Basílica de Nuestra Señora de la Guarda

Basílica de Nuestra Señora de la Guarda
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (edificio)
280px-Notre Dame de la Garde.jpg
Lugar natural clasificado desde 1917
Descripción
Tipo:edificio
Estilo:Románico-bizantino
Localización:Rue Fort du Sanctuaire, 13281 Marseille, Francia
Uso inicial:Basílica
Uso actual:Iglesia y Museo
Datos de su construcción
Inicio:1853
Término:1864
Otros datos
Arquitecto(s):Henri Espérandieu


La basílica de Nuestra Señora de la Guarda llamada a menudo como la Buena Madre, es una basílica menor dedicada al culto católico en la ciudad francesa de Marsella, en el departamento de Bocas del Ródano. Se encuentra entre los distritos de Roucas Blanc y Vauban, en la cima de un pico calcáreo de 149 msnm y elevada otros trece metros más sobre los cimientos de una antigua fortaleza que había en la cima. Al sur del Vieux-Port, su silueta, de estilo neo-bizantino, coronada por una efigie dorada de la Virgen María, es una de las estampas más características de la ciudad.

Ubicación

En el departamento de Bocas del Ródano. Se encuentra entre los distritos de Roucas Blanc y Vauban, en la cima de un pico calcáreo de 149 msnm y elevada otros trece metros más sobre los cimientos de una antigua fortaleza que había en la cima. Al sur del Vieux-Port, su silueta, de estilo neo-bizantino, coronada por una efigie dorada de la Virgen María, es una de las estampas más características de la ciudad.

Historia

Fue construida por el arquitecto protestante Henri Espérandieu y es de estilo románico-bizantino; fue consagrada el 5 de junio de 1864 y sustituyó a una capilla del mismo nombre construida en 1214 y reconstruida en el siglo XV. Está edificada sobre los cimientos de una fortaleza que hizo Francisco I en 1536 para que fuera la sede de Carlos V. La basílica tiene dos partes: una iglesia baja o cripta, excavada en la roca y de estilo románico, y una gran iglesia de estilo románico-bizantino encima, decorada con mosaicos. En lo alto del campanario, de planta cuadrada y de 41 m de alto, rematado con una especie de torre de 12,5 m que hace de pedestal, se encuentra una estatua monumental de 11,5 m de altura de la Virgen con el Niño.La cuenca de Marsella, que se abre al mar al oeste, limita al norte con el Macizo de Estrellas y Nerthe, al este con Macizo de Sainte-Baume y al sur con Carpiagne y el Marseilleveyre. Esta cuenca es una vasta depresión de donde emerge un afloramiento de piedra caliza del «Urgoniano» de la era barremiense, una etapa del periodo cretácico, según los estudios realizados en este afloramiento en el que está cimentada de la Basílica de Nuestra Señora de la Guarda. Tiene una altura de 162 m.s.n.m.4. En esta colina se explotó una cantera desde en 1905, después de la construcción de la basílica. La cantera la explotó Mr. Honoré y funcionó hasta 1946. Se estima que durante este período se extrajo un volumen de 800 000 m³. En la colina, que se extendía de forma continua al sur hacia las zonas altas del distrito Gratte-Semelle, se inició la calle «Bois-sacré» por una gran trinchera, estrecha y larga, que ya tenía la colina como consecuencia de la explotación de la cantera.Este acantilado artificial ha sido objeto de una monitorización importante, con visitas regulares, medición de pequeños movimientos y obras preventivas para evitar deslizamientos y desprendimiento de rocas. Para ello se estabilizaron los hastiales mediante profundas perforaciones en las que se inyectaba un elemento fraguante, un acelerador del fraguado y se introducía un bulón de acero corrugado de la longitud que requería la perforación, el cual, al romper la cápsula cristalina que contiene el acelerante, se producía el fraguado quedando en el fondo una gran bola de cemento adherida al bulón. En la parte del bulón que sobresalía al exterior de la perforación se soldaba una placa de acero de unos 30 x 30 cm la cual se utilizaba para tensar el bulón con unas máquinas especiales. Por último, se cubría la zona propensa al desprendimiento de rocas con una malla de alambres acerados sujeta al monte por los propios bulones. Debido a su ubicación al lado de la costa, y a su elevación, el «cerro de la Guarda» ha sido en tiempos de la «navegación a la estima», es decir, sin instrumentos, un punto de observación y de referencia fijo e identificable sin posibilidad de error y fue utilizado por la navegación marítima y defensiva por lo que se supone que estuvo ocupado durante mucho tiempo como puesto de observación y torre de vigilancia. En 1302, Carlos II de Nápoles ordenó, a fin de garantizar las señales a lo largo de la costa mediterránea de la Provenza, incluir entre esos puntos el de la cima de Nuestra Señora de la Guarda. El Condestable de Borbón Francisco I mandó construir un fuerte en 1524 que, junto al castillo de If, representaba una defensa marítima de la que, hasta ese año, carecía la ciudad. Sobre ese fuerte defensivo se alzó la basílica y todavía se puede ver una salamandra sobre el pórtico norte que era el emblema del rey. De esta forma, el alto de la Guarda tuvo tres tipos de edificaciones y funciones diferentes: un lugar de vigilancia, una obra militar y un lugar de peregrinaje.

