Ammonites
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Ammonites, nombre común de un grupo de cefalópodos extinguidos que solían tener un caparazón en espiral enrollado sobre sí mismo. Estos animales, parecidos a los calamares, aparecieron durante el devónico, hace unos 380 millones de años, y desaparecieron junto a los dinosaurios al final del cretácico, hace 65 millones de años. El caparazón de los ammonites tenía cámaras, igual que la de su pariente vivo el nautilo.
Los ammonites abundaron en medios marinos de aguas poco profundas en los márgenes de los continentes, aunque fueron unos nadadores bastante lentos y evitaban las aguas de las orillas, dominadas por las olas. También se desarrollaron en los mares continentales, como los que cubrían el interior de Norteamérica durante el periodo cretácico superior, y el antiguo mar Tetis, que una vez ocupó el sur de Europa, el norte de África y partes de Asia.
Los ammonites experimentaron distintos cambios reconocibles fácilmente a lo largo del tiempo, y por tanto, son muy útiles como indicadores de la edad de los hábitats marinos. La comparación de los tipos fósiles de ammonites en las distintas capas de rocas indica la edad relativa de éstas.
Los amonites se encuentran entre los fósiles más populares para el gran público. Su nombre deriva de «Ammon», sobrenombre del Dios Júpiter representado con cuernos de camero.
Sumario
Clasificación científica
Los ammonites pertenecen al filo de los Moluscos, clase de los Cefalópodos, subclase Ammonoidea.
Interés científico
Poseen un inestimable valor estratigráfico, ya que sirven para datar con extrema exactitud los sedimentos marinos con una antigüedad comprendida entre 395 y 65 millones de años. Esto es debido a que fueron animales marinos muy abundantes en ese período de tiempo y a la rápida evolución que sufrieron en la morfología de sus conchas. Se han descrito unas 10.000 especies (sólo en la región aparecen descritos más de 150 géneros). A nivel paleoecológico indican ambientes marinos alejados de la costa (sedimentos pelágicos) o de plataforma, como los umbrales jurásicos, los fondos pelágicos del Cretácico inferior o las plataformas carbonatadas del Triásico medio, más raramente en sedimentos costeros.
Modo de vida
Se cree que vivían a profundidades comprendidas entre los 50 y 100 m, aunque algunos de ellos podrían hacerlo a profundidades superiores a los 700 m. Su modo de vida era muy variable, existiendo especies prácticamente sésiles y otras que eran excepcionales nadadoras. Como los cefalópodos actuales, debieron ser carnívoros, alimentándose de peces y crustáceos. El representante actual más parecido a ellos es el Nautilus.
Fosilización
Normalmente aparecen los moldes internos de su concha en caliza omargocaliza, aunque parte de ella puede aparecer sustituida por óxidos de hierro en los ammonites jurásicos y por pirita o marcasita oxidada en los ammonites del Cretácico inferior. En contados yacimientos han sido localizados algunos ejemplares con su concha original fosilizada en calcita.
Localización
Sus restos son muy abundantes en las calizas nodulosas del Jurásico y margocalizas del Cretácico inferior del subbético de la región, aunque también han sido localizados algunos ejemplares en las calizas del Triásico medio y en el Cretácico superior.
Criterios de clasificación
Se clasifican en función de la morfología de su concha y de la ornamentación de ésta, teniendo en cuenta las siguientes características:
1. Tamaño, tipo de enrollamiento de la concha, grado de involución (si al crecer unas cámaras cubren a las anteriores se dice que es involuto, si no las cubre evoluto), velocidad de crecimiento del diámetro de la espira (si la sección de la espira crece rápidamente o lentamente) y forma de la sección de ésta (circular, ovalada, ojival, etc.).
2. Elementos ornamentales: Línea de sutura (dibujo que forman los tabiques que dividen la concha al intersectar con la pared de ésta), costillas (engrosamientos de la concha para darle rigidez), rodetes (refuerzos de la concha en la zona ventral), constricciones (refuerzos de la concha que se conservan como surcos en los flancos), carena (quilla que rodea la concha longitudinalmente en la zona ventral originada por la existencia de sifones). Surcos longitudinales que representan el o los sifones que comunicaban las cámaras (cuando hay dos originan una carena separándolos), etc.
Clases
La clase de los cefalópodos, esta subdividida en tres subclases, cada una con sus características particulares y evolución independiente. En nuestros días sobreviven unas 90.000 especies de moluscos, de las cuales 650 pertenecen a la clase de los cefalópodos (pies en la cabeza), lo que contrasta fuertemente con las más de 10.000 especies que existieron en el pasado. Los cefalópodos se iniciaron en el Cámbrico y se desarrollaron hasta nuestros días.
Subclase Nautiloidea: Muy abundante durante la era Paleozoica y que hoy cuenta con el género Nautilus como único sobreviviente. Los Nautiloideos fueron un grupo que dio origen a las otras dos subclases, la Ammonoidea y la Coloidea.
Los primeros y más primitivos nautilos tenían conchas rectas o suavemente curvadas, con ornamentos transversales y longitudinales, estos son los Ortoceratidos y que alcanzaron formas que superaban los dos metros de longitud. Con el paso del tiempo evolucionaron hacia un enrollamiento planoespiral de la concha.
La Subclase Coloidea: Que incluye ciertos fósiles como los Belemnites y la mayoría de los cefalópodos actuales como las Sepias, Calamares y Pulpos.
Subclase Ammonoidea: Con ejemplares que habitaron todos los mares desde el periodo Devónico al Cretácico, y son los que revisten mayor importancia para los paleontólogos, por ser fósiles que nos permiten fechar los estratos (fósiles guías).
