Avispas y Hospederos

Avispas y Hospederos
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Avispas parasitoides.jpg
Clasificación Científica
Reino:Animalia
Clase:Insecta

Hospedero. Se le nombra al animal invertebrado en el cual los parasitoides depositan sus huevos.

Localización

Uno de los aspectos más importantes para la vida de los parasitoides es hallar a sus hospederos. Para localizarlos, los parasitoides utilizan señales de diferentes tipos que le sirven para reducir el volumen físico en el que buscan, aumentando poco a poco la posibilidad de encontrar un hospedero adecuado. Las señales que permiten a los parasitoides encontrar a su hospedero pueden provenir de las plantas de las que se alimenta éste, del hospedero mismo o de la interacción entre la planta y el hospedero. Dichas señales pueden ser químicas, como los olores de varias sustancias; físicas, como la textura y los movimientos, e inclusive señales visuales, como colores y formas.

Selección

Los parasitoides para buscar, encontrar y utilizar un hospedero, lo hacen siguiendo una sucesión de pasos. A este proceso se le ha nombrado: selección de hospederos y el orden en que son llevados a cabo son:

  1. Localización del hábitat del hospedero,
  2. Localización del hospedero,
  3. Aceptación del hospedero,
  4. Calidad del hospedero, y
  5. Regulación del hospedero.

Localización del habitad hospedero

Es el primer paso de este proceso. Durante él se delimita el espacio en el que el parasitoide busca a su hospedero. Estudios realizados han demostrado que el tamaño y la forma de las plantas o de los frutos de los que se alimenta el hospedero sirven al parasitoide para guiarlo durante este proceso. Esto es posible debido a que los parasitoides responden a estímulos visuales.

Localización del hospedero

Una vez delimitada el hábitat, el parasitoide localiza al hospedero a través de estímulos físicos y químicos. Las mordidas ocasionadas por los hospederos al alimentarse de las plantas son un ejemplo de estímulos físicos que indican a los parasitoides su presencia. Las señales químicas utilizadas para localizar al hospedero se originan, principalmente, cuando éste se alimenta de las plantas. Los compuestos volátiles liberados durante o después del proceso de alimentación del hospedero, como las sustancias químicas contenidas en sus heces o saliva, son señales que indican la presencia de hospederos vivos, estas son señales muy confiables para el parasitoide. El proceso de localización para los parasitoides que utilizan como hospederos a insectos que se encuentran dentro de agallas, troncos, frutos o semillas, necesitan otras señales que les indiquen que estos se están dentro de una estructura, por ejemplo, las vibraciones producidas por el hospedero al morder y masticar, las cuales pueden detectarse por el parasitoide a través de sus antenas.

Aceptación

Aunque un parasitoide encuentre o se ponga en contacto con su hospedero puede no utilizarlo si el hospedero es inadecuado (por ejemplo, si es muy pequeño). Los cambios en el comportamiento del parasitoide, como el tamborileo con las antenas y la perforación que produce con su ovipositor (órgano con el que deposita sus huevecillos), así como el hecho mismo de depositar los huevecillos en el hospedero, son parte de la fase de aceptación. El movimiento es un estímulo físico que puede ser percibido por los parasitoides, y que determina que el hospedero sea o no aceptado, ya que indica que el hospedero está vivo. Por ejemplo, la avispa parasitoide Coeloides brunneri usa como hospedero las larvas del coleóptero Dendroctonus pseudotsugae, el cual vive debajo de las cortezas de varias especies de árboles. Antes de poner un huevecillo sobre su hospedero (es decir, de aceptarlo), el parasitoide toca con sus antenas y con el ovipositor la corteza de los árboles, percibiendo los ruidos y vibraciones producidas por las larvas cuando éstas comen. En experimentos realizados en el laboratorio, en los cuales diferentes pedazos de corteza fueron manipulados con un alfiler simulando las vibraciones producidas por las larvas, se encontró que las vibraciones inducen a los parasitoides a poner huevecillos, es decir, los incitan a aceptar a los hospederos.

Calidad del hospedero

Una vez que se ha llevado a cabo la oviposición, el destino de los nuevos parasitoides depende de la calidad del hospedero. Esto significa que un hospedero grande, sano, con las sustancias nutritivas adecuadas y sin sustancias tóxicas que puedan dañar al parasitoide, resulta un hospedero de buena calidad en el que los parasitoides podrán desarrollarse hasta alcanzar el estado adulto. Numerosos estudios han demostrado que las plantas afectan el desarrollo de los parasitoides a través de los efectos que producen en la calidad de los hospederos. A pesar de los beneficios que pueda representar para un parasitoide la buena calidad de la planta de la que se alimenta su hospedero, las toxinas que éste capture de las plantas pueden afectar negativamente a los parasitoides. Para evitar el ataque de los parasitoides, algunos hospederos han desarrollado un mecanismo que se conoce como “encapsulamiento”. Durante este proceso, las células del sistema inmunitario del hospedero rodean y aíslan cualquier material extraño que invada su hemolinfa (la sangre de los insectos) como los huevos y larvas de los parasitoides. El encapsulamiento puede ser considerado un factor que modifica la calidad del hospedero, ya que impide el desarrollo de los parasitoides.

Regulación

Éste es el último paso y durante esta fase el parasitoide altera el sistema inmunitario del hospedero para que éste no interfiera con su desarrollo. Como ya se mencionó, los hospederos tienen células que forman una cápsula que puede envolver a los estados inmaduros de los parasitoides. Por esta razón, algunos parasitoides han desarrollado sistemas que les permiten inhibir el sistema inmunitario de su hospedero, de manera que sus células no puedan encapsular al parasitoide en desarrollo. Se ha descubierto que algunos virus inyectados por la hembra parasitoide durante la oviposición, o algunas secreciones de los huevos y larvas de parasitoide, disminuyen la actividad inmunitaria de los hospederos, y evitan que sean encapsulados. Estas adaptaciones fisiológicas ocurren con mayor frecuencia en endoparasitoides, por lo que se piensa que el ectoparasitismo es una estrategia para evadir las defensas internas de los hospederos.

Fuentes