Murallas de la antigua fortaleza

El 3 de enero de 1516, la madre de Francisco I Luisa de Saboya, y su esposa, la reina Claude hija de Luis XII, fueron hasta el sur de Francia para encontrarse allí con el joven rey, aureolado por su victoria en Marignan. El 7 de enero 1516 subieron hasta la ermita de Nuestra Señora de la Guardia y unos días más tarde, el 22 enero de 1516, Francisco I se unió a ellos y también visitó la capilla. Durante la visita, el rey se dio cuenta de que la ciudad de Marsella no estaba bien defendida. La necesidad de fortalecer el sistema de defensa fue aún más evidente en 1524 después del asedio a la ciudad por el condestable Carlos III de Borbón, que tenía acuerdos con Carlos I de España y casi, de hecho, toman la ciudad. Francisco I decidió construir dos fuertes: uno en la «isla de If», que se convertirtió en el famoso Castillo de If y otro en la parte superior de la colina de la Guardia que abarcaba la capilla. Fue un ejemplo de convivencia entre un gran ejército y un santuario abierto al público.

Escudo de Francisco I

La construcción del «castillo de If» fue muy rápida pues se finalizó en 1531 mientras que el fuerte de Nuestra Señora de la Guardia no se terminó hasta 1536, justo a tiempo para resistir la llegada de las tropas de Carlos V. Para la construcción de la fortaleza se utilizaron piedras del cabo Corona, en las Bocas del Ródano, y materiales recuperados de la demolición de edificios situados fuera de las murallas de la ciudad que podrían proporcionar refugio a las tropas enemigas. Entre los monumentos destruidos y cuyos materiales han servido para la construcción de la fortaleza hay que incluir, en particular, el convento de los Frailes Menores, donde enterraron a San Luis de Anjou, que posteriormente fue trasladado a un lugar cercano a las avenidas de Saint-Louis y Belsunce. Esta fortaleza tiene la forma de un triángulo isósceles con dos lados que miden 75 metros y el tercero de 35 metros. En esta fortaleza de importancia bastante modesta, subsiste el emblema real todavía visibles al oeste de la basílica. En la parte superior de este edificio se instaló un mapa orientativo. Por encima de una puerta todavía se puede ver, aunque muy dañado, el escudo de Francisco I, es decir, las armas de Francia con tres flores de lis y debajo una salamandra. Cerca de esta puerta, al lado derecho, hay una piedra redonda desgastada por el tiempo donde se pueden ver algunos vestigios de una escultura que representa el cordero, símbolo de San Juan con una banderola.

La construcción de la actual basílica

El responsable de la capilla, el padre Jean-Antoine Bernard, pidió el 22 de junio de 1850 al Departamento de Guerra un permiso para reconstruir una capilla mayor. El 22 de octubre de 1850, el mismo día que salió de sus funciones ministeriales, el General de Hautpoul, ministro de la guerra, encontró que la solicitud era demasiado vaga e imprecisa y otorgó un acuerdo de principios pero invitó a la «Comisión» a que presente un proyecto más preciso.El 8 de abril de 1851 estaba hecho un nuevo proyecto para la construcción de una iglesia todavía más grande de las dimensiones que tiene sustancialmente la zona de los edificios actuales y que proponía no tener en el futuro un uso militar en todos el complejo de construcción que había dentro de la fortaleza.Con el apoyo del general Adolphe Niel, el «Comité de las fortificaciones» emitió un dictamen favorable en la reunión del 7 de enero de 1852. El Ministro de la Guerra concedió el permiso para construir una nueva capilla el 5 de febrero de 1852. Los estudios técnicos y la financiación del proyecto se podían empezar de inmediato.