Características generales
Concha
La concha es de forma espiral, abierta o cerrada, esta dividida en una serie de cámaras que contienen un líquido llamado “líquido cameral “, y probablemente un gas. Estas cámaras están separadas por una pared o tabique llamado septo, que se encuentra presente en toda la parte interior de la concha, las mismas se encuentran atravesadas por un conducto carnoso llamado sifón, al igual que en los nautilos con la diferencia que en los ammonites éste pasa por la periferia.
La concha posee varias cámaras internas pequeñas y una grande donde se aloja el animal llamada cámara habitación a medida que el animal crece se van creando nuevas cámaras, por lo cual cada cámara representa un estado de crecimiento del animal Este caparazón puede tener varias dimensiones. Se conocen ammonites muy pequeños de solo algunos milímetros hasta especies gigantescas que alcanzaron más de tres metros en la especie Pachidiscus seppenradensis.
La concha también estaba ornamentada con una serie de costillas transversales que podían ser finas o gruesas o una mezcla de las dos. Muchas de estas conchas tenían espinas y tubérculos que la adornaban, sirviéndoles también para defenderse.
Tipos de enrollamiento
Una de las características importantes de los ammonites es su concha enrollada en espiral, sin embargo se han encontrado una serie de ammonites con diferentes tipos de enrollamientos que afectan el modo de vida dentro de su ambiente.
Podemos encontrar a lo menos cinco tipos diferentes:
1.- Enrollamiento involuto: Concha de ammonites de espiral plana, donde las vueltas de las espirales van cubriendo totalmente a las anteriores.
2.- Enrollamiento evoluto: Concha de ammonites de espiral plana, donde las vueltas de las espirales no se tocan, y por tanto las cámaras iniciales están a la vista.
3.- Enrollamiento turritulado: Concha de ammonites con espiral elevada en forma de torre, similar a los Gasterópodos.
4.- Enrollamiento parcial o recto: Concha espiral muy evoluta o desenrollada, que consiste en una concha alargada, con una pequeña espiral en su zona distal, (Baculites).
5.- Enrollamiento heteromorfo: Concha de ammonites que se arrolla en forma caprichosa, sin alcanzar la forma planoespiral, lo que involucra un modo de vida diferente al resto.
Evolución
Los Ammonites, desarrollaron una serie de tubérculos y espinas en toda la espiral, lo que impedía que fueran mordidas con facilidad; los tabiques o paredes internas se juntaron más y su forma se complicó ya que sus líneas de suturas presentaban rugosidades o arborización, con la finalidad de aumentar la resistencia de la presión marina, lo que le permitiría bajar a grandes profundidades para arrancar de sus atacantes. Por último las costillas, que son ornamentos de disposición transversal en las espirales, se hicieron más gruesas y fuertes, lo que aumentaba la resistencia de la concha a las mordeduras de los depredadores.
Las conchas de los Ammonites, se comprimieron haciéndose más veloces e hidrodinámicas. Algunos estudios han demostrado que la forma discoidal comprimida de la concha en algunos, se adapta mejor a la natación rápida, todo lo cual concuerda con sus costumbres nectónicas, tales animales debieron ser excelentes nadadores, no así otros como los Ammonites heteromorfos o aquellos que teniendo concha discoidal, la misma no era comprimida si no globosa y a veces muy ornamentada, lo que indudablemente sería un impedimento para nadar con soltura. Este tipo de animales habrían tenido con seguridad un modo de vida distinta a los nadadores, arrastrándose en el fondo marino o aún viviendo de modo sedentario.
Reproducción
Todos los ammonites son unisexuales, y suelen presentar caracteres sexuales secundarios que afectan la estructura y forma de la concha, la fecundación es interna; en el macho existe entre sus tentáculos, uno que es especial por estar involucrado directamente en la reproducción, llamado hectocótilo, portador de los espermios llamados espermatóforos, en tanto las hembras poseen glándulas nidamentarias, cuyas secreciones es utilizada para aglutinar los huevos. Su apareamiento se producía frontalmente entrelazando sus tentáculos. El hectocótilo se introduce en la cavidad del manto de la hembra y deposita los espermatóforos en la pared de dicha cavidad, en donde tiene lugar la fecundación.
Extinción de los ammonites
Una de las características más notables de los ammonites es su rápida evolución, en otras palabras su desarrollo filogenético alcanza un rango de entre un millón y dos millones de años, por tanto, muchos ammonites nacían y morían como especie; sin embargo estos murieron rápidamente producto de la gran catástrofe originada por la caída de un meteorito hace 65 millones de años. La presencia de porciones de Estroncio encontrados en algunas conchas de ammonites supone una lluvia ácida como consecuencia del roce de este bólido con la atmósfera terrestre.
Paleoecología
Para estudiar el ambiente que habitaban las diferentes especies de ammonites hay que estudiar las posiciones del centro de gravedad y de flotación de la concha, ya que éstos determinan la forma de desplazamiento:
- La longitud de la cámara de habitación determina la posición del centro de gravedad.
- Estabilidad estática: está en relación directa con la distancia entre los centros de flotación y gravedad.
- Estabilidad dinámica: depende de la forma de la cámara de habitación; básicamente, de la distancia entre la abertura de la concha (punto de empuje del individuo) y el centro de flotación.
Gracias a estas características, medibles en las conchas fósiles, se puede determinar si se trataba de buenos o malos nadadores, lo que los restringe a un medio marino determinado: los malos nadadores vivirían principalmente en los fondos marinos y cerca de la costa, mientras que los buenos nadadores vivirían en mar abierto.
Fuentes
- Antonio del Ramo, Francisco Guillén. Fósiles.
- Asociación Cultural Paleontológica Murciana 2011.
- Museo Municipal Adela Azcuy. Viñales.