Baño invernal
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Científicos rusos aseguran que los baños con agua fría en invierno son la solución para fortalecer las defensas y evitar la incidencia de enfermedades durante el invierno en niños a partir de los 4 años de edad.
Baños con agua fría en niños
Los niños comienzan a someterse a este proceso de resistencia al frío a la edad de 4 años. Durante el verano y el otoño se duchan al aire libre, primero con agua tibia y luego cada vez con agua más fría. La temperatura del agua se va reduciendo un par de grados cada vez.
Ya en el invierno los menores comienzan sus «baños de nieve»: acuden todos juntos a un sauna y después salen a correr con traje de baño y descalzos sobre la nieve, y bailan al son de una música alegre. Al terminar este peculiar minirritual vuelven al sauna, donde les sirven té de hierbas y bayas.
«Actualmente, el problema principal son los resfriados. Nuestro método es para prevenirlos. Nuestros niños se enferman menos y sus padres están satisfechos de ello», dice la pediatra Ludmila Ílkina.
El sistema de adaptación y resistencia al frío existe desde los años noventa. Los padres no dudan en hacer largas filas para poder inscribir a sus hijos en ella.
Las ventajas de hacerse resistente al frío las han comprobado todos aquellos que han disfrutado de este método de fortalecer sus defensas. Sin embargo, como toda opción alternativa, a veces provoca los recelos en los adultos, al grado de llevarlos a negarse a probarlo.
Ninguno de los pequeños teme ya salir desnudo a la intemperie en invierno. Este ritual forma parte de las ya tradicionales diversiones invernales, como patinar o esquiar. La terapia no solo aporta una gran alegría a los pequeños, sino también beneficios notables en su salud.
Festividad religiosa relacionada
El día 19 de enero se celebra en Rusia la Teofanía (Богоявлеине), es decir, la percepción espiritual de la Santísima Trinidad (Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo). Es una de las duodécimas (двунадесятые праздники: ‘doce festividades mayores’) de la Iglesia ortodoxa rusa. Este día es costumbre, desde niños hasta mayores, bañarse en las gélidas aguas de lagos y ríos, haciendo un agujero en la capa de hielo, con la creencia de que se purifica el alma al hacerlo.
Actualmente, los inviernos son menos fríos. Los rusos echan de menos el tradicional frío de costumbre. Se ha derretido el hielo y la nieve, y han dejado a los creyentes rusos sin su tradicional baño de invierno, es decir, abriendo un agujero en el hielo para después zambullirse en él.
