Bijago

Los Bijago (etnia africana)
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Etnia muy peculiar que habita en el archipiélago Bijagós o Bissagos, un grupo con dieciocho islas principales y docenas de menores, situadas en el Océano Atlántico frente al territorio de Guinea Bissau del que forman parte. Únicamente veinte de estas islas están oficialmente habitadas, aunque en algunas pequeñas existen algunas poblaciones de nativos.
Localización
País(es)Guinea-Bisáu
Población26 691 hab. (2004)

Los Bijago son una etnia africana muy peculiar que habita en el archipiélago Bijagós o Bissagos, un grupo con dieciocho islas principales y docenas de menores, situadas en el Océano Atlántico frente al territorio de Guinea Bissau del que forman parte. Únicamente veinte de estas islas están oficialmente habitadas, aunque en algunas pequeñas existen algunas poblaciones de nativos.


El archipiélago Bijagós es una verdadera reserva natural conservada como en muy pocos lugares de África, hasta el punto que las islas parecen estar fuera de nuestro tiempo. Conforman una reserva de la biosfera reconocida por la Unesco, constituida por mar, bosques y con especies animales autóctonas entre las que se destacan las tortugas y los monos. La población es de etnia bijago y mantiene un alto grado de autonomía y de respeto por sus tradiciones. Curiosamente prepondera el matriarcado y las mujeres eligen a sus maridos.

Las hembras se organizan en asociaciones e históricamente gestionan las leyes, la economía y las acciones para tener bienestar social. El poder político emana de la línea matrilineal que conecta con los antepasados y cada isla reconoce la autoridad del jefe superior que procede del linaje principal de la isla. Otra peculiaridad de esta etnia reside en que cuando se celebran reuniones de trascendencia política entre jefes de clan, siempre se efectúan en territorio interior, bajo la protección de los árboles y apartándose de las playas.

Historia

Aunque los orígenes del pueblo bijago no son muy conocidos, su idioma les conecta claramente con los habitantes de las costas cercanas ubicadas en el continente. La principal producción de los bijagos es el cultivo del arroz, favorecido por las tierras bajas pantanosas de las islas. La pesca no es una actividad prioritaria para ellos a pesar de que tienen gran destreza en el manejo de largas canoas, ya que ancestralmente se utilizaban para sus acciones guerreras.

Religión

Su religión, basada en que el dios supremo Nindo creó como primer ser humano a una mujer –aunque esta apreciación varía en algunas islas– cree firmemente en la reencarnación. El alma de un difunto se encontrará si se talla una estatua que perpetúe su memoria. La muerte es un corto sueño que dura hasta que vuelve a producirse la reencarnación en otra persona viva que ya desde muy niño es conducida al sacerdote para reconocer su anterior origen. Los bijago son un pueblo fuertemente aferrado a su tradición y al entorno único que son las preciosas islas de su archipiélago.


Economía

La comunidad bijagó tiene una economía de subsistencia basada en el cultivo de pequeñas huertas. También siembran arroz. La pesca es abundante. A los hombres se les considera como niños a los que hay que proteger. Se valora de ellos la sensibilidad de su carácter y la fuerza bruta que utilizan para el barbecho de los campos. Se aprecia la habilidad que muestran para la caza y la pesca, de la que cotidianamente se encargan. Se les considera débiles por naturaleza, aunque se les tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones.

Las baloberras (sacerdotisas) son las encargadas de transmitir la sabiduría de los antepasados, durante el rito de cortar la paja, que sirve de iniciación de las mujeres al mundo adulto. Escogen a la futura reina, aconsejadas por los espíritus. Existe también un consejo superior para casos de distribución de la tierra, explotación forestal… En Orango conviven cuatro clanes: los Oraga, los Ogubane, los Oracuma y los Okinda. El nombre del clan se hereda de madres a hijas.

Entre la comunidad bijagó no se recuerdan delitos graves, solo peleas. El aislamiento geográfico y su carácter desconfiado, secretista, poco amigo de las visitas de extraños y celoso de sus tradiciones animistas les ha permitido conservar una sociedad con estructuras matriarcales.


Fuentes