue llorado durante mucho tiempo después de ser enterrado en su tumba, próxima al templo funerario dedicado a su memoria, y su fallecimiento marcó un antes y un después en el Imperio Nuevo egipcio. La brillantez y el esplendor de los reinados de Thutmose I a Amenhotep III acababan en ese punto, y se abría la llamada crisis de Amarna, que daría al traste a esta dinastía.

En Tebas se construyeron el Templo de Luxor y el tercer pilón o pilono del Templo de Karnak. Por otra parte, en la zona occidental de Tebas, se construyó un palacio en Malkata, un templo funerario, del que sólo se conservan actualmente los dos Colosos de Memmom, su magnífica tumba, la KV 22.

Templo de Amenhotep III

Amenhotep III, hizo construir este templo dedicado principalmente a la diosa Nejbed, a pesar de que si nos fijamos en su decoración, observamos que la diosa Hathor tiene un papel bastante significativo.

Actualmente queda de pie una cámara principal de 15 m de longitud, que está soportada por unas columnas con capiteles hatóricos, donde se pueden ver los nombres de Amenhotep, de Amon y de Nejbet.

Este templo era una estación de paso de la barca sagrada de la diosa Nejbet, en la que la estatua de la diosa era traída en procesión desde su santuario en Nejbed hasta la desembocadura del Wadi Hellel. Los relieves están decorados con una pintura que hoy en día, todavía se conserva bastante bien.

Este santuario continuó funcionando durante el periodo ptolemaico 330-327 a.C., época en la que estos relieves fueron modificados y repintados

Es probable que esta capilla fuera obra de Tutmosis IV, y que su decoración lo fuera de Amenhotep III como lo demuestran las inscripciones. De hecho Tutmosis IV, el padre de Amenhotep III aparece detrás de su hijo sobre el muro sur y noroeste de la capilla, sentado ante una mesa de ofrendas.

Amenhotep III (c. 1391-1354 aC)

Curiosidades

Amenhotep III se convirtió en faraón cuando tenía solamente 12 años de edad. Amenhotep mantuvo su vasto imperio a través de una mezcla de diplomacia, casamientos reales y astucia. Emprendió un gran programa de construcción, incluyendo puertos, canales y su gran templo funerario en Tebas –el más grande de Egipto. Fue el primer faraón que envió boletines reales, esculpidos en placas de piedra. Era amante del arte y las antigüedades. Además, fue un político habilidoso; mientras continuaban adornando el templo de Amón en Karnak, se resistió discretamente al creciente poder del clero de Amón, promoviendo una nueva religión: el culto al antiguo dios del sol Rá.

La figura de Amenhotep hijo de Hapu, quedó en la imaginería popular durante muchísimo tiempo después de su muerte y la de todos sus contemporáneos. Tanto fue así que comenzaría a ser venerado como una deidad secundaria durante el periodo Ptolemaico, mil años después de que abandonase el mundo.

Asociado a otro gran sabio que también fue deificado, Imhotep, Amenhotep era considerado un mago bondadoso que intercedía ante Amón y el resto de divinidades y que además poseía poderes curativos y protectores. Llegó incluso a tener algunas capillas dedicadas en Tebas, la ciudad donde fueron erigidos casi todos los monumentos que le consagraron tanto a él como al rey al que sirvió.

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Fuentes