El arquitecto de las obras Espérandieu-Allar

El 1 de noviembre de 1852 el obispo Eugenio de Mazenod invitó a los fieles a realizar ofrendas para hacer frente a los gastos del ambicioso proyecto. Se pidieron estudios y ofertas a diferentes arquitectos. El directorio de la capilla se reunió el 30 de diciembre de 1852 en presencia del Obispo de Mazenod. El proyecto presentado por Leon Vaudoyer, que trabajó en la Catedral de Marsella, era el único que presentaba un edificio de estilo románico bizantino, mientras que los demás eran de estilo gótico. Cada proyecto obtuvo cinco votos, pero el voto del vicario era predominante por lo que se adjudicó el proyecto a Vaudoyer. Los planos fueron realmente hechos por Henri-Jacques Espérandieu, su alumno de sólo veintitrés años.El 23 de junio de 1853 Espérandieu fue designado como el arquitecto que tendrá que desarrollar el proyecto. Aunque era protestante, no parecía que su religión fuese una de las principales causas de las dificultades encontradas por la comisión del santuario responsable de la ejecución de la obra. Se decidió, sin consultar con el arquitecto, no empezar los trabajos, no para garantizar la competencia, sino para confiárselas el 9 de agosto de 1853 directamente a Pierre Berenger, contratista y arquitecto de la Iglesia de San Miguel, que había propuesto un proyecto neogótico y que era una persona muy cercana al Obispo Mazenod. El Comité también decidió imponer la elección de artistas como el escultor José Marius Ramus o el pintor Karl Müller de Düsseldorf sin tener que preocuparse de si sus obras se adaptarían a la arquitectura elegida. La elección de Karl Müller no fue aceptada por el propio artista lo que permitió al arquitecto decidirse por una decoración de mosaicos.

Una edificación complicada

La colocación de la primera piedra por el obispo de Marsella Obispo Eugenio de Mazenod tuvo lugar el 11 de septiembre de 1853. Los trabajos se iniciaron, pero con lentitud y gran dificultad debido a que los cimientos debían hacerse sobre una roca muy dura, por lo que las dificultades financieras surgieron rápidamente. En 1855 se decidió llevar a cabo una lotería autorizada por el gobierno, pero recaudó menos de lo esperado. Los recursos financieros eran insuficientes ya que la «comisión del santuario» había decidido aumentar la extensión de la cripta bajo el santuario de forma que, en lugar de ocupar solo la superficie bajo el coro, se extendiera bajo toda la capilla superior. A pesar de un préstamo concedido mediante un aval sobre las propiedades privadas del obispo, los trabajos tuvieron que pararse durante dos años, desde el 1859 al 1861, año de la muerte del obispo Mazenod. El nuevo obispo monseñor Patrice Cruice, que llegó al final de agosto 1861, relanzó los trabajos. La generosidad de los ciudadanos de todas las religiones y condiciones sociales desde el emperador Napoleón III y la emperatriz Eugenia de Montijo que visitan a la Virgen de la Guardia permitió la terminación de las obras. La consagración del santuario fue hecha el sábado 4 de 6 de 1864 por el cardenal Villecourt, miembro de la Curia Romana, en presencia de cuarenta y tres otros obispos. En 1866 se colocó el mosaico del pavimento en la iglesia superior y quedó terminado el campanario cuadrado; el badajo se instaló en octubre del mismo año.

Basílica de Nuestra Señora de la Guarda

En 1867 se construyó en el campanario o «Campanile», de planta cuadrada, un pedestal cilíndrico para servir de base a la monumental estatua de la Virgen. La financiación de la estatua se llevó a cabo con el apoyo de la ciudad de Marsella. Los bocetos de la estatua que hicieron tres artistas parisinos Eugène-Louis Lequesne, Aimé Millet y Charles Gumery los revisó un jurado compuesto por el arquitecto Espérandieu, Bernex, el alcalde de Marsella, Jeanron, director de la Escuela de Bellas Artes, Bontoux, profesor de la Escuela de Escultura y Philippe-Auguste Jeanron, presidente de la Corte Civil y por el Administrador de el Santuario de Nuestra Señora de la Guarda. El proyecto se le adjudicó a Lequesne.

