Arte del período Edo

Arte del período Edo
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Concepto:Fenómeno artístico comprendido durante el período Edo que alcanzó desde 1603 hasta 1867. La hora del jabalí (c. 1790) del artista japonés Utamaro es un grabado en madera que pertenece a la escuela Ukiyo-e.



Arte del período Edo en Japón. Fenómeno artístico comprendido durante el período Edo. El senado Tokugawa del período Edo se hizo con el control absoluto del gobierno en 1603, comprometiéndose a aportar al país paz y estabilidad económica y política; en gran medida lo consiguió. El senado se mantuvo hasta 1867, en que se vio obligado a capitular al fracasar en las negociaciones y ante las presiones de las naciones occidentales para la apertura del país al comercio exterior. Una de las características dominantes del periodo Edo fue la política represiva del senado y los esfuerzos de los artistas por escapar de las medidas restrictivas, que llegaban a impedir la entrada de los extranjeros y de su cultura, y a imponer estrictos códigos de comportamiento que afectaban a todos los aspectos de la vida, como la elección de cónyuge y otras actividades. Durante los primeros años del periodo Edo todavía no se había dejado sentir con toda su fuerza el poder de los Tokugawa. De esa época son el palacio imperial de Katsura, en Kioto, y las pinturas de Sotatsu, pionero de la escuela de Rimpa, que constituyen bellos ejemplos del estilo arquitectónico y pictórico japonés.

Arquitectura

El palacio imperial de Katsura combina elementos de la arquitectura clásica japonesa con elementos innovadores. Todo el conjunto está rodeado de un bello jardín con senderos para pasear.

Pintura

Sotatsu desarrolló un magnífico estilo decorativo con el que recreaba temas de la literatura clásica que ilustraba con figuras de brillantes colores y motivos de la naturaleza sobre fondos de pan de oro. Una de sus obras más bellas es la pareja de biombos titulada Olas en Matsushima (Freer Gallery of Art, Washington D. C.). Un siglo más tarde Korin Ogata retomó el estilo de Sotatsu y lo adaptó a arte creando obras de gran riqueza visual, entre las que destacan las pinturas de biombos con flores de ciruelo rojas y blancas.

La escuela artística más conocida en Occidente es la de Ukiyo-e, de pintura y de grabados en madera, cuyos temas centrales son la vida de las cortesanas, el mundo del teatro kabuki y el barrio de los burdeles. Los primeros grabados de Ukiyo-e datan de finales del siglo XVII, pero la estampa más antigua en color fue realizada por Harunobu en 1765. Los grabadores de las siguientes generaciones, como Torii Kiyonaga y Utamaro, representaron escenas cortesanas elegantes para las que emplearon un agudo sentido de la observación.

El principal exponente del estilo Ukiyo-e en el siglo XIX fue Hokusai, quien dedicó su larga vida a pintar y a grabar con maestría paisajes, figuras y todo tipo de escenas, destacando La ola, que forma parte de las Treinta y seis vistas del monte Fuji, quizá una de las obras más conocidas del arte japonés. Entre sus coetáneos destaca Hiroshige, autor de preciosos grabados de paisajes románticos. Los curiosos ángulos y formas a través de los cuales veían el paisaje Hokusai e Hiroshige, junto con la obra de Kiyonaga y Utamaro en la que resaltaban los planos lisos y fuertes contornos lineales, ejercieron una profunda influencia en artistas occidentales como Edgar Degas y Vincent van Gogh. Mientras la escuela Ukiyo-e se decantaba por representaciones que se escapaban de las restricciones del senado Tokugawa, los artistas de la escuela Bunjinga se inclinaban por la cultura china y basaban su estilo en las obras de los pintores académicos chinos. A esta última escuela pertenecen Ike no Taiga, Yosa Buson, Tanomura Chikuden y Yamamoto Baiitsu.


Grabado en madera

La hora del jabalí (c. 1790) del artista japonés Utamaro es un grabado en madera que pertenece a la escuela Ukiyo-e.

La escuela artística más conocida en Occidente es la de Ukiyo-e, de pintura y de grabados en madera, cuyos temas centrales son la vida de las cortesanas, el mundo del teatro kabuki y el barrio de los burdeles. Los primeros grabados de Ukiyo-e datan de finales del siglo XVII, pero la estampa más antigua en color fue realizada por Harunobu en 1765. Los grabadores de las siguientes generaciones, como Torii Kiyonaga y Utamaro, representaron escenas cortesanas elegantes para las que emplearon un agudo sentido de la observación.

El principal exponente del estilo Ukiyo-e en el siglo XIX fue Hokusai, quien dedicó su larga vida a pintar y a grabar con maestría paisajes, figuras y todo tipo de escenas, destacando La ola, que forma parte de las Treinta y seis vistas del monte Fuji, quizá una de las obras más conocidas del arte japonés. Entre sus coetáneos destaca Hiroshige, autor de preciosos grabados de paisajes románticos. Los curiosos ángulos y formas a través de los cuales veían el paisaje Hokusai e Hiroshige, junto con la obra de Kiyonaga y Utamaro en la que resaltaban los planos lisos y fuertes contornos lineales, ejercieron una profunda influencia en artistas occidentales como Edgar Degas y Vincent van Gogh. Mientras la escuela Ukiyo-e se decantaba por representaciones que se escapaban de las restricciones del senado Tokugawa, los artistas de la escuela Bunjinga se inclinaban por la cultura china y basaban su estilo en las obras de los pintores académicos chinos. A esta última escuela pertenecen Ike no Taiga, Yosa Buson, Tanomura Chikuden y Yamamoto Baiitsu.

Fuente

  • Sitio Web: ARTEHISTORIA V2, Período Edo – Contextos. Consultado el 26 de agosto de 2017. Disponible en:www.artehistoria.com/v2/contextos/26.htm