Biofábrica
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Biofábrica. Laboratorio para la obtención en grandes cantidades de plántulas (posturas) por el método de reproducción in vitro. También se le denomina Centro para la Reproducción acelerada de semillas (CRAS).
Desventajas de la reproducción natural
La reproducción natural de las plantas mediante semillas, posturas, esquejes, u otros vehículos seminales corrientes, tiene varias desventajas. La principal es que a las nuevas plantas se le transmiten numerosos patógenos presentes en las especies de que proceden o que adquieren durante su manipulación. La tierra permanece más tiempo ocupada, pues debe transcurrir todo el proceso de nacimiento y desarrollo inicial de las plantas. Se dificulta la propagación de nuevas variedades pues se requiere esperar a que las plantas fructifiquen y produzcan semillas en las cantidades necesarias. A veces por dificultades climáticas, de la calidad de las semillas o por otras causas, se producen grandes pérdidas de semillas u otros materiales, que resultan siempre muy caros.
Las biofábricas
En las biofábricas, mediante procedimientos especializados se toman pequeñas fracciones de plantas y con la adición de productos químicos se logra que éstas se desarrollen como una planta nueva dentro de frascos de vidrio. A este proceso se le denomina reproducción in vitro . Puede lograrse en corto tiempo la obtención de grandes cantidades de plántulas de alta calidad, libres de virus, plagas y enfermedades y que garanticen elevados rendimientos. Una vez que alcanzan el tamaño adecuado se plantan en el campo las posturas así logradas. Con estos procedimientos se logra un incremento de los rendimientos hasta en un 50 %.
Las biofábricas actúan en estrecha colaboración con las entidades productivas, Institutos de investigaciones agrícolas, Institutos de biotecnología y otros organismos y dependencias relacionados con la agricultura.
Antecedentes
El uso de semillas más resistentes, tolerantes o menos susceptibles a las plagas y enfermedades es una de las estrategias en el control fitogenético para reducir las afectaciones biológicas a los cultivos. Además, es preciso que estas semillas tengan el mayor potencial productivo posible. Los grandes planes de desarrollo de todos los cultivos emprendidos en Cuba durante el proceso revolucionario no podían realizarse si no se establecía una política adecuada para la selección, producción y abastecimiento de semillas, así como las instalaciones para ello.
Los objetivos del Programa Nacional de Semillas han sido: lograr variedades adaptadas a nuestras condiciones tropicales; aumentar los rendimientos; incrementar la resistencia o tolerancia a plagas; y ampliar el ciclo productivo de las diferentes especies y variedades. Pero sobre todo, reducir las importaciones de semillas, que cada vez resultan más caras debido a los monopolios establecidos por las empresas transnacionales que controlan este mercado, ya que una gran parte de las semillas de calidad debían importarse a altos y crecientes precios, tendencia que se ha mantenido hasta el presente.
El trabajo resultaba muy complicado, ya que por semillas entendemos todos los vehículos seminales: semillas propiamente dichas, granos, plántulas, tallos, esquejes, tubérculos, plantas pequeñas, trozos de tallos, bulbos, etc. Para todos ellos había que crear sus procedimientos de obtención o propagación, especialmente con la utilización de técnicas biotecnológicas.
Además de los 3 000 Centros de Reproducción Acelerada de Semillas de calidad (CRAS) que construyeron para este Programa a partir de 1987, se organizaron 10 biofábricas con capacidad para producir más de 40 millones de plántulas al año.
Actualmente la reproducción in vitro se utiliza para lograr plántulas de caña de azúcar, plátanos y banano, malanga, yuca, boniato, ñame, frutales, plantas ornamentales y maderables y muchas más especies agrícolas de gran importancia.
Fuentes
- Arcadio Ríos. La agricultura en Cuba. Apuntes históricos. Editorial INFOIIMA, La Habana, 2012.