Arquitectura

El aspecto general del edificio se caracteriza por sus elementos decorativos, acreditados por el uso de materiales de colores con altos constrastes: piedra caliza Calissane cuya blancura contrasta con el verde de la piedra arenisca Gonfolina, piedra de Florencia. Dentro de la iglesia superior nada se salvó para celebrar el culto a la Virgen excepto los diferentes mármoles de colores y mosaicos policromos. El acceso al edificio era a través de un puente de 35 m de ancho que conduce a un puente levadizo. A partir de este se puede ir directamente a la cripta o, mediante escaleras que parten de ambos lados, ir directamente al porche de entrada de la iglesia superior. El edificio se puede ver como una sucesión de volúmenes: porche y campanario, nave con capillas laterales, transepto, cúpula, presbiterio y ábside

El campanario

La torre, con una altura de 41 m, de poderosa planta cuadrada situada sobre el pórtico de entrada, tiene dos pisos idénticos con cinco arcos que sirven de ventanas a un pequeño balcón. Este conjunto está rematado por una espadaña; cada cara tiene tres grandes conjuntos de ventanas con columnas de granito rojo que se colocan detrás de los amortiguadores de sonidos. El campanario alberga la campana y termina con una plataforma rodeada por una balaustrada de piedra con las armas de la ciudad en centro de cada lado y una estatua de un ángel tocando una trompeta en cada esquina. Estas cuatro estatuas fueron esculpidas por Lequesne. Sobre esta terraza de la torre se eleva un campanario cilíndrico con una altura de 12,5 m con dieciséis columnas de granito rojo sobre los que está apoyada la monumental estatua de la Virgen. Las dimensiones internas de la iglesia superior son más bien modestas. La nave tiene una longitud de 32,7 m y una anchura de 14 m. Cada capilla lateral mide 3,8 m por 5,4 m. En la iglesia superior es donde triunfa la policromía con mosaicos suntuosos, columnas de mármol y pilastras alternando los colores rojo y blanco. Si para el blanco se imponía el mármol de Carrara, el contraste con la elección del rojo requerido era muy delicada. El arquitecto Espérandieu quería un rojo matizado para que armonizara con los mosaicos y no se conformaba con el mármol blanco de Carrara. El marmolista Jules Cantini descubrió en un lugar llamado "piedras bellas", en el municipio de La Celle cerca de Brignoles (Var), de un depósito mármol rojo moteado de amarillo y blanco que, con un cuidadoso pulimento, satisfizo a la perfección. La parte superior es de estuco a modo de mármol reconstituido, que fue la solución adaptada. Los mosaicos de techos y paredes y del área estructural es de aproximadamente 1200 m². Se realizaron entre 1886 y 1892 por la empresa «Mora» con sede en Nimes. Los azulejos, que vinieron de Venecia, fueron fabricados por artesanos que estaban en la cumbre de su especial arte. Cada panel contiene casi 10 000 tacos/m², lo que representó para la basílica cerca de 12 millones de pequeños azulejos de uno por dos centímetros cuadrados. Estos mosaicos son un conjunto excepcional por la complejidad de sus decoraciones hechas por arquitectos y pintores de renombre y la calidad de las teselas. Los pisos son de aproximadamente 380 m 2 de mosaicos romanos con diseño geométrico.

Restauración

La restauración de los mosaicos fue confiada al mosaiquista marsellés Michel Patrizio, cuyos trabajadores se formaron en la escuela de mosaico de Spilimbergo, que perpetuó en Friuli, al norte de Venecia, la técnica de mosaico. Las teselas, que son los pequeños elementos que forman el mosaico, que fueron proporcionados por el taller Orsoni de Venecia tal y como originalmente eran. La parte más dañada fue la cúpula más cercana al coro, que requirió cambiar todos los mosaicos dorados. Algunas partes de los mosaicos, que amenazaban despegarse, se consolidaron mediante inyecciones de resina. La parte superior de esta zona fue restaurada en 1993 para dejarla en su estado primitivo mediante la eliminación de una torre de vigilancia instalada en la década de 1930.La piedra utilizada para la construcción, especialmente la verde que provenía de los alrededores de Florencia, demostró ser sensible a la corrosión atmosférica por lo que fue necesario emprender desde 2001 a 2008 una larga y cuidadosa restauración que también se ocupó de la renovación de los mosaicos dañados por agujeros de bala durante la Liberación y ennegrecidos a lo largo de los años por el humo de las velas y cirios.

Fuentes